La nueva generación Parte 2: Hablemos de los amiguitos de Louis.

Louis.

Voy a ser papá.

Si, así como leíste... Louis Baker y Livana Baker serán padres.

Déjenme decirles que nada estaba planeado, fue un... Pequeño error de cálculos. Supongo que nos dejamos llevar por la pasión. Y déjenme decirles que Rio de Janeiro, Brasil, es un muy buen lugar para hacer un bebé.

Mientras empacamos nuestras cosas, solo puedo ver por el rabillo del ojo a mi hermosa y muy embarazada esposa. Una sonrisita se me escapa, tal y como ha sucedido los cinco días que han transcurrido desde que nos enteramos.

—¡Debes parar, Louis!

—¿Pero yo que hice?

—¡Sonreír!—exclama ella muy exaltada—. Me pones nerviosa.

—¿Ver sonreír a alguien te pone nerviosa? ¿Es algo de embarazos?—pregunto inocentemente pero con un toque de malicia.

—¡Agg, no puedo contigo!

Muy molesta pisotea hacia la salida de la habitación de hotel en dónde nos estamos hospedando y sin más sale, no sin antes hacer un escándalo con la puerta.

Rio celebrando mi victoria.

Molestar a Livana podría haberse convertido en uno de mis deportes favoritos.

No, no me vean así. No es porque esté embarazada, la cosa es que está nerviosa como el demonio porque aún sus padres no saben nada del bebé intocable. Se los diremos apenas pisemos tierra firme en Canadá... O tal ves un poco después, primero llegaremos a casa de Bart, era algo que habíamos prometido y mis suegros podían esperar. Bueno, realmente son palabras de Livana, me hubiese gustado más darle la noticia primero a mí suegra, decirle que sería una linda abuela.

Sigo empacando siendo consiente de que Livana volverá pronto. No pasan ni cinco minutos cuando ella vuelve con sus mejillas empapadas y ojos muy rojos,enseguida me alarmo.

—¿Livana?¿Estás bien? ¿Ustedes están bien?

—¡Eres un ser despreciable, Louis Baker! Me haces sentir tan mal.

Mi corazón da un vuelco, me regaño mentalmente por haber sido un tonto todos estos días con ella.

—Lo siento corazón, no volverá a pasar.

—¿Me lo prometes?—susurra ella entra hipidos.

—Si, mi amor, te lo prometo.

Por arte de magia Livana deja de llorar mientras se seca las lágrimas y me fulmina con esos ojos arrebatadores que tanto me encantan.

—No te metas conmigo, intocable. Sabes que cuando quiero puedo ser muy cruel.

—Mentirosilla, me has pegado un susto de muerte.

—Sigue molestando y te mandaré al hospital, no te metas con una mujer embarazada.

Sin poder evitarlo vuelvo a sonreír como tonto.

Livana es una mujer embarazada, por ende, voy a ser papá.

¡Voy a ser papá!

Cuando aterrizamos en Canadá ya son las diez de la noche, seis horas más tarde de lo estipulado, un pequeño retraso del vuelo. Pero ahí estaba mi fiel amigo Bart con su pequeño demonio colgando de su brazo. Johan al prestar atención de quienes se estaban acercando salta fuera de su padre para correr hasta nosotros.

—¡Tío Lou! ¡Tía Liv!

Johan primero salta a mis brazos, lo abrazo con fuerza como el lo hizo conmigo. Justo cuando va a cambiar hacia Livana, lo freno.

—Nada de abrazos fuertes a tu tía.

—¿Por qué?—hace un puchero hacia Livana y le pregunta—: ¿Ya no me quieres?

—Claro que te quiero, pequeño Taylor, ven a darle un abrazo a tu tía.

Livana me frunce el ceño y se queda en su lugar mientras llena de besos a Johan y le pregunta sobre sus primeros días de clases. Aprovecho ese momento para acercarme a Bart quien me está dando una de sus sonrisas de sabeloto.

—Nunca en mi vida pensé que tendrías una jodida buena puntería. Tardaste demasiado.

—¿Cómo es posible que...

—¡Por Dios! Tengo una noticia muy importante para ustedes, estoy ansioso por compartirla—me arremeda burlándose de mi—. Era un bebé o qué tu suegra estaba tres metros bajo tierra.

—Eso es muy cruel, Bartolomeo.

No mucho tiempo después estamos en la casa de Bart y como habíamos pensado la fiesta aún no había terminado, apenas estaban comenzando.

Todos mis sobrinos corrieron hacia nosotros. Lucas estaba más grande que la última vez que lo vimos, Lucy estaba más revoltosa que nunca y que decirles de Cristine, ¿Livana también se vería así de redonda?

A Tristan lo abracé al menos por diez minutos, hacia dos años que no lo había visto, tenerlo a él y a los chicos otra vez justo aquí era una de las cosas con las que podría estar más que agradecido con la vida.

Esta era mi muy querida y revoltosa familia intocable.

Las horas pasaron, mucha carne llego a mi estómago y los chismes entre las mujeres no se hicieron esperar.

Hasta que accidentalmente—no tanto—, salieron las palabras.

—Oigan, van a ser tíos.

Livana abre sus ojos como platos y con furia me lanza un trozo de carne que cae justo en mi ojo derecho.

—¡Ah! ¡¿Está cosa tiene picante?!

—Se supone que no lo diríamos así, Louis—reprocha ella.

Pero su enojo se esfuma cuando todos empiezan a felicitarla.

¿Qué? Ya todos lo sabían, solo había que confirmarlo.

—¿Te das cuenta de que ya completaste el nuevo grupo?—pregunta maliciosamente George.

—Dios mío, y son más, no quiero más llamadas del director—Connor menciona preocupado.

—Es el karma—dice Tristan.

—Si si, el karma, directores, mas intocablecitos, bla bla bla. Hablemos de que Louis tiene un pene defectuoso y fue el último en poner sus amiguitos a competir dentro de Livana.

Eso salió bien... Con mis suegros, bueno, eso es otra historia.

GRACIAS POR AYUDARME A RECUPERAR REGÁLAME UN LÁPIZ, UN PEQUEÑO REGALO PARA TODOS USTEDES. DISFRÚTENLO, PORQUE NO SABEMOS CUANDO HABRÁ MÁS.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top