16
Gingerpelt abandonó su lecho en la guarida de los guerreros. Los débiles rayos del sol le daban una tenue luz al campamento mientras este se levantaba sobre el horizonte.
Preocupado, se acercó a la guarida del curandero, dejando la maternidad atrás. Notó la mirada de Darkkit en él, pero pasó de largo y se internó en la maternidad.
-Buen alba, Spotsleaf.
-Buen alba. ¿Necesitas algo? Por cierto, Redkit puede irse junto a Brownfeather y sus hermanos a la maternidad. No le pasa nada.
-Entendido, ahora mismo me lo llevaré.
El atigrado crema fue hasta el fondo de la guarida, donde estaban Orangepaw y Redkit en el mismo lecho musgoso.
-Buenas, Gingerpelt -Orangepaw se levantó y dejó a Redkit en el lecho, mientras él se iba al otro extremo de la curandería.
-¿Pasa algo?
-No, solo que estoy intentando recordar movimientos de batalla, ¿sabes? -le contestó de forma decaída, su cabeza baja.
-Recuerda, ahora ven conmigo, vamos a la guarida de los veteranos -Gingerpelt tomó a Redkit cuidadosamente por su pescuezo y se lo llevó a la maternidad.
Cuando llegó a la maternidad, notó que no estaba Waterfur ni Featherpelt. "¿Qué tendrán entre patas? Deberá ser sobre el Clan del Viento, pero nosotros ya tenemos el plan clave."
-¿Está bien? -Brownfeather se levantó para tomar a Redkit y acurrucarlo con su cola.
-Spotsleaf me dijo que todo correcto.
-Más le vale que eso sea verdad. Cualquier cosa le pediré que lo vuelva a revisar -bufó pero tras unos instantes empezó a lamer al pequeñín, calentándolo.
-¿Te gustaría ir a cazar conmigo? -Gingerpelt ofreció, intentando que no se notara el temblor de temor por que descubrieran el plan.
-Claro. Cloudy, -llamó, desviando su mirada a unos lechos lejanos- ¿podrías cuidar y darles de comer a los críos?
-Encantada -la reina grisácea juntó con su cola a los tres pequeños cachorros, y los acurrucó a todos junto a Skykit.
-Vamos -posó sus ojos verdes en Gingerpelt, y salió de la maternidad, haciéndole un gesto para que le siguiera.
Orangepaw se puso detrás de ambos, siguiéndolos a la guarida de Spplittail. De repente, algo se chocó contra Gingerpelt, y cayó con su cara contra el suelo. Se levantó, sacudiéndose la tierra de su pelaje, y vio a Darkkit, sus pupilas como rendijas.
-Ey, ¿por qué me han dejado atrás? -chilló con indignación.
-Eres un cachorro, deberías quedarte en la maternidad con tus hermanos. Luego volveremos, te lo aseguro.
-La verdad que eso no me parece a mí como algo cierto... Lleváis todo el rato que si Redkit esto, Redkit lo otro. Nosotros también necesitamos jugar.
-Estaba enfermo.
-Oh, vale, supongo que debería irme -miró con tristeza a Gingerpelt, pero cuando posó sus ojos amarillos en Orangepaw, dio un bufido. Se alejó con pequeños saltitos y volvió a la maternidad.
-Bueno, acá estamos -Brownfeather se colocó detrás de la guarida de los veteranos, hablando bajo-. Todos sabemos que el plan de Stripedmoor es lo que debemos seguir.
-El propio Clan Estelar me dijo que ese gato tendría las respuestas.
Los helechos de los alrededores se movieron, y vieron pasar a Waterfur.
-Erm, ¿y ahora qué? -Orangepaw bufó.
-Ella sabrá mejor que nosotros -Gingerpelt se echó a un lado y dejó a la atigrada gris sentarse.
-Ey, yo soy la que sabe de esto. ¿Me necesitáis?
