Lía

Hundo la cuchara en la torta que me regaló ese tal Gregor y miro como Linzy me observa, así que le grito, girándome.

—¡¡Es mía!! —como más rápido —¡¡Mi torta!!

—No la quiero —responde enfadada y la vuelvo a observar —¿Por qué se la aceptaste?

Sonrío.

—Nunca rechazo una torta llena de chocolate —meto otra cucharada en mi boca y mastico —¡Mm, delicioso!

—Te volverás gorda.

Levanto una ceja.

—¿Y eso me tiene que importar? Además, cuando el doctor me diga que puedo volver a correr, ¡Yo seré feliz! Mientras tanto, tengo mucha suerte —muerdo otro pedazo del delicioso manjar —ese chico me tiene que recomendar a su cocinero —me relamo los labios —luego le preguntaré.

Cuando salgo del aula porque suena el timbre del recreo, tiro el platito y la cuchara descartables, para luego girarme sorprendida, al encontrarme con Dan otra vez. El me da una servilleta y me sonrojo.

¡Que horror!

Me limpio rápido la cara y le sonrío.

—Gracias, no me di cuenta.

—Normal en Lía Channy —expresa tranquilo —no pudimos hablar antes —acota.

<< Por la estúpida de Linzy >> pienso irritada y miro para un costado.

—¿Lía? —me sobresalto cuando me llama.

—¿Sí? —mi corazón corre rápido.

¡Que nervios y que estupidez!

—Me preguntaba si querías salir este fin de semana conmigo —sonríe y me tildo.

Mis mejillas arden y señalo mi rostro sorprendida.

—¿Yo? ¿Contigo?

—Sí, eso dije —se acerca a mí oído —pero no se lo digas a nadie, es nuestro secreto.

Veo como se va y me agarro de los cachetes nerviosa.

—¡¿De qué me perdí aquí?! —grito y corro hasta mis amigas —¡¡Kira!! —agarro a una y la zamarreo —¡¡Ayúdame!!

—¿Qué te pasa retrasada? —me detiene Zana, que siempre está enfadada conmigo y no tengo idea por qué.

—Parece un problema —acota Mina, la más tímida de las tres.

—¿Y por qué tenemos que escucharla? —rueda los ojos.

Frunzo el ceño.

—Porque sino las golpearé de tal forma que desearán nunca haber nacido —. Las tres se asustan y retroceden, así que sonrío con malicia —Creo que nos estamos entendiendo.