Los Fantasmas de Cartman ch 2
CAPÍTULO DOS: RECUERDOS BUENOS Y MALOS DEL PASADO Y DEL PRESENTE
El viejo Eric Cartman seguía viendo con miedo al ente en frente de él, a pesar de que parece ser alguien muy amigable.
-¿E-eres uno de los es-espíritus que ve-vendrán a visitarme?- le preguntó tartamudeando.
-Así es...- le afirmó acercándosele flotando en el aire. El vejestorio amargado solo se acurrucó más en su cama tapándose con la sábanas -no sé asuste... no le haré daño...- le afirmó sin dejar de sonreír de forma amistosa.
-¿Po-podrías apagar tu ca-cabeza?- le pidió el panzón preocupado por quemarse.
-¿Tan pronto deseas apagar con tus manos terrenales la luz del pasado?- le preguntó el fantasma acercándose más a él estando a escasos centímetros de distancia, eso lo asustó más.
-¡No, no! Perdón, no era mi i-intención o-ofenderte de alguna forma- se disculpó rápidamente echando hacia atrás la cabeza y sudando mucho. Ante su disculpa el ser de fuego se alejó un poco -di- dijiste que e-eres el fantasma de las navidades pasadas ¿Ve-verdad?- le preguntó con cautela, el fantasma asintió -¿Las pa-pasadas que quién?-
-Tus pasadas...- el viejo codicioso tragó un nudo de la garganta ante esta respuesta -ven... camina conmigo- lo cogió de la mano derecha y para la fortuna del gruñón no se quemó y se dirigieron a una ventana para irse.
-Yo so-soy un humano, no puedo vo-volar como tú- no quería acompañarlo mientras sujetaba las cortinas con fuerza con su mano izquierda.
-No te preocupes... con esto podrás acompañarme sin problema alguno- el ente le puso la mano derecha en el pecho haciendo que brillara un momento. El anciano se sorprendió mucho ya que cuando le hizo eso, empezó a flotar en el aire -ahora vamos...
Los dos salieron por la ventana volando a una gran velocidad.
-¡AHHH! ¡¿PERO QUÉ ES ESTO?!- el viejito estaba aterrado al estar volando de esa forma, pasando por encima de unos árboles cubiertos de nieve como todo a su alrededor y estaban haciendo unas piruetas en el aire, hasta que llegaron a otro pueblo.
-No... no puede ser- el anciano se sorprendió mucho por lo que estaba viendo -aquí fu-fue donde crecí, donde pa-pasé mi niñez...- la emoción se podría apreciar en sus palabras y más con la gran sonrisa que se le estaba formando en su arrugada cara.
-¿Eso que veo salir de tu ojo derecho es una lágrima?- le preguntó el espíritu ya que se dio cuenta de su alegría. El cascarrabias enseguida se secó esa lágrima y arrugó el ceño tratando de aparentar ser indiferentes -no puedes negar la dicha y alegría que te da al volver a este lugar...-
El viejito trató de decirle que no tenía nada de nada, pero de repente unos niños montados a caballo pasaron cerca de ellos casi tirándolo al piso y después apareció una carreta impulsada por un caballo y en ella hay algunos chicos cantando alegremente.
-¿Los recuerdas...?- le preguntó el amigable ente sonriendo al ver que el viejito de nuevo se emocionó y sonrió enormemente.
-¡Por supuesto que recuerdo a esos chicos! Eran mis compañeros de escuela- y esta vez, el viejito no negó para nada su alegría y dicha.
-Ven... debemos avanzar...- el fantasma de fuego de nuevo lo cogió de la mano derecha y lo guió a una escuela religiosa. La expresión de alegría del viejo cambió enseguida al verla -en esta escuela... hay un niño solo... que fue abandonado por los demás... y está muy triste- el fantasma le dijo esto con pesar y tristeza.
-Sí... lo sé- Cartman estaba mucho más triste que él y luego los dos se asomaron por la ventana de unos de los salones de clases.
Estaba un poco oscuro pero se podía apreciar a un niño gordo sentando en uno de los tantos asientos que hay y se podía notar que estaba muy triste y cantaba en voz baja mientras miraba por una ventana y se le resbalaba una lágrima del ojo derecho.
