Capitulo 71: "Final"

"Tráela de vuelta a mi, tráela de vuelta a mi.
¿De verdad se ha acabado? 
No te vayas demasiado tiempo.
Dime, ¿quien me va a amar cuando te hallas ido?"

-Ariana Grande, Dont Be Gone Too Long.

Narra Starfire

Esta vez era un tribunal pequeño, no como el del juicio por intento de asesinato contra Zatanna. Robin sólo convocó a Bruce, Cyborg Raven y Jason. Sabía, sin necesidad de hablarlo, que Chico bestia no debía estar cerca de estos procedimientos.

Raven debería despedirse en mi lugar. No podía enfrentarme a eso, no con Chico bestia  presente. No me importaba que fuera una cobardía por mi parte. No lo haría.

Tan sólo una lámpara azul, un tenue círculo de luz sobre la piedra del suelo. Nos sentamos en el borde del círculo. Estaba sola frente a los cinco. Bruce había traído su batarang, como si fuera una maza y eso diera solemnidad al acto.

_¿Cómo está?_ le pregunté impaciente a Cyborg cuando se sentaron, antes de que pudieran empezar.

El tribunal era una pérdida de mi pequeña reserva de tiempo. Me preocupaban cosas más importantes.

_¿Quien?_ preguntó a su vez con voz cansada.

Lo observé durante unos segundos, y entonces comprendí.

_¿Barbara Esta bien? ¿Se ha ido ya?_

_Bruce pensó que era cruel hacerla sufrir más, y ella no estaba ... contenta. Le he administrado un somnifero, aun no ha reaccionado_

_Ojalá pudiera haberle dicho adiós_ murmuré para mí misma_ Y haberle deseado buena suerte. Estará bien. Estoy segura_ afirmé, intentando creerme mis palabras. _Y Todo
se solucionará_

Nadie desmintió mis mentiras. Sabían que me lo decía a mi misma.

Raven suspiró.

_Esta bien_ acepté. _Acabemos con esto._

Cuanto más rápido, mejor. Porque no importaba qué se dijera, Bruce había aceptado mis condiciones. Además, aún había una estúpida parte de mí que esperaba ... esperaba que hubiera una solución que lo hiciera todo perfecto y me permitiera estar con
Robin y mi familia humana alguna manera en la que nadie sufriese. Tenía que olvidarme de esa esperanza imposible cuanto antes.

_Bien_ dijo Bruce. _Starfire, ¿qué argumentas?_

_Voy a salvarlos a todos_ respondí; firme y breve. No había motivos para discutir.

_¿Y tú, Robin?_

_Necesitamos a Starfire aquí._

Firme y breve. Me estaba imitando.

Cyborg asintió con la cabeza. _El asunto es delicado. Starfire, ¿por qué tendríamos que darte la razón?_

_Si se tratara de ti, no querrías tener esto en tu cuerpo. No puedes negarme eso al menos._

_¿Dick?_ preguntó Bruce.

_Tenemos que mirar por el bien de todos, Bruce. Starfire nos ha traído más salud y seguridad de lo que nunca hemos tenido. Es vital para la supervivencia de nuestro estilo de vida ...y la de toda la especie humana._

Tiene razón»._ susurro Raven en mi mente

Jason habló:

_Starfire, ¿qué es lo que tu quieres?_

Miré a Jason a los ojos y ocurrió algo de lo más extraño: toda la mezcla, la fusión y la unión que había sentido fueron apartadas hacia la parte más pequeña de mi cuerpo, el resto anheló a Jason con la misma hambre desesperada y enloquecida que había sentido la primera vez que lo vi.

_Necestio recuperar el control de mi cuerpo. Recuperar mi vida. Asi que me ire a otro planeta_

_«Mentirosa. Diles la verdad»._

_«No, Raven»._

_Mentirosa_ me acusó Robin. _Puedo ver cómo discutes con Raven. Apuesto a que está de acuerdo conmigo. Raven tambien, sabe cuánto te necesitamos._

_Raven tiene mis conocimientos, podrá ayudaros, estaran bien. Ya estaban bien antes de que yo llegara. Sobreviviran, igual que antes._

Cyborg resopló y frunció el ceño.

