CAPÍTULO IX


      A bordo de un trirreme egipcio Bubaste mira a su alrededor y se queda sobrecogido por el gran  espectáculo de ver una flota tan numerosa . Seiscientos barcos la componen . Birremes y trirremes fenicios , egipcios y chipriotas son los navíos de guerra .
       Al necesitar estos navíos para el combate infantería a bordo , entre ellos arqueros , el Satabam de Bubaste se encuentra a bordo de dos de los trirremes .
        Por el capitán del barco , sabe que  la flota se dirige a la isla de Lade . Allí se encuentra la flota helena .
         Con el ritmo del tambor , los remeros hunden los remos en el agua y los mueven , y junto con el viento que hincha las velas , los barcos navegan por el mar mediterráneo .


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    Al mando de la flota combinada  helena  , se encuentra el experto marinero y capitán Dionisio de Focea . Con el título de almirante , Dionisio no ha perdido el tiempo y se ha dedicado a entrenar con dureza en el arte de navegar y combatir en el mar , a los marineros y combatientes helenos de otras polis estado .
        Esto le ha granjeado odio y resentimiento por parte de algunos helenos .
        Gracias a ese entrenamiento la flota combinada ha obtenido varios éxitos al destruir navíos fenicios y causado daño al comercio de Fenicia y por tanto daño a los tributos para el Imperio Persa Aquemenida .
      Sus vigías le habían informado del avistamiento  de la flota enemiga .
       Antes de embarcar en su trirreme se acerca para reunirse con los comandantes de Atenas , Lesbos , Samos , Focea y de otras polis estado de Jonia . Uno de ellos Hefestion  , de la flota quiota se le acerca .

         - He recibido el mensaje de mi ciudad . El anterior tirano ha enviado un mensajero , pidiendo a la ciudad que se rinda y acepte el dominio persa a cambio de perdón .

         - Gracias por decírmelo Hefestion . He tenido noticias de movimientos similares en otras ciudades . Los persas quieren dividirnos para someternos con más facilidad .

        Mira a todos los presentes y mueve la cabeza en señal de aprobación al almirante ateniense Quion .

         -  Ya sabéis que la flota persa se acerca . Barcos fenicios , egipcios , líricos y chipriotas . Todos los aquí presentes sabéis lo que tenéis que hacer en cada momento con vuestros navios . Si nos mantenemos unidos podemos vencer aunque nos superen en una proporción de casi dos a uno .
Ahora embarquemos .

        - ¿ Sin hacer un sacrificio al Dios Poseidon ? - pregunta perplejo el almirante de la polis Lesbos .

         - No hay tiempo . La flota combinada persa se nos echará encima , en está playa - ordena de forma tajante Dionisio .

         - Nuestra causa es justa . Los dioses nos ayudarán a vencer a los marinos persas - dice Quion , convencido de ello .

        Cada comandante heleno sube a su trirreme y ordena enviar una señal a cada trirreme y birreme bajo su mando , iniciando la navegación .
        El almirante Dionisio embarca en su trirreme y a una señal del capitán , los remeros ocupan su lugar . Mediante la cadencia del tambor , los remeros meten los remos en el agua y los empujan , al mismo tiempo que los marineros sueltan y extienden la vela cuadrada .


        En cuestión de un par de horas , la flota combinada helena parte de la isla de Lade ,  con el deseo de interceptar y destruir a la flota combinada de los pueblos sometidos al dominio persa .


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          En el lado persa , el general Artabarnes , ahora con funciones de almirante , observa la formación de la flota enemiga .
       
         - Si mantienen la formación va a ser muy difícil maniobrar para  poder usar los espolones - le comenta el capitán de su trirreme .

        - Lo sé - dice con furia - Aún así , esos malditos helenos no van a avanzar a mar abierto , si nos retiramos ahora . < Va a ser una batalla naval endiablada >

       - ¡ Están avanzando !

       - Prepararemonos para la batalla . Envía un mensaje . Quiero una flotilla de reserva - ordena Artabarnes .

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         - ¡ Boga de combate ! - ordena con su vozarron Dionisio , al ver a los navíos de la flota persa .

         < Sus birremes y trirremes no son tan fuertes como los nuestros ,  y aquí no pueden maniobrar con facilidad , debido a su número > piensa con satisfacción Dionisio .
        El capitán de su trirreme ha dado las órdenes oportunas para enfilar el espolón contra los remos del navío egipcio .
        El tambor retumba a más velocidad y los remeros helenos aumentan la velocidad con la que mueven los remos .
        Ve a los arqueros medos cerca de las proa de los trirremes y birremes enemigos .

