Vida 3

Bandeja de entrada
-Mila
-(sin asunto)
Por favor, tienes que venir, Yuri está muy mal.

El mensaje que mandó la pelirroja no fue leído si no hasta horas después, cuando todo hubo pasado y el moreno, tras intentar hablarle al rubio toda la tarde no recibió respuesta. Cuando llego a su apartamento tuvo oportunidad de ver su celular y, esperando ver algo de su amigo el ruso, tenía otro mensaje y este, lo había dejado sin aire.

—¿Mila? —Llamo de inmediato, por medio de mensajes no podría saber qué pasó apropiadamente — Yo... Lo siento, acabo de llegar a casa... ¿Que pasó con Yuri? -su voz sonaba agitada, se le iba el aire, por su cabeza estaban pasando todo tipo de cosas desagradables con respecto a Yuri que presionaban contra su pecho.

—Otabek... - exhalo pesado cuando oyó la voz al otro lado, no sabía por donde empezar pero, como primer paso, busco una salida para que el rubio no escuchara su llamada, estaba discutiendo con Lilia y Yakov. —Por ahora está mejor, estuvo terco todo el día sin descanso haciendo un triple Axel que, no sabemos cómo, pero cada intento fallo... Esta bien ahora, Otabek, pero deberá descansar sin poder ponerse de pie

—¿Se fracturó? -si era eso, la vida del otro se vendría abajo a pesar de su juventud

—No, no... No fue tan horrible, pero se hirió mucho sus pies, pude limpiarle y vendarlo, mañana Yakov lo llevará al hospital junto con Georgi

Hubo un silencio incómodo entre ambos. El kazajo tenía la mano en su rostro presionando contra si mismo. Se lo había advertido, algo malo iba a sucederle si seguía con esa exigencia suya.

—Ya tenía planeado ir a Rusia el próximo fin de semana, no le pude decir a Yuri anoche, me colgó -se rió sin ganas, ambos conocían al rubio y sus mañas al teléfono —Nada más no le digas nada, Mila, iré de todas maneras y trataré de ponerlo en su lugar

—Gracias -exhalo aliviada —Perdona que te haya hablado yo y para preocuparte nada más, hubiese querido que nuestra llamada fuese con otra intensión -sonrió leve y sintiéndose tonta por decirle eso —Pero Yuri necesita de ti, su amigo

Otabek no hizo más que agradecerle por avisar, ahora sabía por qué no pudo recibir respuesta del ruso aunque su corazón seguía intranquilo.

Por otro lado Yuri no quería ni ver a su entrenadora y gritaba como siempre a Yakov, los analgésicos habían funcionado bastante bien ya que no se quejaba como antes.
Mila de nuevo intervino entre los tres y saco a los dos mayores de la habitación, era obvio que la atmósfera estaba tensa y es que Yuri perdería tiempo valioso en entrenar con la competencia tan cercana.

—¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre, sed...?

—Nada -respondió seco y frío, sin siquiera mirarla

—Bien... Descansa por ahora, en tu mesita de noche deje abajo unas botellas de agua y Georgi te mando unas muletas y... -quería decirle que había hablado con el kazajo y darle la noticia de que vendría dentro de unos días pero, prometió al otro no hacerlo. —Descansa

—Si

Hubo una pelea en medio de un torneo donde Yuri iba bien posicionado, pero le valió poco su marcador, en plenos vestidores, el rubio estaba tan enojado que no dudo en derribar al otro y pegarle en la cara a puño limpio.
¿Como empezó esto?
Simplemente por que el rubio se había vuelto muy intolerante y escucho a ese chico hablar frente a él, como burla, de que lucía como una chica y seguramente era un transgénero.
Esto alteró al rubio y eh ahí por que lo molía a golpes.
Cuando Yakov llegó, el rubio también tenía unos cuantos golpes en su rostro y era obvio que Lilia pego el grito en el cielo, ya no era bello mi perfecto. Lo dijo en voz alta y Yuri volvió a alterarse. Requirieron de dos personas más para calmarlo y que quedará fuera de ese torneo, que aunque no era importante como el Grand prix, debía de ganarlo. Fue justo cuando cumplió sus dieciocho años.


Al tercer día Yuri pudo poner los pies en el piso y aguantar su peso, el doctor le dijo que sólo debía descansar y tomar analgésicos cada ciertas horas para que pudiera caminar bien y debería dejar el patinaje al menos un mes y eso fue poco, Lilia hizo de las suyas para convencer al médico de que fuera menos tiempo.

Se vistió y se puso sus flats de animal print no muy justos, aún le dolían las cintas sobre su piel.

Apenas había notado que no tenía un celular al cual estar pegado. Se rasco la nuca y prefirió ir a comprar otro en lo que recordaba que había pasado con el anterior.
Tampoco en ese tiempo había cruzado palabra con el kazajo... Debía de estar molesto, pero de regreso a casa abriría su computadora y revisaría si tenía algún mensaje de él, le diría cualquier cosa menos que era lo que había pasado.

Sin que nadie lo notara, Yuri había tomado una de las muletas y solo como apoyo, su mochila, sus lentes de sol y un cubre-bocas... Iría a un centro comercial a comprar un nuevo celular pero también estaba en cuidar su imagen, dejarse ver lesionado sería un horror y pólvora pura para los periodistas que no dejarían de hacer preguntas ni de rondar la casa.

En Kazajistán, Otabek estaba dejando sus cosas en orden para poder tomarse esas vacaciones que tanto quería con la persona que quería... Aunque realmente no iban a pasarla bien como hubiese imaginado. De verdad que hablaría seriamente con Yuri sobre eso, estaba tomando las cosas como un juego y su obsesión por entrenar era un caso grave.
El sonido del zíper de la maleta lo hizo regresar a la realidad, llevaba una sola maleta grande y una mochila con sus documentos y unos dulces para el rubio.... Si tan solo le hubiese dicho desde antes como se sentía... Quizás ahorita no estarían ambos en ese tipo de situación.

Por último, mando un mensaje al rubio, seguro le llegarían en cuanto tuviera su celular y actualizará sus cuentas.

Bandeja de salida
-Yuri
-Sin asunto
Tenemos que hablar seriamente, pero primero quiero que vayas por mi al aeropuerto, llegaré mañana por la tarde.


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Hola
Ahora actualice antes por qué este fin estaré ocupada y vienen mis primeros parciales.
No lloren c: les prometo que Yuri podrá caminar (??).

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