-Era un niño muy triste y solitario, nadie me quería, ni siquiera mi padre que me internó en ese lugar y ni fue por mí para pasar la Navidad...- se lamentó el viejo Cartman y ahora se le estaba escapando no una lágrima de alegría, sino de tristeza como la de su versión joven.
-Aún hay más...- le dijo Philip para luego hacer que el tiempo avanzara rápidamente y ahora estaba una versión adolescente o joven adulto del viejo Eric, que estaba caminando por ese mismo salón tirando unos papeles.
-¡HERMANO!- le llamó de repente una niña castaña y eso lo tomó por sorpresa.
-¿Liane? ¿Qué haces aquí, hermanita?- le preguntó luego de que ella se le acercara y le diera un tierno abrazo entre hermanos.
-¡Vine pare decirte que puedes regresar a casa!- cuando le dijo esto, él se asombró mucho.
-¿E-en serio?- no podía creer lo que acaba de escuchar.
-¡Por supuesto! Ahora papá ha cambiado y no es tan malo como antes. Y ahora podremos pasar una bella y feliz Navidad en familia ¡Será la mejor Navidad de todas!- de nuevo ella lo abrazo.
-Oh hermanita... eres una angelita del Cielo- la apegó a su cuerpo soltando ahora lágrimas de felicidad.
-Ella siempre ha tenido un gran corazón de oro- el viejo Eric otra vez soltó lágrimas por tan conmovedor momento de su pasado.
-Y falleció siendo una mujer feliz, al traer al mundo a tu sobrino Scott- de nuevo el ente habló con pesar mientras le ponía una mano en la espalda -pero no por eso debes odiarlo, él no tuvo la culpa de que Liane haya muerto, debes de verlo a él como el tesoro más valioso que te dejo tu hermana- le trató de hacer recapacitar para que dejara su desprecio hacía el pelirrojo.
-Es que la quería tanto...- Eric seguía llorando de la tristeza.
-No te preocupes... ella ya está en un mejor y bello lugar...- lo siguió tratando de hacer sentir mejor -pero ahora debemos continuar.
Lo agarró otra vez de la mano y comenzaron a volar pasando primero por un río congelado para después adentrarse a otro pueblo y llegar a una especie de establecimiento que decía: "STOUCH" en letras mayúsculas.
-¿También te acuerdas de este lugar?- le preguntó el fantasma otra vez sonriendo al ver la expresión de alegría que el viejo tenía en el rostro.
-¡Por supuesto que también lo recuerdo!- se adentraron al lugar. En un altar había un hombre rubio claro, ojos celestes, lentes rectangulares, de expresiones aniñadas, a pesar de que es avejentado y estaba escribiendo algo -no puede ser... ¡ES MI VIEJO JEFE, EL SEÑOR LEOPOLD STOUCH!- gritó más emocionado todavía -siempre lo consideré un ejemplo a seguir...
-¡TARANG, TARANG, TARANG!- se escuchó de repente la campana de una catedral y ante eso, el viejo feje de Cartman sonrió enormemente y cerró enseguida el libro que tenía en sus manos.
-¡Eric, Kenny vengan!- lo llamó y luego de unos segundos apareció Eric como un joven delgado junto con un rubio cenizo que tenía un abrigo anaranjado y tenía su más o menos su misma edad.
-¡Ese es mi viejo y buen amigo Kenny McCormick!- el viejo gordo se emocionó como las veces anteriores -¡Ah pasado toda una eternidad desde que lo vi por última vez!
-¿Nos mandó a llamar, señor Stouch?- preguntó el rubio más joven a su patrón.
-Ya se terminó el horario de trabajo ¡Hay que preparar todo para la fiesta!- los jóvenes enseguida se alegraron y dieron algunos salticos de la emoción -así que basta de trabajar ¡Y celebremos!- el rubio mayor dio un salto con voltereta pasando por encima del altar y estando en frente de sus dos empleados -Kenny, Eric. Arreglen el salón para que haya espacio para los invitados.
Enseguida los jovencitos empezaron a mover los muebles del lugar y los pusieron contra las paredes y rincones para que no estorbaran. El viejo Cartman reía un poco al igual que Philip que hizo que el tiempo otra vez avanzara cuando se estaba llevando a cabo la dichosa fiesta en donde las personas comían, jugaban, aplaudían y bailaban felices al compás de la música, que era un poco al estilo irlandesa.
