capítulo 26

Llegaron a los muelles del este cuando el sol estaba a la mitad de sumergirse en el horizonte. El vapor salía de chimeneas. Los ojos de Luz bailaban en todas direcciones mientras intentaba asimilar la escena en su totalidad.

Hombres con abrigos de lana y boinas cargaban sacos por las tablas y las pasarelas. Los caballos y mulas tiraban de carros llenos de pilas de cajas. Las grúas a vapor alzaban el cargamento sobre las cubiertas de los barcos. Los perros ladraban, las sirenas sonaban y el aire plagado de vapor espeso apestaba el aceite quemado y pescado ahumado.

-cielo santo- susurró Amity, sus ojos abiertos de par en par reflejaban asombro y alerta -esos son barcos de vapor. Eda me contó que era grandes, pero.... wow.

-ese barco más pequeño- dijo Luz, extendiendo un dedo enguantado hacia un área más oscura en el extremo del astillero -el que tiene muchas velas y el mástil torcido- contó su posición -es el noveno en la fila.

Comparado con sus vecinos, el conformatorio era el peor. Y, además de los botes del canal, era el único navío hecho de madera en vez de acero. Luz decidió que tenía aspecto de ser un barco pirata recuperado del fondo del océano.

-es un clíper,creo- mencionó Amity, mirando con atención -debe de tener al menos cien años y debe de haberse enfrentado a miles de tormentas. Si Belos realmente es un mercader adinerado, entonces yo soy un pavo real de tres patas. Parece que la chica bruja tenía razón.

-Luz tenía razón- dijo Hunter, con tono serio -todo lo que Belos nos dijo era mentira- flexionó los dedos -el barco no parece tener guardias. Terminemos con esto de una vez.

Él intentó salir de su escondite detrás de un depósito, pero Luz sujetó su brazo.

-no- dijo ella -necesitamos tener cuidado.

-pero ¡no hay nadie cerca del barco!

Él y Vee parecían listos para hacer estallar cualquier cosa que se interpusiera en su camino.

-yo también quiero recuperar a King- dijo Luz en voz baja -pero no podemos ayudarlo si nos atrapan, y no podemos avanzar mucho por el muelle sin que nos vean.

Amity frunció el ceño.

-tal vez podamos esperar un poco hasta que el muelle este más vacío.

-King podría estar herido- siseó Hunter -ya han pasado horas. Necesitamos encontrarlo ahora.

Luz observó de nuevo el astillero. Cada barco tenía un almacén al final de su dársena, pero el espacio entre cada depósito era muy amplió y estaba bien iluminado. El único escondite posible era esa caja extraña o los carros de carga. Deberían ser muy rápidos y cuidadosos.

-tenemos frío y sueño- dijo Luz -si Belos nos ve y nos persigue, no llegaremos lejos. El sigilo es clave. Tenemos que habernos marchado con King mucho antes de que Belos se dé cuenta de que nos hemos llevado a King- señaló un edificio en ruinas que estaba cerca del barco de Belos -necesitamos llegar a ese almacén y evaluar la situación desde más cerca.

Vee tomó la delantera, escabulléndose bajo los carros, saltando vallas de cadenas y pasando por espacios incómodos y angostos entre pilas de cajas. Se detuvieron detrás de una pila de sacos de arpillera llenos de especias a esperar que un trabajador portuario que había allí terminara de fumar.

Luz ocultó su cara bajo la bufanda para tranquilizar su respiración agitada.

Habían llegado al último de los almacenes y necesitaban cruzar un sector prácticamente vacío para llegar al almacén en ruinas que estaba frente el conformatorio anclado. Después de lo que pareció una eternidad, el trabajador lanzó el cigarrillo a las sombras, donde voló sobre la cabeza de Amity y aterrizó en la tierra.

-¡vamos!- susurró Luz en cuanto él desapareció en la esquina

Vee pasó de inmediato. Como un acróbata circense, rodó tres veces junto a una pared baja, se puso de pie de nuevo y atravesó el espacio vacío en segundos. Amity fue la siguiente, cruzó a hurtadillas. Luz copió la técnica de Amity. Luego, ocultas en las sombras detrás del depósito, esperaron que Hunter las siguiera. Y así lo hizo, con unos pasos largos y firmes logró cruzar al refugio de la oscuridad junto a ellas.

