CAPITULO 5
Skillet - Monster
(Habla sobre el cambio que sufrieron los hermanos al convertirse en seres de la oscuridad y como luchan contra esto)
------------------------------------------------------
Mano tras mano, pie por pie, así fueron escalando la gran montaña hasta llegar a la cima de Colmillo Roto. Una vez en la punta vieron la entrada, la gran cueva que abría el paso a la oscuridad misma.
Una vez adentrados en la cueva, ambos empezaron a tantear el terreno buscando algo para iluminar el lugar, en eso, Vlad encontró una antorcha y la encendió, pero antes de que pudiera hacer algo Avyanna se la quitó para ver mejor toda clase de moho y cuerpos con hasta cien años de putrefacción.
Ambos siguieron caminando hasta llegar a una especie de tenebroso cuarto. Caminaban entre las sombras sin rumbo fijo, hasta que escucharon una voz.
-- Han vuelto... - habló en un tono macabro y profundo - Nadie regresa nunca.
Cada vez que la voz hablaba los hermanos volteaban a todos lados pero no veían nada, sin embargo sentían que algo los acechaba. En un momento Vlad se tropezó y cayó de espaldas, cuando ambos bajaron la mirada para comprobar que lo hizo caer, vieron huesos rotos regados en el piso.
-- Y tal parece que nadie tuvo el privilegio de salir tampoco - dijo Avyanna apuntando la antorcha hacia abajo.
-- Así como ustedes tampoco lo tendrán - dijo la voz apagando la antorcha de un soplido.
Al estar conscientes de la cercanía que tenían ambos con la criatura, Vlad se levantó rápidamente del suelo y Avyanna tiró la antorcha para luego colocarse ambos espalda con espalda. Voltearon al mismo tiempo y en la misma dirección, y al hacerlo, se encontraron cara a cara con la mitológica criatura de colmillo roto.
Instintivamente ambos retrocedieron unos pasos. Vlad lo apuntó enseguida con su espada, pero la criatura, lejos de estar asustada, vio al príncipe fijamente y pasando sus largas garras por el filo del arma acabo por quitarsela de las manos a Vlad. Luego, con una gran velocidad, pasó por detrás de Avyanna y le quitó sus cuchillas a ella también.
Ahora que tenía la completa atención de los príncipes hermanos y estos estaban desarmados e indefensos frente a él, el vampiro procedió a olfatearlos a ambos.
-- Los que entran huelen a miedo - dijo la criatura al oído de Vlad, pero lo suficientemente fuerte como para que Avyanna también escuchará - en ustedes, detecto esperanza.
Mientras que el vampiro los acechaba, los gemelos se quedaron quietos cual estatuas, atentos a cada uno de los movimientos del desconocido. Este pasaba por el lado de cada uno de ellos sin importarle nada, hasta que se detuvo a la derecha de Vlad.
– Tu plata me ofende, ocúltala de mi vista - dijo el extraño mirando al príncipe, pero este estaba desconcertado.
-- El anillo - dijo Avyanna en un susurro a su hermano. Vlad miro abajo hacia su mano, y al ver el objeto de plata lo escondió detrás de su capa.
-- ¿Qué clase de gente se arrastra a su propia tumba en busca de esperanza, Mm? - preguntó la criatura hacia el príncipe.
-- Gente muy desesperada - respondió el príncipe - los turcos amenazan con destruir nuestro reino, pero... con un poder como el suyo, podríamos salvar a nuestra gente - mientras Vlad hablaba, la criatura pasaba por el lado de Avyanna tomando un mechón de su cabello.
-- Salvaríamos a nuestra familia. Salvaríamos a nuestro pueblo - dijo la princesa.
-- ¡Que nobleza suprema! Señor Empalador, asesina de hombres - dijo la criatura con un cierto dejo de burla - ¿como están Drácul? los hijos del diablo.
-- Se equivoca. Significa, hijos del dragón - Dijo Vlad - protectores de inocentes.
