El tiempo pasaba y en cierto punto Dream comenzó a salir aún a pesar de la falta de sus alas, normalmente lo hacia porque era asfixiante quedarse encerrado, el menor tuvo valor para salir a pesar de todo, el no era el único ángel sin alas, seguro habian más, pero se ocultaban, se escondían como él.

Pero, Dream estaba cansado de esconderse y decidió que podía vivir así.

Quizás fue una mala idea...

Sentía las miradas y los susurros, muchos rumores. Las únicas veces que se sentía a salvo y menos mal era cuando Nightmare o Ink estaban con él, quizás los demás tenían miedo de ese par de arcangeles.

Aún cuando esas miradas y voces se convirtieron en acosos, nunca dijo nada.

Solo sonreía mientras recibia a su hermano en casa y le hablaba de lo "fantástico" o "aburrido" que fue su dia esperandolo.

Y es que Dream de verdad pensaba que podría con todo eso solo.

-No te ves bien...-Dijo Ink mientras observaba a su amigo.

-Lo siento, yo... No la he pasado tan bien.-Respondió Dream con tristeza en su voz.

-Si quieres puedo encargarme del trabajo de Night, así podrás pasar tiempo con él.-

-No, el debe encargarse, es su trabajo, yo... Yo solo soy un peso en su exitosa vida.-

-No digas eso, eres grandioso, Dream.-

-Creo que debí esconderme, como todos los demás.-

-Eso es olvidar quien eres.-

-No sé si ahora mismo sé quien soy.-

-Nunca estarás solo, Dream, lo prometo.- Ink lo abrazó.

Dream realmente deseaba creer en esas palabras.

Pero entonces, sucedió.