136. Manipula el engaño
Heinz
Seco mi cabello y salgo del área de natación. Veo a Bruno acercarse y hace puchero.
—Uh me perdí de ver tu sexy torso... —luego sonríe —¿Hiciste récord?
—Hice un buen tiempo... —cambio de tema —la hora ya va a terminar ¿Vienes a casa o te vas con tu escuela? —pregunto tranquilamente.
Corre y se agarra de mi brazo de manera alegre.
—Contigo, siempre.
Lo miro detenidamente.
—¿Estuviste llorando?
—Nada que un rico helado no arregle ¿Me compras? —apoya su cabeza en mi hombro.
Comenzamos a caminar.
—Siento que me cambias el tema, pero de acuerdo, te compraré uno ¿Frutilla?
—Como me conoces —se ríe.
—¿Lo dudabas? —muevo las cejas.
—Bueno... —hace puchero como niño pequeño —como me cambiaste por el enano... —refiriéndose a Noah en su forma de tratarlo de manera despectiva.
—Tú eres un hermano raro ¿sabías? —lo provoco y frunce el ceño, así que río otra vez —es verdad...
—¿No vas a preguntarme por tu chico?
Quedo tildado un segundo y luego reacciono.
—¿Por qué lo haría? ¿tú sabes dónde está?
No lo he visto en todo el día... Asumí que se fue a su casa.
—Sí, claro que lo vi —sonríe —estaba con Tyrone...
Dejo de caminar, haciendo que nos detengamos.
—¿Qué? —me aparto.
Posa un dedo en su boca.
—¿Recuerdas la vez que los viste en la enfermería? Pues algo parecido.
—Ya arruinaste mi humor —expreso molesto y comienzo a caminar nuevamente.
Él me sigue.
—Si piensas que te estoy intentando manipular, estás equivocado, yo dije lo que vieron mis ojos y si no me crees, mírale el cuello, tiene un bonito chupón.
—Ya no te compraré ese helado...
Hace puchero angustiado.
—Malo... Le diré a Emma, él sí me compra.
Me detengo y lo miro.
—¿Qué planeas contra ese pobre chico? Se ve que es una buena persona —lo señalo —no hagas nada raro.
—Emma es mi amigo, no sé de que hablas —vuelve a poner su dedo su boca.
—Sabes perfectamente de que estoy hablando —le aclaro.
—¡¿Acaso no puedo tener amigos?! —se enfada pero no lo miro —yo tenía... —oigo su voz rota así que volteo a verlo de nuevo —y ellos... Ellos se alejaron de mí... —sus ojos están humedecidos —por su culpa me quedé sólo... —habla de los padres de Tyrone y luego de él —me aguante muchas cosas por su culpa... Merezco al menos un voto de confianza en esto... —me pide lo último cuando se le escapan las lágrimas.
—Bruno, no llores...
—No lloro —se refriega los ojos.
—Supongamos que no estás llorando y te creo. Sé que ya no confías en mí pero... Quitando a Emma de lado, ¿Qué es lo que planeas entonces?
Sonríe con malicia, mete la mano en su bolsillo y saca el prendedor en forma de copito.
—Aún no he terminado...
Lo sabía, todavía sigue con su plan psicópata. A mí no me engaña.
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