12

    Gingerpelt se fue hacia la parte trasera del gran grupo, caminando al lado de Orangepaw. Orgullo por su hijo chispeó en sus ojos verdes. El lugarteniente de largo pelaje blanco se acercó al guerrero atigrado crema. 

  -Sabes que ella hará de él un buen aprendiz -observó con esperanza al recién nombrado pre-aprendiz-. ¿Hay algo más en tu mente, jovencito?

    -¿Qué ocurrirá en esta asamblea? Mucho ha cambiado... -añadió con inseguridad-. Flowerfur fue exiliado... ¿Cómo explicará Rainstar el exilio de su curandero? ¿Y si el Clan del Viento nos acusa de cruzar sus fronteras? O peor aún, de la muerte de Nightpaw. ¡Todos querrán romper la tregua!

   -No sabemos lo que debe pasar. El Clan Estelar mantendrá a los clanes libres de peligro todo lo que puedan. Debemos confiar en que Rainstar dirigirá la asamblea con calma -sonó calmado, hasta que escuchó un grito de rabia más adelante.

    -¡El Clan del Viento pagará esto! 

    -Rainstar, debemos mantener una asamblea normal. Si actuamos primero, perderemos toda la razón -se fue hacia el frente, parando al líder gris.

    -¡Deben pagar!

    El lugarteniente blanco volvió a la punta de atrás, su cola rozando el suelo y sus orejas gachas. 

    -Será una reunión complicada -le comentó a Gingerpelt, decaído.

     Los guerreros y aprendices llegaron a la hondonada que llevaba a los Cuatro Árboles. Gingerpelt observó los cuatro robles, impresionado por todos los gatos en el claro. Cuando el líder dio la señal, los del Clan del Río bajaron con rapidez la hondonada, tomando un puesto entre el Clan de la Sombra y el del Trueno. Ningún gato de su clan fue a hablar con los del Viento; parecían evitarlos a toda costa. "Normal" pensó, intentando calmarse.

    Notó que Orangepaw estaba dispuesto a explorar, aunque temblaba con miedo. Gingerpelt lo siguió, pegándose a él para quitarle el temor. Para él, esto era normal, pero era la primera asamblea a la que asistía su hijo.

    -Iré por mi cuenta -se giró hacia él, y se mezcló con un grupo de gatos del Clan del Trueno.

    Gingerpelt, aún no seguro de las reacciones que el antiguo clan de su hijo tendría, se colocó a una esquina, hablando con Lightstream.

   -Un gusto volver a verte -la gata ragdoll dijo suavemente.

    -¿Qué tal todo en el Clan del Trueno? 

    -Bastante bien, los típicos pequeños problemas de la estación sin hojas.

    El guerrero del Clan del Río observó que la caza no debía de andar muy bien en su clan, actualmente. A la mayoría de sus compañeros de clan se les veían las costillas bajo sus pelajes. Miró a Lightstream y notó que ella parecía estar perfectamente.

    -¿Has estado cazando muchos ratones, eh? -intentó bromear, pero la gata se sintió un poco insegura.

    -Sabes, mi pelaje es muy espeso. Será eso -y cortó el tema con rapidez.

    Se despidió de ella con una sacudida de su cola y se fue a ver cómo le iba a su hijo. Pasó entre varios gatos del Clan del Trueno y lo encontró, bufando y extendiendo sus garras.

    -¡Orangepaw, déjalo! -gritó y lo tomó por el pescuezo. El pequeño preaprendiz se soltó tras sacudirse de su padre adoptivo. 

    -¡Quita! -le dio un leve zarpazo y se lanzó en un gato grisáceo, clavando sus garras en su costado. 

    -Stonefeet, deja al pobre aprendiz -una gata atigrada de pelaje crema espeso avanzó hacia el guerrero, dándole un zarpazo en la oreja, que empezó a sangrar levemente. Tomó a Orangepaw y lo protegió con su cola, bufando.

    -Perdona, me lo llevaré ahora mismo -le comentó a la gata desconocida.

    -Oh, no hace falta, no está creando ningún problema. Stonefeet, aprende a comportarte con los aprendices.

    El grisáceo bufó y se marchó, dejando un fino rastro de sangre. 