_No lo sé, Star, Robin tiene razón._

Miré a Cyborg y vi que Jason hacía lo mismo. Me aparté de ese enfrentamiento y lancé a Bruce una mirada desolada.

El  me devolvió la mirada y su rostro se estremeció con una súbita mueca de dolor. Entendía lo que le estaba recordando. Lo había prometido, y el tribunal no tenía competencia sobre eso.

Robin observaba a Jason ... sin ver nuestro silencioso intercambio de miradas.

_Bruce_ protestó Jason. _Aquí sólo hay una opción. Lo sabes._

_¿De verdad? A mí me parece que hay un montón de ellas._

_¡Es la vida de Starfire!_

Jason encajó la respuesta y volvió a empezar:

_No puedes dejar el Glock atrapado ahí dentro. Su corazon no resistira. Es un asesinato, Bruce._

Robin introdujo la cara, súbitamente furiosa, en el círculo iluminado.

_¿Y qué es lo que igual le pasaria a Starfire si le sacamos el Glock, Jason? ¿Y al resto de nosotros, si la perdemos?_

Estaban los dos en cuclillas, medio sentados medio de pie, con los puños cerrados y sus caras deformadas por
la rabia.

_¡Tranquilos, chicos! Tranquilos ahora mismo_ ordenó Bruce. _Esto es un tribunal y vamos a calmarnos, no perdamos la cabeza. Debemos pensar bien cada postura_

_Bruce... _ empezó Jaso .

_Cállate._ Bruce se mordió el labio durante un minuto. _Bien, así es como lo veo yo: Starfire tiene razón..._

Robin se tambaleó en su intento de ponerse de pie.

_¡Espera! Vuelve a sentarte y déjame terminar._ Bruce esperó a que Robin, con las venas latiendo visiblemente en su cuello tenso, volviera a sentarse con ademanes rígidos. _Starfire tiene razón_ repitió Bruce. _Pero ..._ añadió cuando Robin se tensó otra vez. _Pero no estoy de acuerdo con el resto, Starfire. Creo que te necesitamos mucho. Tú salvas vidas. Tengo que pensar en el bienestar de mi familia._

Jason habló apretando los dientes.

_Pues conseguiremos otro corazon. Es obvio._

El rostro contorsionado de Bruce se relajó. Las cejas de Cyborg se elevaron hasta el nacimiento de su frente. Los ojos de Robin se dilataron, frunció los labios y me miró, considerando...

_¡No! ¡No!_ Negué con la cabeza frenéticamente.

_¿Por qué no, Starfire?_ preguntó Cyborg. _No me parece una mala idea._

Tragué saliva y cogí aire para que mi voz no sonara histérica:

_Bruce. Escúchenme atentamente, todos. Estoy cansada de ser una maldita extraterrestre, ¿entienden? ¿Creen que quiero utilizar el corazon de alguien mas? ¿Es que tengo que volver a sentirme culpable por haberle quitado su vida a otra persona? Los quiero demasiado, a pesar de que son humanos brutales. Estar aquí no me hace bien y odio sentirme así._

Volví a tomar aire y hablé a través de las lágrimas que habían empezado a derramarse:

_No puedo seguir asi ¿Y si las cosas cambian? ¿Y si las cosas vuelven a mal? ¿Y si ya no pueden confiar en mí? ¿Y si los traiciono la próxima vez? ¡No quiero hacerles daño!_

La primera parte no era más que la verdad, pero mentía con todas mis ganas en la segunda. Esperaba que no se dieran cuenta. Ayudaba el hecho de que mis palabras apenas fuesen coherentes, y que mis lágrimas se hubieran transformado en sollozos.
Nunca les haría daño. Lo que me había pasado era permanente, una parte de los átomos que conformaban mi cuerpo. Pero, quizá, si les daba una razón para temerme aceptarían mejor lo que tenía que pasar.

