La guerrera estaba a punto de quedarse dormida. Estar en guardia no era una de sus tareas favoritas, claramente. Aún así, se obligó a mantener sus ojos verdes bien abiertos por si alguien planeaba atacar. Se imaginaba cualquier clase de acusación por parte del Clan del Viento, e incluso un ataque en la noche de la tregua.

    Brownfeather alzó sus orejas, captando un sonido muy fuerte. Un trueno acompañado de un luminoso rayo se dejó ver a la distancia, haciendo que una sensación de miedo recorriera la columna de la gata.

    Había estado tan pendiente en vigilar que sus hijos estaban en la maternidad, y no se había fijado en el oscuro cielo. Normalmente, una luz blanquecina iluminaría el cielo nocturno, pero en esta ocasión no era así. Cuando miró hacia arriba, varias nubes tapaban tanto la luna como sus ancestros guerreros.

    -El Clan Estelar... -entró a la maternidad con prisa, jadeando-. ¡El Clan Estelar ha dejado de observar a los cuatro clanes!

   -Eso solo puede significar una cosa... -Waterfur despegó su mirada de su hija, un extraño brillo recorriendo sus ojos azules-. Hay problemas con el Clan del Viento...

    -¿Cuánto tiempo lleva así? -Sunfeather maulló con preocupación.

   -Probablemente lo que tardarían en venir aquí si es que ya las nubes estaban ocultando la luna -Brownfeather supuso, intranquila de no poder dar la información correcta.

   -La Piedra Lunar debe de ser la fuente de este problema... -la grisácea se levantó, mirando a todos con conocimiento.

   -¿El qué? -su hermana se quedó tan confundida como todos los demás.

    -Las respuestas se hallan lo más cerca del Clan Estelar. Para comunicarnos con ellos tenemos la Piedra Lunar, en territorio cercano al Clan del Viento. En aquella batalla... ¡Yo lo escuché! Blackfeather llamó a Flamestar por su nombre de guerrera. Las respuestas son... -pausó, su tono catastrófico no indicaba nada bueno- que Flamepelt ha perdido sus vidas y a su propio clan.

   -¡Eso es imposible! -Cloudy gritó-. Los líderes tienen la confianza del Clan Estelar, ¿no es así?

    -Es algo más que eso, Cloudy -suspiró Waterfur-. Algo peor se cierne sobre el Clan del Viento.

    A lo lejos, unos arbustos de zarzas se movieron, y Shadownight, que estaba en guardia en la entrada del campamento, entró a la maternidad.

   -¿Acaso no tenemos suficiente con preocuparnos por nuestro clan, cómo para también preocuparnos por el del Viento? -replicó en un tono cortante.

    -Esto cierne a todos los clanes.

    -Oh, que bien. ¿Qué hará el Clan del Viento más tarde? ¿Tomar todos los territorios, no? Como son tan fuertes y valientes y leales... -empezó a nombrar en tono irónico, el pelaje negro de sus omóplatos erizado por la rabia.

   -Actualmente, no sabemos qué está pasando realmente en su territorio -Cloudy acurrucó a Skykit y los hijos de Brownfeather en su cola.

    -Claro que lo sé -desafió Waterfur, tomándoselo como un ataque personal.

   -En algún momento nos contarán qué pasó en la asamblea -la ignoró, y miró a Brownfeather con preocupación-. Oye, creo que Spotsleaf debería echarle un vistazo a Redkit.

    -¿Está enfermo? -lo empezó a oler por todos lados-. ¿Qué le pasa?

    -Lo noto a cada rato temblando contra mi pelaje. Puede que esté empezando a desarrollar tos blanca -compartió la preocupación de la madre de los cachorros, ya que se preocupaba por ellos como si fuera su verdadera madre.

    -Es mejor que le revise cuanto antes. No quiero que se encuentre mal.

    Shadownight salió corriendo hacia la entrada al sonido de pelajes rozando contra helechos. Brownfeather la siguió con rapidez, queriendo llevar a su hijo a la guarida del curandero. La gata blanca y negra mostró preocupación al ver a Snowfur.

    -¿Qué ha pasado, hijo? -se interpuso en su trayectoria, observando sus orejas gachas y su cola rozando el suelo, sus ojos azules parecían apagados.

