Heinz

Entre mi enojo por pensar que Tyrone estuvo con Noah y las ideas de Bruno por incluirlo en su plan, mi cerebro ya no puede con tanta tensión.

—Voy a estallar —expreso irritado y miro en la dirección a donde se fue.

—Heinz... —El pequeño rubio intenta agarra mi mano pero me aparto de él.

—No es momento Noah, no estoy de humor.

—No estés enojado —dice triste y como no le respondo aumenta la voz —¡Yo no he hecho nada malo! —se defiende.

—¡He dicho que no es momento! —lo miro enfadado, se asusta y sus ojos se humedecen, entonces suspiro —no me pongas esa carita.

Es demasiado adorable, así no me puedo enfadar. Con la excepción de que veo ese chupón en su cuello y me vuelvo bipolar.

¡Voy a matar a Tyrone!

—Heinz... No me odies...

Suspiro por segunda vez, acerco mis dedos a su mejilla, cierra el ojito al sentir el tacto y lo vuelve a abrir cuando agarro su barbilla y me acerco a su rostro.

—¿Cómo podría odiarte? ¿no ves que nada más me muero de los celos? —susurro a centímetros de su boca.

—Pero ya te dije que... —poso un dedo sobre esos bonitos labios tentadores y lo callo.

Me acerco a su oído para decirle algo a lo bajo.

—No saques conclusiones apresuradas, ven a mi casa esta noche y te diré a que me refiero —me alejo y me río cuando su cara está completamente roja.

—¿Qué quieres decir?

Sonrío.

—Ya te lo dije —le guiño el ojo y se sobresalta.

Me giro y me retiro de la forma más alegre posible. Mi humor a cambiado por completo.