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Miraba el suelo desde mi balcón, la altura se veía tan relajante, me llamaba e incitaba a lanzarme para acabar con mi miserable vida.

3 meses bastaron para romperme, en solo 3 meses todo se volvió gris y aterrador.

Sé que la muerte no es la solución, eso sería darles el gusto a esas personas, pero cuando ya no existe ninguna gota de luz, nada vale la pena, vivir mi vida en estos instantes es una tortura.

Muchos dirán que soy un exagerado, que debo esperar un par de meses más para que se olviden, pero duele.

Es horrible estar en la cima y caer por algo que no hiciste.

Mi vida social dio un horrible giro, era el chico más popular de la universidad, gracias a mi dinero y porque soy el capitán del equipo de fútbol, salía con la capitana de las porristas, tenía "excelentes" amigos, todos me admiraban por ser el mejor de mi promoción.

Me tachaban como una especie de príncipe o caballero al ser tan educado con las personas, el chico perfecto que jamás lastimaría a nadie.

Un hombre que las mujeres buscan usualmente como pareja, al menos eso decían, a mí me importaba poco lo que pensasen de mí.

No me interesaba la popularidad y que pensasen que era un buen chico, no lo hacía intencional, mis padres me educaron de una forma ejemplar.

Jamás lastimaría a una persona y menos a alguien que quiera, no va en mi personalidad y valores ser cruel.

Quiero mi vida de vuelta, no la popularidad, pero sí caminar con una sonrisa por la facultad.

Desgraciadamente, nunca volverán a ser las cosas iguales, pero ¿cómo inició todo?

Una fiesta en mi fraternidad...

Mis amigos decidieron hacer una fiesta por haber ganado el campeonato, obviamente acepté, qué mejor que celebrar a lo grande.

Todos estaban invitados, no importaba quién eras o si no eras "popular", estabas más que bienvenido.

La fiesta era ruidosa, Camie aún no llegaba, pero sí otras porristas, todas amigas entre sí, lo cual era una simple fachada; en mi opinión una de las pocas que tienen cerebro de ese grupo es Uraraka.

Ella es agradable, si bien no somos amigos y poco hemos interactuado, sé que es agradable de presencia; es extraño verla con las otras porristas, usualmente se junta con otros chicos de otras carreras.

Entonces me di cuenta de que Ochako se alejó de ellas y fue directo hacia esos 3 chicos con los que se junta, solo conozco a Todoroki, él está en mí misma carrera y año, jamás he cruzado palabras con él.

Dejé de observarla, sería muy raro si seguía viéndola por mucho tiempo.

Por el pasar de las horas me bebí una lata y media de cerveza, no estaba ebrio, pero si un poco lento y torpe...

Setsuna apareció, una porrista que siempre me coqueteaba, pero yo la ignoraba incluso más de una vez le frené sus comentarios.

Ella agarró sutilmente mi brazo y me arrastró al segundo piso, específicamente mi habitación, mi lentitud me hizo tardar en soltarla, no podía empujarla, con mi fuerza la lastimaría.

Comenzó la tortura.

Setsuna me soltó el brazo, dejándome al lado de la puerta; ella se acercó a mi cama y comenzó a abrirse la blusa.

El alcohol se salió de mi sistema rápidamente, me cubrí mis ojos con mi mano y dije.

"Vete de mi habitación ahora"

Ella se negaba.

"Tengo novia y no me interesas de esa forma... y ni siquiera como amiga"

Ella gruñó molesta.

"Te vas a arrepentir Izuku, te juro que te vas a arrepentir"

Sonreí burlón, sí, claro que me iba a arrepentir.

¿Por qué creen que engañaría a mi novia? No soy ese tipo de basura, ni siquiera ebrio podría.

Y si lo hiciera es porque no estaría en mis 5 sentidos, en otras palabras, estarían abusando de mí, es la única forma.

Tan solo pensar en algo así me causa asco, la personas que se aprovechan de alguien ebrio son monstruos.

Mañana le diré todo a Camie, esto no lo iba a ocultar.

