Los Fantasmas de Cartman ch 3


CAPÍTULO TRES: ¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

El viejo Cartman estaba rodando por las escaleras de una plaza para terminar tirado en el piso.

-¡AUCH, MALDITA SEA!- grito molesto y adolorido mientras se ponía de pie con dificultad y se sobaba su enorme y aguado trasero -hay mi espalda y nachas...- se quejó para luego darse cuenta de que cerca de él hay tres hombres vestidos elegantemente.

-¿Cuándo murió, Damien?- preguntó uno de ellos, que es rubio y usa ropas anaranjadas elegantes.

-Anoche, Gregory, en Navidad- le respondió un hombre tan pálido como la nieve que está a los alrededores, curiosos ojos rojos, pelo tan negro como su elegante traje y sonreía un poco.

-Creí que nunca moriría- habló con burla el tercero de ellos que es algo gordo, tiene acento italiano y su traje elegante es de color café -¿Y que hizo con su dinero?- preguntó a los otros dos.

-Lo único que sé Luigi, es que no me lo dejó a mí- el comentario del rubio los hizo reír un poco.

-De seguro le harán un funeral barato o lo dejaran por ahí tirado en algún hueco. Claro suponiendo que alguien se tome la molestia de darle sepultura- ahora fue el pelinegro de ojos rojo el que bromeó un poco.

-Al menos de que ofrezcan un buen almuerzo en el velorio- le tocó al italiano bromear y las risas se hicieron sonar de nuevo.

El viejo Eric solamente se había limitado verlos en silencio sin entender a quién se estaban refiriendo y cuando ellos se fueron, todo a su alrededor fue rodeado por la oscuridad de la noche.

-¿De quién habrán estado hablando esos tres?- se preguntó a sí mismo viendo de un lado a otro y lo único que veía eran los pocos faroles que iluminaban las calles.

Hasta que de nuevo su sombra se distorsionó y tomó la forma del fantasma de las navidades futuras asustándolo un poco. El espíritu seguía sin decir nada y con su mano derecha apuntó la sombra de un carruaje impulsado por dos caballos que a pasos lentos se acercaban a su posición y el sonido de los cascos de los corceles hacía un perturbador eco.

-¿Qué es e-eso?- preguntó el anciano tragándose un nudo que se le formó en la garganta y para su desagradable sorpresa, una de las sombras de los caballos se materializó en un corcel negro como la noche y con ojos tan rojos como la sangre y de su nariz botó un poco de vapor -¿Vi-vienen por mí?- retrocedió unos pasos sudando a pesar del frío a su alrededor.

El ente del futuro lo señaló y enseguida el resto de la sombra del carruaje y de los caballos se materializó al mismo tiempo que soltaron un aterrador relinchido y corrieron hacia él.

-¡CIELOS SANTOS!- trató de correr pero sus pies se deslizaron en el hielo del piso hasta que al fin pudo emprender carrera a todo lo que sus viejas y arrugadas piernas le daban.

Y a pesar de que corría por su vida, la carroza le pisa los talones y a cada segundo se le acercaba más y más mientras que el jinete agitaba su látigo haciendo otro sepulcral sonido. Hasta que al doblar por una curva cerrada, la carroza se deslizó y golpeó contra una pared.

Eso le pudo haber dado al viejo Eric valiosos segundos si no fuera porque él resbaló y se deslizó como si fuera un disco de hockey por el piso mientras gritaba algunas cosas hasta que se estrelló contra un pequeño montículo de nieve.

-Maldición...- escupió nieve que le había entrado en la boca y se sacudió la que tenía encima y se paraba del piso -¿Lo perdí?- preguntó viendo de un lado a otro.

-IHIHIHIAAA!- su pregunta fue respondida cuando la carroza de nuevo fue tras él.

Gritó de nuevo para luego ponerse en marcha pero ahora cuando el jinete agitaba su látigo hacia que de este salieran unas cuantas luces que formaban alrededor del Cartman personas de nieve comportándose de forma pecaminosa, ya sea tomando tragos hasta el cansancio, besuqueándose con algunas suripantas, peleando entre sí, golpeando a niños y a animales indefensos, asaltando a otras personas, entre otras calamidades.

