CAPÍTULO 15
Caíamos.
Algunos trozos gigantes de las tres naves que Girio voló, seguían cayendo, mis amigos y yo nos mezclamos entre el humo y el fuego. Estábamos increíblemente alto. Y el aire golpeaba frío y con fuerza. Ya ni siquiera me preocupaba estar cayendo, quería encontrar a Lored, no sabía si había muerto o no, sólo sabía que también estaba cayendo.
De pronto algo pasó volando cerca de mí. Al principio pensé que era uno de los pedazos de metal de las naves, pero cuando volvió a pasar, esta vez volando hacia arriba me di cuenta de que era algo imposible.
Traté de buscar qué era, al mismo tiempo que trataba de encontrar a mis amigos. Pero el humo no me permitía ver más allá de mí. Y luego me atrapó. Lo que sea que estaba volando me atrapó. Pensé que estaba perdido, que sería una de esas criaturas que Proteo creó en La Planta cuando aún estaba vivo, pero cuando abrí los ojos me llevé una enorme sorpresa:
Era Ficseto.
Ficseto estaba volando, y me sostenía con telequinesis para que volara junto a él. No supe cómo lo hacía. Pero no iba a detenerme a preguntar. Volábamos esquivando fuego y metal, en busca de mis otros amigos. Nos movíamos a través de enormes pedazos de la naves destrozadas, yendo de un lado a otro, fuego, humo y metal, nada podía detener el vuelo.
— Si los ves —me dijo— no dudes en sujetarlos.
Ficseto levantó la mano un poco y Lífsero comenzó a acercarse. Íbamos en picada, pero también subíamos de vez en cuando. Pronto fuimos encontrando a mis otros amigos. Pero seguíamos sin ver a Lored. Hasta que lo encontré. Le grité a Ficseto que bajara. Estábamos lo suficientemente cerca el suelo para temer por las vidas de todos los que estábamos ahí, pero Ficseto no lo veía. Lored seguía acercándose al suelo tan rápido que pensé que caería, Ficseto no podía sujetarlo porque no lo localizaba, yo seguía tratando de alcanzarlo. En cuanto estuvimos lo suficientemente cerca para que yo lo tomara, cerré mi puño e hice que se elevara hacia mí. Lored estaba inconsciente, había sangre seca en su camisa, y no se veía que saliera más, pero no me tranquilizaba.
Estábamos en medio de una ciudad, llena de gente que corría para salvarse de las grandes naves desplomándose desde el cielo. Ficseto nos acercó al suelo, y cuando estuvimos a uno o dos metros nos bajó con cuidado. Las fuerzas armadas de Astéri venían por nosotros.
— ¡Rápido! —gritaban desde sus calides militares— ¡Suban antes de que caigan las naves!
La altura que estábamos cuando comenzamos a caer, era suficiente para que muchas estrellas huyeran lejos antes del impacto, además de que Ficseto hizo que bajáramos aún más rápido que ellas. Subimos a la calide y, a toda velocidad, nos sacaron de ahí.
Las naves finalmente llegaron al suelo, y en cuanto lo tocaron, edificios grandes, casas y establecimientos quedaron bajo ellos. Una nube de polvo se elevó junto con el fuego de la explosión que surgió por el impacto. Escombros volaron por todas partes, como si algo hubiera explotado dentro de los edificios y no sobre ellos. Mis amigos gritaron cuando esto pasó, yo ya no tenía voz.
Tenía a Lored sobre mis piernas, sujetándolo con las manos. Su pelo azul estaba más largo que cuando lo conocí y caía sobre mi brazo. Su respiración era entrecortada y lenta. Pero rápidamente nos alejamos del epicentro del desastre, que se expandía con fuego, escombros, y ligeras explosiones de otras partes de las naves.
Arriba, en el cielo, de veía unos pequeños puntos en movimiento: Eran las naves de Tardius, una vez más, alejándose de nosotros.
***
Nadie había dicho nada desde el momento en que subimos a la calide. Nos llevaron a un sanatorio donde nos dieron comida y pastillas para calmar los nervios. A Lored se lo llevaron en cuanto llegó. No había sabido nada de él más allá de que estaba "estable". Ni siquiera estaba bien.