   -¡Pregúntale eso mismo a Rainstar! -bufó, clavando sus uñas en el suelo, y se fue a la maternidad sin mirar atrás.

    -¡¿Cómo se atreve a ignorarme de esas formas?! -miró en la distancia como entraba entre los helechos de la maternidad, y luego observó a la patrulla.

    Guerreros y aprendices estaban con pequeñas heridas de las que brotaban finos hilos de sangre. Todos tenían el pelo erizado, y no particularmente por estar enfadados; el temor se notaba en sus ojos, también se veían muy apagados.

   -¡Gingerpelt! ¡Ven acá! -Brownfeather gritó, indicándole con la cola que se acercara.
 
    -Nightstar ha perdido una vida.

    -Es normal que los líderes pierdan vidas. Aparte, deberíamos preocuparnos por el Clan del Viento, Waterfur sabe... -la cola de Gingerpelt tapó su boca por unos instantes.

    -La perdió en la misma asamblea. Le atacaron -respondió sombríamente.

    Una sensación de terror recorrió todo el cuerpo de Brownfeather, su pelaje se erizó en resultado.

    Los gatos se reunieron automáticamente alrededor de la Peña Mojada, esperando que Rainstar llamara una reunión de clan. Aún así, él no dijo nada y se internó en su guarida.

   Tras dejar a Redkit en la guarida de Spotsleaf, la pareja se juntó para compartir las demás noticias. 

   -Rainstar, ¿qué ha pasado? -Sunfeather entró en su guarida y se colocó al lado suyo, preocupada. No hubo respuesta alguna.

    -Rainstar... Rainstar le atacó -Gingerpelt continuó, obligando a la reina a salir de la guarida del líder.

    -¿Qué? -maulló con temor.

    -Flowerfur no es su padre... Él le dijo que Flowerfur pagó por su error, que nunca debería haber sido su padre. 

   -Gingerpelt, ¿vamos a una patrulla? -Brownfeather le susurró en el oído.

    -Uhum...

   -¿Me puedo unir? -Brownfeather miró hacia atrás y se topó con su hermano siguiéndoles, aunque algo cansado-. También podríamos traer a Jay, para que consiga presas mientras esté aquí. No creo que el clan esté contento con que no haga nada y le demos de comer.

    -Bueno, vale. ¡Tráelo rápido! Nos vemos al borde del río.

    -Ey, ¿por qué tienes tanta prisa?

    -Gingerpelt, yo sabía lo de Nightstar. ¿Recuerdas aquella vez que me castigaron por hablar con el anteriormente lugarteniente del Clan de la Sombra? Quería ver dónde estaba el cuerpo de Moonstar.

   -¿Y nunca se lo dijiste? -se quedó algo asombrado, pero continuó haciéndole preguntas.

   -No, él quería que guardara aquel secreto, era lo que debía hacer cuando me había confiado algo tan valioso -su tono se volvió muy decisivo-. Y bien, ¿sabes qué significa esto? Tenemos que hacer que Rainstar no vuelva a atacarle. Nos van a acusar de tener un líder asesino, claro está, pero podemos cambiar algo; la forma en la que él ve a su padre, y también a Flowerfur.

    -¿Cómo piensas que podemos hacer esto? Nuestro líder lleva una época fuera de control, y ahora está muy herido. No podemos decirle que sabemos eso y ya está, tiene que haber otra forma.

    -Oh, ¿de qué hablaban? -Orangefire se acercó a la pareja, haciendo que ambos se sobresaltaran del susto. Detrás suya iba el ex-minino casero. 

   -De la escasez en la estación sin hojas, como no -Gingerpelt suspiró, algo agitado de que Brownfeather no supiera reaccionar ante aquel tema para proteger el secreto de Nightstar, Flowerfur y Rainstar.

   -Por eso mismo es que íbamos a cazar -Brownfeather se apuró a decir.

   El grupo de cuatro gatos avanzó por el terreno inundado por nieve y sortearon ríos helados. Brownfeather agudizó el oído y olfateó el aire, pero no logró detectar nada. Frustrada, desenvainó sus garras y arrancó algo de hierba congelada.

   -Tendremos que probar a pescar -Orangefire sugirió, bajando hacia un río con una capa de hielo algo más fina. 

   -¿Van a pescar peces congelados? -el de pelaje negro y blanco se acercó a Orangefire, algo confundido.