Cada vez que el viejo Eric pasaba cerca de esas personas, estas le sonreían con burla con grandes sonrisas sardónicas asustándolo más y más, pero no podía darse el lujo de detenerse y siguió corriendo para escapar de la carroza que ya no era manejada por ese jinete ¡Sino por el propio espíritu de las navidades futuras!

Hasta que él hizo que con un chasquido de su látigo el panzón brillara un poco y empezara volverse muy pequeño.

-¡¿Qué sucede?! ¡Las calles y casas se están volviendo más grandes!- exclamó pero al verse se dio cuenta de que era él quién disminuía de tamaño -¡ES UNA LOCURA!- su voz se volvía más aguda mientras se encogía.

Pero luego vio el hueco de una cañería, así que enseguida corrió hacia ella y se metió en su interior esquivando por poco el casco de uno de los corceles que estuvo a punto de aplastarlo.

-¡JA! Desde aquí no podrá seguirme- exclamó triunfal creyendo que el espíritu no lo podría seguir y luego recorrió la cañería e hizo una mueca de repulsión por lo sucia que estaba -¡PERO QUE ASCO! Sin lugar a dudas esta es la Navidad más horrible e inmunda que he tenido- se quejó.

Pero no vio un hueco en la cañería y cayó deslizándose en este como si fuera un tobogán y de nuevo gritaba a todo pulmón sin poder hacer nada para detenerse.

Hasta que salió despedido de la cañería y voló varios metros en el aire dando unas volteretas y cayó sentado en un barandal cubierto por hielo y en este también se deslizó como en un tobogán.

-¡HAUUAAA! ¡¿CÓMO PODRÍA ESTO EMPEORAR?!- preguntó no solo asustado, sino irónico y para su mala suerte en ese barandal había unos pequeños montículos del hielo y cada vez que se chocaba contra estos, se golpeaba sus partes nobles -¡HAYAYAYAIII!- gritaba por cada golpe que se daba -"¡Tenía que preguntar!"- pensó molesto consigo mismo.

Hasta llegó al final del barandal y otra vez voló por el aire, rompió una ventana entrando a una estructura y aterrizó en unas telas.

-Au... que viajecito tan pesado...- se puso de pie mientras se sobaba la espalda -¿En dónde estoy?- miró de un lado a otro.

-¿Estas son sus cortinas?- preguntó un hombre mientras cogía las cortinas en dónde estaba él parado e hizo que cayera al piso.

-Sí, las mismas- le respondió una señora con ropa de sirvienta riendo un poco.

-¿Se-señora Nelson?- Cartman reconoció a esa mujer ya que es una de sus empleadas.

-¿Y fuiste capaz de quitárselas aún con el cuerpo en su cama?- el otro hombre no podía creer lo que ella le había dicho.

-Claro, no fue nada difícil. Además no iba a desaprovechar esta magnífica oportunidad- la sirvienta de Eric siguió riendo de forma maliciosa.

-Bueno, ciertamente él nació para la fortuna, tanto vivo, como muerto- el tipo también rió de forma sombría -¿Y estás frazadas de quién son?- preguntó cogiéndolas.

-Que pregunta tan estúpida haces ¡Es obvio que son de él!- cuando ella exclamó esto él enseguida las soltó haciendo una mueca de asco y se trató de limpiar la mano en su ropa -ya, ni que estuviera contagiada de la peste o algo así- ella le restó importancia a eso.

-Oigan un momentico... ¡Pero si estas cortinas y esas frazadas son mías!- exclamó Eric molesto al darse cuenta de que esas prendas son de él -¡¿Cómo se le ocurre robarse lo que es de mi propiedad!? Señora Nelson ¡Está despedida!- a pesar de su diminuto tamaño le habló con tono autoritario pero ni ella ni el otro hombre lo escucharon -¿Qué no me oyó? ¡Está despedida!- le gritó lo más fuerte que le podía gritar pero obtuvo el mismo resultado.

