tendrás que esforzarte para ganar mi corazón (fin de temporada 1)

Isabella estaba sentada en el sofá junto a su padre, con una manta suave cubriéndole las piernas y un gran bol de palomitas en la mesa frente a ellos. El televisor proyectaba una de esas películas absurdamente malas que su padre siempre encontraba divertidas, y aunque ella no solía disfrutar de ese tipo de cosas, en ese momento lo agradecía. Al menos, estar con él la ayudaba a despejar su mente del caos emocional de las últimas horas.

Papá de Isabella (riendo a carcajadas):
"¡Mira eso, Isa! ¡Ese alienígena ni siquiera parece real! ¿Es que a nadie se le ocurrió gastar más de diez dólares en efectos especiales?"

Isabella esbozó una pequeña sonrisa, pero no tan genuina como de costumbre. Estaba tratando de relajarse, de dejarse llevar por el humor ridículo de la película, pero su mente seguía regresando a las palabras de Lincoln y, sobre todo, al torpe descubrimiento de Phineas. Su corazón todavía estaba dividido entre la comprensión y el dolor.

Isabella (con un tono ligero, pero distraído):
"Sí, papá. Es... bastante malo. Pero supongo que eso lo hace gracioso, ¿no?"

Su padre la miró de reojo mientras tomaba un puñado de palomitas. Él la conocía demasiado bien como para no notar que algo andaba mal. Aunque Isabella intentaba fingir que estaba bien, su semblante y la manera en que miraba la pantalla sin realmente verla lo delataban todo.

Papá de Isabella:
"¿Quieres hablar de lo que sea que te está molestando? No tienes que decirme nada si no quieres, pero estoy aquí para escucharte."

Isabella negó con la cabeza ligeramente y hundió la mano en el bol de palomitas. No estaba lista para contarle a su padre todos los detalles, especialmente sobre lo que había ocurrido entre ella, Lincoln y Phineas. Era demasiado reciente, demasiado confuso.

Isabella:
"No es nada, papá. Solo... cosas tontas de adolescentes. Nada que valga la pena."

Su padre arqueó una ceja, claramente no convencido, pero decidió no presionarla. En cambio, cambió de tema, como solía hacer cuando quería darle espacio para relajarse.

Papá de Isabella:
"Bueno, si cambias de opinión, sabes que siempre puedes contar conmigo. Mientras tanto, ¿qué te parece si criticamos esta obra maestra del cine de bajo presupuesto? ¡Mira! ¿Eso se supone que es un platillo volador o la tapa de un bote de basura?"

Isabella soltó una pequeña risa, genuina esta vez, y negó con la cabeza. Agradecía que su padre supiera cómo distraerla, incluso cuando las cosas parecían difíciles. Poco a poco, comenzó a relajarse, permitiéndose disfrutar del momento.

A medida que avanzaba la noche, Isabella encontró consuelo en el tiempo que pasaba con su padre. Aunque su corazón seguía un poco dolido y su mente no podía evitar volver a las últimas conversaciones con Lincoln y Phineas, al menos, por ahora, estaba rodeada de cariño. Era un pequeño respiro, pero uno que necesitaba desesperadamente.

El padre de Isabella, que había estado relajándose en el sofá junto a su hija viendo la película, se levantó al escuchar el timbre de la puerta. No esperaba visitas a esa hora, pero fue a atender con tranquilidad. Al abrir, se encontró con Phineas, quien estaba de pie en el umbral, claramente nervioso y retorciendo las manos.

Phineas:
"Eh... Hola, señor. ¿Está Isabella en casa? Necesito hablar con ella... es importante."

El padre de Isabella levantó una ceja, observando al joven. Había algo en su tono que delataba que estaba ahí para algo serio. Miró hacia atrás, hacia el sofá donde Isabella estaba viendo la película, distraída.

Padre de Isabella:
"Está aquí, sí. Pero, chico, ¿sabes qué hora es? Podrías haber esperado hasta mañana."

Phineas (inquieto):
"Lo sé, lo sé. Es solo que... no podía esperar. Por favor, señor, solo será un momento."

El padre de Isabella suspiró y asintió con la cabeza. Girándose hacia el interior, llamó a su hija.

Padre de Isabella:
"¡Isabella! Es para ti. Está Phineas en la puerta."

