Capítulo 21
-Me imagino que querrás esto...
Sarahí se acerca a mi y me tiende un espejo pequeño, yo la miré mientras ella me sonreía. Mis padres, Shane y Jean se alejan un poco para darme espacio y yo suspiré profundo antes de verme los ojos a través del espejo.
-Es gris... ambos... son grises... - me toqué el rostro sorprendida pero alegre -¡Ambos volvieron a ser grises... !
-Ya no necesitarás ese parche. - menciona Jean.
Dejé el espejo y me levanté, lo miré y me lancé a abrazarlo, siendo correspondida al instante.
-Gracias... - me separé y miré a los demás -. A todos, de hecho... por no dejarme sola...
-No tienes que agradecer, somos tu familia y siempre querremos lo mejor para ti y cuidarte. - dice Shane.
-Nos preocupamos por ti porque te queremos, hija. - le sigue papá.
-Sí... lo sé y se los agradezco... - miré a mamá -. Mamá, lo siento... por hablarte y tratarte de esa forma, no debí hacerlo.
Ella se me acerca y me abraza tan cálidamente que me sentí aliviada y mejor gracias a ella.
-No te preocupes, ya pasó... y yo tampoco debí hostigarte y presionarte tanto.
La abracé con más fuerza al sentir las ganas de llorar por liberarme y sentir como ellos me apoyaban. Papá se me acerca y apoya su mano en mi cabeza antes de abrazarme, y luego Shane se nos une.
-Lo quiero... - murmuré con la voz llorosa.
Mamá besa mi frente mientras continúan abrazándome por un tiempo más hasta separarnos, cuando yo me había calmado.
-Gracias Sarahí, por ayudarnos... - dice mamá. Ella asiente sin más.
-¿Podemos irnos a casa... ? Siento que dormiré una eternidad... - mencioné haciéndolos reír.
-Claro, vamos.
Nos despedimos de Sarahí y salimos de su casa, los demás entraron al auto pero yo detuve a Jean. Mamá me mira pero le hice una seña y ella hace que papá ponga en marcha el auto.
-¿Qué sucede? - pregunta Jean confundido.
-Luego yo te llevo, no te preocupes... ¿Podemos hablar un poco?
Él asiente, yo sonreí pero me di cuenta que me tendió su mano, me sonrojé un poco pero aún así la acepté y nos pusimos en marcha.
-Oye... recuerdo algunas cosas que pasaron cuando... perdía el control...
-¿Ah si? ¿Cómo qué?
Me avergoncé un poco así que aparté la mirada mientras sentía mi rostro sonrojarse.
-Pues... lo que dijiste cuando estaba con los cazadores... ¿Lo decías en serio?
Lo miré notando sorprendida que se sonrojó mientras tenía la mirada en el suelo y su otra mano apoyada en su nuca; aún así sonreía. Me pareció tierno y no pude evitar sonreír un poco. Él suspira y me mira.
-Pues... en realidad lo dije porque noté que funcionaba para calmarte.
-Oh... ya veo.
Mis ánimos decayeron, hasta que él me detuvo y me jaló hasta que me golpee contra su cuerpo, me sujeta por la cintura y la barbilla para levantar mi mirada. Volví a sonrojarme.
-Pero sí... me dejé llevar y dije todo lo que sentía, así fue como me di cuenta también de mis propios sentimientos.
-¿D..De verdad... ? ¿Ha..Has lo que dijiste que yo te... ?
Asiente antes de que pueda terminar de hablar, mi corazón se aceleró demasiado más.
-Sí... hasta eso...
-¿Puedes decirlo? Me hace ilusión es escucharlo ahora. - sonreí y lo miré como niña queriendo algo.
-¿Ah? - me suelta sorprendido y sonrojado -. M..Mejor nos vamos, ¿no lo crees?
-P..Pero...
Me jala para que empiece a caminar pero yo lo jalé de regreso, y al ser más fuerte no pudo oponerse.
-Traicie... - se veía avergonzado.
-Por favor, ¿sí? En ese momento no estaba en mis cinco sentidos, quiero escucharlo bien. - me quejé como niña chiquita.
-Hm... - aparta la mirada.
-Por favor.
-Hm. -
-Jean... - le hice ojitos de cachorro a los que tuvo que cerrar los ojos para resistirse.
-Nos están esperando. Vamos...
Empieza a caminar soltando mi mano y yo resoplé desanimada. Bueno... ya no insistiría, no quiero ser pesada. Caminamos, aunque yo estaba detrás de él mientras pensaba y trataba de pensar en otra cosa.
-Dios, no puede ser...
-¿Eh? - lo miré confundida.