Y, por una vez, mis mentiras funcionaron. Capté la mirada de preocupación que intercambiaron Jason y Bruce. No habían pensado en eso, en que me convirtiera en alguien de quien desconfiar, en un peligro. Robin se había puesto en movimiento para abrazarme. Secó mis lágrimas contra su pecho.

_Está bien, Star. No tienes que usar el corazon de nadie más, nada va a cambiar_

_Espera, Starfire_ dijo Jason, con una afilada mirada en el rostro. _¿Cómo te va a ayudar a ir a otro planeta? Allí también moririas._

Robin se estremeció al oír esa palabra tan dura.

Yo también me estremecí, porque Jason era demasiado intuitivo, como siempre.

Todos esperaban mi respuesta, todos menos Bruce, que ya conocía cuál era la verdadera. La que no les daría.

Intenté decir sólo parte de la verdad:

_En otros planetas es diferente, Jason, en Tamaran seria diferente. No están tan individualizados como los humanos, nuestras emociones son más apacibles y estaré demasiado lejos como para hacerles daño. Estaran más seguros..._

La última parte sonaba demasiado falsa, como la mentira que era, así que dejé que mi voz se apagara.

Raven me observaba con los ojos entrecerrados, y yo miré hacia otro lado.

Intenté no fijar la vista en Bruce, pero no pude evitar lanzarle una mirada fugaz para asegurarme de que me había entendido. Sus ojos, desolados, se detuvieron en los míos, y supe que lo había logrado.

Tan pronto como bajé los ojos, vi que Jason miraba a Bruce. ¿Nos había visto comunicándonos?

Cyborg suspiró.

_Esto... es un lío_ su cara se convirtió en una mueca mientras reflexionaba sobre el dilema.

_Bruce... _ dijeron a la vez Robin y Jason. Ambos se detuvieron y se pusieron mala cara mutuamente.

Era una pérdida de tiempo y sólo me quedaban unas pocas horas. Sólo unas pocas, ahora lo sabía con seguridad.

_Bruce_ intervine con suavidad, con la voz apenas audible sobre el murmullo, y todos se volvieron hacia mí. _No tienes que decidirlo ahora. Cyborg necesita cuidar de Barbara, y a mí también me gustaría verla. Además, no he comido en todo el día. ¿Por qué no lo consultas con la almohada? Podemos hablar de ello mañana. Disponemos de mucho tiempo para discutirlo._

Era un gran embuste. ¿Se darían cuenta?

_Buena idea, Starfire. Creo que todos necesitamos un respiro. Comamos y reflexionemos._

¿Por qué no mantenía un tono de conversación relajado? Era humano, y se suponía que lo de mentir debía dársele bien

Tuve mucho cuidado de no mirar a Bruce una vez mas, aunque le estuviese hablando a él.

_Estaré contigo para ayudar a Barbara después de comer, Cyborg. Te veo luego_

_Bien_ repuso mi amigo receloso.

_¿Tienes hambre?_ murmuró Robin, y yo asentí. Dejé que me levantara. Me tomo de la mano con firmeza, y supe que no se separaría de mí, pero eso no me preocupó. Estaba cansado, muy agotado y no tardaria en dormír profundamente.

Sentí un par de ojos sobre mí mientras caminábamos por la oscura sala, pero no estaba segura de saber de quién eran.

Tenía sólo unas cuantas cosas más que hacer. Tres, para ser precisos. Tres últimas cosas para terminar.

Primero, comí.

Hice que Robin me trajera comida, mientras me escondía. Le dije la verdad para lograr su colaboración: estaba evitando a Chico bestia. No quería que se sintiera afectado por la decisión que había que tomar, porque sería más duro para él que para Jason o Robin. Chico bestia y yo nos queríamos como hermanos, sufriría mucho más.

Robin no discutió conmigo. Comimos en silencio, con su brazo ciñéndome la cintura.

Segundo, fui a ver a Barbara.