-Esto es lo que se merece. Cuando estaba vivo hizo todo lo posible para que la gente lo odiara y se apartara de él ¡Y ahora nos estamos enriqueciendo con su muerte!- su mucama seguía riendo en dicha y alegría.

El viejo Cartman iba a tratar de gritar de nuevo, hasta que una rata lo vio fijamente para luego perseguirlo con la intención de comérselo y él otra vez tuvo que correr por su vida gritando.

Y fue salvado por el espíritu de las navidades futuras que lo cogió con su mano derecha levantándolo del piso para luego aventarlo a otro cuarto que estaba oscuro y solo la luz de la luna lo iluminaba, pero solo un poco.

-¡Espera, espera, espera!- le pidió el panzón mientras volvía a su tamaño normal -¡Ya entendí, ya entendí! El caso de este hombre que sufrió una muerte solitaria es lo que me pasará si continuo con el estilo de vida que tengo ¿Verdad?- le preguntó creyendo que se trataba de otra persona tan amargada, odiosa y déspota como lo es él.

Y como las veces anteriores, el fantasma le respondió con silencio para luego señalar con su mano izquierda una cama que encima tenía el cuerpo de un muerto cubierto por una sábana blanca. Eric giró lentamente la cabeza hacia atrás para ver el cadáver tragándose un nudo que se le formó en la garganta.

-¿Qui-quién es él...?- preguntó tartamudeando pero al notar lo gordo que era el difunto enseguida palideció -no-no me digas que...- se temió lo peor y el espectro solamente se limitó a asentir con la cabeza y de un tirón jaló la sábana.

Y reveló que el difunto era nada más y nada menos que el propio Eric Cartman todo pálido y algo demacrado.

-No... no puede ser...- el barrigón estaba atónito y retrocedió unos pasos viendo su cadáver con los ojos tan grandes como platos y la sangre se le fue de la cara dejándolo casi tan pálido como su futuro cadáver -¡NOOOO!- gritó con todas sus fuerzas -¡NO PUEDE SER, NO PUEDE SER, NO PUEDE SER!- gritaba una y otra vez cayendo al piso de rodillas y sujetándose los lados de la cabeza -pero si estoy muerto... ¿No hay nadie que lamente mi muerte o se sienta mal por lo menos?

Cuando preguntó esto el fantasma hizo que todo se volviera oscuro y al dispersar la oscuridad, estaban en la casa de su sobrino Scott y este estaba en la sala sentado en un sillón con la cara apoyada en su mano derecha y se notaba muy triste.

-¿Te encuentras bien, querido?- le preguntó su mujer acercándosele con dos tazas de café y le ofreció una.

-No querida... aún sigo pensando en mi tío- el pelirrojo soltó un suspiro -murió tan solo... tan triste... tan miserable... y jamás encontró la verdadera felicidad ni nos volvimos amigos y mucho menos desarrollamos un fuerte vínculo familiar...- se le salió una lágrima para que luego su esposa se le acercara para abrazarlo.

-Oh mi sobrinito... nunca lo valoré como se lo merecía...- Cartman también empezó a llorar y como pasó antes, sintiéndose un desgraciado de primera clase -¿Pero qué pasa entonces con el judío y su familia? ¿Cómo se encuentran?

Otra vez el espíritu oscureció todo y ahora se encontraban en la morada de los Broflovski que estaban peor que su sobrino ya que estaban muy tristes, especialmente los más jóvenes. Eso le dio un muy mal presentimiento al amargado de Cartman.

-Papá se está demorando...- habló Pete mientras le acariciaba el pelo a su hermana Lucy.

-Antes él llegaba más temprano a casa... cuando cargaba al pequeño Ike en sus hombros... ya que él era tan ligero como una pluma... y los amábamos tanto- Bebe se tapó la cara con las manos mientras lloraba y negaba con la cabeza y su hija Martha la abrazo también llorando al igual que los demás.

-No puede ser, eso significa que...- el viejo panzón de Eric enseguida supo lo que les ocurría.

-Ya llegué...- se presentó Kyle entrando a la casa y tenía la misma tristeza que su familia tiene impresa en su cara.