-- ¿Y sabe su pueblo a cuantos "inocentes" han matado? ¿fueron cientos? - Pregunto la criatura con un cierto gesto ante la palabra "inocentes"
– Si - respondió Vlad con una mentira, a lo que la criatura los tomo a ambos de sus gargantas y los arrastro hasta ponerlos contra una gran piedra.
-- ¡Vuelve a mentirme y te abriré un hueco del estomago hasta la garganta y haré que comas tus intestinos! - amenazo la criatura severamente hacia Vlad.
-- Miles - corrigió el príncipe.
-- Y cuando los empalabas, ¿qué sentías?, ¿vergüenza, honor, poder?.... ¡responde! - gritó el vampiro exigiendo su respuesta a Vlad.
-- ¡Nada!, no sentía nada. No es un crimen mayor que el acto en sí - respondió el pelinegro.
-- Y usted asesina de hombres, ¿qué sentía cuando acababa con sus vidas? ¿furia, orgullo, gratitud? - pregunto la criatura ahora hacia la mujer.
-- No hay nada peor que eso, acabar con una vida sin saber que estaba lista o no para morir. Siempre era rápido, sin gritos, sin dolor, solo sangre y muerte - dijo Avyanna con arrepentimiento en sus ojos.
-- ¿Y porqué derramar sangre si no es por el puro placer? - pregunto el anciano.
-- Por que los hombres no temen a las espadas - Dijo Vlad - le temen a los monstruos. Huyen de ellos.
-- ¿Y ustedes saben lo que es ser un monstruo? - la criatura la vio fijamente a sus hermosos ojos verde oliva y de la nada empezó a escuchar susurros en su cabeza. El anciano enseguida soltó el agarre del cuello de ella sin soltar a Vlad mientras que Avyanna se lo quedo viendo con miedo sujetando su cuello.
-- No tienen idea, pero se los voy a mostrar - dijo finalmente el vampiro y soltándo su agarre del cuello del príncipe, se apartó de los hermanos y se detuvo pensativo por un momento.
-- ¿Estás bien? - le preguntó Avyanna a Vlad en un susurro.
-- Sí - respondió él de igual forma.
-- Sin más que agregar, el anciando reanudo su caminata y les dijo - durante siglos estas paredes mohosas han sido mi calabozo, estoy condenado por aquel que me traicionó. He esperado una eternidad, a que llegara un hombre o una mujer de su fuerza y voluntad, un alma digna de la oscuridad o en este caso dos - dijo el ente y tomando uno de los craneos que adornaban su cueva se giró hacia ellos - si yo soy su salvación, ustedes son la mía.
El anciano rompió el cráneo formando así un cuenco y procedió a hacer lo mismo con otro cráne, a continuación se mordió la muñeca y roció un poco de su sangre dentro de los dos cuencos, luego se dirigió a los hermanos.
-- Beban esto y tendrán una muestra de mi poder: la fuerza de 100 hombres, la velocidad de una estrella fugaz, el dominio de la oscuridad y todas sus criaturas. Verán y oirán a travez de sus sentidos - enumeraba la criatura mientras se acercaba cada vez más a los hermanos, cuando ya estuvo frente a ellos dijo - y sanaran sus peores heridas.
-- ¿A qué precio? - pregunto Avyanna.
-- Su sed por sangre humana será insaciable. Pero si logran resistirla, volverán a su estado mortal, y tal vez, habrán salvado a su gente.
-- ¿Y si la bebemos? - pregunto Vlad.
-- El precio será peor que si jamas hubieran vuelto aquí. Yo seré liberado, por haberle hecho a la oscuridad una digna ofrenda. Se convertirán en sus portadores como yo: dos flagelos enviados a la tierra para destruir todo lo que más quieren: sus tierras, su pueblo. Incluso tu hermosa esposa e hijo - dijo el anciano mirando a Vlad.