El depósito de Belos era más grande de lo que parecía de lejos, tenía una ventana a la que incluso Hunter no llegaba. Brillaba tenuemente desde el interior y, cuando se pusieron de puntillas debajo de ella, oyeron unas voces lejanas.

-creo que Belos está adentro- susurró Luz, mirando la ventana -con un poco de suerte, allí se quedará.

Ella y Vee intentaron avanzar, pero Amity tiró de las dos hacia atrás.

-esperen. Deberíamos poner la oreja.

-no tenemos tiempo- susurró Luz.

-Amity tiene razón- Hunter suspiró y luego se agazapó junto a Luz y tocó sus propios hombros para que ella se subiera en ellos -necesitamos saber a qué nos enfrentamos. Vamos, sube.

-¿por qué tengo que subir yo?

-Amity apenas llega y Vee no podrá decirnos lo que descubra. Date prisas, ¿quieres?

Luz trepó y logró sujetarse con firmeza al alféizar de la ventana con una mano para impulsarse hacia arriba lo suficiente y poder ver el interior. La ventana era prácticamente opaca porque estaba cubierta de grasa, pero Luz encontró un pequeño agujero a través del cual mirar.

Una sola lámpara de aceite colgaba en medio del techo, iluminando la habitación llena de cajas. En el medio había un pequeño espacio donde había un escritorio, dos sillas y dos hombres. Belos estaba sentado detrás del escritorio, frunciendo el ceño. Tenía una expresión de desdén absoluto, como si estuviera percibiendo un olor desagradable. Su mirada era fría y desprendía ira. Frente a él, de espaldas a Luz, estaba sentado su aprendiz, Steve.

Luz colocó la oreja contra el pequeño agujero.

-¿el niño ha hablado?- preguntó Belos.

-no, señor- respondió Steve -no quiere delatarlos.

-veremos si piensa lo mismo por la mañana. Una noche fría en la bodega en compañía de Kikimora lo convencerá de que hablo muy en serio.

-si, señor.

-tampoco le des comida o agua.

-no, señor.

-¿está bien atado?

-si, señor.

-bien. Quiero salir de esta ciudad apestosa al final de esta semana y tengo intenciones de marcharme con la tripulación que esa mujer me prometió. De un modo u otro, los encontraré.

Hubo una pausa breve y luego, Steve repitió.

-si, señor.

-tengo que terminar con estos malditos registros- dijo Belos -prepara mi camarote. No tardaré en abordar. Puede que hasta yo mismo hable con el niño...

Una silla se deslizó con mucho ruido sobre el suelo. Luz colocó rápido el ojo en el agujero, justo a tiempo para ver a Steve saliendo por la puerta del almacén y a Belos centrando la atención de nuevo en su papeleo. Luz tocó el hombro de Hunter con el pie y él se agachó para que pudiera bajar.

-King está atado. Está en la bodega- susurró Luz. Miró a Amity -¿qué significa eso?

-bajo cubierta- respondió en voz baja Amity -allí es donde guardaban el cargamento.

Luz les contó todo lo que había oído. Los niños intercambiaron miradas desesperadas.

-tendremos que ser astutos- dijo Amity -primero que nada, subir al barco no será fácil. No podemos usar la tabla principal sin que nos vean, así que tendremos que ver si es posible trepar las sogas de amarre del otro lado. Hay claraboyas a lo largo de todo el casco. Tal vez, uno de nosotros pueda atraer la atención de la tal Kikimora y sacarla de la bodega para que otro pueda liberar a King.

-al menos uno de nosotros deberá permanecer junto a la choza y vigilar- añadió Hunter -debemos acordar una señal en caso de que Belos salga del depósito y un modo de distraerlo para que nos dé tiempo de bajar del barco.

De pronto, Amity sonrió y hurgó en su bolso antes de extraer uno de los fuegos artificiales que había comprado antes.

-¿esto funcionará? Una señal y una distracción, todo en uno.

-perfecto- dijo Luz -muy bien. Hunter y yo subiremos a bordo y rescataremos a King. Amity, tu estarás a cargo de la vigilancia y distracción. Vee, distraerás a Kikimora. ¿todos de acuerdo?

Todos sintieron brevemente y luego avanzaron a lo largo del almacén, bajo las atentas sombras.

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