-¿Cómo te fue querido?- su esposa se trató de secar sus lágrimas y fue a recibirlo.

-Muy bien- él sonrió forzadamente -todo allá afuera es tan bello, tan alegre... que de seguro le encantaría a Ike- también se puso a llorar y ahora toda la familia se daba un abrazo grupal -mi pequeño... mi ángel...- cada una de sus palabras eran un golpe demoledor al marchito corazón de Eric que ya no lloraba ni lamentaba su muerte, sino la del pequeño pelinegro mientras que el fantasma de las navidades futuras solo se limitaba a seguir en silencio indiferente a tan triste y conmovedora escena.

-Espíritu... ¿En qué año se está llevando a cabo estos eventos?- su pregunta hizo que toda la casa se desbaratara como si un tornado la estuviera destruyendo -¡HAHAA QUE SUCEDEEE!- le preguntó mientras daba vueltas y vueltas y vueltas como todo a su alrededor.

Después de unos segundos cayó de bruces a un cementerio. De nuevo se puso de pie con dificultad gruñendo del dolor solo para darse cuenta de que delante de él había una lápida muy descuidada.

Vio su nombre en ella pero no podía ver la fecha de defunción ya que el pasto la tapaba.

-Antes de ver mi fecha de muerte espíritu... ¿Todo esto que he visto son cosas que van a pasar o son cosas que podrían no pasar según las decisiones que yo tome? ¿Son cosas que pueden cambiar?- le preguntó con la esperanza de poder cambiar ese trágico futuro.

El ente solamente se limitó a señalar su lápida e hizo que una parte de la hierba se quitara revelando la fecha de su nacimiento: "7 de Febrero de 1,786" para luego mostrar la fecha de su muerte que resultó ser: "25 de Diciembre de 1,851".

Eso heló a Eric ¡Ya que solamente le quedaba un año de vida nada más! y cayó sentado al suelo frío para luego arrodillarse en frente de la lápida.

-¡¿Acaso no hay alguna forma de cambiar todo esto?! Por favor espíritu ¡Dime que todo esto se puede cambiar!- le imploró al ente que siguió en silencio como de costumbre -¡Por favor, dame otra oportunidad! Si me das una oportunidad cambiaré ¡Seré bueno y dejaré de ser un viejo maldito, codicioso y amargado y dedicaré el resto de mi vida a ayudar a los necesitados!- suplicó de nuevo.

Pero al parecer sus suplicas eran en vano ya que el piso debajo suyo se abrió en forma de grieta mientras que se producía una fuerte ventisca de nieve. Él apenas y logró sujetarse de una raíz para no caer al foso del que parecía provenir las mismísimas llamas del Infierno.

-¡Ayúdame por favor espíritu, por favor ayúdame!- le rogaba mientras que él estaba parado delante de él sin hacer un solo movimiento -¡Nunca olvidaré las enseñanzas que me dejaron el pasado, el presente y el futuro y llevaré siempre la navidad en mí corazón, pero por favor dame otra oportunidad para enmendar todo esto!

El fantasma seguía haciendo caso omiso a sus suplicas para luego patearle la mano con la que sujetaba esa raíz haciendo que la soltara y cayera.

-¡AAAHHH!- volvió a gritar acercándose más y más al fondo del pozo en dónde había un ataúd abierto esperándolo para que pasara toda la eternidad en dónde se merece estar -¡UNA OPORTUNIDAD POR FAVORRRR!- suplicó por última vez justo antes de caer en el ataúd que se cerró marcando su destino.

Historia completada en Fan Fiction el 24/12/2014.

Espero que les haya gustado el último capítulo de este fic y no se hayan molestado por el final TAN horrible que le di. Ah y por cierto, una última cosa:

¡LERO, LERO! ¡HAN CAÍDO EN UNA TROLEADA MÍA! (Me bajo el párpado derecho y les saco la lengua XD) Desde hace rato que no hago un final falso en alguna de mis historias ¿Verdad? (De repente una mira laser me apunta en la frente) Bueno, bueno, pero no se enojen. Ahora continuemos ;D.