Isabella, que apenas estaba comenzando a relajarse después de toda la confusión del día, sintió su estómago caer al escuchar ese nombre. Hizo una pausa, respiró hondo y se levantó con lentitud, dejando la manta a un lado. Caminó hacia la puerta, sus pasos pesados. Al llegar, vio a Phineas de pie, con los hombros caídos y una expresión nerviosa.

Isabella:
"¿Qué haces aquí, Phineas?"

Su tono era apagado, casi sin emoción, pero no podía evitar que se filtrara un dejo de cansancio. El padre de Isabella, sintiendo la tensión en el aire, decidió darles algo de privacidad.

Padre de Isabella:
"Estaré en la sala. No tarden mucho, ¿de acuerdo?"

Los dos jóvenes asintieron, y cuando el padre de Isabella se alejó, Phineas dio un paso adelante.

Phineas:
"Isabella, yo... tenía que venir. No podía dejar las cosas como estaban. Quiero que hablemos."

Isabella:
"¿De qué? ¿De cómo nunca te diste cuenta de nada? ¿O de cómo me hiciste quedar en ridículo frente a todos hoy?"

Phineas bajó la mirada, avergonzado.

Phineas:
"Tienes razón. Fui un idiota. Nunca me di cuenta de lo que sentías, y... y ahora que lo sé, no puedo dejar de pensar en todos los momentos en los que debí haberlo notado. Pero no vine a disculparme solo por eso. Quiero arreglar esto, si es que puedo."

Isabella:
"¿Arreglarlo? ¿Cómo? Ya dijiste lo que dijiste, y no puedo borrar lo que sentí cuando me di cuenta de que nunca te diste cuenta... Phineas, ¿por qué estás aquí ahora? ¿Por culpa? ¿Porque Lincoln te hizo reflexionar? Porque no parece que sea por ti."

Phineas negó con la cabeza rápidamente, alzando las manos.

Phineas:
"No, no es por eso. Es porque me importa, Isabella. Siempre me has importado, pero fui demasiado ciego para darme cuenta de lo que realmente significabas para mí. Y sé que ahora parece que llego tarde, pero... quiero que lo sepas."

Isabella lo miró fijamente, cruzando los brazos. Había un conflicto evidente en sus ojos, una mezcla de enojo y tristeza.

Isabella:
"Phineas, no puedo hacer esto ahora. Estoy cansada. Cansada de esperar que notes algo que para mí siempre fue tan claro. ¿Sabes lo difícil que es sentir algo por alguien que parece no verte de esa forma, no importa cuánto intentes?"

Phineas bajó la cabeza, sus hombros se hundieron un poco.

Phineas (en voz baja):
"Lo siento, Isabella. No puedo cambiar el pasado, pero quiero que sepas que... que siento mucho lo que hice. Todo lo que no vi. No quiero perder nuestra amistad por esto."

Isabella lo observó en silencio por un momento. Finalmente, suspiró, suavizando un poco su postura.

Isabella:
"Phineas... no voy a mentir. Me duele. Pero tampoco quiero perder nuestra amistad. Solo... dame tiempo, ¿sí? Necesito procesar todo esto. Tú también deberías hacerlo."

Phineas asintió, entendiendo que no podía forzar una solución.

Phineas:
"Está bien. Tómate el tiempo que necesites. Solo... quiero que sepas que estaré aquí, siempre."

Isabella no respondió, pero le dio un leve asentimiento antes de volver a entrar. Phineas se quedó en la puerta por un momento, pensando en todo lo que había pasado. Luego dio media vuelta y se alejó, con el corazón pesado pero con la esperanza de que el tiempo les permitiera sanar.

Al día siguiente, el ambiente era tranquilo en el vecindario. Phineas estaba sentado en el porche de la casa Loud, jugueteando con una ramita en sus manos mientras miraba al suelo. Su rostro reflejaba incomodidad, como si estuviera perdido en sus pensamientos.

Lincoln, quien había salido de la casa hacía unos minutos, notó a Phineas y decidió acercarse. Caminó despacio, con las manos en los bolsillos, hasta detenerse a unos pasos de él.

Lincoln:
"Hey, Phineas. ¿Puedo sentarme?"

