211. Para Adde (2/2)
Emmanuel
Entramos al bar, nos sentamos en una de las pequeñas mesas y pedimos dos bebidas. Rato después, vimos la competencia y luego participe como era lo planeado.
—¿Cómo lo hiciste? —Adelaine pregunta cuando me vuelvo a sentar en la silla al regresar de hacer una partida —. Eres bueno, deberías participar en una de esas competencias mundiales o internacionales, no sé cómo se llaman —ríe.
—No, no lo soy, sólo sé algunos trucos —exclamo alegre y apoyo mi cabeza en mi mano mirándola —. Me encanta tu sonrisa verdadera —la borra y hago puchero —voy a dejar de avisarte que estás feliz, para que me mires alegre siempre —le guiño el ojo.
Frunce el ceño.
—No existe una sonrisa verdadera.
—Claro que sí, mentirosita. Es la sonrisa que no finge estar feliz. Esa, la que es natural.
Va a responderme pero me llaman otra vez para jugar, me levanto y participó. Termino ganando una partida nueva, pero esta vez me entregan un premio.
—¿Quién lo diría? Lo conseguí —río.
—Era obvio —se acerca ella y se cruza de brazos —¿Qué ganaste? —pregunta curiosa.
—¿Qué quieres grabarle? —pregunta el patrocinador y me giro para responderle.
—"Adde" —le respondo y luego la miro a ella —porque es para Adde —sonrío y se sonroja.
—¿Qué? ¿Qué cosa? ¿Y desde cuando me dices Adde? —expresa confundida y nerviosa.
—Porque es tan pequeñito que no entraría "Adelaine" —río y segundo después me lo entregan, así que me acerco hasta ella —. Además, tenía que llamarte de manera cariñosa alguna vez ¿no? —me le acerco y retrocede —cierra los ojos, no te morderé —le guiño —¿o acaso eres cobarde?
—Claro que no.
—Estoy esperando —apenas oye eso se sobresalta y luego cierra los ojos.
—Lo que sea que vayas a hacer, termina pronto.
Me acerco un poco más, muevo su cabello para acomodarlo, puedo sentir su respiración, levanto el collar con el dije en forma de corazón y lo engancho alrededor de su cuello. Cuando abre los ojos nuestras miradas se encuentran y sonrío.
—Te queda bonito.
Ella retrocede, alejándose de mí y toca el collar para mirarlo.
—¡Mentiste! —se sonroja mirando el grabado y me río.
—Un poquito —levanto un dedo —pero los regalos no se rechazan. Además, el colgante tiene escrito "Emma y Adde" pero —me acerco a su oído —nadie más lo sabrá —miro a los del bar —¿No chicos? ¡Nadie más lo sabe!
—¡¡No, nadie!! —responden sonrientes.
—Que molesto —dice ella bajando la vista pero sin dejar de tocar el collar nerviosa.
—Espera que lo arreglo —miro a todos y los reprendo —¡Nadie cuente nada porque sino habrá problemas! —agito el dedo.
Ante mi actitud graciosa todos se ríen e incluso ella.
—Yo sabía que encontraría esa sonrisa otra vez —acoto pero doy cuenta tarde —¡Ay! —me golpeo la cabeza a propósito —¡Se suponía que no debía decírtelo!
—Que bobo —se ríe.
—¿Te diviertes?
—Quizás.
Le ofrezco mi mano.
—¿Vamos a caminar? El día no termina —acepta mi gesto y la agarra —genial —exclamo sonriente y nos vamos juntos.
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