-¡AHHH!- gritó el viejo Eric volviendo a caerse de su cama y dándose duro contra el piso de madera -¿Eh... qué...?- se paró viéndose y palmeándose el cuerpo -estoy vivo... ¡ESTOY VIVO!- gritó muy feliz y dando unos cuantos saltos para luego detenerse y sujetarse la espalda ya que le dolía -ya no soy tan joven para festejar de esa forma...

Luego abrió una ventana y se apoyó en el marco de esta respirando profundamente el frío aire de la mañana con una gran sonrisa en su cara.

-Qué alegría es estar vivo...- suspiró y luego vio a un niño jalando un trineo -¡Oye niño! ¿Qué día es hoy?- el niño se sobresaltó y miró hacia arriba.

-¿Hoy? ¡Pues es Navidad!-

-¿Navidad? ¡Eso quiere decir que los fantasmas hicieron todo en una sola noche!- no podía creer que todo lo que le pasó fue en tan solamente una noche -¡Pero qué bueno, así no me la pierdo!- exclamó otra vez alegre -y dime niño ¿Sabes si vendieron ese enorme pavo de la carnicería?- cuando le preguntó esto, el chico lo miró extrañado.

-No... no lo han vendido ¿Por qué?- el ahora amable Eric sonrió enormemente ante esto.

-¡Entonces ve y dile al dueño de la carnicería que venga ya que quiero comprar ese pavo! Y si me lo traes en menos de cinco minutos ¡Te daré dos chelines!- el niño abrió mucho los ojos ante semejante oferta.

-¡Enseguida señor!- no perdió el tiempo y fue hacer ese mandado.

Cartman volvió a dar un salto de la alegría para luego salir de su cuarto y vio a la señora Nelson limpiando las escaleras pero en vez de molestarse, siguió sonriendo alegremente.

-¡Señora Nelson!- la mucama se asustó por su repentino grito que soltó el plumero con el que sacudía la suciedad de las escaleras -¡FELIZ NAVIDAD!

-...- cuando le dijo esto, ella miró de un lado a otro pensando que le estaba hablando a otra personas -Eh... ¿Me habla a mí?-

-¡Por supuesto Patty! ¿A quién más?- enseguida se le acercó para darle un fuerte abrazo de oso.

-¡¿Se ha vuelto loco o qué?!- le preguntó atónita luego de que la soltara.

-¡¿Alguna vez le he dicho que es la cosa más bella que alguna vez he visto en la vida?!- dicho esto le dio un dulce beso en los labios dejándola fuera de órbita.

-¡Definitivamente se ha vuelto loco!- enseguida corrió despavorida creyendo que perdió la cabeza.

Cartman solo rió por eso y fue hasta la puerta principal de su casa y la abrió y antes de salir, vio fijamente la aldaba y la sobó un poco.

-Muchas gracias por todo... mi amigo- le agradeció al espíritu de Jacob Marley.

-"De nada..."- le agradeció este mirándolo desde lejos con una gran sonrisa para que luego un haz de luz descendiera hacia él haciendo que flotara hacia el Cielo ya que al parecer cumplió con su propósito.

-Ese es el hombre que quiere comprar el pavo- dijo el niño acercándose a él junto con el dueño de la carnicería.

-¡Hola amigos míos!- se les acercó -toma buen chico- le dio no dos, sino tres chelines al niño que sonrió enormemente para luego retirarse deseándoles una feliz Navidad -ahora buen hombre... ¿Sabe dónde viven los Broflovski?- el carnicero lo miró confundido por esa pregunta.

-Sí... sé dónde viven ¿Por qué?-

-Entonces quiero que le lleve ese enorme y jugoso pavo- estas palabras lo dejaron sin habla y antes de que pudiera articular palabra alguna, el gordo siguió -le daré el doble de lo que cuesta si en este mismo momento se lo lleva, pero no diga que es de parte mía- al igual que el niño, el carnicero se le iluminaron los ojos por esa proposición.

-¡Enseguida señor!- también se retiró a toda prisa.

