5

   La gata gris de parches naranjas salió de la maternidad y fue hasta la pila de carne fresca, agachando su cabeza para tomar un pequeño atún.

   Un cuarto de luna había pasado desde que Brownfeather decidió volver a sus obligaciones como guerrera, y un poco más tras la desaparición de Ashkit. Su hermana cada día se encontraba peor por lo que le había sucedido a su hijo, y ya pensaba de que probablemente había muerto siendo comido por zorros o siendo atacado por pícaros. Al menos su hermana pequeña, Sandkit, ya se encontraba bien y había regresado a la maternidad sin contagiar tos blanca o tos verde.

    Al volver a entrar en la maternidad se encontró con Waterfur, la cual estaba en su nido con el pelaje descolocado, como si no se lo hubiera limpiado en lunas, y sus ojos azules reflejaban una profunda tristeza. Con su esponjosa cola grisácea tenía acurrucada a Silverkit, quién solo miraba con aburrimiento a sus alrededores, sin su hermano para jugar. Waterfur se levantó dando un gruñido y mostrando sus fauces, y luego se dejó caer de vuelta en su lecho al ver que era su hermana.

   -Waterfur, soy yo -se relajó al ver que solo la había confundido con una pícara-. Toma esto -con su pata le alcanzó el atún que había traído.

    Su hermana grisácea apartó el pequeño pez a un lado con su pata.

    -Hazlo por Silverkit -Sunfeather se acercó a ella y le dio el pez, el cuál cogió y empezó a mordisquear con poca gana.

   -¿Las patrullas han encontrado alguna pista? -Featherpelt le preguntó a su madre.

   -Rainstar ha estado todos los días preguntando a los guerreros que vuelven de las patrullas, pero no hay rastro ninguno de mi nieto -su mirada verde reflejaba tristeza por su hija.

    -No se van a rendir, ¿verdad? -respondió con un tono bastante angustiado, sus garras raspando el suelo lleno de musgo.

    -Él no dejaría que eso pasase. Al fin y al cabo, es nuestra hija, y le tiene que preocupar mucho por lo que está pasando ahora -despidiéndose con su cola color crema, volvió a su lecho y observó a sus hijos, Sandkit y Cloudkit, jugar con una bola de musgo enroscado.

   La reina de parches naranjas giró sus orejas con rapidez al escuchar a alguien llamándola. Mirando hacia afuera de la maternidad, se encontró con Whitetail dedicándole una sonrisa mientras observaba a sus dos hijos jugando a pelear en medio de la nieve. Por un momento eso le parecía sentir como que nada malo había ocurrido en el clan, pero debía aceptarlo, por más que le pudiera doler.

   -¡Ven aquí! -dijo enérgicamente el de pelaje negro.

   -Ahora voy -volvió a internarse con rapidez en la maternidad, acercándose al lecho de cañas y musgo de Waterfur-. Silverkit, ven a jugar con tus primos.

    Sus ojos se pusieron como platos al ver que podría jugar con alguien por unos momentos, y tras eso, Waterfur le dijo que tuviera cuidado y despegó su cola de su pequeño cuerpecito.

   -¿Por qué no vienen Darkkit, Foxkit y Redkit? -maulló su sobrina, mirando hacia una esquina en la maternidad en la que Cloudy cuidaba de los cachorros de Brownfeather.

   -Todavía son demasiado pequeños para abandonar la maternidad -le respondió, y tras eso, salieron al claro del campamento.

   -¡Yo pido ser el zorro! -Stripedkit chilló de alegría.

   -¡Seré la guerrera y tú puedes ser el cachorro! -Silverkit propuso.

   -¡Vale!

   Stripedkit intentó imitar una posición de acecho, pero al no poder aguantarla cayó a la nieve.

   -Así -Spplittail levantó con su cola al cachorro, y luego se agachó para adoptar la pose de acecho. Cuando el pequeño de pelaje negro la pudo realizar, se volvió a sentar al lado de unos arbustos.

   Stripedkit empezó a acechar a Stonekit, sus pasos ligeros en la nieve. Cuando estaba lo suficientemente cerca, saltó sobre él. Silverkit apareció y dándole un golpe con la pata lo echó de encima del pescuezo del cachorro, haciendo que el gato negro rodara en la nieve.

   A un lado, Featherpelt vio a Orangekit pasar con un escuálido ratón entre sus fauces. Se dirigía hacia Brownfeather, que acababa de llegar de una patrulla fronteriza y se había colocado en la entrada de la maternidad.

   Sus tres hijos se acercaron a ella y se acostaron en su pelaje marrón, mientras su madre les daba lametones a cada uno de ellos en la cabeza.

   El atigrado naranja dejó que el ratón cayera a la nieve; sus orejas giraron con rapidez hacia la dirección donde los cachorros jugaban a ser zorros por turnos.

