Cap 2

¡Oh Clan Estelar, haz que se detenga! Arce Sombrío se retorció de agonía y hundió sus
garras en el musgo seco.
—Relájate, —Ala de Cuervo le ordenó, colocando una pata en su flanco erizado. Intenta
relajarte tú con todo lo que está sucediendo, Arce Sombrío quería gritarle al curandero, pero
apenas tenía suficiente aliento para resistir al espasmo que sacudía su cuerpo. Apretó la
mandíbula y resistió el impulso de hundir los dientes en la pata negra de Ala de Cuervo.
—¡Es un macho! —jadeó Pecas.
—¡Oh, es magnífico!
Ala de Cuervo se volvió para mirar. Arce Sombrío estaba tendida en el lecho con los ojos
cerrados, tratando de no pensar en el dolor que estaba por venir. Algo mojado y que se
retorcía fue empujado frente a su hocico. La gata abrió la boca para protestar y olió el aroma
más dulce que nunca había conocido. Levantó la cabeza y parpadeó hacia el cachorro de
pelaje marrón oscuro que estaba a su lado. Oh Manzano del Anochecer, tienes un hijo. ¡Y es
hermoso!
—Lámelo, Arce Sombrío, —Ala de Cuervo maulló. —Le ayudará a respirar. —Por un
momento Arce Sombrío quiso decirles a los otros gatos que salieran, que la dejasen sola con
esta diminuta criatura preciosa. Nada era tan especial como el latido de su corazón, al conocer
a su primer cachorro.
Entonces su cuerpo se curvó bajo otra ola de dolor y gritó. Ala de Cuervo se apresuró a
apartar al cachorro. —Llévatelo, Pecas, —ordenó.
—Con mucho gusto, —maulló. —Ven aquí, pequeño. Te dejaré limpio y seco.
Arce Sombrío trató de decir que ella podía hacerse cargo de sus propios cachorros, pero el
espasmo se hizo más fuerte y de repente había otro cachorro junto a ella; su boca estaba abierta en un maullido mudo, su pelaje moteado de color rojizo y blanco era como el de su
madre.
—Otro macho, —Ala de Cuervo anunció. —Lo estás haciendo genial, Arce Sombrío. —Pasó
su pata por su cuerpo. —Uno más, y eso es todo. Venga, ahora mantente concentrada.
Un anhelo irresistible de estar sola con sus cachorros le dio a fuerza a Arce Sombrío y el
último cachorro se deslizó fuera de ella casi de inmediato.
—¡Una hembra! —Ala de Cuervo ronroneó. —Más pequeña que sus hermanos, pero en
excelente estado. Es tu turno para tomar el mando, Arce Sombrío.
Acomodó a los tres cachorros en la curva del vientre de Arce Sombrío. La gata se incorporó
y se retorció para mirarlos con asombro. ¡Lo hice, Manzano del Anochecer! ¡Dos hijos y
una hija!
—Son preciosos, —susurró Pecas, su voz estaba ronca por la emoción.
Ala de Cuervo asintió. —Hiciste un gran trabajo, Arce Sombrío. Te dejaremos sola para
descansar, pero volveré con algunas hierbas para ti después de que el sol esté en su punto
más alto ¿Te sientes bien? —Hubo un destello de preocupación en sus ojos azul oscuro, Arce
Sombrío sintió una oleada de simpatía hacia el joven curandero. Él había estado a cargo del
Clan del Trueno en solitario por solo dos lunas desde la muerte de Avena Moteada, y este
había sido uno de los primeros partos que había tenido que supervisar.
—No podría estar mejor, —le dijo. Sentía la garganta seca y adolorida. —¿Podría beber un
poco de agua, por favor?
—Voy a buscarla, — se ofreció Pecas, saltó del lecho y desapareció a través de las zarzas.
Ala de Cuervo la vio marcharse.
—Tú la has hecho sentir que la vida vale la pena de nuevo, —comentó. —La muerte de su
hermano ha sido muy dura para ella.