-Esta fue una de las mejores fiestas de mi vida...- y como pasó antes, el viejo Eric sonrió mucho soltando un suspiro y no podía evitar mover los pies al ritmo de la música mientras miraba como su antiguo jefe bailaba enérgicamente con una mujer llegando incluso a lanzarla unos metros en el aire para luego atraparla y cargarla al estilo princesa y todos les aplaudieron.
-¡Así se baila señor Stouch!- le felicitó Kenny siendo uno de los tantos que aplaudían.
Luego llegó el momento en el que él, Eric y otros jóvenes tenían que bailar con unas jovencitas todavía al estilo irlandés estando ellos y ellas uno frente al otro y dando unos pasos hacia adelante y luego hacia atrás.
El joven Cartman se divertía a lo grande y fue al centro de la pista a bailar junto con una bella chica pelinegra vestida elegantemente y con una boina rosa puesta. Al verla se quedó hipnotizado por tal belleza, tanto así que se quedó sin habla hasta ella le ofreció la mano y comenzaron a bailar como las demás personas a su alrededor viéndose fijamente a los ojos.
Ante esa escena, el viejo Eric clavó la mirada al piso mientras se sujetaba fuertemente las manos y soltaba ahora un suspiro de tristeza para que luego el fantasma de las navidades pasadas se pusiera encima la tapa velas oscureciendo todo el lugar.
Cuando se descubrió ahora los dos se encontraban en una oficina y en ella estaba un Cartman ya más adulto y con una prominente panza haciendo un papeleo y frente a él estaba esa jovencita también ya mayor que lo miraba con tristeza hablándole de algo, pero él no le prestaba atención.
-Eric, no eres el joven del que me enamoré. Has cambiado tanto- le dijo con pesar.
-Es que no lo entiendes Wendy, me he vuelto más sabio- el castaño se puso de pie ya harto y le dio la espalda para ver por una ventana.
-En lo único que piensas es en el dinero y en nada más.
-Si me importa tanto el dinero, es para no volver a ser un pobre mugroso muerto de hambre ¿Oh es que acaso ya se te olvidó todo eso?- contraatacó el panzón.
-Recuerdo que en esos tiempos lo único que importaba era nuestro amor.
-Del amor uno no se puede alimentar, con él no se pueden pagar las deudas ni las demás cosas para tener un buen estilo de vida lejos de la miseria- siguió tratando de afirmar su punto de vista.
-Y también recuerdo que tenernos el uno al otro era lo importante y soñar con casarnos algún día.
-¡Solo era un mocoso en esos tiempos con enormes ilusiones!- su prometido golpeó fuertemente su escritorio haciéndolo temblar, pero la mujer no se asustó y seguía con el mismo semblante.
-Aun si fuéramos pobres o no, yo siempre hubiera estado a tu lado amándote de igual manera en las buenas y en las malas... pero ahora parece que amas más al dinero que a mí- la mujer se puso de pie para irse, el castaño solo se limitó a verla sin tratar de hacer algo para detenerla -lo único que puedo hacer... es desearte felicidad con el modo de vida que has escogido. Así que adiós Eric- dicho esto se fue mientras se le resbalaban algunas lágrimas.
El Eric joven solo se limitó a tener la vista clavada en el piso de madera para luego regresar al trabajo como si no hubiera pasado nada mientras que el viejo se estaba sintiendo el ser más miserable del mundo al recordar ese suceso.
-Ya no quiero seguir viendo esto...- le pidió al ente.
-Te dije que te iba a mostrar tus navidades pasadas...- le repitió el ser de fuego -pero si te sirve de consuelo, ella encontró la felicidad con otro hombre llamado Stan Marsh- le quiso reconfortar.
-No quiero seguir más aquí ¡No quiero seguir viendo esto!- le pidió el viejo gruñón ya desesperado.
Pero al ver de nuevo al fantasma se asombró ya que en vez de tener una angelical cara de niño rubio, tenía su misma cara arrugada, que luego cambió a la de su versión infantil, luego a la de su versión joven adulta, después a la de un adulto maduro, para luego tener la cara de Wendy, después la del señor Stouch, la siguiente fue la de Kenny. Siguió cambiando de caras rápidamente aumentando más la desesperación del viejo gordinflón.
