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—Recuerden que las salidas a Hogsmeade son un privilegio, si su comportamiento es malo en la escuela ese permiso no se les volverá a otorgar. —los gemelos entregaron sus permisos y se pusieron con los demás del grupo
—Los que tengan permiso síganme—dijo Filtch
La profesora McGonagall acompañó a los de tercer año a él puente que conectaba a Hogsmeade con Hogwarts.
—Bien, a partir de aquí pueden ir a donde quieran, pero antes de las siete todos deben de estar en la escuela si no quieren tener problemas. —Evan avanzó por las coloridas calles de Hogsmeade asombrado por ser su primera visita, le habían dicho que "Honeydukes" vendía los mejores dulces del lugar
—Lástima que no dejaron venir a tu amiguito. —escuchó detrás de él
—Sabes que puedo romperte el otro brazo sin ningún problema. —Evan amenazó a su hermano, Draco pensando que realmente podía hacerlo, se alejó de ahí con sus amigos
Evan llegó a Honeydukes y quedó anonado por la cantidad de dulces que había.
—Esto es asombroso—tomó una canasta para poner todos los dulces que iba encontrando
Tomó cuatro cajas de grajeas, varias ranas de chocolate y al ver las plumas de azúcar recordó que a Harry le gustaban así que tomo otras cuántas, realmente llevaba mucho para una sola persona, pero tenía pensado compartirlas con sus amigos, además las ventaja de ser un Malfoy es que le dieron mucho dinero para gastar en su visita. Cuando termino de pagar los dulces camino hacia donde estaba la casa de los gritos, se sentó en una roca que estaba ahí y comió unas grajeas mientras pasaba el rato.
—Este lugar tiene muy bonita vista—dijo una chica y Evan se sobresaltó—. Lo lamentó, no quise asustarte
—Tranquila, estaba muy concentrado que no me di cuenta que alguien más estaba aquí. —miró a la chica, tenía un bonito cabello rubio y ojos azules—. Soy Evan Malfoy
—Aria Lynch. —se presentaron estrechando sus manos
—Eres de Ravenclaw. —Evan señaló con la mirada el broche que llevaba la chica
—Y por lo que se tú eres de Gryffindor. —Evan asintió—. Casi siempre se habla de los gemelos Draco y Evan Malfoy
—¿Ah sí? Vaya nunca creí que fuéramos tema de conversación en otras casas—dijo divertido Evan
—Yo creo que ustedes son como algo que leí en un libro muggle, le dicen ying y yang. —la chica se sentó a lado de Evan—. Una parte es completamente blanca y otra completamente negra. —hizo un dibujo en la tierra—. Tú eres la parte blanca y Draco es la parte negra
—¿Y que son esos dos círculos que están ahí?. —señaló los dos pequeños círculos dentro del dibujo
—Eso es el equilibrio de la vida, en el bien siempre hay un poco de maldad y en el mal siempre hay un poco de bondad, y dicen que ese equilibrio significa la vida. —Evan quedó asombrado por la explicación de Aria
—Entonces ¿dices que Draco tiene algo de bondad dentro de él?
—Puede ser, tal vez no haya bondad en él como tampoco puede haber maldad en ti, son completamente opuestos pero a la vez tan iguales
—Debo de leer más libros muggles. —bromeó Evan y se quedó con Aria platicando sobre distintos temas, le había agrandado la Ravenclaw
—Creo que es hora de irnos—dijo Aria al ver que el sol se están ocultando
—Si creo que sí. —ambos se levantaron y avanzaron con dirección a Hogwarts
—Espero verte más seguido Evan. —se despidió la chica
—Claro, hasta luego Aria. —Evan sonrió antes de ver a la chica irse a su sala común para también irse a la suya
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