-Cola Plateada ha muerto!- Dijo Garra Rota, entre llantos y maullidos. Mancha Azul miro a garra rota y Compartió lenguas con Cola Plateada una ultima vez, luego miró al cielo.

- Pronuncio estas palabras ante el cuerpo de Cola Plateada, para que su espíritu pueda oír y aprobar mi decisión. El nuevo lugarteniente del Clan Secreto será Garra Rota.- Maulló Mancha Azul

-gracias, Mancha Azul- Ronroneó Garra Rota, aún entre lágrimas.

después de eso, fueron corriendo a la Roca Lunar, cuando llegaron invitó a Garra Rota a pasar con ella. Mancha Azul siguió su camino, guiándose de su olfato y su tacto, con las patas heladas. Llegando a la Roca Lunar se sentaron y esperaron a que el Clan Estelar decida el nuevo nombre de Mancha Azul. 

Mancha azul recibió su nuevo nombre ''Estrella Manchada''.

en la mañana siguiente todos estaban preocupados por Cola Plateada, nunca esperaron que su vida llegara a su fin, en especial Garra Rota, ya que Cola Plateada era casi su mejor amigo.

Lo único que pudo hacer para olvidarse de la muerte de su amigo fue dormir. Estaba agotado y sin energías.

En su sueño pudo verse en un lugar muy pacífico, un río brotaba desde este a oeste y el sol empezaba a ocultarse. Las aves cantaban suavemente mientras Garra Rota se preparaba para acostarse, de repente, una voz familiar le susurró al oído, era la voz de Lluvia.

-Garra Rota!, Garra Rota!, ¿me escuchas?- lluvia apareció detrás de su espalda, sonriendo. Lo miró dulcemente y se acostó a su lado. Garra Rota sentía una paz absoluta, se había olvidado por completo de la muerte de su amigo. Sabía que Cola Plateada estaba feliz con el Clan Estelar.

-¿Quieres ir a cazar?- Maulló Lluvia. Garra Rota asintió y la siguió por un sendero decorado con flores, Garra Rota siempre sintió mucha admiración por Lluvia. el cielo brillaba de un tono amarillento, apunto de hacerse de noche. Garra Rota no comprendía como iba a cazar solo pasando por ese sendero, menos sabía a donde lo llevaba Lluvia. Al pasar el tiempo las rosas se marchitaron de la nada, Garra Rota buscó a Lluvia por el sendero, pero se había ido.

-Lluvia!- Gritó desesperado. El sendero llegó a su fin, Lluvia apareció tirada en el piso desangrándose, pero no tenía heridas. Entre lágrimas, se preparó para acostarse a su lado, pero antes de hacerlo un gato blanco y negro apareció detrás de él.

-¡nunca te perdonaré!, ¡jamás!- dijo el gato mientras le clavaba una garra en el ojo.

Una voz apareció de la nada y Garra Rota sintió como otro gato le rozaba la espada con una zarpa, Garra Rota no quería abrir los ojos, pero ya era demasiado tarde. Cuando abrió los ojos vio a Zarpa Verde.

-Garra Rota! has estado gritando toda la noche!- dijo el pequeño aprendiz.

-He tenido una mala noche.- Maulló confundido. -Regresa a tu guarida ahora! ¿no deberías estar en entrenamiento?-.

-Pues...Pardo Está muy profundo, ¡no lo he podido despertar!-. Garra Rota se levantó rápidamente directo hacia la guarida de su amigo, Pardo era muy puntual, no creía mucho en Zarpa Verde. Garra Rota atrajo la mirada de todos en el campamento.

-Pardo! no seas perezoso!- gritó Garra Rota.