5: El plan del rey Nelsan

Más allá de los muros que delimitan el reino de Ogrëdge, más allá del valle Ozthäven se encuentras las montañas lejanas. Ahí hay un eterno clima frío, niebla y rocas. Es habitado por pequeños animales e insectos que sirven para alimentar a los tröllitus.

Los tröllitus son criaturas muy parecidas a los ökrnos, las diferencias que hay entre ellos son que los tröllitus tienen piel de un claro marrón, no llegan a ser tan fuertes ni tan robustos como sus rivales ökrnos

Desde tiempos antiguos, los ökrnos y los tröllitus han luchado entre sí por sobrevivir y tener el control del valle Ozthäven, pero siempre los ökrnos han ganado por número y por fuerza. La gran ventaja que tienen "los pieles verdes" —como son llamados vulgarmente entre los tröllitus— ha causado que los tröllitus vivan alejados en las montañas lejanas donde llevan una vida de lo más deplorable. 

Las montañas lejanas son ricas en minerales y en lagos de agua cristalina pero la tierra y el clima de las montañas hacen imposible la agricultura. Las únicas fuentes de comidas son insuficientes para saciar el hambre, por lo que viven desnutridos y esto a su vez provoca que su población sea cada vez menor. Diario mueren más tröllitus de los que nacen.

Al paso que iban, pronto la raza de los tröllitus quedaría en extinción y su rey estaba consiente de ello. Cada día veía a sus hermanos y hermanas morir de hambre o por el frío y no podía consentir eso por mucho tiempo.

Los ökrnos son seres más fuertes y que los superan en número. Así que el rey llegó a la conclusión de que un ejercito poderoso puede ser vencido con la estrategia correcta, tenía que hacer un plan. 

Con eso en mente, hace algún tiempo, tras la muerte de su esposa y su hija cuando juró que se vengaría y tomaría el control sobre el reino de la raza enemiga, se le ocurrió un plan para dominar Ögredge sin que fueran detectados por los guardias que cada día se plantan en los límites del reino. El plan estaba casi terminado después de casi un lustro de ardo trabajo y sacrificio. Los tröllitus por fin dominarían Ogrëdge y sus recursos.

Históricamente, los ökrnos fueron los primeros en llegar al valle Ozthäven y cuando el pueblo de los tröllitus llegaron, fueron recibidos con hachas y flechas. Se les negó a través de la violencia los privilegios de asentarse en el valle Ozthäven. Desde entonces ambas razas han sido enemigas.

Nelsan, el rey de los tröllitus, sabía que muy pronto la muerte le llegaría, lo único que lo mantenía con vida era su ira y su ambición de ver las calles de Ogrëdge pintadas de rojo con la sangre de todos los ökrnos incluyendo de la familia real, así como ver a sus pies la cabeza degollada del rey Folkbiorn.

Muchas veces se había imaginado ese momento. Asesinar a la reina y a los herederos de una forma cruel y dolorosa —tal vez quemándolos vivos— mientras el rey es obligado a ver como sufren hasta morir. Folkbiorn imploraría por clemencia, y en ese momento, Nelsan lo decapitaría y cuando su cabeza rodara hasta sus pies, tomaría entre sus manos la cabeza del rey de sus enemigos y levantarla como un trofeo desde lo alto de la torre más alta del castillo mientras los tröllitus miraban la escena celebrando su victoria.

—Majestad —llamó Vidiad, la mano derecha de Nelsan.

El rey Nelsan, quien se encontraba sentado en su trono de piedra, abrió los ojos y miró a la guerrera que había criado como su propia hija.

Vidiad era hija de su mayor guerrero y mejor amigo, pero cuando una enfermedad lo derrotó en la batalla de la vida, Nelsan acogió a Vidiad cuando ella era niña. Aún a esa edad, Vidiad había demostrado ser muy ágil y leal a la causa. Ahora hecha una joven fuerte, se convirtió en la mejor guerrera con la que el rey tröllitu contaba.

—Te escucho, Vidiad.

—Los mineros me han informado que el ascenso hacía Ogrëdge está casi terminado y en un par de días estará listo para que nuestros guerreros puedan usarlo —dijo la guerrera.

Eso significaban buenas noticias para Nelsan y para todos los tröllitus. El plan estaba por concretarse muy pronto y viviría para cumplir sus deseos de invadir el reino de los ökrnos. Satisfecho, el rey cambió su semblante serio a uno un poco más alegre asomando una pequeña sonrisa.

—Eso es excelente —expresó Nelsan—. Prepara a los guerreros para luchar, diles que les haremos a nuestros amigos ökrnos una visita.

Vidiad hizo una reverencia antes de irse a cumplir con la orden que le hizo su rey.

Considerando que hay guaridas patrullando los límites de Ogrëdge, sería un suicidio aparecer con ganas de guerra. Así que, el plan que Nelsan ideó fue excavar debajo del reino para no ser detectados. Al infiltrarse en el reino lo masacrarían hasta que no quede un ökrno vivo.

El plan estaba tan bien planificado que no podría salir mal, o bueno, es es lo que Nelsan pensaba. Nunca consideró a las hadas y nunca consideró que un hada pudiera tener visiones del futuro alertándola del peligro.

Incierto es el futuro, no puede predecirse con seguridad y Nelsan peca por creer que puede controlarlo todo. Puede que las cartas estén en su contra, o puede que estén a su favor, como él presume. Lo que sí es seguro es que la batalla final entre ökrnos y tröllitus se acerca y es un evento inevitable

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