-Déjame... ¡Déjame en paz!- cogió el tapa velas y se lo puso encima cubriéndolo totalmente y sonrió triunfal pensando que lo había derrotado.
-¡PUIRRRG!- hasta que la tapa velas salió volando como un cohete elevándolo a miles de metros del piso a toda marcha.
-¡AUUUAAAA!- el vejestorio gritó a todo pulmón sujetándose fuertemente de la tapa velas y viendo cómo se alejaba más y más del pueblo de South Park y cuando estaba por encima de la nubes y con la luna llena detrás de él, su "medio de transporte" desapareció y comenzó a caer en picada -¡AUXILIOOOOO!- volvió a gritar acercándose más y más al suelo. Y justo cuando iba a chocarse contra él...
-¡AAHH!- gritó cayéndose de su cama al piso de la habitación -ah... ah... ¿Eh...?- respiró muy agitado viendo de un lado a otro su oscura habitación -Acaso... ¿Todo eso fue un simple sueño?- se preguntó a sí mismo mientras se ponía de pie.
Hasta que vio como de entre una de sus puertas se colaba unos rayos de luz dorada. Eso lo asustó ya que creyó que se trataba del fantasma de las navidades pasadas, así que con pasos cautelosos se acercó a esa puerta.
-¡Adelante, pasa!- le dijo alguien del otro lado. Se le hizo extraño ya que esa no era la voz del pequeño y amable espíritu hecho de fuego.
Así que mucho más cauteloso tomó la perilla de la puerta y lentamente la giró y cuando la abrió...
Se asombró mucho por lo que tenía delante suyo, ya que habían muchas decoraciones navideñas, algunas eran de oro, había una larga mesa con mucha comida digna del banquete ofrecido por un rey y lo que más lo asombro fue un árbol de Navidad con muchas decoraciones, uno MUY grande y encima de él estaba sentando un hombre de enorme tamaño, y también gordo, que usaba un abrigo verde elegante que lo cubría de pies a cabeza, una especie de corona hecha de ramitas, cabello, barba y bigote castaño y muy abundante y en su mano derecha tenía una copa de oro de la que provenía la luz que iluminaba todo el lugar.
-¡Adelante, adelante!- ese hombre invitó a Cartman a que pasara; lo hizo a pasos lentos y todavía asustado -mi nombre es Clyde Donovan ¡Y soy el fantasma de la Navidad presente!- se presentó con voz potente mientras se paraba -¡Contémplame!- se señaló a él mismo con su mano izquierda.
Eso intimidó aún más al otro panzón que enseguida trató de irse, pero el más grande enseguida hizo que la puerta por la que entró se cerrara impidiéndole irse.
-¿Nunca has visto a alguien como yo, verdad?- le preguntó sonriendo con burla.
-Eh... yo... p-pues vi-vieras que no- tartamudeó el viejito acercándose de mala gana.
-¿Y jamás has dado un paseo con mi hermano, correcto?- le hizo otra pregunta sin cambiar de semblante.
-... no... nunca- el viejo Cartman tampoco cambiaba de aptitud -es que... d-debes de tener muchos he-hermanos- trató de justificarse.
-Ju, ju ¡JUAJAJAJA!- ante estas palabras, el colosal ente empezó a reírse a carcajadas -más de mil ochocientos. Son mil ochocientos cincuenta para ser más precisos- le espetó.
Eric solo balbuceaba algunas cosas hasta que se dio cuenta de algo muy curioso.
-Ve-veo que llevas una fu-funda pero no hay es-espada en ella- cuando le dijo esto, el castaño más grande la cogió y miró su interior con mucha curiosidad.
-Es cierto. Ah ya se, es lo que representa la paz en la Tierra; a todos los hombres de buena voluntad- Cartman agachó la cabeza avergonzado ya que él por supuesto no es alguien amable, ni gentil, ni considerado.
-Solo llévame a dónde desees- le dijo esto para ya no darle más vueltas al asunto. Clyde volvió a reír a carcajadas ante esa petición.
-Si así lo quieres... toca mi ropa- le ofreció un largo listón dorado que estaba unido a su traje.
