capítulo 37

Las lágrimas que Luz había estado reprimiendo por fin comenzaron a caer sobre sus mejillas. Hunter se desplomó en una silla a su lado y apretó la mano de Luz. Eda abrazó a Amity y a Vee, y King miraba el libro de registros como si pudiera desintegrarlo solo con el poder de su mente.

Habían luchado tanto por su libertad. Y habían perdido.

-dense prisa y recogan sus pertenencias, niños- dijo Belos -Kikimora está deseando arroparos y ya es muy tarde.

A regañadientes, Luz se puso de pie y miró hacia donde el cuerpo inerte de papá marioneta estaba destartalado y roto.

-necesito una pluma- murmuró Luz, buscando en su capa -y tinta.

-espera- interrumpió Egg -puedo demostrar que ellos mienten.

Él aún miraba el libro de registros. Luego, posó la vista en Luz.

-ella nunca dejó constancia de la adopción de los Fortuyn- dijo King -¿recuerdas? No había nada en el libro cuando escribimos nuestro propio registro de adopción.

Luz frunció el ceño, el recuerdo estaba en alguna parte de su mente.

-así es cómo lo hizo- explicó King, con más fuerza esta vez -eliminó de los registros a los huérfanos cuyas cuotas de adopción robó.

La cocina estaba tan silenciosa que podrían haber oído la caída de una pestaña.

-mis registros son, como siempre lo han sido, completamente impecables- replicó Bligth indignada -cada anotación del libro puede comprobarse. No hay pruebas para demostrar una acusación tan ridícula.

-siempre hay pruebas- dijo Eda con frialdad -solo es necesario...

-mirar con atención- concluyó Amity -señorita Lilith, ¿puedo ver el libro de registros, por favor?

-¡no, niña!- chilló Blight -¡claro que no!

Una descarga de energía invisible parecía pasar entre Amity y Bligth; Luz prácticamente la notaba. Ambas permanecieron de pie, con los hombros rígidos y la espalda recta, fulminándose con la mirada a la vez que miraban el libro de registros abierto sobre la mesa.

Bligth inhaló con brusquedad.

-no te atrevas...

Amity corrió hacia la mesa, pero Blight estaba más cerca. La matrona alzó el libro y se lo apretó contra el pecho mientras Amity intentaba tomarlo.

-¡dámelo!- gritó Amity.

Con la mano libre, Bligth le dio una bofetada fuerte a Amity. Una mancha roja floreció en la mejilla de la niña mientras Amity saltaba de nuevo hacia la matrona. Ámbas cayeron al suelo.

Pasaron unos pocos segundos antes de que Luz recordara cómo mover las extremidades. En un rincón, junto al armario de Owlbert, vio que Belos sonreía desquiciado ante la escena.

Hunter avanzó con torpeza hacia la pelea, pero se detuvo cuando Eda emitió un grito de furia. La relojera alzó la escoba que tenía en la mano y se dirigió decidida hacia la pelea. Una patada cuidadosamente dirigida, hizo caer de espaldas a Bligth. Luego, Eda realizó un movimiento ágil con la escoba y le quitó el libro de las manos a la matrona.

Luz la miró boquiabierta, sorprendida. Terminó en cuestión de segundos. Eda obligó a la matrona a mantener su posición en el suelo con el palo de escoba y Bligth decía y chillaba incoherencias mientras su cara se ponía cada vez más y más roja.

Aún en el suelo, Amity se sujetó, sin aliento, el libro de registros contra el pecho.

-¡encontraré la prueba!- gritó Amity, con el labio ensangrentado y los ojos ardientes -y no puedes evitar que lo haga, ¡vieja odiosa!

-¡esto es absurdo!- gritó Lilith -¡nunca en mi vida he visto un comportamiento tan horrible!

-¡le dije que eran unos mocosos!- dijo Bligth, sin aire.

-¡me refiero a sus acciones crueles, matrona!- respondió Lilith -¡debería saber mejor que nadie que golpear a los niños va contra las reglas!