   -Cerebro de ratón, -dijo en un tono algo gracioso- no todo es un bloque de hielo. Actualmente, los peces siguen nadando allí abajo, solo tenemos que romper el hielo y tener cuidado de no caernos con ellos. 

    Volteó su mirada y, con garras desenvainadas, empezó a perforar la fina capa de hielo con sus garras. El resto de trocitos congelados flotaban en la helada agua, alejándose de donde estaban los guerreros pescando.

   -Ey, creo que esto no es lo mío -Jay dijo muy inseguro de si mismo, alejándose del borde del río.

   -Lo quieras o no, algo tienes que cazar, y esta es la mejor opción. ¿O quieres meterte en el nido de un halcón a robar sus polluelos? -Orangefire gruñó por lo bajo.

    -Creo que me quedaré con lo de los peces... -suspiró para nada aliviado.

   Jay emitió un chillido de temor cuando Orangefire hizo que el solitario metiera su zarpa en el agua congelada. Pequeños trozos de hojas secas cayeron sobre el agua, y unos instantes más tarde, Jay tenía varios peces pequeños entre sus garras. Los levantó cuidadosamente, pero igualmente se le cayeron a la tierra.

    -¡Por el Clan Estelar, los peces serán cerebros de pez! -Gingerpelt exclamó, tirando hojas al río y atrapando peces-. ¿Acaso se alimentan con esto o es que son bobos?

    -Creo que es la segunda -el guerrero negro y naranja sacó varios peces con su zarpa delantera. 

    -Tendré que probarlo -Brownfeather metió su zarpa, y dio un respingo al notar cómo el helado líquido le resultaba congelador. Los trozos de las hojas flotaban, pero ningún pez apareció. Más frustrada aún, se volteó hacia el grupo-. Llevemos esto a casa, al menos es algo -bufó, claramente cabreada. 

   Mientras los guerreros y el solitario andaban, las orejas de Brownfeather se dirigieron hacia un nuevo sonido. <<No puede ser alguna presa, es demasiado grande. ¿Y si es un depredador?>> pensó con algo de temor, parte de su pelaje ya erizado. Giró su cabeza con brío hacia su pareja.

   -¿Has captado algo?

   -No es una presa, silencio... -susurró, agachándose y escondiéndose entre unos arbustos-. Vengan -gestualizó con su cola. 

    -Oye, esto no me da buena espina -Jay intentó hablar, pero el pez en la boca no le dejaba hablar de forma clara.

   -¡Cállate! -Gingerpelt gruñó por lo bajo.

   -Estamos cerca de la frontera del Clan del Viento y el pasadero a los Cuatro Árboles. Esto no es nada bueno, claro está -Orangefire se asomó, mirando a todos lados, sin localizar nada.

   -¡Quietos! -Brownfeather bufó-. Los veo, están cruzando la frontera, la acaban de cruzar... -un escalofrío recorrió su espalda, erizando su pelaje.

   Un grupo de tres gatos; entre los que reconocieron a Birdpaw, Raincloud y Blackstar; empezaron a pescar al borde del río. 

   -¿Qué sientes al escuchar que ahora soy Blackstar, querida Brownfeather? -la nueva líder sacó con su zarpa un pez que inmovilizó con poco esfuerzo.

   -¿Nos ha visto? -Jay susurró en la oreja de Brownfeather, sus patas temblorosas.

   -No, pero sabía exactamente dónde podríamos estar; y ha acertado...

   -Brownfeather, siempre he estado dos pasos por delante de ti, por delante de tu clan de traidores. La venganza será servida como la pila de carne fresca, te prometo que pronto lo será. No eres una heroína, solo eres una sombra más de los poderes del Clan Estelar. Y los clanes seguirán consumiendo las historias de los cuatro aprendices que salvaron al bosque, pero ahora, todo es distinto. Ahora yo soy a lo que podrían llamar una actual estrella. Tenlo en cuenta, cariño.

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Palabras: 1834

Llevo como dos o tres semanas sin publicar help me

Bueno, esto es algo de relleno con patrullas, es que necesitaban patrullar de una vez por todas y cazar algo en vez de luchar.

Y sí, basé el final del copypasta de nikocado avocado :0

En fin, espero que lo hayan disfrutado, prox capítulo puede que sepamos de Redkit >X3