2
Mew agranda los ojos y la misma pregunta cruza su mente. —Mew. ¿Qué haces aquí?
—Busco a mi hermano. ¿Estás bien? No te ves bien.
—Honestamente no. — Gulf tambalea y Mew lo sostiene de las caderas. El chico no para de mirar al césped y siente que la cabeza le da vueltas.
—Te llevaré a tu casa.
—Por favor. Vayamos a cualquier otro lado menos ese. Podría ayudarte a buscar a tu hermano.
—No. Creo que no está aquí. No lo veo por ningún lado. ¿A dónde te apetecería ir?
🦋🦋🦋
Pronto, están en la playa. Escuchando y mirando las olas asomarse y retroceder. Ambos con las rodillas abrazadas y serios. Parecen uno solo. De no ser por la ropa, no tendrían distinción. Pero uno viste un suéter rosado de mariposa y el otro una polo azul. Los pares de zapatos al lado de sus dueños.
No han hablado durante minutos. Ni siquiera en el auto. Tampoco aquí. Mew le da su espacio. No espera mucho de un desconocido.
—Mi padre le es infiel a mi madre. — Gulf suelta. Directo al punto. Buscando consuelo. Mew lo mira de reojo. Callado. Serio. —Lo vi con alguien de mi edad. En su auto.
Mew arruga el ceño al recordar. —¿El auto tras la fiesta?
Gulf asiente. Sintiendo el nudo en su garganta apretar e incomodarlo aún más. Se limpia las lágrimas. —Lo siento. No sé por qué te cuento esto. Aún no nos conocemos. Seguro debes pensar que estoy loco.
—... A mi mamá también le pegaron cuernos. Llevaba treinta años de casada con papá y él pasó de página. Nos olvidó a mí y a mamá. Pero mamá sé estancó. Y ahora está en una clínica mental. Sé hizo daño. La vasija era para ella. Porque a ella le gustan las mariposas. — Mew apunta la mariposa en el suéter de Gulf.
—Siento escuchar eso. Yo... No quiero que mamá sufra. Pero eso es lo que sucederá si le digo.
—Mejor sufrir ahora que luego de toda una vida de mentiras.
Gulf lo mira y el alfarero observa el océano. Las olas vienen y van así como los años. Fugaces y breves. El moreno pierde la consciencia y apoya su cabeza en el hombro del pelinegro. Este brinca del susto y se aleja disgustado. —Oye. Oye. Necesito llevarte a tu casa con bien. Oye. — Le brinca el hombro una tras otra vez. Pero el chico no se despega. Solo duerme ahí.
Mew suspira.
«Seguramente no querrá ver a su mamá. ¿Debería llevarlo a mi casa? »
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Gulf despierta. Todo es borroso y su teléfono no deja de sonar. Escucha un intercambio de murmuros. Voces masculinas. En voz baja para no despertarlo. Tras parpadear tres veces, se da cuenta de que está en otra casa y que duerme en un mueble. Arropado por una sábana azul.
Ve al masajista al lado de Mew. Ambos en joggers y camisas casuales. Gulf siente su corazón achicarse y todo el sonido caer para enfocarse solo en ese hombre. El amante de su padre.
—¡Ah! Perdona. — Sonríe apologético el masajista. Desconecta el teléfono de Gulf de un cargador y camina para dárselo. —Es que tu mamá no ha dejado de llamar en toda la mañana.
Mew llega al lado del chico y lo voltea de un tirón. —Te pregunté dónde te habías metido. — Exige.
—¿Crees que ser el hermano mayor te convierte en mi papá? Ya te dije. Fui a una fiesta.
—¡Fui a la misma fiesta y ahí no estabas!
—¡Pues quizás necesites espejuelos porque ya actúas como un viejo!
Los chicos discuten y Gulf toma su propio teléfono para revisar cuántas llamadas hay en su móvil. Su pobre madre ha llamado treinta veces. Él no es de llegar tarde a la casa.
«No puedo creer que este imbécil sea el hermano de Mew. Qué maldita coincidencia. ¿Cómo le diré a mamá?»
Tira la sábana a un lado para correr al pasillo, encontrar el baño y encerrarse.
Los hermanos dejan de discutir y Gulf supone que están mirando la puerta del baño confundidos.
—¿Y a ese qué o qué?
—Vió a su papá con un estudiante de su edad haciéndolo en un auto.
—¡¿Qué?! Dios, qué horrible.
—Sí. Me siento mal por él. En unas horas tendrá que encarar a su mamá y decirle. — Mew siente lástima.