Estábamos todos esperando en una sala totalmente blanca y pulcra alguna noticia cerca de la entrada del sanatorio. Ni siquiera podíamos levantar la mirada.
Una de las médicos salió a decir algo. Llamó a los familiares de Lored Adasén y nosotros respondimos.
— No tengo malas noticias —dijo ella— pero tampoco son alentadoras.
— Sólo dígalas —pedí— por favor.
— Lored recibió un fuerte daño en el abdomen. El impacto del disparo le mallugó el estómago un poco y lo dejó lastimado. Ahora mismo está durmiendo, pero no sabemos cuándo despertará. Necesitaremos tenerlo aquí durante un tiempo.
No podía creer lo que estaba escuchando. Lored estaría inconsciente durante mucho tiempo. Sentí como si me dieran un puñetazo en la cara y otro en el estómago. Tenía un nudo en la garganta y el cuello bastante tenso. No podía ni siquiera articular mis palabras.
Justamente lo había tenido conmigo un par de días antes. No había pasado nada de tiempo desde la primera vez que le dije que lo amaba. Nos besamos poco tiempo antes de separarnos para la conferencia de Ficseto. Y eso fue el mismo día en que estaba pasando esto. No creía que tan poco tiempo podría ser tan peligroso para nosotros.
Apenas podría respirar, y, como pude, me fui a sentar en el sillón más cercano que había ahí. Lífsero y Ficseto se acercaron a mí. Ella me abrazó y él puso su mano en mi hombro.
— ¿Puedo verlo? —le pregunté a la gali del sanatorio.
— Por ahora no —respondió en seco—. No es bueno ni para él ni para ti, será mejor que esperen unos días. Nosotros les daremos información sobre el avance si es que lo hay. El presidente hizo que lo pusieran guardias afuera de la puerta, sólo pasara personal autorizado. Estará seguro. Esperemos que mejore pronto.
— Preferiría que mejorara ahora mismo —musité.
Sentí el sabor salado de las lágrimas entrando en mi boca. Ni siquiera sabía que ya estaban saliendo.
Podría haber llevado unas semanas con Lored, pero él se había vuelto muy importante para mí, nunca había sentido algo parecido por alguien. El amor se divide en ciertos tipos, el de la familia, el de los amigos, y el de quien sabes que puede tocar tu corazón, tu alma y tú el suyo. En el que ya no importan las diferencias porque estas complementan contigo mismo. Eso era Lored para mí. La estrella con la que podía avanzar. Y ahora él se había detenido.
La medico salió de la sala donde estábamos y cada uno de nosotros se quedó sentado una vez más. Así pasó un muy largo rato hasta que alguien hizo un ruido:
— Si alguno de ustedes tiene el Brillo Parco —masculló Flia entre gruñidos— dígalo ahora. Ya no soporto más esta situación. —Se levantó y caminó antes de gritar—: ¡Esto harta! ¡Ya no puedo! Girio es muy fuerte. ¡No podemos contra él si no es con el dimato Brillo Parco!
La palabra dimato era una de esas palabras que todos decían, pero Flia nunca fue capaz de hacerlo por sus propias reglas de comportamiento. Escucharla diciendo tal cosa, para mí fue muy fuerte, y si ya estaba seguro de que todo estaba mal, ahora no había modo de pensar lo contrario.
— Ficseto puede volar —dijo Luna de pronto—. Él nos salvó. ¡Volando! Ese es un poder especial. Y también tiene dos colores.
— Yo no vuelo —dijo en tono serio—. Me sostuve a mí mismo con telequinesis, y me moví a donde mi mente quería. Estaba haciendo lo mismo que con las pelotas o cualquier otro objeto que haya sostenido antes. No estamos seguros de si soy yo o no —concluyó él—. Nadie puede asegurarlo.
— Cetta puede proyectarse astralmente como cuerpo sólido —habló Lífsero esta vez—. Él peleo en forma astral contra Girio y me salvó. Ese también es un poder especial.
— Mis habilidades están creciendo —rebatí—. No es un poder especial. Es lo mismo que ustedes, pero con más fuerza.
