Vida 10

Los médicos corrieron en dirección a donde estaba la habitación de Yuri y eso levantó intriga y miedo en todos los presentes, había voces por todos lados y Otabek se quedó en el vano de la puerta, no le dejaron entrar.
Nikolai fue el primero en acercarse Para ver qué era lo que estaba pasando y antes de que pudiera dar un paso más, lo retuvieron y pusieron al kazajo a su lado.

-¿Que es lo que está pasando? -pregunto con un ligero desespero -¡Dime que paso con Yuri!

Otabek lo miro fijamente y lentamente una pequeña mueca torció sus labios.
-Despertó

El hombre no pudo contener su emoción y abrazo al kazajo de manera alentadora, en su fuerza podía sentir el miedo, la angustia, la esperanza de que todo podría estar bien.
La noticia se hizo correr entre los presentes y era de esperarse que todos se alegraran lo suficiente como para quitar esas caras duras, por que todavía faltaba el diagnóstico y evaluación del rubio.

Esa noche dejaron que entrara al menos un familiar, por lo que a Nikolai le correspondía pasar y velar el sueño de su nieto, pero, ese hombre a pesar de que había vivido muchos años, vivía en una Rusia que no entendería de razones y que se trataba de su nieto, sabía que de entre todos Otabek era el que tenia mas derecho, tenía ese deber y necesidad.

Sabía sobre 'eso'.


El kazajo al principio no quiso entrar por que, vamos, era el abuelo de yuri y su padre en todo caso, pero el hombre no acepto un 'no' por respuesta y pues ahí estaba, sentado a un lado de la camilla donde podía ver por primera vez el apacible rostro del rubio, tranquilo, casi perfecto solo por esos remanentes de golpes que tenía. Temió tocar su mano por que así como estaba de delicado podría hacerle más dalo, así era Otabek un sobreprotector, soñador y romántico que aún pensaba que, más allá del patinaje y que lo hubiesen rechazado, podría estar al lado de Yuri de la manera que fuese, por que no habría un 'nosotros' y quizás era malo para él también, pero de la forma que fuese, siendo lo que fuesen... Quería estar a su lado.

—Yura... ¿Por que lo hiciste? -murmuro dejando caer su cabeza en la orilla del colchón para descansar, cosa que no había hecho desde hace días. —Yura...

El sonido del monitor era relajante, era una forma de escuchar los latidos de Yuri y saber que estaba mejor.

La noción del tiempo la perdió, no había reloj en el cuarto y su celular lo dejo... Lo dejo en algún lado.
Quizás estaba soñando, podía sentir la voz del rubio llamarle y sonreírle en la pista de hielo... Tan precioso como siempre.

—Beka...

¿Por que demonios los sueños se sentían tan reales? Hasta podía sentir su cabello moverse...

—Lo... Siento

No era ni el aire acondicionado, ni era parte de su sueño.... los dedos niveos del ruso acariciaban las hebras negras del kazajo y este simplemente lo veía sin dar crédito a lo que pasaba, era de verdad Yuri quien le estaba hablando y tocando cuando creyó que nunca más iba a suceder, pero... Se veía tan lejano, sus ojos no eran los mismos​, había perdido más peso ahora que lo observaba bien, estaba más pálido...

¿Era la misma persona?

—Yuri... Yura ¿Como te sientes? ¿Quieres que llame a un médico? -se sobresalto y sin querer se alejo del ligero tacto ajeno lo que hizo que el rubio evitará verlo, lo tomo como un rechazo.

—No quiero nada... -exhalo pesado, quien sabe que le había dado el imbécil de Leroy que se escuchaba agitado

—Yura...

—Quiero que te vayas... —la sorpresa en el kazajo no se hizo esperar —No quiero... Que estés aqui

—Yura, yo qui-

—¡QUE TE LARGUES! ¡LARGO! ¡NO TE QUIERO VER AQUÍ! ¡NO QUIERO QUE ME VEAS! -habia encendido la rabia del ruso y éste se había sentado tratando de tener las fuerzas suficientes para arrojarle la almohada o lo que pudiera tener a su lado, sentía una vergüenza infinita y no por su aspecto, estaba avergonzado de su estado y que la única persona que lo amaba de una forma incondicional, estuviese ahí, viéndolo.

El kazajo, lejos de sentirse herido y salir de ahí, se fue contra el rubio sin pensar en que si estaba encima de la cama era algo totalmente prohibido en un hospital.
Lo tomó de los antebrazos para evitar algún golpe pero, el rubio se quejó, seguro que su piel o su cuerpo entero estaba lastimado.

