Capítulo 1: La puerta a la felicidad

(Este capítulo va a ser a modo de introducción)

Había llegado el verano nuevamente. Adiós a los exámenes, a los estudios y a las tareas. Por fin volvía a ser libre de nuevo para hacer todo lo que quisiese. ¡Libre soy! ¡Libre soy~! O eso creía al menos...

Antes de que pudiese tirarme en el sofá, para poder descansar como es debido, mi madre vino a buscarme en coche al colegio. Me dio una serie de explicaciones sobre que este verano se negaba a que hiciese el vago como el verano anterior y junto con la escusa de que tenía que trabajar, me había obligado a pasar "unos días" con mis abuelos en el campo.

Sí, horrible... Y no me malinterpretéis, yo amo a mis abuelos, son los mejores del mundo. No obstante, la idea de estar "unos días" con mis abuelos en medio de ninguna parte sin conexión a internet e imposible acceso a mi anime era una idea que no me alegraba precisamente.

Para entretenerme en su gran mansión solo tendría mis libros y ni si quiera todos... Sí tenían una mansión. La cual no parecía antigua, todo lo contrario, parecía sacada de una revista de decoración, pero seguía siendo muy aburrida.

Y eso me lleva al momento en el que me encuentro, junto a mi madre, en la puerta de la casa de mis abuelos, con mis maletas. Esto no podría ser mejor...

–Seguro que te lo pasas genial. ¿Recuerdas lo bien que te lo pasabas aquí de pequeña explorando?

–Sí... Pero mamá, yo de pequeña era como Dora la Exploradora... Y ahora soy más como... Como Shikamaru Nara, ¡una perezosa feliz! 

–Hija, me preocupas...–Me encogí de hombros–. ¿Y quien es ese Sikamoru? ¿Otro apodo de alguno de tus amigos okapis? 

–Mamá es Shikamaru, y es un personaje de anime... Y los okapis son animales parecidos a las cebras, nosotros somos otakus. 

–¡Ay hija! Yo no sé idiomas y me saltas con palabras raras. A veces me pregunto si hablamos el mismo idioma. 

–Eso me preguntaba yo cuando mis profesores me hablaban.–Golpeé la puerta con los nudillos de nuevo, la maleta pesaba–. ¿Qué estarán haciendo los abuelos? A este paso antes me abre la puerta el portero Jano. 

–No juegues con los dioses, (t/n). 

–Si tuviese a Contracorriente... Ay... ¿Crees que los abuelos tendrían contratado al dios de las puertas de portero? ¿Y que como sabe que le tengo ganas por lo del Laberinto no me abre? Jajajajaja. ¿¡Te imaginas que a Percy y a Annabeth se les quedasen trabadas las puertas después de eso y no pudiesen ni entrar ni salir a ningún lado!? Jajajajajaja. 

–Por respuestas como esas la gente cree que necesitas un psicólogo. 

–Con gente como esa el mundo se va a la mierda. 

–Como aquella vez que les echaste la culpa a Dionisio porque tu primo estaba borracho. 

–Técnicamente, Dionisio al ser el dios del vino y todas las bebidas alcohólicas (y algunas no alcohólicas), es el responsable de que haya gente ebria. Si Dionisio no existiese no habría accidentes por gente conduciendo ebria. 

–Entonces, sino hubiese dios de las drogas no hubiese drogas. 

–Mamá, eres licenciada en Historia Antigua... Sabes que no hay dios de las drogas... Como mucho Demeter podría haber creado la Mari-.

–¡(T/n), nieta mía! ¡Hija mía!–Mi abuelo abrió la puerta y nos abrazó a ambas. 

–Hola papá.

–Abuelo~. ¡Te he echado de menos! 

–¡Cómo has crecido! ¡Mi pequeña sirena ya no es tan pequeña! 

–Abuelo, siempre me dices lo mismo. Y siempre te respondo lo mismo. Yo ya no creceré mucho más. Y esta sirena va a tener un final feliz, y no necesito ningún príncipe para que me salve. ¡Lo haré yo sola! Solo necesito a Contracorriente, algo de ambrosía...