-- ¡Moriríamos antes de hacerles daño! - reclamó Vlad.
-- Y me temo que así sera. Yo sin embargo seré liberado y así desataré mi furia contra aquel que me traicionó, y algún dia los buscare mis peones, para que me sirvan en este juego inmortal, de venganza.
-- ¡Esto no es un juego! - le gritó Vlad mientras Avyanna comtemplaba los dos cuencos pensando en su decisión.
-- Oh, ¿pero que mejor manera de pasar la eternidad? por que esto, pequeño príncipe, es el máximo juego. Luz contra oscuridad. Esperanza contra desesperación y el destino de todo el mundo, cuelga, en la balanza - concluyó el anciano dándole un cuenco de sangre a Vlad mientras Avyanna tomaba el otro.
-- Entonces será un gran placer para nosotros decepcionarte - dijo Vlad sin querer dejar de lado el tema.
-- Beban - dijo la criatura mientras ponía sus pupilas rojas.
-- Qué comience el juego - dijo simplemente.
Vlad y Avyanna se miraron dudosos por un momento, quizás contemplando la magnitud de la situación de la que ya formaban parte. Pero desde el punto en el que estaban, ya no había vuelta atrás, solo quedaba dar el salto, por lo que de un tirón ambos hermanos bebieron la sangre, y cuando sintieron que ya estaba en sus gargantas tiraron los cuencos a otro lado.
-- ¿Y ahora que? - pregunto Vlad mientras que su hermana estaba a punto de vomitar.
-- Ahora... morirán - dijo el anciano desapareciendo como si nada entre las sombras.
Ambos hermanos cayeron débiles al piso. Imágenes de sangre, muerte, destrucción y mucha otras pasaron por las mentes de ambos mientras estos perdían segundo a segundo las fuerzas y el conocimiento, y la tortura solo termino cuando yacieron desmayados en el suelo de la cueva.
-------------------------------------------
Vlad fue él primero en despertar. Miró a su alrededor y reconoció el bosque. Estaban en el río bajo Colmillo roto precisamente. Él estaba sobre una roca sin su capa ni la armadura de cuero en sus brazos. Giró a un lado y vio a su hermana, está, como si la mirada de su hermano tuviera una especie de poder curativo, enseguida despertó, también sin su capa ni su tela de hierro que cubría sus hombros y brazos.
-- La princesa miro hacia abajo, hacia las manos de Vlad sobre la roca y se dio cuenta de algo - Vlad, el anillo.
-- Por primera vez el príncipe sintió algo en su dedo anular que lo molestaba, así que bajo la vista igualmente y vio que su anillo de compromiso le quemaba la piel su dedo, así que rápidamente se lo sacó y lo echó al agua, luego intentó levantarse pero la roca se aplastó.
-- Bien, ahora eres más torpe que antes - se burló su hermana mientras se acercaba a él para ayudarlo.
– ¿Crees que esto ayude? - preguntó el mayor enseñándole la cortada en la palma de su mano, la cual sanó inmediatamente.
-- Sí, eso será util - dijo la mujer sonriendo.
Entonces los sentidos de ambos empezaron a agudizarse. Avyanna pudo ver a una araña que estaba a medio kilómetro de distancia mientras su hermano podía escuchar a los animales del bosque como un conejo siendo perseguido por un zorro.
-- Hermano - Avyanna puso su mano en el hombro de Vlad, a lo que este giró a verla a ella y luego vio en dirección a donde ella lo hacía.
Con una capacidad de visión impresionante, pudieron ver el espacio más allá de la órbita de la tierra, incluso presenciaron un cometa de luz pasar frente a las estrellas.
-- Wow - dijeron ambos al mismo tiempo para luego verse a las caras y sonreirse.