Cyborg y Zatanna estaban al lado de la camilla donde Barbara yacía inconsciente. Caminé hacia ellos para preguntar como estaba, pero, cuando me acerqué, vi que Cyborg había tomado la muñeca de Barbara y contaba en silencio. Sus labios se convirtieron en una delgada línea cuando oyó mi voz y tuvo que volver a empezar.

_¿Hay algo que pueda hacer aquí? ¿Puedo ayudar de alguna manera?_

Asintió, sin dejar de mirar a Barbara.

_Háblale, di su nombre, háblale de cosas que le hagan recordar_

Me incliné y toqué el brazo de Barbara con suavidad. Miré a Barbara. Su cara estaba floja y vacía y me asusté un poco. Estaba tan viva cuando la habia visto por ultima vez.

Zatanna le cogía la mano algo cohibida.

_Así, Zatanna_ dije. Volví a acariciar su brazo. _¿Barbar? Barbara, ¿puedes oírme? Todos te estamos esperando, Barbara. Zatanna Se ha metido en un buen lío para traerte aquí... Todos los que la conocen están deseando darle una paliza._ Sonreí irónicamente a Zatanna y sus labios se doblaron en una sonrisa, aunque no alzó su mirada para ver la mía.

_No creo que te sorprenda oírlo_ comentó Robin a mi lado. _¿Cuándo no ha pasado eso, eh, Babs? Es genial verte de nuevo, cielo, pero me pregunto si tú sentirás lo mismo._

Zatanna no se había dado cuenta de que Robin estaba ahí, pegado a mi mano como un torno, hasta que habló.

_Dick esta aqui, claro. Nunca ha conseguido superarme en nada, aunque sigue intentándolo. Eh, Dick_ añadió Zatanna, sin desviar la mirada. _¿hay algo que quieras decirme?_

_No_

_Espero una disculpa_

_Sigue esperando._

Estaba extrañamente a gusto escuchando las bromas entre Robin y Zatanna. La presencia de Barbara lo hacía todo fácil y gracioso. Divertido. Yo me habría despertado sólo para
ver esto. Si hubiese sido ella, ya estaría sonriendo.

_Continúa, Zatanna_ murmuré. _Así está bien. Despertara._

Deseé haber conocido a Barbara antes, ver cómo era. Sólo había visto las expresiones de rabia.

Puede que la encontraran a Barbara completamente diferente. Puede que tuvieran que volver a  adaptarse a ella. O que ella encajara como yo no lo había hecho. Me la imaginé, me
imaginé, en el centro de una multitud de caras amables. La imaginé sonriendo de nuevo en bienvenida a todos los humanos que nunca
habían confiado en mí.

¿Por qué eso me hacía llorar? ¿De verdad era tan infantil?

_No_ me aseguró Raven. _Te echarán de menos, ya lo creo que lo harán. Toda la buena gente que hay aquí sentirá tu pérdida_

Aunque Raven seguia al pendiente de mis pensamientos. Parecía haber aceptado mi decisión al fin.

_No la acepto_ me aclaró. _Es que no veo la manera de detenerte, y puedo sentir lo cerca que está. Yo también estoy asustada, ¿no te parece divertido? Estoy completamente aterrorizada_

_«Ya somos dos»._

_¿Starfire?_ se dirigió a mí Zatanna.

_¿Sí?_

_Lo siento._

_Eh..., ¿el qué?_

_Haber intentado matarte_ contestó con indiferencia. _Estaba equivocada_

Robin jadeó sorprendido.

_Por favor, Cyborg, dime que tienes una grabadora a mano._

_No. Lo siento, Robin._

Robin sacudió la cabeza.

_Deberíamos conservar este momento como fuera. Nunca creí que vería el día en que Zatanna Zatara admitiría una equivocación. Vamos, Babs, eso debería hacer que te
despertaras de la sorpresa._

_Barbara, ¿no quieres defenderme? Dile a Dick que hasta ahora no había estado equivocada nunca_ Rió entre dientes.

Qué bonito. Era bonito saber, antes de irme, que me había ganado la aceptación de Zatanna. No esperaba tanto.