    -Encantado -alzó su pata crema a la enorme e imponente guerrera, un poco inseguro. 

    -Sandheart -se presentó, tomando la pata del otro.

    Cuando Gingerpelt fue a hablar seriamente con aquel guerrero del Clan del Trueno, Stonefeet, que había estado molestando a su hijo, una potente voz recorrió todo el claro de los Cuatro Árboles.

    -¡Que la reunión empiece! -la líder blanca y negra saltó con agilidad a la Gran Roca, sin mostrar todas las lunas que había visto pasar por sus ojos en el territorio del bosque. Sus ojos verdes recorrieron todo el claro, observando a cada uno de los gatos reunidos-. Si lo ven bien, empezaré con las noticias sobre mi clan.

    -Claro -Rainstar le respondió con un bufido, mirando el lugar donde debería estar o Flamestar o Windfur.

    -Aunque la estación sin hojas no nos provee muchas presas, el Clan del Trueno se mantiene fuerte al encontrar varios nidos de ratones en el territorio -vociferó, ignorando los malos tonos del grisáceo moteado-. Además, nuestra reina, Redspots, ha dado a luz a un saludable cachorro, Sunkit.

    Los gatos del claro se quedaron más callados de lo habitual, mirando a los grupos de guerreros formados en vez de prestar atención a la líder que estaba hablando. Stonefeet se puso al frente y se puso recto, acicalando su pelaje con orgullo. Orangepaw hizo una expresión de rabia y asco detrás suya, aunque no pudo contener sentirse bien por su madre.

    Nightstar se puso al frente, listo para su turno: -El Clan de la Sombra se va apañando bien. Los dos patas no han arrojado deshechos en el vertedero, así que las ratas del lugar son completamente seguras de comer. Además, -miró a los reunidos con algo de preocupación- nuestro clan cuenta con otro curandero.

    -¿Qué? -Rainstar se puso a su altura, temiéndose lo peor-. Un minino casero, un solitario, o quizás... -mostró sus colmillos al decir su última suposición-. ¡¿Un proscrito?! Dime ahora mismo quién es.

    Nightstar se echó atrás, visiblemente inseguro que otro líder lo estuviera cuestionando en público, en una asamblea, de una forma un tanto agresiva. Se detuvo, sabiendo que así no arreglaría nada. Intentó plantarse lo más firme que logró, posando sus ojos verdes en el líder del Clan del Río y dándole la respuesta que tanto quería tras unos instantes.

   -Nuestro nuevo curandero nos prestará una gran ayuda al curar a nuestros integrantes, y más en la estación en la que nos encontramos. Le agradecemos a Flowerfur por su... -fue cortado por un bufido y una sensación de dolor en su omóplato.

   -Perdón si estoy haciendo esto difícil, -respondió entre dientes, quitando sus garras del pelaje negro con motas blancas del contrario- pero, por el Clan Estelar, ¿cómo has aceptado a un gato en tu clan sin cuestionártelo cuando antes era de nuestro clan?

    -Buscaba un nuevo puesto y... -odiaba justificar las acciones que había decidido para su propio clan cuando el otro líder le bufaba constantemente-. Fue un curandero que acabó ayudando al futuro de los clanes, y a mí, así que, tendría que devolverle ese favor.

    La mayoría de los gatos estaban en claro shock, sin atreverse a murmurar nada. "Esto va a acabar muy mal" Gingerpelt dijo para si mismo, sabiendo la situación actual de su líder con el ex-curandero de su clan.

    -Nightstar, veo que no eres capaz de saber a quién aceptar en tu clan -con rabia dio un paso hacia adelante-. Si tu cerebro de rata no puede entenderlo por él solito, ¿quieres que yo te explique porqué exilié a ese gato de mi clan? -con su mirada observó la sorpresa en las caras de los gatos de los demás clanes.

    -Adelante -le respondió con un maullido lo más calmado posible.