Entonces el mayor recordó algo importante. Bajó la mirada de regreso al río y vio su anillo, Avyanna vio lo mismo que él y por lo tanto se agachó para tomarlo con dificultad y luego ponerlo en la roca. Vlad cortó una cuerda de su traje y amarrándola al anillo se lo puso al cuello, luego ambos vieron sus armas y las tomaron listos para irse... solo que a la distancia se escucharon los cañones Turcos ser disparados y el resplandor que las explosiones producían cuando eso pasaba.
------------------------------------
Desesperados por llegar a tiempo para salvar a su familia y a su pueblo, ambos echaron a correr por todo el bosque de camino a casa lo más rápido que pudieron. Sin embargo, llegaron a una parte del bosque que ninguno había visto antes.
-- ¡Espera! Vlad, ¡espera! - gritó Avyanna a su hermano para que dejára de correr junto con ella - no recuerdo esta parte del bosque - dijo ella una vez que ambos frenaron.
-- Yo tampoco - dijo Vlad mirando a su alrededor comprobando que en verdad era una nueva zona del bosque donde ambos crecieron. El hermano giró a la derecha y vio un camino.
-- Ven - le dijo a Avyanna y ambos empezaron a caminar.
.
Caminaron juntos por unos minutos en una parte del bosque nueva para ellos hasta que llegaron a un lago, no el que estaba en Colmillo Roto este era diferente. Junto a dicho lago se hallaba una aldea pero esta estaba quemada y destruida, no hace mucho tiempo al parecer.
Decidieron adentrarse en la aldea a ver si alguien podía decirles donde estaban... o al menos si alguien seguía allí. Mientras caminaban veían los cadáveres de las personas, las casas desmanteladas en ruinas o convertidas en escombros e incluso una iglesia en llamas.
-- Vlad - advirtió Avyanna mirando en una dirección contraria a la de su hermano. Este miro al frente y vio que había un hombre parado mas allá.
-- No tema, no le haremos daño - le dijo Vlad acercándose lentamente al hombre.
-- Yo sé que no - contesto el desconocido.
-- ¿Qué es este lugar? - pregunto la princesa detrás de su hermano.
-- La aldea donde solía vivir - respondió el hombre.
-- ¿Y qué le paso? - pregunto Vlad al llegar a él.
-- Los turcos estuvieron aquí no hace mucho - contesto el hombre.
-- ¿Lo dejaron vivir? - pregunto Avyanna extrañada. No es costumbre de los turcos dejar sobrevivientes.
-- No.
-- ¿Como que no? Está aquí hablando con nosotros - dijo Vlad.
-- Estoy aquí, pero estoy muerto... igual que ustedes - dijo y desapareció frente a los ojos de ambos. El hombre era obviamente el fantasma de uno de los habitantes de la aldea.
-- De no haber hecho un pacto con un vampiro diría que eso fue lo más extraño que he visto en la vida - dijo Avyanna abrazada al brazo de su hermano.
-- Opino lo mismo - dijo este. Pero entonces, ambos escucharon el latir de un corazón. Sin saberlo, había una chica escuchando detrás de un muro. Al saber que había sido descubierta, ella arrancó a correr y ellos siguieron el sonido de sus latidos.
-- ¡Hey!, está bien, está bien - dijo Vlad después de atraparla.
-- No te haremos daño - le dijo Avyanna.
-- Te llevaremos a tu casa - dijo Vlad. la chica no dijo nada solo acepto la oferta y empezaron a caminar otra vez.
.
Los hermanos llevaron a la joven a una cabaña en medio de un prado verde, un poco alejado de lo que quedó de la aldea, pero eso no fue lo que más les llamo la atención. Habían pequeños muñecos vudú en la entrada.
La joven los dejo entrar y ver la casa mientras ella fue a una pequeña fogata que tenia y empezó a partir pequeños palitos de madera y a echarlos dentro.
-- Veo que no recibes muchas visitas - comentó Vlad a lo que Avyanna le pego en el brazo.
-- Está bien, es por la guerra - respondió la chica sin dejar de hacer lo que hacía.