Las miradas de mis amigos eran incomodas. Sabían que discutíamos entre nosotros, y claramente no iban a entrar en esta plática. Luna se miraba las manos sobre sus piernas. Flia tenía una expresión de enojo y se restregaba la cien. Y Sonos miraba hacia el piso, con una expresión que denotaba su preocupación y que había algo que no quería decir.
— ¡Lífsero puede ver el futuro! —dijo Ficseto muy rápido—. ¡Ella misma nos lo dijo!
Cuando escucharon la declaración de Ficseto levantaron las miradas al mismo tiempo. Los tres estaban sorprendidos y miraban a las caras de cada uno buscando una respuesta.
— ¡Ustedes mismos dijeron que también vieron lo que yo vi! —subió la voz—. ¡No pueden decir que sólo fui yo!
— ¡Pero vimos lo mismo que tú! —Ficseto se puso de pie— La misma visión que tú tuviste la vimos él y yo. Tal vez es tu habilidad y nos diste esas visiones. También tienes dos colores en el pelo, ¡igual a Grefeto!
— ¡Pero no eran mis visiones! —dijo ella— Alguno de ustedes debió dármelas mí.
— Tú viste dos cosas —agregó mi amigo—. Viste la persecución desde la sala de control a mi cuarto y viste la mañana en que Flia desapareció y lo que pasó. Ninguno de nosotros hemos visto nada más.
— Yo vi... —dije, musitando— Yo vi que esto pasaría. Lo de Lored.
— ¡¿Sabías que le dispararían?! —gritó Lífsero— ¿Lo viste?
— ¡Basta! —Luna se puso de pie—. Antes de que sigan, explíquennos de qué están hablando. ¿Ver el futuro? ¡¿Qué dicen?!
— ¿No se los dijimos? —pregunté—. ¿Ni ellos lo hicieron? —Señalé a mis amigos.
— ¡Aparentemente no!
Miré a ambos. Tanto Lífsero como Ficseto se veían confundidos, tal vez pensaron que sí lo mencionaron, pero en realidad olvidaron hacerlo. Sonos estaba más sorprendido que las otras dos galis.
Explicamos lo que sucedió antes, sobre cómo Lífsero nos contó que había visto algunas cosas que pasaron después de que ella las viera. También dijimos que Ficseto y yo las habíamos presenciado también. Luego dije que yo había tenido un sueño donde vi algunas imágenes aleatorias sin contexto, y que se fueron cumpliendo.
— ¿Por qué nunca nos hablaste de eso? —preguntó Ficseto.
— Creí que no sería importante.
— ¿Ni siquiera porque viste que se cumplían?
— Para entonces comenzaba a olvidarlo —respondí—. Además, cada que pasaba estábamos haciendo algo que impedía que lo hablara.
» Pero esto jamás sentí estas visiones como mías —agregué—. Era como si me fueran entregadas. Algo me dio esto. No es un poder especial.
— ¿Pero qué pude haber sido? —preguntó Luna.
Y entonces, la única estrella que no había dicho una sola palabra habló. Estaba ocultando algo desde el comienzo de la plática y no sabía qué hasta ese momento. El momento en que la última imagen aleatoria tomó un lugar en el tiempo:
— Fui yo —dijo Sonos—. Yo se las di.
Todo era igual que en la visión: El lugar blanco que no reconocí. El sillón blanco. Sonos afligido y como si no quisiera hablar. Era esto. Siempre lo fue.
— Yo les di las visiones del futuro a los tres —añadió—. Puedo hacer esto desde hace mucho tiempo. Desde que tengo memoria puedo ver lo que sucederá en el futuro.
Todos los mirábamos sorprendidos. Yo no tenía nada que decir, ni podía hacerlo. Mis amigos se sentaron de nuevo lentamente sin dejar de mirarlo. Yo lo miraba atento.
— La primera vez que vi algo así —explicó— fue cuando tenía cinco años de existencia: Vi que una gali se caería en la calle, y su comida caería justo en su cabeza. Recuerdo bien que se lo dije a mis mamás, pero no me creyeron —rió un poco—. Desde entonces sólo fueron creciendo. Podía ver situaciones enteras, sucesos muy a futuro... Y luego los vi a ustedes. —Nos miró a los tres—. Los vi parados juntos, abrazados, hasta que Kano se llevaba a Cetta. Los vi el día en que Cetta ganó los Combates. Y supe que ustedes podrían ayudarme y yo a ustedes, por eso me uní aquél día a entrenar. Y por eso les di mis visiones.