   -¡Flowerfur es un asesino! -gritó con fuerza, sus garras rajaban la piedra-. Ha traicionado a su clan cuando hirió a Spotsleaf por sus problemas personales, que cabe añadir, pone encima y los pone más encima aún de cualquier gato en su paso. ¿Por eso lo habrá herido? ¿Lo habrá intentado asesinar? ¿Se lo sugirió a otro gato? ¿Vio la oportunidad de dejar que fuera atacado por lo que fuera que se llevó a Ashkit? -miró con rabia al Clan del Viento-. Aparte de eso, creo que alguien del Clan del Viento debería subir en esta maldita roca y explicar que heces de zorro han hecho con Ashkit, corazones de serpiente.

    -¡Eso es lo que te da el Clan Estelar después de que tu clan nos robara y convirtiera en terribles monstruos a nuestros gatos! -Gingerpelt vio a un gato gris levantarse, e intentando no morir de la vergüenza ajena, notó que era Stonefeet, haciendo un enorme caos-. Robaron a Spottedpaw y acabó sirviendo al Clan del Odio. Nos debilitaron también. ¡Y robaron a Orangekit!

    -¡No hemos robado a nadie! Vinieron por su cuenta, ¿entiendes? Shadownight no me contó lo mismo sobre lo que pasó con Orangepaw -le corrigió, esperando una explicación.

   -¿Te crees todo lo que te dice esa gran guerrera? -le respondió en un tono burlón-. Rayos, Rainstar, aprende a tomarte en serio lo que dices de otros líderes y aplícalo a ti mismo.

   -¿Y qué sospechas, eh?

   -¿Qué tal si...?

    -¡Basta ya! -un gato vociferó, subiendo con pequeños paso a la Gran Roca, con cuidado de no caerse-. Eres una increíble excusa para un padre, Stonefeet. Deberías sentirte muy orgulloso -Orangepaw le dijo en tono irónico, posando sus ojos como si pudiera ver al guerrero gris-. Nunca llegaste a quererme, igual que algunos aprendices. Me fui porque yo deseaba no comer más comida para cuervos, ¿todos lo entendieron?

    -Como habéis escuchado, esta decisión fue de Orangepaw solito -Rainstar volvió a tomar su puesto en la Gran Roca. Desvió su mirada al líder del Clan de la Sombra-. Nightstar, ¿algo que decir?

    -No hay nada que deba de explicarte, Rainstar -le respondió más firme, su tono cortante.

    -Oh, claro que sí. ¿Por qué tienes que ayudarlo? ¿Es que tienes una alianza con él?

    -Lo conozco de... -volvió a ser cortado por el maullido lleno de rabia del líder del Clan del Río.

    -O más bien... ¡¿Qué relación tienes tú conmigo?! Todas tus miradas, tus ofertas de ayuda, cómo me has tratado... ¡Ustedes dos tienen algo entre patas! -bajó de la Gran Roca de un enorme salto, aterrizando en el suelo con precisión.

     Rainstar avanzó hacia Flowerfur, su pelaje erizado de rabia y sus garras desenvainadas mostraban que no tenía buenas intenciones. El gato de manchas marrones se levantó de dónde estaba sentado y se acercó al que una vez llamó su hijo. Ambos se miraron fijamente por varios instantes que se antojaban lunas.

   Sin aguantar más la tensión en el ambiente, y la posible pelea que estaba por desatarse, Gingerpelt siguió a Snowfur y con rápidos pasos se quedaron al lado de ambos contrincantes.

    -Rainstar, esto tiene que ser un grave malentendido. Nunca... ¡Nunca habría querido herir a su aprendiz! -Gingerpelt soltó lo más rápido que pudo, interponiéndose entre los dos felinos que se bufaban mutuamente.

    -¡Él nunca me atacó! -Spotsleaf acompañó a los guerreros de su clan.

    -Tú nunca viste lo que pasó aquella noche -el líder volteó su cabeza hacia su curandero, y luego, de un empujón, echó a Gingerpelt a un lado, el cuál dio un gemido al caer sobre su costado.

    -Deja esto, Rainstar -Snowfur lo miró con descontento y rabia-. No les hagas daño.

    -No te pongas en contra de tu líder -clavó sus pupilas como rayos en su lugarteniente, desafiándolo con su tono-. Eres mi lugarteniente, y estas son mis órdenes.

    -Rainstar, yo no soy tú. No soy únicamente tu lugarteniente que tiene que obedecer todas tus palabras.
Yo soy Snowfur, un gato con pensamiento propio, y mi opinión es que esto es incorrecto. Mi deber como lugarteniente también es ayudar a mi clan, como lo haces tú.