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Gulf vomita en el retrete. No sólo por la resaca sino por lo que vió en el auto. Cuando se lava las manos y la boca con sus dedos, se mira en el espejo. Se lo piensa durante segundos. «Esto se parece a esa canción. Esa canción llamada Babooshka (mujer vieja). Mamá es Babooshka y su esposo es un descarado infiel. El peor tipo de infiel. ¿Pero puede haber un castigo para el infiel? » Cuánto más mira sus ojos, más se centra en la oscuridad de estos y cómo comienzan a parecer más oscuros de lo usual. Sus ojos eran de un marrón amigable, pero ahora lucían completamente negros. «Quizás yo deba ser Babooshka. La mujer de la canción que le envía cartas anónimas a su esposo. ¡Eso es! Quizás una infidelidad no pueda salir impugna. »
Con una sonrisa macabra, sale del baño y la discusión vuelve a cesar en cuánto cierra la puerta. Ambos le prestan especial atención debido a la situación del chico. Lo último que Gulf alcanzó a oír fue, «No estás vendiendo otra vez, ¿o sí? ». Pero pretende que no.
—Uh. Gracias, Mew. Por dejarme aquí en lugar de casa. Un placer conocerlos... — Finge intriga por su nombre.
—Me llamo Akk.— Sonríe entre asentires.
—Akk. Gracias a ambos. Mew, lamento no poder ayudarte hoy con la vasija. Juro que no quiero atrasarlo. Sin embargo, me reportarán cómo desaparecido si no--
—Entiendo. No te preocupes. ¿Te llevo?
—Tranquilo. Voy solo.
Mew destensa las mejillas con la boca cerrada y asiente. Gulf se va.
Akk voltea hacia Mew con una sonrisa. —Qué raro que traigas a un desconocido a casa. ¿Te gusta?
—Aún no he terminado esta conversación. — Mew gruñe. Regresando a la cocina.
—¡Ay ya! Hermano. Deja de ser tan pesado. — Recalca Akk, doblando las rodillas un poco antes de seguirlo. Similar a un niño pequeño.
🦋🦋🦋
—¡Gulf! ¡Nos tenías preocupados! Pensábamos lo peor. — Su madre lo abraza en la puerta de la casa con los ojos hinchados de tanto llorar y los párpados inferiores rojos.
—Tranquila mamá. Y lo siento. Estaba muy borracho cómo para dejarles un último mensaje.
—Bueno. Nos reconforta saber que fuiste un chico malo al menos una vez.
Gulf ríe ante el comentario maternal. Entonces llega el padre desde atrás y los abraza fuerte. Gulf agranda los ojos ante su abrazo. Incluso su mano en su espalda se siente cómo la de un desconocido y el calor de ahora no se siente paternal. Solo cómo el de cualquier otro hombre. No reconoce al hombre que tiene enfrente.
Odia esto. Odia sentirse así. Odia verlo de esta manera. Pero lo más confuso es, ¿habría preferido seguir viviendo esta mentira?
—Estábamos preocupados, hijo.
—Sí. — Ambos padres retroceden y el recuadro perfecto que él tenía sobre sus padres, se distorsiona. Verlos en un solo panorama lo marea.
—Lo siento. — Se disculpa.
—Saldré a lavar el auto. Pero queda desayuno para ti, Gulf.
«Lo peor es saber por qué lo lava. »
—No, gracias, no tengo hambre.
—Iré al ginecólogo. Debo saber si está todo en orden o la menopausia me está ganando. — Ann dice.
Gulf se lo piensa. —¿Puedo ir contigo?
—¿Ir conmigo? Qué extraño. Pero no me molesta en absoluto.
Ann ríe intercambiando miradas con su esposo que también ríe.
—Deja me cambio y bajo. — Gulf sube al dormitorio y llama a Nanon. —Nanon.
—Mm. Me duele la cabeza. ¿Qué?
—¿Tu tío sigue trabajando como ginecólogo?
—Sí.
—¿Podrías decirle que le diga a mí mamá que tiene una enfermedad para que no tenga sexo con papá?
—¡Ugh! Aunque yo sí me tiraeía a tu mamá, pero ¡ugh! Además, ¿por qué?
—Sólo inténtalo. Te diré más tarde.
Ya saben. Si no hay un camino, créalo.
Gulf mira la puerta sobre un hombro con una sonrisa más que maquiavélica. —Primero: voy a protegerte mamá. Esta es solo mi primera parte del plan.
—Y segundo. — Conforme salen de la casa en el auto de la mamá y el padre lava el auto en cámara lenta esbozando una sonrisa. —Haré pagar a papá por lo que hizo.
Akk sale afuera para ir algún lugar cuando unos matones le cubren la cabeza con una bolsa y se lo llevan.
*N/A: Comienza el plan y O. M. G., ¿Akk está envuelto en más cosas? Solo diré que me encanta el plan y si no han escuchado la canción Babooshka háganlo que no se van arrepentir. Y yes, la idea del libro surgió gracias a Babooshka ;). Se me hacen lindas las personalidades del MewGulf aquí. Son iguales, pero a la vez tan distintos. *
Aquí les dejé la canción ❤:
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