         - Escudos a proa - ordena .

         Uno de sus oficiales llamado Demetrios se le acerca y le toca el hombro para atraer su atención . El almirante Dionisio se gira y ve la preocupación en el rostro del hombre .

          -  ¡ Señor ! ¡ Algunos de nuestros navíos han roto la línea ! - dice alarmado mientras señala unos trirremes y birremes que se han quedado rezagados .

        - ¿¡ Pero qué hace ese imbecil de Apolonio !?- pregunta iracundo Dionisio  al ver que el emblema de los navíos son de la isla de Samos - ¡ Ha dejado expuesto el flanco derecho !

        Más de cuarenta galeras de la isla de Samos se habían quedado atrás , dejando el flanco de la flota helena expuesta a un ataque . Además de dar al traste con el plan de Dionisio para destruir la flota persa .
        Ante su sorpresa , esas galeras viran a estribor .

      - ¡ Están huyendo ! ¡ Cobardes ! - grita fuera de sí , Dionisio .

          El ruido de los remos al romperse , atrae su atención . Las flechas persas repiquetean en los escudos hoplitas .
 

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        Lo que no sabe Dionisio es , que no ha sido la cobardía lo que ha empujado al almirante Apolonio abandonar a la flota . Han sido órdenes del gobierno de Samos .
         Este gobierno ha aceptado la generosa oferta del Rey Dario que conlleva el perdón , reducción de tributos y beneficios comerciales .
         Y el coste a cambio no solo ha sido la deserción de la causa rebelde de las polis helenas de Jonia , sino la traición .

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         El almirante Artabarnes sonríe satisfecho al ver la deserción oportuna de la flota de Samos . Ahora si que superan en dos a la flota combinada helena .
Seiscientas galeras persas contra trescientas galeras helenas .
        Comienza a dar órdenes que son transmitidas por banderines al resto de las galeras .

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        El caos se propaga con rapidez en la flota helena . Después de  que su trirreme ha dejado a la deriva , sin una parte de remos , a la galera egipcia , Dionisio se da cuenta de que la batalla está perdida .
        < Aún así , no nos iremos sin causar daño a la flota persa >
        
         - ¡ Boga de embiste ! - ordena Dionisio .

         Con ayuda del timonel y las órdenes oportunas del capitán de su trirreme , la galera helena vira .
Los remeros sudando y doloridos por el esfuerzo , aumentan las paladas de los remos .
       El choque con la galera fenicia es brutal . Todos , tanto  helenos como persas y medos caen en cubierta a causa del impacto . El espolón de bronce atraviesa las maderas del costado de la galera fenicia , y el agua del mar comienza a entrar a raudales en la galera .

        
          Está comienza a hundirse , debido a la vía de agua . Los marineros , remeros y soldados a bordo persas y medos abandonan la condenada galera tirándose al mar , para alejarse de ella .

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        La flecha de Bubaste se clava en el cuello del timonel de la galera helena .

        - ¡ Buen disparo ! - le felicita el capitán egipcio Amoxes .

         Con sus arqueros , también hay arqueros egipcios que disparan flechas constantes contra la cubierta enemiga . Estás causan más bajas entre los marineros y peltastas que entre los hoplitas helenos .

         - ¡ Agarraos ! - ordena el capitán Amoxes .

        Bubaste deja de lanzar flechas y se agarra con fuerza a la barandilla de la galera , mientras el espolón egipcio impacta en el costado de la galera ateniense .


        La galera se bambolea por el impacto . Varios atenienses caen por la borda .
        Los remeros mueven hacia atrás los remos , y la galera retrocede , sacando el espolón del interior de la galera . Desde su posición en la proa , Bubaste ve como el agua del mar entra en el interior de la galera por el agujero .
         Mientras la galera ateniense se hunde ,, los hoplitas atenienses se desprenden con rapidez de las armaduras linotorax o de bronce , y de sus armas , para a la hora de saltar por la borda , no hundirse con el peso .

         - ¡ Atención ! ¡ Garela por babor ! - avisa el vigía .

         - Otra galera ateniense . Pretenden usar su espolón . Ahí que moverse - le advierte a Bubaste  - ¡ Vira a  estribor ! - ordena el capitán egipcio a su timonel .

        Los marineros egipcios aún no siendo tan excelentes como los fenicios , realizan con rapidez la maniobra .