Phineas levantó la vista, notando a Lincoln. Dudó por un momento, pero luego asintió.

Phineas:
"Claro... adelante."

Lincoln se sentó a su lado, observando el jardín frente a ellos. Por unos segundos, ninguno de los dos dijo nada. Finalmente, Lincoln rompió el silencio.

Lincoln:
"Sabes, puedo imaginar lo que estás sintiendo ahora mismo. Es complicado, ¿verdad?"

Phineas soltó un suspiro, dejando caer la ramita que sostenía.

Phineas:
"Complicado es quedarse corto. Es como... como si todo lo que pensé que sabía estuviera al revés. Nunca me di cuenta de lo que Isabella sentía por mí. Y ahora... siento que la decepcioné."

Lincoln lo miró con empatía, apoyando sus brazos en las rodillas.

Lincoln:
"Es normal sentirse así. A veces, no vemos las cosas que están justo frente a nosotros. Y cuando finalmente lo hacemos, puede ser un golpe duro."

Phineas asintió lentamente, pero aún parecía abatido.

Phineas:
"Lo peor es que no tengo una excusa. Isabella siempre estuvo ahí para mí, siendo amable, cariñosa... Y yo... yo solo lo tomé como algo normal. Ni siquiera pensé en lo que podría significar para ella."

Lincoln lo observó con una leve sonrisa, tratando de aliviar un poco la tensión.

Lincoln:
"Bueno, al menos ahora lo sabes. Y, mira, no puedes cambiar el pasado, pero sí puedes decidir cómo actuar a partir de ahora. Isabella necesita tiempo, eso está claro. Pero no significa que todo esté perdido entre ustedes, ¿sabes?"

Phineas miró a Lincoln, como si buscara una pizca de esperanza en sus palabras.

Phineas:
"¿Crees que pueda arreglar esto? ¿Que algún día pueda recuperar su confianza?"

Lincoln:
"Phineas, eres una buena persona. Sí, cometiste un error al no darte cuenta, pero todos cometemos errores. Lo importante es aprender de ellos. Dale espacio a Isabella, pero no la abandones. Demuéstrale que valoras su amistad, que realmente te importa. El resto... bueno, el tiempo lo dirá."

Phineas permaneció en silencio por un momento, procesando las palabras de Lincoln. Finalmente, soltó un suspiro más relajado y asintió.

Phineas:
"Supongo que tienes razón. No puedo seguir lamentándome sin hacer nada al respecto. Gracias, Lincoln. No sé si sería capaz de manejar todo esto sin alguien con quien hablar."

Lincoln sonrió, dándole una palmada en el hombro.

Lincoln:
"Para eso están los amigos, ¿no? Además, si alguien puede arreglar esto, eres tú, Phineas. Solo sé sincero contigo mismo y con Isabella."

Phineas logró esbozar una pequeña sonrisa. Aunque el camino aún parecía complicado, sentía que tenía un poco más de claridad gracias a Lincoln. Ambos permanecieron sentados en el porche, disfrutando del aire fresco mientras el día avanzaba lentamente.

Phineas seguía sentado junto a Lincoln en el porche, con el silencio ocasionalmente roto por el canto de los pájaros o el ruido de algún auto pasando. Después de unos momentos, Phineas se giró hacia él con una ligera curiosidad en su mirada.

Phineas:
"Lincoln... ¿puedo preguntarte algo?"

Lincoln:
"Claro, dime."

Phineas dudó un poco, pero al final soltó la pregunta.

Phineas:
"¿Tú ya tienes experiencia con esto de... las relaciones? Porque, honestamente, siento que estoy totalmente perdido."

Lincoln sonrió levemente, recargándose en la barandilla del porche.

Lincoln:
"Bueno... sí, algo de experiencia tengo. No soy un experto ni nada, pero sí he pasado por algunas cosas."

Phineas:
"¿De verdad? ¿Cómo fue eso? Digo, ¿tuviste alguna relación antes de Cookie?"

Lincoln asintió, mirando hacia el cielo como si recordara momentos del pasado.

Lincoln:
"Sí, hubo alguien antes de Cookie. Su nombre era Ronnie Anne. Era una chica ruda, directa, con una actitud que no dejaba que nadie se metiera con ella. Al principio, nuestras interacciones eran... caóticas, por decirlo de alguna manera. A veces me molestaba, y yo no entendía por qué. Pero con el tiempo, me di cuenta de que todo eso era su forma de demostrar que le importaba."