–Hija...

–¿¡Qué!? Ah sí, un dolar de arena, una camiseta de color naranja y dracmas. 

Mi abuelo se rió y me revolvió el pelo. Sus ojos brillaban con alegría por motivos que desconocía. Mi madre se despidió con un beso en la mejilla para ambos y se fue en su coche encomendándome a mis abuelos.

Mis abuelos tuvieron a mi madre jóvenes. Por ello estaban como unos chavales. Eso significaba ir al lago a pescar y a nadar, lo que era lo único divertido junto jugar a juegos de mesa con mi abuela mientras el abuelo contaba chistes. Y así fue como pasó una semana. 

No tardé en aburrirme la verdad. Aunque los momentos con mis abuelos eran muy entretenidos y divertidos, cuando tenían que hacer cosas yo me aburría como una ostra. Ya me había leído todos los libros que había traído y la tele no me entretenía. 

Mi abuela decidió poner a prueba mi instinto buscando un regalo por toda la casa. Realmente lo hizo para que pudiese entretenerme y no estar aburrida, tumbada en el sofá todo el día mientras miraba los peces que tenían en la pecera. 

–Bien, tienes exactamente tres horas para encontrarlo, sino lo encuentras en ese rato lo volveré a cambiar de sitio y así hasta que lo encuentres. Podré saber de ese modo si sales a mí.

–Por favor, ella sale a mí. 

–Cállate, si todavía te preguntas como funcionan las escaleras mecánicas.

–¡No me fio de esas cosas!

Sabía que reñían en broma. Sino tenía que preocuparme y explicarle al abuelo como funcionaban las escaleras mecánicas. 

Comencé a buscar el regalo por la casa antes de que mi abuela lo cambiase de sitio y terminará desquiciándome.

Como ya dije, la mansión de mis abuelos era demasiado grande y mi abuela había cambiado de sitio el regalo pues no había sido lo suficientemente rápida.

–Así no voy a acabar nunca... Debería seguir un patrón para poder encontrarlo, como haría la abuela.

Abrí una puerta al azar para encontrarme allí un marco de una puerta. Esta era de color negra y tenía grabados blancos que parecían sacados de vasijas antiguas griegas. 

–¿Por qué los abuelos tendrán esta extraña puerta aquí...?–Miré por detrás y no había nada, solo era una simple puerta con su marco en medio de una sala vacía–. Igual les sobró de cuando estaban construyendo la casa. Pero es extraño no hay ninguna puerta como esta en la casa... Aquí hay letras griegas que significarán...–Al rozar las letras la puerta se abrió hacía atrás cegándome con una fuerte luz–. ¿Qu-qué está pasando? Será el sol que se cuela por la ventana... Sí... Eso. Entonces noté como una fuerte ráfaga de viento me empujó hacía la puerta. Como si de una aspiradora se tratase esta me tragó y mientras seguía sin ver nada oí como se cerraba esta tras de mí. 

Cuando terminé de acostumbrarme a la luz miré a mi alrededor. Ya no estaba en casa de mis abuelos. Estaba en medio de una carretera por la que no pasaba ningún coche y a mi izquierda se extendía un gran bosque que parecía no tener fin... Asustada, solo pude hacer una cosa.

–¿¡DÓNDE ESTOY!?–grité a los cuatro vientos.

...(***)...

Y aquí termina el primer episodio. ¿Qué le pasará a rayita? ¿Qué era esa puerta? ¿Dónde terminará ahora? 

Pues todo eso y mucho más el Domingo/Lunes lo subiré :3. Jejejeje, es que ya no podía seguir sin publicar. Además de que mucha gente se ve muy ilusionada con esta historia :D, cosa que me hace muy feliz. ¡Aquí tenéis la primera parte, espero que os guste!

Ah y dejaré para poder unirse a la historia un poco más ya que todavía no pasó una semana. 

¡Hasta la próxima!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top