Arce Sombrío enterró su hocico en el pelaje suave y húmedo de sus cachorros. —Estos
cachorros son mi regalo para todo el Clan del Trueno, —murmuró. —Agradeceré al Clan
Estelar por ellos todos los días por el resto de mi vida.
El curandero la tocó ligeramente con la punta de la cola. —Y el Clan del Trueno te da las
gracias, —maulló.
Al igual que el Clan del Río, Arce Sombrío añadió en silencio. ¡La disputa sobre las Rocas
Soleadas quedará olvidada cuando los Clanes se den cuenta de que comparten a estos
perfectos guerreros!
—¿Estás recibiendo visitas? —rugió una voz a la entrada de la maternidad.
—¡Por supuesto, entra! — maulló Arce Sombrío sin aliento, mientras trataba de acomodar la
cabeza de la gatita. A los tres amaneceres de edad, asombraron a Arce Sombrío con su habilidad para estar por toda la maternidad a la vez, mientras al mismo tiempo mamaban
constantemente de su vientre.
La ancha cara marrón oscura de Estrella de Roble apareció a través de las ramas.
—Hola, pequeños, —ronroneó.
La gatita saltó ante el sonido de su voz. Liberando sus diminutas garras en la oreja de Arce
Sombrío, se deslizó sobre el musgo haciendo algo de ruido.
—Este es Estrella de Roble, el líder del Clan del Trueno, —Arce Sombrío les dijo a sus
cachorros. Trató de ponerlos en fila. Pero sus ojos aún estaban cerrados y el olor de un gato
diferente era demasiado para que pudieran aguantarlo, por lo que los tres se tambalearon
hacia Estrella de Roble con sus colas rechonchas hacia arriba y con sus bocas abiertas en
tono agudo.
Estrella de Roble los condujo suavemente con su pata de regreso a Arce Sombrío. —No soy
solo su líder, —le recordó. —Cara de Abedul era mi hijo. Estos gatos son mi sangre. —Sus
ojos se nublaron de emoción mientras miraba los cachorros. —Si solo Cara de Abedul
pudiera verlos.
El pelaje de Arce Sombrío se sentía caliente y erizado. —Estoy segura de que nos está
mirando desde el Clan Estelar, —murmuró. Al lado de ella, los cachorros comenzaron a rozar
su vientre y se quedaron en silencio mientras comenzaban a mamar.
—Mi hijo fue un gran guerrero, —Estrella de Roble prosiguió. —El Clan se siente honrado
al ver que su espíritu sigue vivo a través de sus cachorros.
Hubo un crujido de las hojas de zarzas y Pecas apareció con un campañol en sus fauces. Lo
dejó junto al lecho. —Traje la primera presa del montón de carne fresca para ti, —le dijo a
Arce Sombrío con orgullo.
—Gracias, —Arce Sombrío maulló con voz ronca. Se preguntó si sería de mala educación
pedirle a Estrella de Roble que se fuera. Su presencia la ponía cada vez más nerviosa.
Pecas se volvió hacia Estrella de Roble. —¿No son perfectos los cachorros? —ronroneó. —
¡Puedo ver a Cara de Abedul tan claramente en cada uno de ellos!
Arce Sombrío miró a los pequeños cuerpos en la curva de su vientre. Aparte del macho que
era moteado como ella, eran exactamente del color del pelaje marrón suave de Manzano del
Anochecer. Cara de Abedul había sido un gato atigrado de color marrón oscuro, casi negro.
Su corazón latía con fuerza, esperaba que Estrella de Roble lo comentara, pero en cambio
preguntó si ya había elegido los nombres para ellos.
Arce Sombrío usó su cola para indicar a cada cachorro sin molestarlos. —Pensé en Pequeño
Alerce para el gato marrón, Pequeño Manchado para su hermano y Pequeña Pétalo para su
hermana. —Hizo una pausa cuando descansó la punta de su cola sobre la pequeña cachorra.
Ella era la más esponjosa de todos y sus orejas eran tan pequeñas, que apenas se asomaban
en el pelaje en su cabeza. Arce Sombrío sintió como si su corazón estuviera a punto de estallar
de amor. ¡Si tan solo pudieras verlos, Manzano del Anochecer!