El barrigón de Eric no muy seguro la cogió. Al pasar eso, el árbol en el que estaba sentado el ente se empezó a desintegrar en forma de chispitas doradas haciendo que él descendiera al suelo y al estar frente a Cartman se puso apreciar mejor la enorme diferencia de alturas entre ambos.
-¿Estás listo? ¡Aquí vamos!- sopló su copa dorada haciendo que de esta saliera también polvo y chispitas doradas que al dar contra el suelo, hicieron que este desapareciera.
-¡¿Pero qué estás haciendo?!- le preguntó aterrado el viejito sujetándose más fuerte del listón.
El gran fantasma de nuevo rió mientras que toda la sala en la que se encontraban empezó a mecerse de un lado a otro, como si fuera un bote en medio del mar.
Hasta que empezó a flotar en el aire y el viejo Cartman vio hacia abajo todo lo que ocurría.
-¿Qué si-significa esto?- preguntó aun asustado y todavía sujetando el listón del fantasma.
-No todos los mortales tienen el privilegio de ver todo desde las alturas- le refutó el fantasma de la Navidad presente para luego darle un trago a su copa y después hacer que volaran por encima del pueblo.
Los dos estaban viendo lo que hacían las personas en Navidad, ya sea jugar entre ellas y cantar villancicos, pasar el rato en familia y con amigos o ayudando a los menos afortunados.
Al amargado de Eric de nuevo se le formó una sonrisa al ver la felicidad de las demás personas, pese a que él mismo dijo que no le importaban los demás.
Luego el gran fantasma hizo que fueran a un lugar en donde hay muchas personas pobres que casi ni tenían para comer.
-Pobres personas ¿Por qué no van a ese centro de beneficencia?- cuando el viejo le preguntó esto el castaño más grande frunció el ceño molesto e hizo que la habitación flotante en la que estaban temblara un poco haciendo que casi se cayera.
-En este mundo hay muchas personas desalmadas, que dicen conocerme y haber tenido contacto con mis demás hermanos y que están supuestamente para ayudar al prójimo. Esas personas son lo peor de la sociedad ya que mienten para sacarle provecho a las demás personas sin importarle sus necesidades, especialmente en esta época del año- le refutó el gran castaño como una muy obvia indirecta al comportamiento que Eric tiene con los demás.
-Lo siento- se disculpó el panzón no solo avergonzado, sino molesto consigo mismo.
-Ahora veamos a tu ayudante, Kyle Broflovski- de nuevo se pusieron en marcha y llegaron hasta una pequeña y muy deteriorada casa de la que salía un poco de humo de la chimenea.
-¿Esta es la casa del judío? Pero si esta en pésimas condiciones- Cartman no podía darle crédito a lo que estaba viendo.
-Es lo mejor que se puede costear con los 15 chelines semanales que le das- sintió un fuerte golpe a su frío corazón cuando el gran fantasma le dijo esto -ahora veamos...- le prestaron atención a lo que pasaba en el interior de la deteriorada y humilde casa.
-¡Mamá, dile a Mateo que deje de estar molestando!- se quejó una chica.
-Deja en paz a Belinda, Mateo- le regañó una mujer rubia rizada sirviendo comida en la mesa.
-¿Y cuando llega papá?- preguntó una chica un poco mayor que la primera mientras barría el piso.
-Sabes muy bien que él fue a llevar a Ike al médico, Martha- le dijo su madre.
-¿Y va a traer ese enorme pavo tan suculento que está en la carnicería?- preguntó una chica más pequeña que las anteriores relamiéndose los labios.
-Hay Lucy, ojalá tuviéramos el dinero suficiente para poder comprarnos un pavo como ese- su madre le acarició su cabello y de repente la puerta de su hogar se abrió.
-¡Hola familia!- saludó un joven quitándose un sombrero algo malgastado.
-Hola Peter- le saludo su madre dándole un beso en la mejilla.
-¿Ya llegó papá con Ike?- preguntó quitándose su bufanda.
-No, aun no llegan. Pero mientras tanto ayúdanos a preparar todo para le cena navideña- le pidió la rubia y él asintió para luego ayudarlos.
-Se nota que la familia de tu empleado es una familia feliz y amorosa a pesar de su decadente estado económico- dijo Clyde a Cartman que no decía nada y solamente los miraba fijamente.