-¡ella también me ha pegado!- se quejó Bligth, tenía seis líneas rojas ensangrentadas en las mejillas, donde Amity la había arañado.

-¡usted la ha golpeado primero!- dijo Eda, su tono desprendía tanta furia que Luz apenas la reconocía -y le aseguro que puedo detenerla por semejante barbaridad. Bien- fuilminó con la mirada a Lilith Truefall -siéntese y permita que Amity hable con libertad.

Lilith abrió la boca para protestar, pero Eda la interrumpió.

-escuchará a estos niños o le juro que emitiré una queja sobre su comportamiento. Conozco a gente importante.

Lilith tomó asiento en una silla con un gruñido y sacudió una mano hacia Amity.

-tienes dos minutos.

La sonrisa alegre de Belos se había vuelto forzada, De pie a su lado, Vee abrazaba a Owlbert, que estaba asustado.

-King- llamó Amity -muéstrame lo que has visto.

-la niña que los Fortuyn adoptaron, Viney- dijo él, poniéndose de rodillas junto a ella -cuando Luz y yo estábamos falsificando nuestro propio documento, vimos que la matrona no había añadido el registro de esa adopción.

-¡tonterías!- gritó Bligth -no hay ninguna niña llamada Viney. Tratan de ocultar el hecho de que intentaron matarme...

-continúa, por favor- dijo Lilith, alzando una mano para silenciar a Bligth.

Amity miraba a la matrona y Luz casi podía oír cómo los engranajes de su mente daban vueltas, descifrando el acertijo.

-hay una niña llamada Viney, incluso ha venido esta noche a ver el espectáculo- contó Amity, entrecerrando los ojos. Luego sonrió -llegó al orfanato Exide en octubre, ¿no? Lo cual significa que estará en la lista de registros de abandonos.

Hojeó las páginas, hizo una pausa, hojeó más y frunció el ceño.

-no está allí porque nunca existió- dijo Bligth sonriendo con crueldad  -ahora, suéltame.

-no- dijo Amity -no tiene sentido- deslizó un dedo sobre la unión de las hojas del libro y luego lo apartó de golpe -¡ay!

Su dedo sangraba.

-ha arrancado la página- dijo King con un grito ahogado.

Lilith inspeccionó el libro, observó la hoja y luego fulminó a Bligth con furia.

-ellos tienen razón. Ha cortado la página.

-y si mira con atención- continuó Amity acercando la nariz al papel -es posible ver la marca del nombre de Viney... aquí.

Odalia empalideció e intento levantarse de nuevo, pero Eda la sostuvo con firmeza. Mientras tanto, Belos estaba apoyado sobre el fregadero junto a Vee, con un dedo sobre el mentón.

-apesto que hay más- dijo Amity. Lamiendo su dedo, hojeó más páginas -aquí falta otra. Y otra más.

-¡es una trampa!- gritó Bligth.

-me pregunto cuánto tiempo ha estado haciéndolo- dijo King, tomando el libro de las manos de Amity -apuesto que...

Dejó de hablar y abrió los ojos de par en par en la página que acababa de abrir.

-¿qué ocurre?- preguntó Luz.

King miró a la matrona.

-un registro de abandono- dijo en voz baja -a nombre de Odalia, abandonada en una caja de zapatos en el último escalón, el veinte de junio de 1838. Nunca fue adoptada.

La matrona gritó, sus botas puntiagudas golpeaban el suelo mientras intentaba escapar del agarre de Eda.

-¡me debían ese dinero!- gritó -pasé toda mi vida en aquel lugar miserable.

-matrona Blight - dijo Lilith con firmez -el fraude a esta escala tiene como castigo la encarcelación. Ese dinero estaba destinado al Kinder, para repartirlo entre todos nuestros orfanatos.

Blight abrió la boca y luego la cerró.

-debo decir- añadió Belos -que estoy muy asombrado de que la matrona haya sido semejante farsante. Señora Lilith, creo que debería llevarme a los huérfanos e irme. ¡Tengo un barco que reparar!