Phineas levantó una ceja, intrigado.

Phineas:
"¿Entonces, cómo empezaron a salir?"

Lincoln:
"Fue un poco extraño al principio. Después de varios malentendidos y algunas bromas pesadas, terminamos hablando de verdad, cara a cara. Y resultó que ella me gustaba más de lo que pensaba. Fue como si todo hiciera clic. Pasamos mucho tiempo juntos, y aprendí mucho con ella. Ronnie Anne me enseñó a ser más valiente, a enfrentar las cosas con más confianza."

Phineas asintió, interesado en cada palabra.

Phineas:
"¿Y qué pasó con ella? ¿Por qué terminaron?"

Lincoln suspiró, su sonrisa tornándose un poco melancólica.

Lincoln:
"Fue algo mutuo. Ronnie Anne se mudó a otra ciudad para estar más cerca de su familia, y aunque intentamos mantener la relación a distancia, con el tiempo nos dimos cuenta de que éramos mejores como amigos. No hubo dramas ni malos entendidos, solo madurez. Seguimos en contacto de vez en cuando, y siempre le estaré agradecido por lo que compartimos."

Phineas se quedó pensativo por un momento antes de hablar nuevamente.

Phineas:
"Y luego conociste a Cookie."

Lincoln asintió, su sonrisa recuperando calidez.

Lincoln:
"Sí, Cookie fue diferente desde el principio. Ella y yo empezamos siendo amigos. Fue algo más natural, menos caótico que con Ronnie Anne. Cookie tiene esta forma de hacerte sentir cómodo, de ser tu lugar seguro. Pero, a pesar de lo tranquila que es, también tiene un lado fuerte. Me gusta esa dualidad en ella."

Phineas:
"¿Cómo supiste que querías estar con ella?"

Lincoln:
"Creo que fue cuando me di cuenta de que ella entendía partes de mí que nadie más parecía notar. No necesitábamos hablar todo el tiempo; a veces, con solo estar juntos era suficiente. Y, bueno, un día simplemente decidimos dar el siguiente paso. Fue más fácil de lo que imaginé."

Phineas soltó un leve suspiro, apoyándose en la barandilla.

Phineas:
"Es bueno saber que las cosas pueden terminar bien, incluso cuando no salen como esperabas."

Lincoln le dio una palmada en el hombro, sonriendo.

Lincoln:
"Exacto. Cada relación te enseña algo, Phineas. No te castigues por no darte cuenta antes de lo que sentía Isabella. Aprende de esto y sigue adelante. Quién sabe, tal vez lo que viene sea aún mejor."

Phineas miró a Lincoln con una sonrisa curiosa mientras ambos estaban sentados en el porche de la casa Loud.

Phineas:
"Vamos, Lincoln. Me contaste cómo conociste a Cookie, pero todavía no me has dicho cómo fue que te le declaraste. No te guardes los detalles."

Lincoln tragó saliva y comenzó a rascarse la nuca, claramente incómodo.

Lincoln:
"¿De verdad quieres saber? Te advierto que fue un completo desastre."

Phineas:
"Por supuesto. Ya escuché que fue caótico, pero ahora quiero saber qué tan malo fue."

Lincoln suspiró, como si estuviera preparándose para revivir un recuerdo vergonzoso.

Lincoln:
"Está bien... pero no te rías, ¿de acuerdo? Fue... complicado."

Flashback

Lincoln estaba en la casa de Cookie una tarde tranquila. Cookie lo había invitado a preparar unas galletas porque ella quería practicar una receta especial, y Lincoln, nervioso, había aceptado pensando que sería el momento perfecto para confesar sus sentimientos.

Cookie:
"¿Puedes pasarme la harina, Lincoln? La necesitamos para empezar con la mezcla."

Lincoln, distraído pensando en cómo decirle lo que sentía, en lugar de la harina le pasó un recipiente con sal.

Cookie:
"Esto no es harina... ¿en qué estás pensando?"

Lincoln:
"Ah, lo siento, estoy un poco distraído."

Cookie lo miró con una ceja levantada pero sonrió.