-Mientras que no digas nada, y creas en que Stripedmoor está en lo correcto -Brownfeather le advirtió.
-Él tendrá las respuestas; eso es lo que escuché. No sé porqué no debería fiarme de él, si es nuestra única oportunidad para acabar con las amenazas del Clan del Viento.
-Entonces, prosigamos -la marrón de rayas naranjas se puso en pie y se subió en una roca más alta-. Como bien sabemos, el plan de Stripedmoor es liberar a Flamepelt y sus crías primero, ya que son los únicos que tenemos asegurado que no hablarán más de lo necesario. Ellos traspasarán en nuestro territorio, y una patrulla deberá llevarlos al campamento. Después, tenemos que esperar que Rainstar esté de buen humor.
-Yo de ese no me fiaría. Creo que viene por genética el quedarse completamente loco. Espero que no me ocurra nunca -Waterfur comentó en un tono sarcástico, el cual Brownfeather ignoró.
-Ella pedirá refugio en nuestro clan para ella y sus crías. Debemos lograr que le dejen quedarse. Al tener crías, deberá ser más fácil, ya que el código guerrero dice que aunque sean cachorros de otros clanes, debemos ayudarlos. Cuando el plan esté terminado, Blackstar se enterará muy rápidamente, y mandará patrullas al territorio. Blackstar confía en Stripedmoor, así que esa misma noche lo buscaremos en la frontera con cuidado de no saltar contra otras patrullas. Allí, el plan continuará. ¿Entendido?
-Entendido -los demás dijeron al unísono.
-Le pediré a Snowfur ir a la última patrulla fronteriza con el Clan del Viento -Waterfur se alejó de los gatos.
-¡Espera! ¿Cómo lo vas a lograr? Eres una reina, y él es tu pareja. No te dejará -Gingerpelt posó su cola en el lomo de la grisácea-. Aparte, no sabemos cuándo ocurrirá el plan.
-Pues le haré decir que sí, sea como sea. Yo me encargo de esto. Querrá que se vaya lo más pronto posible de aquel peligro. Protejan a Silverkit, es lo único que les pido.
Los gatos se despidieron y salieron de detrás de la guarida de los veteranos. Gingerpelt alertó a Spplittail. La gata de pelaje marrón pálido le miró por lo que se le antojaba una eternidad.
-¿Qué hacías ahí atrás? Oí a más gatos contigo.
-Oh, estábamos organizando patrullas -sus patas temblaron.
-No hace falta que mientas, jovencito, sé de qué hablaban. No se lo contaré a nadie, tranquilo. Te deseo lo mejor en el plan.
-Gracias -agachó su cabeza y se fue de la guarida, dirigiéndose a la Peña Mojada.
-No hay patrullas escogidas para hoy, pero formen grupos y hagan algo. No les pido nada más -Snowfur se bajó de la roca.
Ahora que se había fijado mejor, el gato de pelaje blanco tan reluciente tenía su pelaje manchado y poco cuidado, y podía ver sus costillas. En sus ojos azules pudo observar el cansancio que tenía.
-Snowfur, ¿podría ir a la patrulla del Clan del Viento, la de la tarde? -Waterfur se acercó a él, esperando que pudiera ir.
-No eres una guerrera, quédate en la maternidad, por favor. No me puedo arriesgar a perderte.
-¡Tengo que ir! Yo fui quien recibió la profecía, sé que debo hacer. Solo déjame ir. Cuida de Silverkit...
-Vale -el gato blanco pegó su hocico a la mejilla de su pareja. Se alejó y entró en la maternidad, buscando a su pequeña cachorra.
-Bien, ahora no sabemos cómo organizar las patrullas -Gingerpelt resopló-. Y todo porque el desquiciado de Rainstar ha dejado a Snowfur en las cacas de zorro.
-¡Que todos los gatos que van a asistir a las patrullas se reúnan bajo la Peña Mojada!