Ya que eso era justamente representaba lo contrario a él. Que siendo alguien que supuestamente lo tiene todo, pero que es un solitario cascarrabias, mientras que Kyle a pesar de ser pobre tiene una bella y feliz familia.
-¡Ya llegue familia!- apareció Kyle entrando a la casa cargando en sus hombros a un pequeño chico pelinegro que tenía una muleta.
-Hola mi amor- la rubia se le acercó y se dieron un beso en los labios -¿Cómo está mi pequeñuelo especial?- preguntó cargando al niño de pelo negro.
-¡Muy bien mami! Cof, cof- le respondió alegremente el chico para luego toser.
-Me alegro mucho- la mujer sonrió forzadamente para luego dejarlo en el suelo -Mateo, Lucy y Ike ¿Por qué no van a jugar un momento mientras que nosotros terminamos de hacer los preparativos?- les pidió para que ellos los dejaran solos un momento junto con sus hijos mayores.
-Como digas mami ¡Vamos hacer muñecos de nieve!- exclamó muy alegre el niño llamado Mateo para luego salir de la casa junto con sus hermanitos.
-¿Qué dijo el médico sobre la salud de Ike, Kyle?- preguntó la mujer al pelirrojo que desvió la mirada mientras que sus hijas e hijo mayores le ponían toda su atención.
-Pues... que está mucho mejor, Bebe; que cada día está más... más sano y fuerte...- le trató de asegurar el pelirrojo dándole la espalda para que no viera sus lágrimas.
Eso hizo que su mujer, hijas e hijo también empezaran a llorar. Al parecer el pequeño Ike estaba muy enfermo y no tenían forma de cómo ayudarlo.
-Si tan solo tuviéramos más dinero para darle las atenciones médicas necesarias...- se lamentó Peter mientras abrazaba a sus hermanas.
-No-no se preocupen... ya verán que en-encontraremos la so-solución a este problema- les trató de asegurar el hombre de la casa mientras abrazaba a su esposa.
Eso de nuevo conmovió al viejo Eric ya que no sabía de la situación tan difícil por la que su empleado y familia estaban pasando.
-Dime una cosa espíritu ¿El pequeño Ike se podrá salvar?- le pregunto a Clyde que también miraba todo eso con gran tristeza.
-Al lado de la chimenea hay una silla y junto a ella una muleta abandonada pero conservada con amor- el viejo Cartman solo negó con la cabeza ante esto.
Pasando un tiempo, llego la hora de la cena en familia para los Broflovski, estaban por comer un delicioso y jugoso pavo, aunque no es tan grande como el que decía la pequeña Lucy.
-Antes de comer, hagamos un brindis- propuso Kyle poniéndose de pie empuñando una copa con vino -brindemos por el señor Cartman- cuando dijo esto, el viejo barrigón se asombró -ya que gracias a él, tenemos el pan de cada día- lo estaba elogiando.
-¿Hacer un brindis en su honor? ¡JA! Quisiera tenerlo en frente para decirle todas sus verdades aunque eso me cueste perder el apetito- su esposa enseguida se molestó y ante eso el viejo antipático trato de retirarse del lugar pero fue detenido por el espíritu.
-No digas eso Bárbara, recuerda que es Navidad- el judío lo quiso defender.
-¿Y por qué bebes a la salud de un viejo amargado, desalmado, ruin, mezquino, codicioso, cruel e insensible como lo es tu "querido" patrón?- la rubia no cambiaba de semblante e hizo sentir peor el viejo tacaño mientras que los chicos y chicas no decían nada y mantenían las cabezas gachas -y sabes mejor que nadie que esa es la pura verdad.
-Pues porque en Navidad se perdonan todas las ofensas y fallas que hacen los demás- su marido siguió defendiendo al vejete e hizo que la rubia soltara un bramido.
-Está bien, brindaré por él solo porque tú me lo pides- de mala gana la mujer sostuvo una copa -a la salud de ese viejo amargado y que tenga feliz Navidad y un feliz año nuevo.
-¡Salud!- exclamaron sus hijos y marido al mismo tiempo sosteniendo en lo alto sus copas o vasos.
-¡Y una feliz Navidad y año nuevo para todas las personas del mundo! Especialmente ese viejito- exclamó Ike que era el más alegre de todos y eso hizo sentir peor al panzón.
