La vida de una adolescente varia demasiado a la personalidad de estos, suelen ser un mar de hormonas que cambian a cada segundo, luchando por diferentes razones, algunos por ser aceptados en un circulo que no es necesario, otros por destacar en los estudios, otros mas preocupados por sus familias, sufriendo por amor y miles de situaciones más.

Eun Na siempre fue bastante rebelde desde niña y aunque puede ser la mejor en cualquier cosa que se desempeñe prefiere no hacerlo y pasárselo bien, después de todo no tiene una figura de autoridad que seguir, desde que sus padre murieron se quedo al cuidado de una hermana de su padre que jamás se preocupó por ella, metiéndola a internados para evitar la "fatiga" de criarla, pero Eun Na no se lo dejaría sencillo así que opto por ser expulsada de cada lugar al que entraba, logrando que por fin entrara a casi un reclusorio, un lugar que corrige a niños como ella.

Parecía que al fin se había topado con pared, un lugar que podía con ella y su temperamento, casi logro terminar la escuela intermedia en esta, decimos "casi "porque en el último escalón logro que la expulsaran.

—¡Esto es increíble! ¡Ya no se que hacer contigo!

Su tía gritaba mientras caminaba por la sala, jalándose los cabellos, Eun Na solo la miraba divertida, la verdad no le interesaba nada lo que esa mujer pensara.

—Me rindo contigo, ya llegaste al limite de mi paciencia, tenias que hacer esto hoy, con toda la gente que hay en la casa.

—Te recuerdo querida "tía" —dijo escupiendo la palabra —que esta es MI CASA, me la dejaron mis padres a mí, estas aquí solo porque eres mi tutora legal, pero en cuanto cumpla la mayoría de Edad te puedes despedir de este lugar.

—Maldita mocosa malagradecida, te debería de haber dejado a tu suerte.

—Es lo que hiciste, no tengo nada que agradecerte, todo lo que me compras, todo lo que pagas en las escuelas lo haces con mi dinero, de hecho, si no lo haces, tu no tendría acceso a él, estoy bien enterada de todo, vieja arpía.

—Señora Bang, sus invitados la buscan.

La tía volteo a ver a uno de los empleados de la casa, miro de nuevo a su amada sobrina que seguía sentada con altanería sin mover un musculo y no tener ninguna reacción de culpa por lo que acababa de decir.

—Quédate aquí, ya vengo mocosa.

Salió de la sala dejando a Eun Na, esta se recostó en el sillón, pensó que escapar en ese momento, pero si lo hace le dejaría todo a esa arpía y eso no pasaría, aun faltaban cuatro años para que ella pudiera hacer algo de manera legal.

—Vaya predicamento en el que estas —un hombre de cabello negro corto entro a la sala mirándola mientras fumaba un puro.

—¿También te corrió de la fiesta?

Este asintió mientras daba otra calada a su puro, se sienta en el sillón frente a ella.

—¿Qué hiciste ahora sobrina?

—Depende de que preguntes.

—¿Qué hiciste para que te corrieran de ese lugar? Tengo entendido de que no se puede, para eso son ese tipo de internados.

—Me acosté con el director, se entero su esposa, y ella pidió mi expulsión a cambio de no matar a su marido.

La estruendosa risa de su tío se escuchó por todo el lugar, sabia que lo que le decía su sobrina era verdad, pues su amada tía se había encargado de contarlo a todos en la familia.

—Bueno y yo pensando que era el más "notorio" en esta familia.

—Tu hermana es una perra tío

—Si que lo es, pero aun tienes que soportarla un rato más, ¿no te jode?

—Tendré que buscar un trabajo de medio tiempo para poder soportar todo lo que me falta a su lado.

—Trabaja para mí.

—Si no lo ofreces enserio no lo digas

—Lo digo enserio, así podemos joderla ambos a ella.

—¿De verdad? Siempre quise conocer tu burdel de mala muerte del que todos hablan.

—No es una burdel niña, es con más clase, ¿entonces? ¿Aceptas?

—Tenemos un trato tío Shi Hyuk.

Ambos se estrecharon la mano iniciando con una relación familiar bastante interesante.