—Excelentes nombres, —Estrella de Roble maulló.
—¿No querías nombrar a uno en memoria de Cara de Abedul? — preguntó Pecas. Parecía
decepcionada.
Arce Sombrío no levantó la mirada de sus cachorros. —Quiero que cada sigua su propio
camino, —explicó en voz baja. —No quiero que sean el eco de un gato que ya se ha ido.
Para su alivio, Estrella de Roble ronroneó. — El Clan del Trueno tiene suerte de tenerte como
reina, Arce Sombrío. Espero con ansias ver crecer estos cachorros.
—No puedo esperar a ver las caras de los gatos de Clan del Río cuando se enteren de ellos
en la próxima asamblea, — siseó Pecas.
El corazón de Arce Sombrío comenzó a latir más rápido. —Ojalá pudiera estar allí también
para verlo. ¡Asegúrate de decirles que he tenido tres cachorros perfectos y fuertes que van a
ser grandes guerreros! —le dijo Pecas. Especialmente a Manzano del Anochecer. Díselo
primero.
La gata de color pálido y rojizo parpadeó. —¿Por qué iba a hablar con ese sarnoso? —gruñó.
—¡Mató a Cara de Abedul!
—¡Exactamente! —Arce Sombrío maulló apresuradamente. —Él necesita saber que el Clan
del Trueno es más fuerte que nunca, gracias a estos cachorros.
Pecas asintió. —Por supuesto. —Desenvainó sus garras delanteras y las hundió en el musgo
del suelo de la maternidad. —¡Nuestros enemigos incluso tienen más razones para temernos
ahora!
Estrella de Roble frunció el labio, mostrando un destello de sus dientes amarillentos. —No
le hará daño al Clan del Río saber que nos pudieron haber robado a dos honorables guerreros,
pero gracias a Cara de Abedul, habrá tres guerreros más dispuestos a defender lo que es
legítimamente nuestro.
Arce Sombrío sintió una oleada de alarma. —El código guerrero dice que debemos mostrar
misericordia por los guerreros que hemos derrotado, —señaló.
— ¡Manzano del Anochecer no mostró piedad por Cara de Abedul y Zarpa de Flor! —siseó
Pecas, azotando su cola.
¡Fue un accidente! Arce Sombrío quería chillar. ¡Cara de Abedul cayó! ¡Zarpa de Flor
nunca debió haberlo seguido al río! Pero se controló. No podía dejar que Pecas sospechara
que tenía simpatía por Manzano del Anochecer. Aún no.
Estrella de Roble estaba empezando a retirase de la maternidad. —Ahora mismo, lo más
importante es que los cachorros de Arce Sombrío están a sanos y salvos, —maulló. Había
una nota sombría en su voz que hizo que el pelaje de Arce Sombrío se erizara. —Los
criaremos para que sean grandes guerreros como su padre, — prometió Estrella de Roble, —
y vengarán su muerte cuando estén listos.

Se regresó y desapareció en el claro, dejando temblando la pared de zarzas. Pecas se inclinó
sobre los cuerpos peludos y tocó ligeramente con su hocico a cada uno para que se
retorcieran.
—Ellos son el regalo de mi hermano al Clan, —murmuró —¡Y las criaturas más preciosas
en todo el bosque!
Arce Sombrío luchó contra el impulso de mandar lejos a Pecas. ¡Estos son mis cachorros, no
los tuyos! Ella sabía que la amistad con la gata de color rojizo duraría durante el largo camino
que sus cachorros recorrerían para ser amados por todos en el Clan del Trueno. Para cuando
los cachorros estuvieran listos para ser aprendices, la verdad sobre quién era realmente su
padre sería incapaz de sacudir la lealtad de sus compañeros de Clan. Incluso Estrella de Roble
entendería, una vez que valorara a los cachorros por lo que son, en lugar del legado que
cargaban. ¡Y una vez que Clan del Río llegue a conocerlos, ellos sentirán lo mismo!

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