Todo cambió al día siguiente, alguien sacó una foto de nosotros dos entrando en mi dormitorio y luego una donde ella salía.

Izuku Midoriya fue infiel con Setsuna.

Mi novia rompió conmigo, a pesar de que le expliqué, nadie me creía, mis amigos solo lanzaban bromas y me felicitaban.

¿Me felicitaban por ser un maldito infiel?

Miradas feas, no quise intentar nada más con Camie, no iba a estar con alguien que no me cree.

Todo se iba a olvidar... ¿cierto?

Las cosas se tergiversaron, comenzaron a mentir, la dejaron a ella como una víctima... supuestamente le toqué su pierna sin permiso, ella me rechazó y se marchó asustada.

Era mi palabra contra la suya.

Escribí en mis redes sociales para explicar, nadie me creyó, incluso empeoró el odio masivo de gente que ni conocía.

¿Desde cuándo aparecieron tantas personas que me odian?

Mis amigos no me creyeron, me veían con asco, como si fuese de lo peor.

Entendible, pero ellos conocen la clase de persona que soy, yo jamás haría eso.

Incluso ella se estaba aprovechando de un tipo que estaba un poco ebrio.

¿No yo sería la posible víctima?

Caminar en la facultad fue una tortura, gritos, insultos horribles, calumnias...

Mi vida se fue destruyendo con sus miradas de desprecio y asco, las chicas me veían como un degenerado.

"Era obvio que era ese tipo de enfermo, los más perfectos siempre lo son"

"Es un bastardo, se veía venir"

"Ojalá se muera, personas como él no merecen vivir"

"Odio a ese tipo de personas que se creen superiores"

"Él miraba a las otras porristas, estoy seguro"

"Ten cuidado de quedarte a solas con él"

Eso eran de las pocas cosas que me dicen, creo que no me agreden solo porque soy fuerte.

Al 2° mes comencé a creer que sí lo hice, cuando te repiten una y otra vez lo mismo terminas creyendo que eres un monstruo, pero luego me negué a mí mismo creerlo.

Decidí no hablar con ningún compañero nunca más, solamente en los entrenamientos les hablaba y luego me iba rápido a las duchas para cambiarme.

Ya no salía como antes, me encerraba en mi dormitorio estudiando o usando mi celular.

Comencé a usar sudaderas con gorros y una bufanda, solo se veían mis ojos, nada más.

Algunos se daban cuenta y me insultaban.

Comencé a tenerle miedo a las personas, temía estar a solas con una persona y que ésta mintiese, que me hiciese daño.

Intentaba estar lo más lejos posible de cualquier ser humano, si no estoy, nadie dice nada, nadie puede mentir, nadie me culpará.

Todas las noches lloro como un niño, nadie me cree.

Me moriré sin decirle a mis padres lo que me ocurre, no quiero que ver sus rostros y decirme que soy un monstruo.

Si ellos no se enteran, estoy a salvo de que le crean a esa tipa y no a mí.

No quiero escuchar que no me creen.

Actualmente, lo peor son las redes sociales, mensajes de odio, insultos, gore, desean mi muerte.

Ya no publico nada, pero en mis antiguas publicaciones escriben.

Ahora estoy en mi balcón deseoso de lanzarme, acabar con todo, terminar con mi vida.

Miré el cielo nocturno por última vez, al fin sería libre de ellos, nadie más me miraría con asco y me diría cosas malas.

—¡Tonto, no te lances! —gritó una voz femenina, era el insulto más dulce que he escuchado hasta ahora.

Bajé mi mirada, era Ochako, hasta ahora de las porristas es la única que no me ha insultado o mirado feo, incluso me saluda cuando me ve.

—¿Por qué no debería? —dije sin más, lanzarme era más fácil que vivir mi asquerosa vida.

Les haré un favor si me muero, eso es lo que quieren.

Ella no respondió, parecía estar buscando una respuesta.

Sonreí y miré el suelo, no había vuelta atrás; cerré los ojos y susurré un adiós...

Fin...

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