    -Él tiene la razón de estar enfadado conmigo -Flowerfur posó sus ojos en el de pelaje blanco espeso para responderle, y luego miró fijamente a Rainstar, tristeza inundándolo-. Quise ser el mejor padre que pude ser, pero me resultó posible.

    -Por lo que yo sé, no tengo a nadie a quién llamar padre -varias gotitas de sangre mancharon su pata tras rasguñar el hocico de Flowerfur.

    -Me has hecho tan orgulloso y feliz todas estas lunas... -continuó con melancolía, por alguna razón calmado-. ¿No quieres que nuestra relación vuelva a ser cómo era antes?Aunque no haya sido tu verdadero padre, siempre te quise y te voy a seguir queriendo.

    -¿Nunca...?  ¿Nunca fuiste mi padre, ni en términos biológicos? -Rainstar se quedó sorprendido y prácticamente paralizado, tartamudeando de forma insegura  Luego, rabia empezó a irradiar dentro de él-. ¿Todo lo que viví fue una mentira para hacerte feliz?

    -Rainstar, él te acogió porque le importaba mucho Moonstar y solo quería ayudar. Tomó la gran responsabilidad solo por un error... -Nightstar se acercó a él, y por un largo rato no pudo soltar ni una palabra más-. Ese error... Fue el mío... Soy, y nunca debería haber sido, tu verdadero padre.

   Los felinos del claro se agitaron al mirar al cielo: varias nubes estaban cubriendo la luna llena resplandeciente. El claro estaba a punto de cernirse en un caos total, sin nada ni nadie que lo pudiera parar.

    -¿Error...? -tartamudeó, sus mejillas empapándose de lágrimas-. ¿Solo soy un error para ti? ¡Tú eres el único error aquí! ¡Mi nacimiento fue tu culpa! -gritó con fuerza. Rainstar se olvidó de Flowerfur y sus palabras, y se abalanzó contra Nightstar-. ¡Clan del Río, atacad! ¡No os quedéis parados!

    Ambos gatos estaban aferrados el uno contra el otro, en una batalla de zarpas y violentos mordiscos. Nightstar no pudo escapar de su agarre, aunque le hubiera propinado una patada en la barriga. Pronto estaba luchando por su vida, afilados dientes apretando en su cuello, en la zona de la yugular.

    -¡Rainstar, para! -Lightstar gritó, intentando parar la pelea de los dos líderes mientras esquivaba a gatos del Clan del Río que peleaban solo por obediencia y a guerreros del Clan de la Sombra que luchaban por defenderse-. No... -miró al suelo manchados de sangre con terror.

     Gingerpelt intentó ponerse en pie para ayudar al líder del Clan de la Sombra, al borde de su muerte. Aún así, cuando posicionó sus patas correctamente, algo lo volvió a tumbar.

    Un felino que andaba como si de una sombra se tratase se acercó a Lightstar y posó su cola sobre su omóplato.

    -Déjale hacer lo que quiere -la felina dijo.

    -¿Blackfeather? -tartamudeó la gata blanca.

    -Oh, no te confundas. Nuestro liderazgo ha sido tan débil que Windfur ha muerto -clavó sus ojos azules profundos en los de Lightstar. La líder la miró desconcertada; su mirada estaba demasiado cambiada así que casi no la lograba reconocer-. Una nueva forma de liderazgo llegará a todos los clanes. El código guerrero será reescrito. Y la justicia que el Clan del Viento le debe a los demás clanes será pagada no con palabras, si no con garras, colmillos y muerte. A lo que ustedes... -y con su mirada recorrió a todos los gatos que corrían de un lado a otro con pánico- han llamado Clan del Viento; se ha ido. El Clan del Viento emergerá de las sombras como si de un nuevo clan se tratase.

    -¿Qué dices? -Lightstar preguntó con confusión y miedo mientras miraba cómo Nightstar perdía una vida, sangre brotando de su yugular en montones.

   -El Clan del Viento tiene un nuevo líder. Y esa soy yo. Llámenme Blackstar, mis futuros guerreros.

  

    

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