   Brownfeather notó una extraña reacción por parte de Redkit. De un momento a otro también agitó sus orejas y se levantó de un salto, sus ojos parecían reflejar temor.

   Orangekit se lanzó corriendo hacia donde estaban jugando, asustando a Silverkit y  Stonekit al pasar impredeciblemente al lado de ellos. Ambos volvieron junto a Featherpelt en la boca a la maternidad.

   -¿Qué está pasando? -exigió saber Featherpelt-. ¡Casi le das a nuestros cachorros!

   Featherpelt vio que Stripedkit se había puesto a un lado, mirando con confusión a Orangekit. En un instante, notó como temor recorrió todo su cuerpo, dejándola completamente paralizada.

   -¡Stripedkit! -gritó Whitetail, preparado para salir corriendo a por él.

   Enormes garras afiladas atraparon a Stripedkit en un santiamén, cada vez haciendo más fuerza contra su suave piel. El cachorro dio un chillido de dolor mientras intentaba librarse de su depredador, pero lo único que este hizo es que sus garras cortaran más en su piel.

   Todavía atónita, Featherpelt observó con miedo como el enorme águila se llevaba a su pequeño y le hacía daño.

   Orangekit saltó sobre el águila, clavando sus garras en ella y haciendo que por su peso volara más cerca del suelo. La rapaz al final emitió un chillido y soltó al cachorro de forma brusca, provocando que sangre manchara sus garras.

   Tras un mordisco del aranjado, cayó en la nieve. Observó que estaba bastante herida y que no podría despegar pronto, así que quería aprovecharlo...

   Acercándose a ella con rapidez, le hizo una herida en el cuello con sus garras y luego le mordió por segunda vez con mucha fuerza, notando como su sangre manchaba sus colmillos de esta.

   Tras varios gritos agónicos del águila, su cuerpo se quedó en el claro sin movimiento alguno.

   -¡Stripedkit! -Featherpelt fue a tomarlo cuidadosamente del pescuezo, temor en sus ojos al ver en el estado en el que se encontraba. "¡Clan Estelar, ayúdale!" pensó con pánico.

   -¡Abran paso! -gruñó Orangekit, y al acercarse al cachorro inspeccionó sus heridas-. Pásenme telarañas y musgo. ¡Ahora!

   Algunos gatos buscaron lo necesitado y se lo llevaron al atigrado naranja. Con el tacto tomó un poco de musgo mojado. Este lo pasó por una enorme herida que atravesaba por el cuello del cachorro, por el lateral derecho, y se extendía hasta casi la mitad de su torso. Agarró las telarañas y pegó los bordes del musgo al pelaje negro del gato, haciendo presión por unos momentos con el musgo ya pegado para parar la hemorragia.

   El nuevo curandero, Spotspaw, acababa de llegar de recoger hierbas curativas. Al ver la escena, dejó caer todas las plantas al suelo, boquiabierto, y salió corriendo hacia el cachorro herido.

   -¿Qué ha pasado? ¿Necesita algún tratamiento? -al ver que Orangekit ya había parado la hemorragia volvió a estar más racional y calmado-. Orangekit, deseo hablar contigo. Pero primero me lo llevaré a mi guarida -el calico lo tomó suavemente con su boca.

   -Yo quiero que mi hermano se quede conmigo -pidió su hermano, Stonekit. Silverkit también coincidió con él.

   -Ahora él no puede. Ya se verá mañana -Featherpelt intentó sonar lo más comprensiva y calmada posible aunque aún se encontrara agitada. "¡Ayuden a mi hijo, Clan Estelar!" suplicó silenciosamente. 

   La noche cayó sobre el campamento. Tras haber comprobado que su hijo estaba bien en la guarida del curandero, Featherpelt se fue a la maternidad, con cuidado de no pisar la cola de ninguna reina o cachorro al pasar en medio de varios nidos en plena oscuridad. El olor de su hermana grisácea llegó a ella y se colocó en su nido, acurrucándose junto a ella. 

   "Ella lo estará pasando mucho peor" pensó con tristeza. "Ashkit está desaparecido y probablemente muerto; Stripedkit mejorará. Bueno, eso espero..." duda llenó sus pensamientos. "¡No deberías estar pensando en aquello!" gritó para si misma.

   La reina cerró los ojos mientras acurrucaba a Stonekit con su cola con fuerza. Pensaba que iba a tardar más en dormir dado que estaba preocupada por casi todo lo que podría pasar. Aún así, no aguantó más y se quedó dormida en un santiamén. 

   -Todas las respuestas que buscas se encuentran cerca de nosotros. Sabemos lo que está pasando y solo te queremos ayudar -varias voces resonaron en los sueños de Featherpelt. Clavó sus uñas desenvainadas en su lecho musgoso, esperando a que la dejaran en paz con esas oraciones que le provocaban más y más estrés. 


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