Cookie:
"Bueno, concéntrate. No quiero que estas galletas salgan horribles."

Mientras seguían cocinando, las cosas comenzaron a salirse de control. Lincoln, demasiado nervioso, derramó un paquete entero de azúcar en la mezcla, lo que provocó que parte del contenido cayera al suelo. Cookie intentó limpiarlo rápidamente, pero al hacerlo, accidentalmente golpeó un recipiente de huevos, que se estrellaron contra la encimera.

Cookie:
"¡Lincoln! ¿Qué estás haciendo? ¡Esto parece un campo de batalla!"

Lincoln:
"¡Lo siento! Es que... bueno... yo..."

Antes de que pudiera decir algo más, Cookie resbaló en el suelo, que ahora estaba lleno de harina y azúcar. Lincoln intentó atraparla, pero terminó cayendo también, haciendo que ambos terminaran sentados en el suelo, riéndose del desastre que habían hecho.

Después de unos segundos, Cookie lo miró con una mezcla de diversión y curiosidad.

Cookie:
"Lincoln, ¿qué es lo que te tiene tan distraído hoy? ¿Algo que quieras decirme?"

Lincoln respiró hondo, sabiendo que no podía seguir posponiéndolo.

Lincoln:
"Cookie... la verdad es que yo... yo realmente me gustas. No solo como amiga, sino mucho más que eso. Quería decírtelo hoy, pero... bueno, ya viste cómo salió todo."

Cookie se quedó en silencio por un momento, claramente sorprendida, pero luego sonrió.

Cookie:
"¿Eso era lo que te tenía tan nervioso? Lincoln, yo también siento lo mismo. Aunque, debo admitir, esto no es exactamente como imaginé que sería."

Lincoln se rió nerviosamente mientras miraba el desastre en la cocina.

Lincoln:
"Sí... definitivamente no fue como lo planeé. Pero al menos ya lo dije."

Cookie se acercó y le dio un abrazo, ignorando el desastre que los rodeaba.

Cookie:
"Lo importante es que lo dijiste. Y, bueno, creo que siempre recordaré esta confesión por lo caótica que fue."

Fin del flashback

Phineas:
"¡Vaya! Eso sí que suena desastroso."

Lincoln:
"Te lo dije. Pero Cookie se lo tomó muy bien, considerando todo."

Phineas:
"Bueno, creo que lo importante es que ambos se sinceraron. Aunque, si alguna vez me confieso, evitaré hacerlo en la cocina."

Ambos se rieron, mientras Lincoln sacudía la cabeza, todavía avergonzado por el recuerdo, pero feliz de haberlo compartido.

Phineas miró a Lincoln mientras ambos seguían sentados en el porche de la casa Loud, disfrutando del aire fresco de la mañana. Había un aire de curiosidad en su mirada mientras le preguntaba:

Phineas:
"Entonces, ¿pudiste hablar con Isabella después de todo lo que pasó? Quiero decir... supongo que fue incómodo."

Lincoln suspiró y cruzó los brazos, inclinándose hacia atrás en la silla.

Lincoln:
"Sí, hablé con ella, pero no fue tan fácil como esperaba. La verdad es que no sé dónde vive, así que la única manera de contactarla fue a través de su número de teléfono. Y bueno, llamarla después de todo lo que pasó fue un reto."

Phineas:
"¿Qué te dijo? ¿Estaba muy molesta?"

Lincoln:
"Un poco, sí. Estaba más dolida que enojada, creo. Tuve que aclarar muchas cosas. Primero, le expliqué por qué no había dicho nada sobre mi relación con Cookie. Sabes cómo es, no quería que todo el mundo empezara a hablar de nosotros ni que Cookie se sintiera presionada. Isabella entendió eso, aunque admitió que le hubiera gustado saberlo antes de enterarse de esa manera."

Phineas se quedó en silencio por un momento, asimilando las palabras de Lincoln.

Phineas:
"¿Y cómo terminó la charla? ¿Quedaron en buenos términos?"

Lincoln asintió, aunque su expresión mostraba cierta incomodidad.

Lincoln:
"Sí, más o menos. Me dijo que todavía necesitaba tiempo para procesarlo todo, pero que no me guardaba rencor. Incluso me pidió que cuidara bien de Cookie y que no cometiera errores que la lastimaran. Fue... raro, porque parecía estar tranquila, pero podía notar que todavía estaba afectada por todo."