Gingerpelt se quedó confundido al no ver a Rainstar por ningún lado. Miró hacia arriba y vio que Brownfeather estaba encima de la roca, y ella había dado ese alarido.
-¿Tú que te crees? -Whitetail erizó su pelaje negro y bufó a la gata-. Cosas de ex solitarios.
-¿Preferirías que cada uno se fuera por su lado a patrullar las fronteras y que le atacara un gato del Clan del Viento? Ayer mismo pasó eso. Sé que todos estáis decaídos y sin rumbo encontrado, pero por favor, tenemos que mantenernos unidos, ahora más que nunca.
-Me da igual tu charla, ya que sigues oliendo a pícara -soltó con desprecio.
-Si tanto te importa su pasado y sus intentos de ayuda, podrías irte tú solito a ver qué te hacen los del Clan del Viento -Waterfur se acercó a Whitetail y le dio un empujón.
-Haz lo que quieras, pero déjanos hacer lo que debemos hacer -Brownfeather le fulminó con la mirada-. Habrán dos patrullas de caza que saldrán ahora mismo. Orangepaw y Lightpaw pueden ir a cazar con Orangefire cerca de la catarata. Asegúrense que no vean a ningún gato del Clan del Viento traspando. Cloudpaw y Sandpaw irán con Shadownight, a intentar, sobre todo, pescar cerca del río. La patrulla fronteriza del amanecer irá cerca de la frontera con el Clan del Trueno. Irán Gingerpelt y Peachpaw. La última patrulla será la del atardecer; iré yo misma con Waterfur, Gingerpelt y Orangepaw.
-¿No les vas a dejar ni un descanso a Orangepaw ni a tu pareja? Y Waterfur debería de quedarse en la maternidad.
-Whitetail, no metas tu nariz donde no te llaman. Yo estoy de acuerdo con ella. ¿Ustedes dos? -Waterfur desvío su mirada a ambos toms.
-No hay problema -maulló Gingerpelt.
-Me da igual -Orangepaw respondió con la misma indiferencia de siempre.
-Bueno, ya sabes lo que nosotros queremos -le mostró sus colmillos.
Brownfeather bajó de la enorme roca dando largos saltos, y aterrizó a su lado. Gingerpelt se quedó impresionado ante su facilidad por haber manejado al clan entero.
-¿Cómo...? ¿Cómo lo has logrado?
-Todos queremos lo mismo: proteger a nuestro territorio y al clan. Son gatos leales dispuestos a ayudar. Solo necesitaban que les recordáramos la unión que debemos de hacer.
-Ese pequeño empujoncito, eso lo ha sido todo. Bueno, me voy a marchar con mi patrulla.
-¡Espera! -escuchó la chillona voz de Darkkit-. Redkit me dijo que ibas a jugar con nosotros. Y tú también -miró a Brownfeather.
-Esto es algo importante para los clanes, pequeño.
-¿Más tarde? -dijo con esperanza.
-No creo. Hoy me toca trabajar el doble -lo miró apenado por romper su promesa.
-¿Y tú Brownfeather? -sus ojos ámbar se empañaron-. Tú te quedas hasta por la noche. Por favor.
-Tengo que revisar que Rainstar esté bien y darle algo de comer.
-Yo te ayudaré -maulló felizmente, dando saltitos.
-No, quédate con tus hermanos. Eso allí abajo está lleno de polvo.
-Soy fuerte como un guerrero.
-Vete a la maternidad, ¿o quieres estar estornudando todo el día polvo?
-Vale... -agachó su cabeza y se fue junto a Cloudy, su cola rozando el suelo.
-Hasta luego, Gingerpelt.
Gingerpelt se internó entre la vegetación del bosque. Peachpaw le seguía, dando saltos y emocionándose al ver cualquier cosa que no había visto en su vida, o no recordaba.
-¿Y eso que es? -señaló un par de flores rojas.