Él se da vuelta de repente, me toma por la barbilla y se acerca a mi rostro.
-Me gustas, Traicie...
Abrí los ojos de par en par y sentí mi cuerpo erizarse y mis mejillas sonrojadas. Él suspira y se aleja sonrojado, pero yo solté una risa enamorada mientras casi me derretía ahí mismo. Se había escuchado bien...
-S..Sigamos, ¿si? - dice volviendo a darme la espalda para ocultar su vergüenza.
Yo me transformé en lobo y pasé mi cabeza por entre sus piernas para impulsarlo y subirlo a mi lomo de sorpresa.
-Está bien, vamos.
Me sonríe un poco antes de agarrarse a mi pelaje y yo salí corriendo rápidamente para llegar a casa. Nos tomamos nuestro tiempo pero al llegar vimos a los demás esperando por nosotros afuera, mis padres sonríen al igual que mis amigos, tíos y mi hermano. Jean se baja de mi lomo pero entonces vi a esa chica... Irina, y no pude evitar molestarme.
Gruñí y corrí hacia ella, no la quería aquí... pero en un instante Reece se coloca frente a ella en su forma lobuna y salta hacia mi para detenerme.
-¡Traicie... !
-¡Reece!
Nuestras familias intentan detenernos pero Reece y yo continuamos peleando. Mordí su nuca hasta bajar su cabeza en el suelo pero se libera sacudiendose y me empuja. Me levanté rápidamente sacudiendo mi cabeza y antes de ir en su contra Jean se coloca frente a mi haciéndome detener de golpe.
-Cálmate... - murmura levantando una mano -. Tranquila, preciosa...
Bajé la cabeza hasta su altura y dejé que Jean me tocara, cerré los ojos disfrutando su cercanía y caricias pero al abrirlos de nuevo y mirar a Reece, gruñí. Jean me hace concentrarme de nuevo en él y resoplé para calmarme, entonces me volví humana, al igual que Reece.
-Sabes que no permitiré que le hagas daño, Traicie... Es mi Mate, y si tengo que protegerla de ti, lo haré.
-Reece. - sus padres llaman su atención pero yo me acerqué un poco.
-Está bien, haz lo que quieras. Si debo pelear contigo tampoco dudaré en hacerlo.
-Traicie. - mis padres intentan detenerme pero yo seguí.
-Pero ahora están en mi manada, y no permitiré que me trates como se te de la puta gana, aunque seas mi familia. - apunté a Irina -. Intentó matarme... tres tiros con balas de plata, pudieron ser mi final si yo no me las quitaba arrancándome parte de mi propia carne.
Mostré la cicatriz que tenía en mi costado. No me faltaba un trozo porque se degeneró gracias a mi metabolismo, pero se veía claramente que era una cicatriz.
-Un dolor que ni siquiera te lo deseo a ti, primo. Así que... espero que sepas porqué la quiero fuera mis tierras en este preciso momento.
-Entiendo por lo que pasaste, Traicie, pero...
-No. No lo entiendes... no puedes entender nada de esto - gruñí un poco -. Tu piel está limpia y lisa, yo tengo cicatrices. Tengo marcas que demuestran nuestra diferencia... a ti no te atraparon, no te torturaron hasta pensar que la muerte sería un alivio, el paraíso... No sabes lo que es la completa impotencia y frustración por perder el control de tu cuerpo ante el pánico o la magia. Atacar a tus seres queridos o quererlos muertos...
Reece ya no podía responder, sabía que yo tenía razón. Los demás me miran sin decir palabra alguna tampoco, ya ni intentaban detenerme.
-Así que no, no sabes lo que se siente... no digas que me entiendes ¡por que no lo haces! ¡No tienes ni puta idea, Reece! Y dudo mucho de que algún día lo sepas, pero tampoco quiero que lo hagas... a pesar de todo, no quiero que ni tú ni nadie sea capaz de entenderme. Porque es algo que te marca de por vida, y aunque todo terminó... la culpa y el miedo seguirá persiguiendote, para siempre.
Todo queda en silencio, pero yo me di vuelta hacia Irina pero miré a Jean y al resto de sus amigos. Gruñí molesta y caminé hacia casa, solo que me detuve cerca de ella.
-Realmente quiero encerrarte para que te pudras en una celda por el resto de tu vida... pero eres compañera de Jean. Si no te largas, entonces apártate de mi camino y no molestes.
La miré de reojo antes de seguir mi camino pasando entre mis amigos y familia y alejándome de ellos para entrar a casa e ir a mi habitación. Quería quitarme toda la suciedad y destensarme con una ducha...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top