Secretos de Louart.
Bart.
Entro al salón de detención—Vaya novedad—, y me encuentro con ambos tórtolos sentados juntos lanzándose algunas sonrisas que en la regleta de Bart no son para nada amistosas. ¡Vamos! Louis se come con los ojos a Livana y Livana quiere jugar a la vaquera con el cuerpecito de Louis. ¡No le mientan al experto!
Julia Montgomery se encuentra sentada frente al escritorio y me imagino que el castigo aún no ha empezado porque faltan muchas personas. Es raro pensar que Livana sea pariente directa de Montgomery, muuuuy raro, pero en fin, cuando Montgomery se percata de mi presencia le lanzo un guiño ocasionando que ella me frunza el ceño.
Me acerco a los tórtolos, más específicamente a la silla a un lado de Livana y antes de tomar asiento coloco mis cosas sobre la mesa.
—Señor y Señora L, ¿cómo están en esta fantástica tarde de castigo?
—Como siempre—contesta Louis.
—¡Bart! Ya que estás aquí, ¿podrías contarme cosas de Louis?
—Lo haces y me vengaré—me advierte Louis.
Tonto, él sabe que sus amenazas no me asustan, creo que he tenido el nivel máximo de Louis en bromas hacia mi persona, estoy preparado para todo.
—Damos inicio al castigo. Para los que están aquí por primera vez las reglas son simples: No hablar, no utilizar nada que los pueda divertir, no sentarse cerca de Bart Taylor y si lo hacen ignórenlo totalmente—Me río por esa nueva regla implementada—, y si es posible, no respirar demasiado fuerte. Para los que han pasado antes por aquí, espero que se dieran cuenta de la nueva regla. Ahora sí, no quiero escucharlos.
—Solo falta que nos diga parásitos—mascullo por lo bajo pero Livana logra escucharlo por lo que trata de ocultar su risa.
—Bart, ¿me dirás cosas de Louis?
Lo pienso un poco antes de responder, cabe destacar que los ojos con advertencia de Louis están fijos en mí.
—Perdió su virginidad a los catorce.
—¡Hey, eso es privado!
—Liv es tu nueva amiga, debe saber cosas de ti—porfío.
—Pero créeme que no quería saber cuándo perdió Louis su virginidad, Bart—menciona ella obviamente incómoda—. Esas cosas no se dicen a los cuatro vientos.
—¿Ves? Ahora incomodaste a Livana—me regaña Louis.
—Está bien, está bien, lo siento. Ahora te contaré otra cosa que no tenga que ver con sexo, acércate—coloco mi boca en su oreja para susurrar—: Louis no es tan inocentón como aparenta, al chico le encantan las mujeres.
—¡Bart!
—¿Qué? Ella tiene que abstenerse a caer por esa carita de bobo que te traes día a día. Debes cambiar esa cara.
—Es la única que tengo—protesta él.
—Uy, pues pobre de ti amigo, debe ser horrible mirarte todas las mañanas al espejo.
Livana se carcajea. Sí, yo siempre haciendo reír a todos, deberían darme un premio de comedia.
—¡Ya cállate!—Uy, se enojó.
—Señor Baker, baje la voz—la voz poderosa de Julia retumba en las paredes del salón.
Ah claro, a él si le dice que baje la voz pero a mí me lanza cuatro meses más de castigo, ¿verdad? ¡No es justo!
—Lo siento, señora Montgomery—masculla él. Luego posa su mirada nuevamente en mí para susurrar—: ¿Viste lo que haces? Ugh no te soporto.
—Tú me quieres, Baker.
—Es cierto, te quiero en el fondo del río Humber.
—Uy, eso es un deseo muy feo, Lou Lou.
—¡Ya te he dicho que no me digas así!
—¡Señor, Baker!
Louis respira profundamente para luego formar un puchero estúpido. Wow, estoy descubriendo una nueva faceta de uno de mis mejores amigos.
—Defiéndeme, Livana.
—No metas a Liv en esto—señalo.
—Es increíble que ustedes dos sean amigos—murmura Livana.
—De hecho fue difícil que nosotros fuéramos amigos, Bart me odiaba.
—No es cierto, pero solo estaba celoso de que la atención estuviera puesta en él por ser el chico nuevo. Luego de que lo vi en... el... uhm... ¿cine?... uhm... mejor me cayo—Metí la pata, se supone que nadie debe saber que amo devorar libros. ¡Nadie!
—Fue en la biblioteca—dice Louis.
Maldito hijo de... su madre.
—¡Eso es mentira, fue en el cine!—chillo tratando de defenderme, pero tal vez lo hice demasiado fuerte.
Nahh, mentira, yo les dije que Montgomery solo reaccionaba gracias a mí. ¿Ven que a Louis le llamó la atención dos veces y más nada? Ah, pero habla Bartolomeo y las siete plagas caen encima de él.
—¡Ustedes dos sepárense, cada uno en una esquina, no los quiero juntos!
Buh, ¿ya qué? Estoy acostumbrado.
Pobre Bart, en serio él siempre paga los platos rotos :c
Espero que disfruten este capítulo, ya veremos cuando vuelvo a actualizar por aqui :(
Este capítulo está dedicado a Veronica :) Espero que te haya gustado. Recuerden que estaré dedicando capítulos a quienes comenten y voten en la historia <3
Nos leemos.
simy x
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