Luego Eric vio a unos niños sujetarse detrás de los carruajes para que los llevara de paseo mientras se deslizaban en el frío piso. Eso le dio una idea y también se sujetó a uno para que lo llevara de viajecito.

-¡SI YUJU, QUE DIVERTIDO!- se divertía como si fuera un niño y todas las personas se le quedaron viendo asombradas -¡FELIZ NAVIDAD, FELIZ NAVIDAD!- las saludaba amistosamente, hasta que la carroza dio un giro cerrado haciendo que la soltara y cayera en un montículo de nieve -oh... mi espalda otra vez...- se quejó, pero riendo y las demás persona rieron también.

Luego de que volviera a su hogar y se alistara, caminaba por la calles deseándole feliz Navidad a todas las personas que se encontraba en su camino. Hasta que se topó con unas personas que cantaban villancicos, que por una gran casualidad, se trataban de las mismas personas que se intimidaron ayer cuando él los vio de mala manera.

Así que se les acercó fingiendo estar molesto y todas ellas enseguida dejaron de cantar de nuevo viéndolo con miedo.

-¡Y CANTAR Y CANTAR CON EL CORAZÓN!- todos se sorprendieron cuando él siguió la canción pero de igual forma también continuaron y él les dio a cada una un chelín.

-¿Señor Cartman?- Kevin pasaba casualmente por ahí y se asombró por ese gran acto de caridad.

-¡Hola señor Stoley, feliz Navidad!- lo saludó amistosamente -me disculpó por la pésima aptitud que tuve ayer cuando me fue a pedir caridad- le pidió perdón -y ya que está aquí... me preguntaba si aún estoy a tiempo para poner de mi parte para ayudar a los necesitados- estas palabras solo asombraron más al pelinegro.

-Pu-pues este... sí, aún está a tiempo- Eric sonrió mucho por lo que dijo.

-Entonces escúcheme, yo voy a donar...- se acercó a su oído para decirle cuando iba a dar e hizo que abriera los ojos como platos -¿Le parece bien?- le preguntó sonriendo.

-Este... ¡POR SUPUESTO SEÑOR CARTMAN! No sabe lo agredidas que estarán las personas por semejante donación.

-Me parece excelente, pase mañana por mi oficina para darle mi donación- dicho esto siguió caminando tarareando una canción navideña.

-No sé qué hizo que cambiara de aptitud... ¡Pero parece un enviado del Cielo!- exclamó muy feliz Kevin viendo cómo se iba.

Cuando llegó la noche, Cartman se dirigió a la casa de su sobrino para pasar la noche buena con él y su familia. Al llegar lo recibió una mucama y un poco apenado fue a la sala en dónde todos ellos estaban jugando a las adivinanzas.

-¿Es un asno?- pasaba lo mismo que pasó cuando estuvo con el fantasma de la Navidad presente.

-No, pero casi aciertas- Cartman abrió un poco la puerta.

-¡Ya sé! Se trata de...- iba por decir la misma mujer pero cuando lo vio se asombró -tu viejo tío Cartman...- lo señaló y todos al verlo también se asombraron mucho.

-¿Tío Eric?- Scott era el más asombrado de todos -¿Qué haces aquí?- le preguntó.

-Vine a pasar la Navidad con ustedes... sí es que me aceptan- les pidió muy avergonzado.

-...- todos se quedaron en silencio, cosa que incomodó más al viejito.

-¡POR SUPUESTO TÍO!- su sobrino enseguida se le acercó para abrazarlo sonriendo enormemente y él le correspondió el gesto -¡No sabes lo feliz que estoy de que hallas aceptado!-

-Y no sabes lo feliz que estoy de que me hallas invitado, sobrinito- luego de que se separan, el pelirrojo le presentó a los demás invitados.

Cuando cenaban un jugoso pavo, él se ofreció para que la próxima cena navideña se hiciera en su casa y que no iba a escatimar en gastos y todos se divirtieron esa noche.

Al día siguiente, Cartman ya se encontraba en su oficina esperando a Kyle y cuando lo vio correr apresurado, sonrió un poco.

