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Manifestar su don era lo que todo niño deseaba.
Pero habían casos en donde estas apariciones no eran bien recibidas.
Algunos dones podían simplemente ser incompatibles, pero también habían otros casos en donde esas habilidades podían atentar contra los mismos usuarios o gente cercana a ellos.
Su don nunca le había provocado algún daño a ella, pero a pesar de eso, acabaron clasificándolo como un kosei de categoría mortal, por lo que su interacción con la gente estaría restringida hasta que demostrara tener un dominio total sobre su habilidad.
Al principio sus padres no consideraron que su quirk fuera peligroso, ya que este la había salvado de ser atropellada una vez.
Pero su vida volvió a estar en riesgo una noche.
Y la sangre derramada no podría recuperarse, ni siquiera la de su madre.
Para ser una noche silenciosa, no se había sentido para nada tranquila.
Estaba durmiendo cuando la sensación de ser movida levemente me despertó.
Aquella aterradora presencia a la que ya me había acostumbrado me saludo al abrir los ojos, pero algo se sentía extraño. Fuera de la apariencia tenebrosa de mi acompañante, algo me hizo sentir asustada.
Mis manos sudadas tomaron la manilla de la puerta y la giraron con urgencia para dirigirme con pasos silenciosos, a la habitación de mis papás.
Sintiendo las manos húmedas, traté de secarlas con mi camisa de dormir, arrugándola en el proceso antes de adentrarme en la habitación que me ayudaría a calmar mis nervios.
Insistentemente busque la cabeza de uno de mis padres, con la necesidad de olvidar aquella sensación de incertidumbre que me había invadido hace breves momentos, pero el espacio que utilizaba papá estaba vacío y no habían señales de mamá tampoco.
El miedo comenzó a apoderarse de mi cuerpo y mi vista comenzó a tornarse borrosa, cuando el sonido de la puerta de la habitación siendo abierta interrumpió el silencio de la noche.
—Nishi, ¿Qué pasó? —Preguntó mamá dejando el vaso que llevaba en su mano para acercarse y limpiar las pocas lágrimas que se me habían escapado.
La seguridad volvió a mi una vez me vi envuelta en sus brazos y sentí su calor.
—¿Y papá? —Pregunté cuando ya estuve más tranquila.
—Tuvo que ir a trabajar cariño, pero ya volverá —Me respondió, dejándome en su cama para tomar el vaso de agua que había traído desde la cocina, pero el repentino portazo que se oyó en la primera planta la dejó congelada unos segundos que lamentaría después.
—¡Debe ser papá! —Grité con alegría, corriendo hacía el origen de aquel ruido y haciendo reaccionar a mi madre, quien dejando caer el vaso con agua al piso, me siguió y logró alcanzarme antes de que bajara a la primera planta.
Aquella reacción de su parte me asustó, agregando que ella estaba haciendo una expresión que nunca le había visto hacer antes.
Ella de inmediato comenzó a ver a todos lados y no entendía su comportamiento hasta que una voz que no era la de mi papá se escuchó abajo.
—Nishi, ve a esconderte en el ático ahora. no salgas hasta que yo te lo diga —Me susurró tomándome de los hombros con mucha fuerza, pero sin llegar a lastimarme.
Estaba asustada y sujetarla de su camisa con fuerza fue todo lo que pude hacer, pero ella sin esfuerzo retiró mi mano de su ropa y comenzó a caminar en dirección al primer piso.
—M...Mamá —La llamé asustada, pero ella fue muy clara en su tono y acciones.
—Todo estará bien —Dijo antes de darme la espalda y correr, por lo que haciendo un esfuerzo para mantener la vista clara, fui hacía el ático y mi extraño acompañante me ayudó a bajar las escaleras, ya que yo no llegaba.
Una vez arriba, nuevamente recibí su ayuda para subir las escaleras y me acosté en un rincón sin saber lo que pasaba.
Inútilmente trataba de controlar mi respiración, pero todo comenzó a temblar frenéticamente y aquel intento se quedó en la nada.
Los minutos pasaban y en algún momento el sonido de pasos acercándose fue todo en lo que me concentré.
El ático que había estado completamente oscuro hasta ahora, se llenó de luz y con temor me encogí más para que no pudieran verme fácilmente, pero a pesar de escuchar pasos, nada era apreciable visualmente.
—Te encontré.
No podía ver a quien había hablado, pero tampoco pude intentar huir cuando ya había sido levantada por él. Intenté salir de su agarre, pero era en vano y solo podía ver como era llevada al primer piso.
Al bajar las escaleras, pude ver a 2 hombres inconscientes y sangrantes tirados en lo que antes era una sala de estar.
Esto probablemente lo había causado mi mamá, a quien logré ver peleando con otra persona.
Pero incluso viéndola a ella, no pude calmar la sensación de asco que me había provocado la vista general, haciéndome devolver la comida que había ingerido en la cena y generando un ruido que logró interrumpir la pelea brevemente.
—Agh, ¡niña estúpida! —Gritó quien me había estado cargando al ver que parte de su ropa había sido ensuciada, haciéndolo visible.
Producto de su ira, fui lanzada por él y choqué contra una parte de la pared que aún seguía plana, perdiendo el sentido por unos momentos y sintiendo algo caliente deslizándose por mi cabeza.
Al abrir los ojos y llevarme una mano a la zona afectada, pude ver que aquella sensación cálida de antes era producto de mi propia sangre, pero eso solo pareció alterar a mi madre, quien rápidamente corrió hacia mi para protegerme de aquellas personas.
No podía escuchar bien lo que decían, pero el agarre que ella ejercía sobre mi lentamente iba perdiendo fuerza.
La vi levantarse con las manos en alto y caminar hacía aquel hombre que sonreía, pero justo detrás de ella, uno de los sujetos que había estado inconsciente antes, se levantó y la golpeó en la cabeza haciéndola caer.
Su cuerpo ya no se movía y las miradas de aquella gente se dirigieron hacía mi.
El mismo hombre que había golpeado a mamá estaba acercándose a mi.
Mi corazón palpitaba como loco mientras mi cuerpo se congelaba con cada paso que daba.
Él se paró frente a mi
Levantó su brazo
Este se tornó como el metal
Y cayó sobre mi
Lo último que llegué a ver y sentir, fue la sonrisa de aquella criatura y las palabras que resonaron claramente en mi cabeza.
¿Quieres morir?
Y la respuesta fue un rotundo e impronunciable... No
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