La extraño.

George.

Hoy es la cita de Connor, nunca pensé que esto iba a suceder con alguno de los intocables, ni siquiera con Louis. ¿Una cita? ¿Novia? No, eso no existe en nuestro vocabulario, solo salimos con chicas por un tiempo y ya. Mi madre me dice que eso lo decimos ahora, pero que en algún momento vendrá esa personita especial que nos ponga el mundo de cabeza.

—¿Me veo bien?

—Te vez como una nenaza, Connor—dice Bart.

—Te vez bien, Connor. Solo no la riegues con Daisy, que te conocemos—intervengo yo.

Hay ocasiones en las que Connor se comporta como un idiota.

—Sí, sí, ya Louis me dijo como actuar. Confío en Louis.

—Hieres mi corazón, confías más en Louis que en mí—Bart se hace el ofendido.

—Louis es la mente maestra de los intocables.

—Él tiene un punto—afirma Tristan.

—Bien, chicos, deséenme suerte.

—¡Bésala cuando la lleves a casa!

—¡No le hagas caso a Bart!—exclama Louis—. Deja que ella te bese a ti.

Connor coloca los ojos en blanco y sale por la puerta de nuestra cueva de planes. Después de que la puerta es cerrada observo a Tristan, él y yo tenemos un asunto pendiente: buscar una novia.

—¿Nos vamos, Tristan?

—De acuerdo—Él toma un último trago del vaso en el que está tomando jugo de piña. [1]

—¿A dónde van?—inquiere Louis.

—Tenemos una apuesta que saldar—menciono yo.

—¿La de buscar novia? Y dicen que yo soy el raro del grupo.

—Louis, sigues siendo el raro del grupo—menciona Bart.

Tristan y yo los dejamos atrás con su discusión. Quiero ganar, me encantaría que él lavara mis calzoncillos sucios. Salimos de la casa de Bart hacia el parque, ese es el lugar donde se consiguen más chicas solteras.

—Espera George.

—¿Qué sucede?—volteo hacia él.

—No quiero seguir con la apuesta.

—¿Qué?

—Yo... hace unos días vi una foto de Sophie... George, todavía la quiero.

Aún recuerdo el día en que Tristan me dijo que había besado a Sophie Soph, la hermana melliza de Connor y por la cual habíamos bautizado a nuestro grupo como los intocables. Connor nos había advertido a todos que su hermana era y es intocable, ella es su adoración. Por favor, compartieron el vientre de su madre por nueve meses.

En fin, Tristan ese día estaba que lloraba, me pidió un consejo, se lo di, iba a luchar por Sophie, pero ella se fue sin más, sin despedirse de los demás. A todos nos dolió eso, pero a Tristan lo destrozó.

—Tristan, si ella se fue es por la presión que tenía aquí. Su madre recién fallecida, su padre borracho, su hermana embarazada y otro peso más, tú besándola.

—La extraño demasiado.

—Ella volverá, hermano y, cuando eso suceda tienes que luchar por ella. ¿Me lo prometes?

—Te lo prometo, George. Gracias hermano.

Y aqui llegó la historia de la apuesta. Pobrecito mi Tris Tris :(

Esperen el próximo capítulo :) Porque si, habrá otro.


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