No había mucho más al alcance de mi mano. No tenía sentido que me quedara. Barbara, despertara; o no, pero eso no me desviaría de mi camino.

Así que procedí a realizar mi tercera y última tarea: mentí.

Me alejé de la camilla, tomé aire y estiré los brazos.

_Estoy cansada, Robin_ anuncié.

¿Realmente se trataba de una mentira? No sonaba nada falso. Había sido un día 《un último día》muy largo. Me di cuenta de que había pasado la noche en vela. No había
dormido desde mi enfrentamientl contra Slade. Tenía que estar agotada.

Robin asintió.

_Sí_

Bostecé.

_Buenas noches, Cy_ dijo Robin, llevándome hacia la salida _Buena suerte, Zee. Volveremos por la mañana_

_Buenas noches, Zatanna_ murmuré. _Hasta luego, amigo Cyborg._

Cyborg me miró, pero Robin le daba la espalda y Zatanna miraba a Barbara. Le devolví la mirada con firmeza.

Robin avanzó conmigo por el oscuro túnel en silencio. Me alegraba que no estuviera de humor para hablar, porque no habría podido concentrarme. Se me estaba revolviendo el estómago, haciendo extrañas contorsiones.

Ya estaba hecho, ya había completado mis tareas. Me bastaba esperar un poco y no dormir. Aunque estaba exhausta, no creía que eso fuera un problema. El corazón parecía un puño golpeándome las costillas desde el interior.

No me andaría con rodeos. Debía suceder esa noche, y Raven lo sabía. Lo que había ocurrido ese mismo día con Robin lo demostraba. Cuanto más me quedara, más lágrimas, discusiones y luchas causaría. Si yo o cualquier otro cometía un desliz, Chico bestia sabría la  verdad. Prefería dejar a Raven para que se lo explicara todo después. Sería mejor así.

Robin se detuvo en el pasillo, ante las puertas roja y gris de su habitación. Elevó las cejas y yo asentí. Le dejé pensar que aún me escondía de Chico bestia. Eso también era cierto.

Abrió la puerta roja y fui directamente hacia el colchón. Me acurruqué y coloqué mis temblorosas manos delante de mi martilleante corazón, intentando esconderlas entre las rodillas.

Robin se tumbó a mi lado, manteniéndome cerca de su pecho. Esto habría sido estupendo, aunque sabía que acabaría tendido en cualquier dirección una vez que estuviera completamente dormido; lo malo era que así se daba cuenta de que yo estaba temblando.

_Todo va a salir bien, Star. Sé que encontraremos el camino._

_Te amo de verdad, Robin_ Era la única manera en que podía decirle adiós. La única que aceptaría. Sabía que lo recordaría y que acabaría entendiéndolo más tarde. _Te amo con toda mi alma._

_Yo también te amo de verdad, Starfire. Buscó mi cara con la suya hasta  que encontró mis labios, y me besó, lenta y tiernamente, mientras el caudal de roca derretida crecía lánguidamente en la oscuridad del centro de la Tierra, hasta que dejé
de temblar.

_Duerme, Star, déjalo para mañana. Esta noche no cambiará nada._

Asentí, frotando mi cara contra la suya, y suspiré.

Robin también estaba cansado, así que no tuve que esperar mucho. Miré al techo y vi a las estrellas moverse entre la ventana. Podía ver tres donde antes había dos. Las vi guiñar y temblar a través de la negrura del espacio. No me llamaron. No tenía ningún deseo de unirme a ellas.

Primero uno y después el otro, los brazos de Robin se separaron de mí. Se tumbó sobre la espalda, murmurando en sueños. No me atreví a esperar más. Deseaba demasiado
quedarme, dormir con él y robar otro día.

Me moví con cuidado, pero no había riesgo de que despertara. Su respiración era profunda y regular. No abriría los ojos hasta la mañana siguiente.

Le acaricié la frente suavemente con los labios, me levanté y salí por la puerta.