-Son amapolas.
-¿Me las puedo llevar de decoración?
-¡No! -se giró y mostró sus dientes; luego se calmó-. Los curanderos las usan.
-¿Para qué las usan? -la aprendiza insistió, posando sus ojos en el de color crema.
-Y yo que voy a saber, ni que fuera curandero.
-Flowerfur... Que diga, Spotsleaf podría necesitarlas. Una ayuda a mi hermano no le vendría nada mal.
-Yo que sé. No venimos de caza de plantas medicinales, esto es una patrulla fronteriza. Debemos llegar a la frontera, así que no me retrases más.
-¿Puedo llevárselas?
-¡Hazlo! -respondió con enfado-. Ahora sígueme, y vayamos a la maldita frontera.
Ambos gatos sortearon las raíces de los árboles que iban apareciendo en la parte más cercana al Clan del Trueno. Estos tenían raíces más anchas y largas, y los arboles eran más grandes de lo habitual.
A lo lejos vieron las Rocas Soleadas, brillantes contra el sol que daba sobre ellas al mediodía. La tormenta de anoche debería de haber pasado de largo; era algo bueno que no hubiera entrado en territorio del Clan del Río. El río estaba completamente congelado, pero al apoyar su pata sobre la helada superficie, notó que la capa de hielo era más fina que antes.
-Ten cuidado no vayas a caer -dijo con gracia la aprendiza.
-No pasará nada. Si este fino hielo se descongelara, a lo mejor no sería peligroso el ataque de otro clan. No saben nadar, que se le va a hacer.
-Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Rápido.
-¿Qué es esa sombra que veo allá? -señaló con su cola, temblando.
-Alguien del Clan del Trueno tomando sol en sus preciadas rocas, será.
-¿No deberíamos hacer algo?
-Peachpaw, está en su territorio -Gingerpelt se giró para posar su mirada en la aprendiza.
-Ya no está -maulló con temor.
-¡Hola! ¡Uy, si que huelen a pez! Bueno, normal. ¿Algún gato del Clan del Viento a la vista? Nada. Uy, mejor. Espera, no me he presentado. ¡Soy Sandheart del Clan del Trueno!
Gingerpelt se puso en frente de la aprendiza, y desenvainó sus garras, observando a una gata color crema.
-¿Se puede saber qué haces en nuestro territorio?
El atigrado se puso más agresivo al recordar que aquella gata era la que no se despegaba de Orangepaw en la anterior asamblea.
-Bueno, si no me equivoco, tú eres Gingerpelt. Y la otra no sé -apartó su mirada de la aprendiza que le observaba con rabia-. A lo que venía, necesito a una patrulla, como a ustedes dos, que los veo perfectos, que me lleve a hablar con el líder de vuestro clan.
-Rainstar no quiere más problemas en el campamento -le informó de forma cortante.
-¿Problemas? Para nada. Yo no seré un problema. Vengo a proponerle soluciones a sus problemas.
-¿Tu líder sabe esto?
-¿Y qué te importa? Llévame con ese tal Rainstar, por favor. Podríamos ser una gran unión.
-Ugh... Más te vale que sea algo importante, porque no creo que vaya a contenerse. Síguenos -indicó con su cola.
Gingerpelt seguía confundido con las intenciones de la gata crema. "¿Qué rayos quiere con el Clan del Río? Desde que la conocí cuando hablaba tanto con mi hijo, desde ahí me dio mala espina". Obligó a Peachpaw a pegarse a su lado y que no dijera nada de más.
Odiaba no tener más miembros en la patrulla para rervisar que la gata no se escapara, pero no podía dejar que Peachpaw corriera el riesgo de ponerse a vigilar atrás. Sin embargo, la enorme guerrera no parecía tener ninguna intención de salir por patas, y siguió a la patrulla con normalidad. "Esto está saliendo tan bien que me huele mal".
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