-Si tan solo llegó cinco minutos tarde- dijo mirando su reloj de bolsillo y lo guardó justo el judío pasó por la puerta.

-¡Disculpe mi demora señor Cartman!- se disculpó quitándose su gorro verde y bufanda.

-Llegaste cinco minutos tarde- el panza alegre otra vez fingió estar muy molesto.

-Le ruego que me perdone ¡No volverá a pasar!- se volvió a disculpar el judío.

-Claro que no va a volver a pasar. Ahora ven aquí- cuando le ordenó esto, el pelirrojo tragó crudo creyendo que lo iba a despedir y se le acercó -escúchame con atención, Broflovski- usó tono autoritario asustándolo más -no pienso tolerar más esta clase de comportamiento- Kyle comenzó a rezar los santos oleos mentalmente -y sí vuelves a hacer algo como esto...- cerró los ojos y desvió la mirada esperando lo peor -te aumentaré el sueldo el triple.

-... ¿Cómo dice?- abrió solamente el ojo izquierdo pensando que escuchó mal. Esa reacción fue suficiente para que su jefe riera a carcajadas.

-¡FELIZ NAVIDAD, KYLE!- al igual que pasó con Patty, el viejito lo abrazó sorpresivamente levantándolo del piso -¡Espero que hayas tenido una feliz Navidad, mi buen amigo!- lo soltó.

-... señor Cartman ¿Acaso está ebrio?- Kyle no podía creer lo que escuchaba, que creyó que esto era lo más "lógico".

-¡No digas tonterías amigo mío!- Eric se lo tomó bien -es más, pensaba en hacerte socio- Kyle abrió los ojos ante semejante oferta.

-¿Se encuentra bien?- le puso una mano en la frente creyendo que estaba enfermo y delirando.

-¡MEJOR QUE NUNCA! Y eso no es todo, sino que también te voy a ayudar con la situación tan difícil por la que está pasando tu familia; sobre todo con tu pequeño hijo Ike- Kyle enmudeció por estas palabras y le iba a preguntar cómo es que sabía de eso -pero primero, ve a comprar otra bolsa de carbón y un delicioso té para así calentar la garganta y el cuerpo ¿Te parece bien?- le dio una bolsa con dinero.

-... muy... muy bien señor Cartman. Como diga- Kyle aún seguía extrañado pero salió de la oficina para hacer lo que le pidió -no sé qué mosca le picó... ¡Pero presiento que todo esto será para bien!- dicho esto se alejó de su lugar de trabajo dando unos leves saltitos tarareando una canción.

-Y así fue- dijo de repente... ¿Luis Carlos Alarcón con ropa contra el frío? -el viejo Cartman cumplió su palabra e hizo mucho más. Y para el pequeño Ike que se curó del todo, él se volvió un segundo padre y mejor amigo- ahora se muestran a unos felices Eric y Ike, el niño montado en sus hombros y todo su alrededor estaba decorado con adornos navideños -y también se volvió el mejor patrón y el mejor hombre que alguna vez se haya visto en el pueblo y se le recordará como el hombre que sabía cómo honrar el espíritu de la Navidad y tal y como siempre decía el pequeño Ike...

-¡Bendiciones y alegría para todas las personas!- exclamó feliz el pelinegro haciendo reír al panzón de gran corazón ¿Cómo rima esto verdad? mientras se escuchaban bellos villancicos.

Ahora sí, historia completada en FF el 24/12/2014.

Publicada en Wattpad el 22/12/2020.

Espero que les haya gustado el último de este pequeño fic y como podrán darse cuenta, en vez de ser casi exactamente igual a la película como pasó con el capítulo dos, aquí varié algunos detallitos ;D.

Pero ahora poniéndonos un poco más serios... ¡FELIZ NAVIDAD A TODOS USTEDES! Espero que todos tengan una feliz Navidad, tanto creyentes como los no creyentes y de diferentes religiones, ya que la Navidad representa algo muy importante...

-¡SÍ! Mi cumpleaños- dijo de repente el propio Jesús sonriendo enormemente.