—Escúchame, ya me cansé de tus berrinches, ya me cansé de que me rechaces todo el tiempo, me cansé de verte de esta manera, me cansé, Yuri, estoy cansado de ti -y ahí estaba Otabek, con una voz firme y sería pero sin gritar, con calma, apaciguando el increíble felino bajo de si. —Estoy realmente agotado... Vine a Rusia a verte, acepte que me corrieras de tu casa, pero, no hay una segunda o tercera vez, ahora vas a escucharme y vas a hacer caso a todas esas personas que están allá afuera preocupadas por un irresponsable como tú.

El rostro de Yuri tenía una expresión que pagaría mil veces más por verla en una segunda ocasión... Sus ojos turquesas estaban brillosos, le había hecho llorar..  ¿Y que? Al menos con eso sabía que estaba arrepentido. ¿No?

Un médico y un par de enfermeras entraron al cuarto tras todo el alboroto y obviamente llamaron fuerte la atención del kazajo por estar encima del rubio quien aún no estaba del todo bien y las normas del hospital y su estado delicado...
Prometió no volverlo a hacer ni alterarlo para que le dejaran estar ahí un poco más y tras una rápida revisión de su cuerpo partieron, dejándolos solos nuevamente.

El rubio le dió la espalda y el moreno exhaló pesadamente, estaba fastidiado de que no valorara sus esfuerzos por verlo bien.

—Yura, no te sirve de nada ponerte de esa manera... —Se regreso al sillón y se recargo ahí guardando silencio por un momento más. —Tendras que ir a una clínica de rehabilitación... Necesitas mejorar en todo sentido

—No soy un maldito drogadicto o alcohólico

—Yo lo sé, pero al menos una terapia te vendría bien, no puedes regresar a patinar así

Lo que más le dolía al ruso era que no podría volver a patinar y estaba bien posicionado entre los mejores del mundo.
Otabek acercó su sillón a la orilla de la cama para estar más cerca del rubio aunque realmente el otro no le hiciera el mínimo caso.

—Quizas... Deba dejarte solo y que venga tu abuelo... —Se levanto se quedó un momento se pie junto a la cama y espero a que el otro pudiera hacer o decir algo... No hubo respuesta alguna.

Salió de la habitación y fue directo a la sala de espera donde el pobre abuelo de Yuri estaba dormido. Le apenó pero lo despertó para que ahora fuera el quién tomara su lugar.
No le dijo nada sobre lo que hablaron pero, a estas alturas el kazajo ya había tomado una decisión importante dada las cosas con el rubio.

Saco su teléfono y empezó a escribir un mensaje, ni siquiera estaba consiente de la hora que era.

Bandeja de salida.
Para: Mila
[¿Podemos vernos? Necesito hablar contigo ]

No era muy extenso en sus mensajes, no le gustaba tener que exponer sus asuntos en algo escrito.

No quiso molestar a nadie y fue mejor a un hotel donde pudiera pasar al menos unas horas para descansar y darse una ducha, quería refrescar su cabeza y dejar de pensar demasiado o no podría hacer lo que tenía planeado.

En la mañana estaba sonando si celular y no alcanzo a responder, está a muy cansado pero logro despertar tras unos minutos más.
Había un mensaje de Mila y como tres llamadas perdidas de la pelirroja. Ahora entendía que su mensaje lo mando a las tres y treinta de la mañana.

—¡Otabek! —el kazajo devolvió la llamada y de inmediato la pelirroja respondió —¿Te desperté? Si es así lo siento mucho, pero tu mensaje me preocupo

—Descuida -sono calmado —Necesito que me ayudes a conseguir un vuelo.

—¿Un vuelo?... Claro... -no sonaba muy convencida pero, trato de seguir la conversación con algo de positivismo —¿Te irás con Yuri en cuanto se mejore? Que atrevi-

—Es para mi nada más.

Hubo un silencio incómodo en la línea hasta que la patinadora se atrevió a hablar.

—Oye... Te vas a ir y lo dejaras solo de nuevo, te necesita más que nunca.

—Mila, ya no voy a rogar que me necesite, si realmente lo hiciera, no habria tomado esta decisión

—Otabek... -quizas Mila no era la persona más indicada para estar hablando de esto, pero, conocía bien a Yuri, en los últimos días se volvieron un poco más cercanos, ella podria darle la ayuda que necesita. Exhaló pesado y se echó sus mechones carmesí atrás.
—¿A donde quieres tu vuelo?








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Hola gentecilla!

He estado leyendo sus comentarios y si, se va a terminar pronto, no digo que en dos caps más, no, pero si pronto y como muchos no están conformes :Du quizás si haga algún(OS) extras para aliviar sus almas y redimirme.

Si planeo continuar escribiendo pero.... Será igual de sad (?) 😆😂 Trataré de poner más fluff​ en alguna otra fic.

Gracias por el apoyo!
Se les quiere!
😘❤

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