Phineas bajó la mirada, claramente sintiéndose culpable.

Phineas:
"Supongo que todo esto es culpa mía. Si no hubiera dicho lo que dije en público, tal vez las cosas hubieran sido diferentes."

Lincoln:
"No te castigues tanto, Phineas. Sí, fue un error, pero también fue un accidente. Nadie es perfecto, y sé que no lo hiciste con mala intención. Además, Isabella sabe que la aprecias. Quizás esto sea una oportunidad para que ambos hablen de lo que sienten y sigan adelante."

Phineas suspiró, aunque parecía agradecido por las palabras de Lincoln.

Phineas:
"Tal vez tengas razón. Pero aún así... siento que le fallé como amigo. Siempre pensé que la conocía mejor, pero no supe ver lo que sentía todo este tiempo."

Lincoln:
"Es parte de aprender, amigo. A veces no vemos lo que tenemos frente a nosotros hasta que ya es demasiado tarde. Pero lo importante es que ahora lo sabes y puedes hacer algo al respecto, si eso es lo que quieres."

Phineas asintió lentamente, pareciendo reflexionar sobre las palabras de Lincoln.

Phineas:
"Gracias, Lincoln. Creo que... necesito pensar en cómo arreglar las cosas con Isabella. No quiero que nuestra amistad termine así."

Lincoln sonrió y le dio una palmada en el hombro.

Lincoln:
"Eso es todo lo que puedes hacer. Darle tiempo y mostrarle que te importa. Al final, todo saldrá bien, ya lo verás."

Phineas sonrió levemente, sintiendo un poco más de esperanza gracias al apoyo de su amigo.

De repente, detrás de ellos, se escuchó un fuerte ruido, seguido por una voz grave que exclamó:

Ferb (imitando un tono tenebroso):
"¡¿Qué hacen discutiendo secretos oscuros aquí afuera?!"

Phineas y Lincoln casi saltaron de sus asientos, girando rápidamente para encontrarse con Ferb, quien los miraba con una leve sonrisa traviesa. Llevaba una linterna encendida que apuntaba a sus rostros, como si estuviera contando una historia de miedo.

Phineas:
"¡Ferb! ¿Qué rayos? ¡Casi me da un infarto!"

Lincoln:
"¡Yo pensé que nos iban a atacar o algo así!"

Ferb simplemente se encogió de hombros, manteniendo su expresión tranquila.

Ferb:
"Bueno, estaban tan metidos en su charla que era la oportunidad perfecta. No todos los días veo a mi hermano y a su amigo tan serios."

Phineas se cruzó de brazos, claramente no tan impresionado por el susto.

Phineas:
"¿Y qué haces aquí afuera? ¿No se suponía que estabas ayudando a los demás con algo dentro de la casa?"

Ferb levantó una ceja, como si fuera obvio.

Ferb:
"Terminé hace rato, pero escuché algunas partes de su conversación desde la ventana. Decidí que necesitaban un recordatorio de que no están solos aquí."

Lincoln suspiró, todavía recuperándose del susto.

Lincoln:
"Bueno, podrías haber elegido un método menos dramático, ¿no crees?"

Ferb inclinó la cabeza, como si considerara la idea, pero luego negó con una pequeña sonrisa.

Ferb:
"No habría sido tan divertido."

Phineas negó con la cabeza, pero no pudo evitar reírse.

Phineas:
"Está bien, Ferb. Ya nos asustaste, puedes relajarte ahora."

Ferb se sentó junto a ellos, mirando a Phineas con curiosidad.

Ferb:
"Entonces, ¿qué planeas hacer con lo que hablamos de Isabella?"

Phineas parpadeó, claramente sorprendido.

Phineas:
"¿Estabas escuchando todo? ¿Qué tan cerca estabas de la ventana?"

Ferb simplemente sonrió.

Ferb:
"Lo suficiente."

Lincoln y Phineas compartieron una mirada exasperada, pero luego se relajaron, aceptando que Ferb simplemente tenía su manera peculiar de involucrarse en las cosas.

Fin de capitulo (y la temporada 1)

Continuará

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