-- Sí, estamos familiarizados con eso, por eso estamos aquí - dijo Vlad viendo su casa.
-- Debió ser algo duro para ti, cuando los turcos llegaron y... - decía Avyanna.
-- Por favor - dijo la chica interrumpiéndola - ustedes pueden preguntar lo que quieran sobre eso - dijo la joven y miro de reojo hacia Vlad.
-- No, estamos bien - dijo él, pero alzo la vista y vio una calavera humana en una jaula de madera.
-- ¡Muere! - gritó la bella chica que ahora es una anciana horrendo con un trozo afilado de madera y corrió hacia Vlad. Él la detuvo y la pego contra una estantería mientras Avyanna le quitó el trozo de madera y lo puso en su garganta.
-- ¿Tú quién eres? - pregunto Vlad.
-- Su peor pesadilla - respondió la mujer.
-- Tú eres la bruja Baba Yaga - dijo Avyanna suspicaz - la bruja come niños.
-- Fuiste tú quién destruyo esta aldea realmente - dijo Vlad.
-- Igual que los destruiré a ustedes - dijo ella con voz ronca de anciana y les enseño sus afilados dientes cubiertos de sangre, los hermanos solo sintieron asco - vine aquí para destruirlos a ambos, antes de que ustedes nos destruyan a todos.
-- ¿De qué estás hablando? - pregunto Avyanna.
-- ¿Y tú de que crees? - respondió la vieja.
-- No, nosotros no asesinaremos a ningún inocente en esta forma - dijo Vlad.
-- ¿Seguro? - dijo Baba Yaga.
-- ¿Y tú como estas tan segura de que sí lo haremos? - pregunto la princesa.
-- Antes de contestarle esa pregunta princesa, su hermano debe subir a la montaña y traerme unas flores - dijo la anciana con una aterradora voz y subiendo mas a la repisa.
-- ¿Matáremos a alguien?, ¿nos quedaremos así... para siempre? - pregunto Vlad incrédulo.
-- ¡Ja! - dijo Baba Yaga y de un salto bajo de la repisa.
-- No negare, que hay algo importante que deben saber - dijo ella e hizo como si mordiera con sus dientes.
-- Somos todo oídos - dijo Avyanna.
-- Baba Yaga miro hacia su jardín de cabezas de zorros y luego insistió - primero, quiero mis flores.
-- ¡Responde la pregunta! - exigió Vlad desesperándose.
-- Baba Yaga solo saltó frente a ellos haciendo una reverencia con un dejo de burla - igualmente puedo decirles - dijo y sonrió.
Rodeándolos fue hacia la mesita que estaba tras de ellos y se sentó en una silla para luego apuntar a las otras dos sillas que estaban frente a ella. Los hermanos la vieron dudando pero ella les insistió con la mirada y así finalmente se sentaron.
-- Tu mano, dámela - le dijo la bruja a Vlad, él le extendió su mano y ella la tomo bruscamente, luego pico un pedazo del trozo de madera que aun tenia Avyanna y le corto la mano a Vlad pero su herida sanó en segundos.
-- Nuestras heridas sanan rápido, no es nuevo - dijo él. Baba Yaga volvió a convertirse en la chica.
-- No solo sanan rápido, no pueden morir - dijo ella apoyando su barbilla en su mano, Vlad solo la miro molesto y ella giró la mano del príncipe igual a como la tomo. Golpeo suavemente el pedazo de madera sobre la mano de Vlad y tres gotas de sangre cayeron en ella y desaparecieron.
-- Tres días - dijo Baba Yaga.
-- ¿Tres días para que? - pregunto Avyanna.
-- Sus poderes se irán en tres días, pero si beben sangre... serán eternos - dijo la bruja y giro otra vez la mano de Vlad tocándo donde antes estaba la herida - hay buenas noticias para mí. Lo más probable es que sí beban sangre humana y que esa sangre... será de tu linda esposa - dijo ella sonriente, Avyanna se quedó asustada mirando a Vlad.