-Por favor espíritu, dime que el pequeño Ike se podrá salvar- le pidió al fantasma.
-Si esto sigue así, el niño morirá sin remedio- el ente volvió a hablar con pesar.
-¡NO!- gritó Eric extendiendo la mano derecha hacia la familia de Kyle -¡No puede terminar así!
-¿Y cuál es el problema? Si va a morir que lo haga de una vez, así descenderá la sobrepoblación- le restregó casi las mismas palabras que les dijo a esos dos hombres cuando le fueron a pedir donaciones e hizo que su cara se volviera la suya.
Cartman se quedó atónito al darse cuenta del horrible ser humano que fue al decir semejante barbaridad y retrocedió unos pasos y cuando la cara de Clyde volvió a la normalidad, su cabello y barbas estaban un poco canosas para luego mover de forma circular su copa envolviendo a ambos por una cortina de chispitas doradas que los tele-transportó a otro lugar.
-No puede ser...- susurró el anciano ya que ahora estaban viendo a la familia de su sobrino Scott que al parecer estaban jugando a las adivinanzas.
-¿Es un animal que gruñe y ruje?- preguntó uno de los invitados al pelirrojo de las pecas.
-Sí- cuando afirmó esto todos empezaron a reír y empezaron a decir varios animales como perro, caballo, toro, entre otros más pero él los negaba todos.
-¿Es un asno?- cuando una mujer preguntó esto él sonrió enormemente.
-No, pero casi aciertas- de nuevo hizo que todos rieran.
-¡Ya sé! Se trata de tu viejo tío Cartman- adivinó otra mujer.
-¡Exactamente!- otra vez los presentes reían a carcajadas, hasta el espíritu de la Navidad presente rió mucho mientras que el viejito gruñó molesto.
-Qué bueno que no haya venido, de seguro habría echado a perder la fiesta navideña con su pésima aptitud- dijo uno de los presentes.
-No digas eso. Tal vez sea un viejo amargado que no quiera socializar con nosotros, pero es parte de la familia- al igual que como hizo Kyle ante su esposa, Scott trataba de proteger su nombre -aunque algunas veces no entiendo su aptitud ya que ser un viejo amargado no nos afecta a ninguno de nosotros y solo se hace daño a sí mismo- dijo esto ya triste y esas palabras fueron otro duro golpe para el negro corazón de su odioso tío que desvió la mirada -pero aun así, siempre tengo la esperanza de que él cambie esa aptitud. Así que brindemos por él y que tenga una feliz navidad ¡Por el viejo Cartman!- de nuevo actuó como Kyle al hacer un brindis en su honor.
-¡Por el viejo Cartman!- todos levantaron sus copas.
Y otra vez el viejito se conmovió por esa demostración de afecto hacia él; Clyde hizo que todo a su alrededor se volviera oscuro mientras se escuchaba una campana sonar de forma lenta y pausada. Cuando Eric lo vio notó que estaba más viejo y demacrado.
-¿La vida de los espíritus son tan cortas?- le preguntó algo asombrado.
-Las vidas de los hombre sí y la mía termina esta noche a medianoche- le dijo mientras que alrededor de ellos aparecían las sombras de los engranajes y de la maquinaria de un reloj que estaba por dar las 12 de la noche -Escucha, mi momento se aproxima- cuando le dijo esto, el viejo notó algo raro debajo de su ropa.
-Eso que tienes ahí abajo ¿Es un pie o una garra?- le preguntó retrocediendo unos pasos.
-Podría ser una garra por la cantidad miserable de carne bajo su piel- dicho esto abrió su ropa revelando a dos niños que estaban en pésimas condiciones, gruñían como animales y miraban de mala manera al anciano y le empezaron a decir que se largara -míralos bien- le ordenó pero el viejo desvió la mirada para no ver a tales engendros -¡Míralos bien!- alzó la voz señalando con su copa a esas dos criaturas y Eric no tuvo más opción que mirarlos.
-¿Son tu-tuyos?- le preguntó con temor.
-Son del hombre. El niño representa la ignorancia y la niña es la necesidad; cuídate de ambos- después de advertirle esto el reloj marcó las doce.
Ante eso el espíritu se sujetó el pecho como si estuviera sufriendo un infarto pero aun así rió un poco mientras se volvía más y más viejo para luego caer de espaldas al piso.