» No sabía que podía hacer esto... Compartirlas, quiero decir. Pero algo me decía que debían ver lo que los involucraba, por eso los dejé ver lo que yo veía. Y luego traté de darles más visiones para que entendieran que no era coincidencia. No estoy seguro de cómo se hace porque nunca tuve amigos con quien compartir esto. Ustedes son los primeros amigos que he tenido en realidad.
» La verdad no siempre son exactas. Pueden cambiar según los sucesos que ocurran. A veces interfiero para que no pasen, o a veces un detalle simple cambia todo y la realidad no es la misma que la visión, y ya no tengo la visión de lo que puede pasar en dado caso. Pero no suelen desacertar.
» No quise decirlo porque pesé que no me creerían, así como ha pasado antes, pero verlos discutiendo al respecto me hizo entender que lo logré. Los ayudé. Pude hacerlo. Ahora sé que puedo hacer más de lo que pensé que podía.
— ¡Todo cuadra! —Ficseto se acercó a Sonos— ¡Eres tú! Tú puedes hacer el Brillo Parco.
— ¿Cómo lo sabes, Ficseto? —preguntó Flia.
— ¡Tiene todo! —hablaba con emoción— Un poder especial, ve el futuro. Un potencial oculto, no olvidemos que es muy fuerte con control de emociones, sólo que él mismo no deja que su poder salga con fuerza. ¡Es él! ¡Sonos, tú eres quien puede salvarnos!
— ¿Pero qué me dices de ser de dos colores? —preguntó Luna— él sólo tiene uno. —La sonrisa de Ficseto se iba borrando—. Tú tienes ojos de distinto color, Lífsero tiene la mitad del pelo blanco casi por naturaleza. Él es sólo un color.
— Él tiene dos colores —dije yo— él es el Chico de la Media Noche.
Sonos me miró sorprendido. Ficseto recuperó su sonrisa.
— Él nació un segundo antes de la media noche del último día de Azul, pero respiró en el primer segundo de Negro. Justa y exactamente, nació y respiró el último y primer segundo de cada respectivo color. ¡Él sí es de dos colores! ¡Es Azul y Negro! ¡Es el Chico de la Media Noche!
Justamente terminé de decir mi frase, cuando Sonos respiró profundamente y cerró los ojos. Todos lo miramos directamente. Se sujetaba del descansillo del sillón donde estaba sentado y presionaba los parpados.
— Acabo de verlo, amigos —dijo cuando abrió los ojos— Me vi a mí mismo. Trataré de dejarlos ver.
Sonos cerró los ojos una vez más y dio un golpe con la barbilla. No estoy seguro de que esto fuera real, pero juro que vi una especie de honda salir desde su frente, y cuando ésta llegó a mí, pude verlo:
Sonos caminaba en medio de un montón de escombros, brillando. Todo su cuerpo estaba brillando.
Nunca había tenido una de estas visiones estando despierto, y fue una experiencia extraña, pero supe desde este momento que nos ayudaría mucho saberlo. Él era quien podría hacer el Brillo Parco. Sonos podría salvar a los dos planetas.
Siempre y cuando las cosas no interfirieran con lo que ya habíamos visto, todo saldría bien para nosotros. O por lo menos eso es lo que la visión decía. Sonos podría hacer el Brillo Parco y sería nuestra responsabilidad ayudarlo.
Hola!
Bueno, éste capítulo de está publicando en 09-03-20, el día del histórico paro feminista nacional, sepan que tienen todo mi apoyo! Espero de verdad, que logren todo lo que están buscando, y que esto sea por fin escuchado!
Qué les pareció éste nuevo capítulo? Les gustó? Vieron venir al responsable del Brillo Parco? Y qué tal con Ficseto el volador? hasta dónde creen que lleguen las habilidades de nuestros amigos de Álligi?
Valar Morghulis!
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