-¿farsante?- chilló Bligth -¡mira quién habla!

Belos amplió la sonrisa.

-no sé de qué habla...

-matrona Bligth- interrumpió Lilith ignorando por completo a Belos -informaré de inmediato a la policía.

-¡no puede hacerlo!- Odalia dio un grito ahogado -¡no puedo ir a prisión! ¡Por favor!

-vamos, huérfanos- dijo con voz melosa Belos -vayámonos para que conozcan su nuevo hogar, ¿de acuerdo? Mi barco es mucho más lujoso que este molino viejo y roto. les encantará, sé que lo mucho que lo quieren.

Luz lo fulminó con la mirada. Vee y Hunter dieron un paso atrás. King frunció el ceño y Amity resopló. Bligth comenzó a sacudirse en otro intento fallido de escapar.

-¡haré un trato!- graznó la matrona, con una expresión tan aterrada como la de los huérfanos a los que había atormentado -les daré información sobre un negocio que involucra a los huérfanos de una forma mucho más siniestra...

-¡vamos!- repitió Belos, más fuerte esta vez, extendiendo la mano y sujetando el brazo de Vee.

-¡Belos amasó su fortuna explotando huérfanos indefensos!- gritó Bligth -él me amenazó. No tuve opción...

-sin duda la matrona aún delira- gruñó Belos, acercando a Vee, quien de inmediato comenzó a intentar alejarse de él -quizás, necesita volver al asilo psiquiátrico.

-¡suelta a Vee!- gritó Luz.

-no- gruñó Belos -no lo haré.

Con un destello metálico, extrajo de nuevo el cuchillo. Esta vez, apuntó a la garganta de Vee, justo donde se veían las sacudidas provocadas por los latidos de su corazón.

Owlbert emitió un chillido y atacó a Belos en la cara con sus garras y su pico, pero el mercader apartó al ave de un golpe. Con un aleteo de plumas desaliñadas, Owlbert regresó a la cima del armario.

Luz tomó una vela de la encimera de la cocina. Ver a Vee indefensa en manos de Belos fue suficiente para que sintiera una furia imprudente. No permitiría que le hiciera daño.

-¡señor Belos!- gritó Lilith, mirando el cuchillo, horrorizada -¿qué está haciendo?

-me llevo lo que me pertenece- dijo Belos -cinco huérfanos, como la matrona Blight me prometió. -con la mano libre, sujetó la cesta con monedas -y el dinero que estos mocosos me deben después de incendiar mi barco.

Hunter, King y Amity se colocaron junto a Luz. Eda luchó por contener a Blight mientras la matrona se sacudía y balbuceaba contra el paño de cocina que ahora tenía en la boca.

-suelta a Vee- ordenó Eda -estos niños no irán contigo a ninguna parte.

Belos rio.

-¿y quién me va a detener?

Nadie habló. Nadie se atrevía. La punta del cuchillo estaba demasiado cerca de la garganta de Vee, un simple movimiento de muñeca la mataría.

-¿y bien?- exclamó Belos -¿cuál de todos ustedes, idiotas patéticos, me va a detener?

-yo- dijo una voz grave.

Se oyó junto a la escalera, al otro lado de la cocina. Unos gritos ahogados brotaron cuando todos se dieron la vuelta y contemplaron las sombras bajo la escalera, donde el cuerpo sin cabeza de papá marioneta yacía al lado de la mecedora, como Blight lo había dejado.

Despacio, el muñeco alzó el brazo derecho para sujetar la silla. Luego, alzó el brazo izquierdo. Se puso de pie, de espaldas a ellos y luego, lentamente, se volvió.

-suelta a la niña- dijo papá marioneta con una voz que sonaba a huesos rotos.



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Top 10 peleas en casa más épicas del anime.

Pero ya en serio, nadie (o casi nadie) se esperaba que papá marioneta se levantara y hablara.

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