-- ¿Porqué habría de creerte? mientes a todos los hombres que te visitan - dijo él.
-- No a los que me gustan - dijo ella sin quitar su sonrisa. Vlad no resistió y se levantó listo para irse su hermana lo siguió - el pago por decirte tu fortuna sería que subieras la montaña, consiguieras las flores que te pedí y que luego regresaras aquí a dármelas en persona - dijo Baba Yaga parada frente a él renuente a dejarlos pasar, pero fue inútil, Vlad abrió la puerta y salio con Avyanna detrás de el
-- <<Esperare tu regreso con ansias. También puedes volver a traer a tu hermana, tengo un primo que le encantaría tener una esclava también - ante esas palabras la princesa solo volteo hacia ella con una expresión de horror y sorpresa - ¡no olvides tomar sangre!, así seras inmortal igual que yo. !Tú y yo podemos hacer grandes cosas juntos!, !piénsalo!, !la bruja Baba Yaga y el conde Drácula! - gritó ella y cerró la puerta mientras su cabaña desaparecía.
-- Oficialmente lo he visto y escuchado todo - dijo Avyanna. En eso, los cañones de los turcos volvieron a sonar y ellos empezaron a correr otra vez.
--------------------------------------
Ambos iban corriendo por el bosque mientras rezaban porque ya no hubieran más sorpresas. Entonces Anna trató de ir más rápido pero sin si quiera pensarlo, de la nada, se convirtió en una parvada de murciélagos y aterrizó unos metros más allá. Vlad se convirtió en lo mismo después de ella y aterrizó casi a su lado.
Vlad se miró las manos mientras que Avyanna miro hacia atrás, aun ninguno de los dos podía creer lo que había pasado, luego se miraron y sonrieron al mismo tiempo para volver a correr y entonces convertirse en esa masa de murciélagos y así llegar más rápido al castillo.
-- ¡Fuego! - se escuchaban los gritos de los turcos desde afuera del lugar mientras que Mirena estaba adentro ayudando a los heridos, justo cuando Vlad y Avyanna abrieron las puertas y vieron a sus súbditos derrotados y aterrados sin su príncipe y princesa.
-- ¡Son el príncipe y la princesa! ¡están aquí! - Mirena escuchó decir a alguien por lo que levantó la mirada y lo único que más deseaba ver apareció frente a sus ojos: Vlad corriendo hacia ella para besarla.
-- Volviste - dijo ella.
-- Siempre volveré - dijo él.
-- ¿Donde estabas?
-- Buscando la fuerza que necesitaba.
Mientras que Vlad y su esposa tenían un romántico encuentro, Avyanna fue a buscar el suyo cuando corrió y abrazo a Dimitru.
-- Si volviste - dijo él.
-- Claro que sí - Le dijo ella.
-- ¡Volvieron! - gritó Ingeras de la alegría y corrió hacia su padre para abrazarlo.
Vlad miro a Avyanna quien no estaba tan lejos y está le indico con la cabeza que subieran las escaleras, debían poner algo claro antes de empezar.
-- ¡Ellos querían a nuestros hijos! - inició Vlad - un buen príncipe los hubiera dado sin pelear. Una buena princesa hubiera pagado ese precio por la paz.
-- Pero les damos nuestra palabra, de que no vamos a darnos por vencidos - dijo Avyanna - ellos trajeron la guerra a nuestra tierra y lo pagaran con cadáveres.
.
-- ¡FUEGO! - gritaba un general al ejercito para que siguieran atacando y bombardeando el castillo.
Mientras eso pasaba al otro lado de un extensó campo que rodeaba el territorio, de este lado, justo frente al castillo, los dos hermanos se dirigieron afuera y se irguieron firmes en la entrada de su hogar dispuestos a defenderlo.
-- ¿Lista? - pregunto Vlad.
