Si no era porque tenia misiones, era porque Dream no estaba en casa porque salía con Ink, ¿Cómo era que él conseguía tiempo? No era justo.

Al menos habia momentos donde estaban juntos pero se le olvidaba el tema, además de que Dream era demasiado bueno evadiendolo, pero lo sabia, Nightmare lo sabia.

Quizás sea algo entre ellos, pero sabian de su conexión con el otro, la sentían, nadie más podía compartir eso y eso los hacia sentirse especiales, los hacia no sentirse tan mal.

Así que, si, Nightmare sabia que algo pasaba.

Y ojalá se hubiese enterado antes.

Pero fue durante una misión que se enteró de la situación real, de aquello que no le fue contado.

Sabía que sentía angustia, pero no era suya, era de alguien más: Dream.

Tan pronto como acabó su misión fue a casa, entonces se enteró.

No por voluntad, de hecho...

Dream se habia encerrado en su cuarto y decidió no mostrarse, pero Nightmare logró abrir la puerta, lo vio.

Toda esa tristeza y angustia en su hermano, la sentía, la veía.

El menor estaba sentado en el suelo mientras se abrazaba a sí mismo, llorando.

¿Por qué nunca podía estar a su lado?

Nightmare no sabia la situación, pero habia notado algo: Dream no tenia alas, sus alas, sus preciosas alas que iban en contraste con las suyas haciendo que sean gemelos, ya no estaban.

-Dream...-

No dijo nada, solo se acercó y lo abrazó, no forzaría a que respondiera sus dudas, lo escucharía cuando este se sintiera listo, pero ahora solo quería que supiese que no estaba solo.

-Dios, no puedo ser un arcangel, ¿Verdad? - Preguntó Dream.

-No desearía que te fuerces, no cuando... Tienes esa condición.-

-...No quiero ser un problema, así que... Si, por favor, lo siento, mi señor, no puedo ser un arcangel si no puedo volar.-

Algunos angeles tienen la mala suerte de que sus alas son tan débiles como el cristal, Dream lo sabía, lo supo, y fue uno más de esos.

Deseaba vivir sin preocuparse sin volar, pero... Solo deseaba divertirse un poco, no esperaba que terminaria mal y sus alas se harían polvo, por suerte, pudo esconderse.

Porque siempre habrá gente que hablará de las miserias de los otros.