-¿No quieren ir a un re-refugio?- les preguntó a los chiquillos volviendo a retroceder unos pasos
-¿Acaso no hay prisiones?- preguntó el niño al mismo tiempo que crecía volviéndose un adulto para que enseguida una jaula le cayera encima aprisionándolo justo cuando amañó con apuñalarlo
-¿Acaso no hay asilos?- la niña también se volvió una adulta y se le acercó jalándolo de su ropa y haciendo que diera unas cuantas vueltas mientras reía como una desquiciada y él lo único que podía hacer era encorvarse temblando un poco mientras la campana zona una y otra vez.
-Ja... ja... ja...- el fantasma de la Navidad seguía riendo a pesar de que literalmente se estaba volviendo un saco de huesos; luego la mujer fue envuelta por una camisa de fuerza mientras exclamaba varias cosas molesta y se retorcía tratando de liberarse y el hombre agitaba violentamente los barrotes de su jaula.
Las campanadas de dejaron de sonar cuando el espíritu se volvió polvo y fue arrastrado por el viento sin dejar rastro alguno, lo mismo le ocurrió al hombre que representaba la ignorancia y la mujer que representaba la necesidad dejando totalmente solo al viejo Eric que se había tapado los oídos y cerrado fuertemente los ojos y cuando los abrió no vio a nadie más.
Hasta que de repente su sombra se empezó a distorsionar volviéndose más larga y delgada para que luego en frente de él se materializara una figura humanoide que estaba cubierta por una larga túnica negra con una capucha que no permitía ver su cara y lo único que se podía ver de ese ser eran sus largas y huesudas manos.
El anciano se asustó mucho más que las veces anteriores ya que sabía muy bien de quien se trataba.
-¿Tú e-eres el fan-fantasma de las navidades fu-futuras, verdad?- le preguntó temblando del miedo.
Ese ser no respondió y solamente se limitó a verlo fijamente y a pesar de que no se podía ver su cara, el anciano sintió su penetrante mirada como si lo estuviera traspasando y mirando su interior.
-¿Vas a mostrarme las cosas que aún no han pasado pero que van a pasar?- preguntó otra vez y de nuevo obtuvo como respuesta un sepulcral silencio -fa-fantasma del futuro, te tengo más mi-miedo que a cualquier espíritu que he visto, pe-pero sé que tu labor es ha-hacerme el bien. Así que estoy dispuesto a pasar tu compañía, así que co-comencemos- le pidió para acabar con todo ese asunto lo más rápido posible.
Otra vez el espectro le respondió con silencio y eso hizo que se empezara a impacientar y gruñó un poco ya molesto.
-¿Qué estamos esperando? ¡Vamos! La noche no va a durar para siempre, no hay tiempo que...-
No pudo seguir hablando ya que el espectro se abalanzó encima de él haciendo que gritara y cayera por un hueco que se formó en el suelo sin saber que lo próximo que vería sería lo más horrible y espeluznante que ha visto en toda esa noche.
Capítulo dos completado en Fan Fiction el 20/12/2014.
Publicado en Wattpad el 22/12/2020.
Espero que les haya gustado como Cartman vio sus navidades pasadas y las cosas buenas y malas que tuvo en ellas y como en el capítulo anterior, me basé enteramente en la película de Los Fantasmas de Scrooge para hacer su pasado y presente; de seguro nadie esperaba que Clyde iba a ser el fantasma de la Navidad Presente ¿Verdad? Bueno, es que como en algunos fics a él se le retrata como el más gordo después de Cartman, le quedó el papel como anillo al dedo XD
Sé que muchas personas esperaban que le inventara una familia a Kyle diferente a la que Bob Cratchit tiene en las demás versiones, pero si hiciera eso se me haría algo confuso, así que lo único que cambie de ellos fue que Ike sería su hijo pequeño y enfermo y que Bebe fuera su esposa (Un punto a favor para los fanáticos-as del Kybe XD)
En cuanto al fantasma de las navidades futuras... al principio consideré que fuera Kenny (Ya saben, por la relación que él tiene con la muerte) pero eso hubiera sido predecible, así que mejor lo dejo al fantasma de las navidades futuras a la imaginación del lector ;D
Ahora viene el último capítulo que posee una sorpresita ;)
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