Era temprano y las cuevas no estaban vacías. Podía oír ecos de voces, extraños ecos que podían venir de cualquier parte. No vi a nadie hasta que estuve en la gran cueva.
Conner, Meghan y Artemisa iban de camino a la cocina. Mantuve la mirada baja, aunque me alegraba ver a Artemisa. En el leve vistazo que me permití echar, logré ver que estaba
erguida y se mantenía en pie. Artemisa era fuerte. Como Robin. Ella también iba a conseguirlo.

Me di prisa en llegar al túnel sur y me sentí aliviada cuando estuve a salvo en la negrura. Aliviada y horrorizada. Ahora sí que se había acabado.

El final feliz.

El túnel sur me pareció que tenía apenas unos metros, ya que la luz brillante de la linterna surgió con inusitada rapidez, de modo que supe que Bruce me esperaba.

Entré en la habitación que siempre me había asustado con los hombros erguidos. Bruce lo había preparado todo.

_Hola, Bruce_ susurré.

Levantó la mirada de la mesa donde estaba preparando las medicinas. Ya había lágrimas derramándose por sus mejillas.

De repente, me volví valiente. Mi corazón latía a un ritmo tranquilo. Mi respiración se volvió más profunda y relajada. La parte más difícil había pasado.

Ya había hecho esto antes muchas veces. Había cerrado los ojos y me había ido, aunque siempre sabiendo que abriría unos ojos nuevos la siguiente vez y que yo aún permanecería. Era algo familiar, no había nada que temer.

Fui a la camilla y me senté en ella de un salto. Cogí el Sin -dolor con mano firme y  abrí la tapa. Me puse un pequeño cuadrado de ese tejido en la lengua y dejé que se disolviera.

No hubo ningún cambio. No sentía dolor esta vez. Ningún dolor físico.

_Dime algo, Bruce. ¿Como murieron tus padres?_

Quería respuestas para todos aquellos pequeños misterios antes del final.

Bruce sorbió y se secó los ojos con el dorso de la mano.

_Era un niño cuando sucedio. Un hombre les disparo frente a mis ojos y mis padres cayeron si vida en charco de sangre._

_Lo lamento_ y luego suspiré.

_No quiero hacer esto, Starfire._

_Lo sé. Gracias por eso, Bruce, pero insisto en que tienes que cumplir tu promesa_

_¿No puedo convencerte?_

_No. Me diste tu palabra. Yo cumplí mi parte, ¿no?_

_Sí._

_Entonces, haz la tuya. Déjame dormir con Wally y Veloz_.

Su rostro delgado se contorsionaba intentando contener un sollozo.

_¿Te dolerá?_

_No ..._ le mentí. _No sentiré nada._

Esperé a que llegara la euforia, a que el Sin-dolor me hiciera sentirme tan bien como la última vez. Aún no notaba ningún cambio. Pero quizá eso no se debía al Sin-dolor, después de todo..., seguro que se debía a
ser amada. Volví a suspirar.

Me tumbé estirada boca abajo en el catre y volví la cara hacia él.

_Duérmeme, Bruce_.

La botella se abrió. Le oí sacudirla sobre el pañuelo que tenía en la mano.

_res la criatura más noble y más pura que he conocido jamás. El universo será un lugar más triste sin ti_ susurró.

Ésas fueron sus palabras sobre mi tumba, mi epitafio, y me alegraba haberlas oído.

_Gracias, Starfire. Nunca te olvidaré_

_Que seas feliz, Bruce. Disfrútalo. Aprécialo por mí_

_Lo haré_. prometió.

_Adiós_ dijimos los dos a la vez.

La mano de Bruce presionó el pañuelo suavemente contra mi cara. Respiré profundamente, ignorando el denso y desagradable olor. Cuando inhalé aire otra vez, vi las tres estrellas de nuevo, pero no me llamaban, sino que me dejaron marchar hacia ese negro universo por el que había vagado durante tantas vidas. Me deslicé en la negrura y ésta se volvió más y más brillante. Ya no era negra, sino verde. De un cálido, vibrante y  brillante verde. Me deslicé en él sin temor alguno.





















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