-- ¿Y tú? - pregunto Avyanna.
-- Listo, y recuerda, sin beber sangre - dijo Vlad a su hermana.
-- Lo recuerdo.
Entonces ambos empezaron a caminar por todo el campo de batalla en dirección al ejército que los esperaba del otro lado. Al ver esto, el general turco dio la orden a su ejército de atacar. Un ejército de soldados bien entrenados se dirigía hacia ellos, pero cuando estos estaban a solo unos pasos de distancia los hermanos empezaron a correr hacia ellos y sacando sus colmillos empezaron a asesinar a todos los turcos a su paso.
Vlad les arrancaba las espadas de las manos y los asesinaba con ellas. Dicen que no hay mayor deshonra para un soldado que morir por su propia arma, y así es como él los eliminaba. Mientras que Avyanna tomaba a los turcos del cuello asfixiándolos y se convertía en murciélagos y tirándolos al aire. Entonces Vlad tomo una lanza y con ella peleaba contra un gran grupo, pero aun así no fue problema eliminarlos uno a uno. Avyanna tomo una espada y luego de matar a un turco con ella se la lanzó a otro.
Y así, básicamente pasaron la noche y la madrugada hasta que salió el sol.
Para cuando el inicio del segundo día empezó, ya todos los turcos habían muerto. Los gemelos eran los únicos que quedaban con vida en el campo de batalla. Dimitru, Petru y otros soldados de Transilvania llegaron al frente pero ya todo estaba hecho, gracias a su príncipe y princesa.
-- No nos pregunten lo que paso hoy aquí - dijo Vlad simplemente.
-- Solo confíen en que haremos lo que este en nuestras manos para mantenerlos a salvo - dijo Anna mirando a Dimitru a los ojos, a lo que este asintió con la cabeza.
-- Iremos directo al monasterio de Cosia - dijo el pelinegro.
-- ¿Porqué al monasterio? - preguntó Petru.
-- Por qué está en las montañas, lejos del alcance de los cañones - le contesto Vlad.
-- Será nuestra mejor oportunidad de sobrevivir - finalizó Avyanna.
-- Volvamos al castillo. Lleven todo lo que puedan y a todos los que puedan - dijo Vlad caminando a su hogar.
.
Al entrar nuevamente todas las personas les aplaudieron y vitorearon, eran los héroes, aquellos que habían defendido el castillo, las tierras y a los hijos de Transilvania. Mirena llego con Vlad y tomándolo del cuello abruptamente lo beso.
-- ¿Y eso porqué? - pregunto el príncipe una vez que el beso termino.
-- Nos salvaste a todos... y jamás te había visto tan atractivo - dijo ella sin soltar su camisa.
-- Debo salvar el reino más seguido - dijo Vlad sonriendo a lo que Mirena rió.
-- Muy bien, ya tendrán mucho tiempo para hacerme otro sobrino después, ahora debemos empacar e irnos - dijo Avyanna tocando el hombro de Vlad.
-- ¿Irnos? ¿a donde? - Pregunto Mirena.
-- Al monasterio de Cosia, debemos irnos antes del amanecer - de dijo Vlad.
-- Llevaremos suficientes personas, así se notara nuestra ausencia, y Memehd, vendrá a buscarnos - dijo la princesa.
------------------------------------------
Más allá en el campamento donde Mehmed residía temporalmente junto a sus hombres, al sultán le llegó la noticia de la derrota de sus tropas.
-- Noticias de castillo Drácula. Los gemelos Tepes han asesinado a mil de nuestros hombres - Dijo el general de Memehd.
-- Entonces envía a diez mil. Yo los guiare - dijo Memehd entregándole el pergamino de vuelta a su general - cuando marche a Europa, llevare la cabeza de Vlad en mi lanza, a su hijo a mi lado y su hermana... será mi esposa - dijo eso ultimo sonriendo orgulloso de si mismo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top