-¿Y a ti quién rayos te llamó?- le pregunté tosco -bueno sí, en parte es para celebrar el cumpleaños de chucho, pero también representa lo mejor del ser humano, ser caritativo, perdonar las ofensas, ayudar al prójimo, pasar el tiempo con la familia y los seres queridos, recibir regalos y toda esa clase de cursilerías. Así que para todos ustedes, tanto mis amigos, como mis amigas y conocidos de fan ficción y de Wattpad ¡Aquí les dejó mi regalo de Navidad!

La canción: "Dios Nos Bendecirá" de Andrea Bocelli cantada por los chicos de South Park, tanto personajes Canon como OC y no solo los de mis fics, sino también de las diferentes versiones de los diferentes fics que existen junto con los demás autores, e incluso celebridades que han aparecido y personajes de otras series, películas, cuentos y videojuegos ¡Así que comencemos!

-Esto es estúpido- se quejó un Craig que tenía puesto unos cuernos de reno.

-Lo mismo digo- le apoyó el Topo que tiene un gorro de duende.

-Tercero- ahora fue un culón con un sombrero de Santa Claus.

-Y a mí me está doliendo la cabeza- el cuarto fue un Damien también con cuernos de reno y nariz roja.

-¡SILENCIO IMBÉCILES!- enseguida les doy una bofetada al estilo de los Tres Chiflados y se sobaron las mejillas -Como se les ocurra arruinar esto ¡Les arrancó la cabeza y se las meto por el culo! ¡¿Entendieron?!- mi voz parecida a la hermana de Damien fue más que suficiente para acabar con sus quejas y asintieron algo asustados -ahora comencemos a cantar, a la una, a las dos ¡Y A LAS TRES!

-Todos nos juntamos con alma navideña- cantamos mientras empiezan aparecer todos los personajes que han aparecido los diferentes fics del fan ficción de South Park, incluso OC y pertenecientes a otras series con las que han hecho crossovers.

-Grandes y pequeños son los bellos regalos.

-Con felicidad y amor los recibiremos.

-Nos ayudó, nos escuchó, ¡Que loado sea! Y con su amor nos salvará, ¡Dios nos Bendecirá!-  ahora aparece el propio Creador en persona (estilo South Park claro está) junto con Chucho y demás figuras religiosas... y eran seguidos por el Demonio y otras figuras no muy religiosas que digamos.

-A quien sufre y mal está lo acompañaremos, con amor y honestidad lo ayudaremos- todos se juntan y algunos se miran de mala manera y apenas resisten el impulso de matarse los unos a los otros y algunos cantan de muy mala gana, sobre todo los que desempeñan el papel de villanos en los fics.

-Padres, madres, hijos que cantan armonías, se amarán y abrazaran con mi Redentor- las familias de abrazan entre sí de forma cariñosa -y su amor nos salvará, ¡Dios nos bendecirá!- ahora algunos hacen una mueca de repulsión, especialmente los seres malévolos y a uno que otro diablillo que le sale sangre de los oídos.

-Con su amor nos salvará, ¡Dios nos Bendecirá!

-Todos nos juntamos con alma navideña, grandes y pequeños son los bellos regalos, con felicidad y amor los recibiremos, nos ayudó, nos escuchó, ¡Que loado sea! Y su amor nos salvará, ¡Dios nos bendecirá!- a más de un diablillo se le explota la cabeza.

-¡DIOS NOS BENDECIRÁÁÁÁ!- gritamos todos al mismo tiempo y se termina la canción.

-¡De nuevo una feliz Navidad para todos ustedes!- les hablo a todo mientras soplo un espanta suegras.

-¡Y QUE TENGAN UN FELIZ AÑO NUEVO!- gritamos casi todos al mismo tiempo.

-Ahora que ya se terminó esta pendejada ¡Abramos los regalos!- exclamó el mismo culón de Cartman quitándose su gorro y yendo a su casa.

-Como he dicho varias vecesantes: nunca falta el re-cagón que aparezca para arruinar el momento- comenta Craig de forma burlona e irónica y todos reímos mucho.

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