Vistazo del pasado: Estados Unidos, Canadá y Francia.

Gaston.

Puta mierda. Si, puta, joder, mierda y más.

La puta aerolínea perdió mis maletas y por ende ya no hay cinco mil dólares en mis manos. Papá me había regalado una buena cantidad de dinero para poder inscribirme en el instituto y comprar mis materiales, obviamente tenía que ir antes a una casa de cambio para convertir los dólares en euros, pero eso ya no va a suceder porque la mierda de aerolínea perdió mis muy abultadas maletas con el dinero.

¿Por qué no le hice caso a mamá y lleve una bolsa de mano? Por supuesto, pensaba que un bolso color rosa con corazones en mi mano se iba a ver extraño. Detesto a mi madrastra.

Todos los años voy a Texas, Estados Unidos, para ir a visitar a papá, luego regreso a Paris, Francia, con mamá. Si, están divorciados. El cuento es aburrido y no quiero pensar en ello, solo diré que tienen un montón de tiempo viviendo cada uno en una punta del mundo diferente porque no pueden verse ni en pintura. Pero claro, al ser menor de edad, un niñito, tengo la obligación de viajar para ver a papá.

Mi madre y yo nos encontramos frente al mostrador de la aerolínea en la cual he viajado, su muy pronunciado ceño fruncido dice que esta mojada, pero no con la aerolínea, sino con papá. Misterios de la vida, no tengo ni idea de porqué culpa a papá por el error que la aerolínea cometió.

—¿Y el seguro? ¿Cuál es la cantidad que el seguro da por las cosas perdidas de mi hijo? Que si aún no se ha dado cuenta es un menor de edad viajando en su aerolínea.

—Señora...

—¿Qué hubiese pasado si hubiesen perdido mi hijo? ¿También me darían la estúpida excusa de que fue un error?—acusa mamá con un tono de voz más alto.

Yo también estaría gritando, pero no le prestarían ni la más mínima atención a este niñito.

Me canso de escuchar a mi mama gritarle a la chica del mostrador y me alejo del lugar para acercarme a la gran pared de cristal que muestra algunos taxis recogiendo personas que van a ir a la ciudad; algunos van de turistas, otros a visitar a sus familias, de estudio o sino de juerga, quien sabe.

—Hola—Una chica de cabello marrón claro y de mejillas sonrojadas me saluda, extrañamente en inglés—, ¿hablas inglés, verdad?

—Sí, desde los cuatro años.

—¡Genial! Aún estoy aturdida con el cambio de idioma, sé francés pero escucharlo todo el tiempo es extenuante.

—Digo lo mismo de tu idioma—ella se sonroja.

—¿Eres francés, entonces?

—Sí, soy francés.

—Mi mamá era francesa.

—Genial—respondo sin prestarle mucha atención.

—Siento molestarte, pero mi tía me pidió que esperara dentro mientras que un taxi llega para llevarnos a casa, pero estar aquí sola es aburrido y entonces te vi mirando fuera y llamaste mi atención.

Miro a la chica nuevamente, sus mejillas están más rosas que antes y su mirada es algo alicaída. Un sentimiento de vergüenza me ataca al instante, no debí ser tan distante con ella.

—Lo siento. Soy Gaston.

—Yo me llamo Sophie.

—¿Sophie?

—Sophia, pero me dicen Sophie.

—Entonces, Sophie, ¿eres estadounidense?—Trato de formar una conversación con ella.

—Canadiense.

—¡Genial! Por fin conozco a alguien que hable inglés que no sea estadounidense.

—¿No te gustan los estadounidenses?

—No soy fanático del país—me encojo de hombros.

—¿Cuál es tu apellido Gaston?

—Bonnet, ¿y el tuyo?

—Pirce.

Sin poder evitarlo empiezo a reír. ¿Enserio es canadiense o me está tomando el pelo? ¿Una canadiense con el apellido Pirce? Ella me frunce el ceño.

—¡No te rías!

—Vale, vale—digo calmándome un poco—. Lo haré con una condición.

—¿Cuál sería?—me mira con sospecha.

—Que me permitas decirte Pircelandia.

—De acuerdo, pero tú no te salvarás de los apodos tontos, bastón.

Espero que les guste este primer vistazo del pasado :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top