         - ¡ Arqueros conmigo ! - grita Bubaste . Coge una flecha del carjaz y la coloca en el arco . Tensa la cuerda llevando la flecha hacia atrás . Apunta a uno de los hoplitas que levanta su lanza de acometida . Suelta la flecha y está sale volando a gran velocidad , y se clava en el ojo izquierdo del hoplita . Este cae .
        Más flechas son lanzadas y caen sobre hoplitas y peltastas helenos .


      Otros miembros de su Satabam lanzan jabalinas , sobre los helenos . Sucede un intercambio de proyectiles entre los guerreros de ambas galeras .
        Una de las jabalinas pasa muy cerca de Bubaste . Aunque ha visto la muerte muy de cerca , Bubaste lanza una flecha y está se clava en la rodilla de un hoplita . Este cae herido y dos flechas lanzadas por los egipcios , le rematan .
         
          - ¡ Nos van a abordar ! - avisa el capitán egipcio .

          - Preparaos para rechazarlos - ordena Bubaste , a la vez que suelta el arco , coge su escudo y desenvaina su espada corta akinake .


         - ¡ Formar líneas ! - ordena Bubaste a los guardias reales .

         Los hombres de su Satabam forman , creando una línea de escudos . Detrás , los arqueros y lanzadores de jabalinas egipcios , lanzan proyectiles contra los hoplitas y peltastas helenos que saltan entre galeras para el abordaje . Algunos de ellos caen en el agua al ser atravesados por los proyectiles . Aún con ello , varios hoplitas helenos suben a cubierta .

         - ¡ A por ellos ! - ordena Bubaste , consciente de que la fuerza de los hoplitas está en su unidad . Pero al saltar a otra galera habían perdido cohesión .

        Con su escudo , Bubaste para una lanza . Con un giro de su muñeca corta el asta de otra lanza que se ha estrellado contra otro escudo .
        Cuando el hoplita griego desclava su lanza  de su escudo de mimbre y la retina , Bubaste se abalanza contra él y lo empuja contra el escudo hoplon de otro hoplita . Alza su espada corta y con rapidez la hace descender cortando entre  la unión del hombro con el cuello . La sangre brota salpicando . El hoplita cae y el otro hoplita viendo que no hay sitio para usar la lanza , la suelta y desenvaina la espada xifos , mientras se cubre de los golpes de espada con el escudo .
        Cerca de Bubaste , los hombres luchan , hieren , mueren mientras él y el heleno cruzan los filos de sus espadas . Bloquear golpes de espada con el escudo o desviar el filo con el propio filo de su espada y golpear con ella el escudo hoplita , mientras  busca una abertura para herir .
        El heleno con el que  se enfrenta tiene unos treinta años , con barba bien recortada . A tan corta distancia puede ver el color de sus ojos , y el miedo , así como el odio reflejados en ellos .
       
        - ¡ Llegan refuerzos ! - grita con entusiasmo uno de sus guerreros .

       Detrás del heleno , ve con una alegría feroz , como guardias reales del resto de su compañía que estaban en la otra galera , han abordado la galera ateniense . Los egipcios no se quedan atrás y abordan por la popa al trirreme ateniense .
        El hoplita alarmado pierde la concentración y Bubaste le clava la hoja de su espada en la yugular . Sus guardias acaban con el resto de atenienses .

      - ¡ Hemos capturado una galera enemiga ! - grita entusiasmado el capitán egipcio .

       - ¡ Ya ! ¿ Pero vamos ganando ? - pregunta Bubaste al ver el caos de la batalla naval a su alrededor .

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        Las galeras de la isla griega de Lesbos también huyeron del combate naval , lo que permitió vencer a la flota persa .
        Algunas galeras griegas habían huido y los supervivientes de la flota persa , festejan  en la noche  a la luz de las hogueras , su victoria ,  en la propia playa de la isla de Lade , donde aquella mañana la flota helena había estado fondeada .
        Un poco borracho y contento de haber sobrevivido , Bubaste retozando con una joven esclava bactriana . O más bien ella , cabalga sobre él ,  desnuda y excitada , como si fuera una jinete escita . La forma en la que sus generosos senos se mueven , en las embestidas , provocan una gran excitación .
        Una parte de Bubaste se siente mal , por serie infiel a su esposa a la que ama con locura .
Pero el haber estado a punto de poder morir de formas horribles como ahogado o devorado por los tiburones que acudieron a la batalla , debido al olor de la sangre , para terminar dándose un festín , hace que Bubaste necesite olvidar por un momento los horrores de la guerra .

   

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