Los Fantasmas de Cartman ch 1
Muy buenas noches damas y caballeros, aquí les traigo uno de los tantos fics navideños de los que les he estado hablando en estos últimos días.
Este va a ser uno inspirado totalmente en la obra del gran escritor Charles Dickens y la versión cinematográfica: Los Fantasmas de Scrooge que se dio en el 2009, solo que aquí por supuesto se usaran a los personajes de South Park, pero puede que cambie algunos cuantos detallitos ¿Y quién mejor para representar al viejo amargado, codicioso y odioso se Scrooge que el otro odioso, codicioso y amargado del culón de Eric Cartman? Ummm... tal vez el Señor Burns si este fuera un fic de los Simpson XD.
Así que sin más, empecemos. Esta historia está inspirada en la obra: "Un Cuento de Navidad" de Charles Dickens y la versión cinematográfica: "Los Fantasmas de Scrooge" y South Park por supuesto le pertenecen a la parejita que todavía no ha reconocido su relación ante el público conformada por Trey Parker y Matt Stone.
CAPÍTULO UNO: LA ADVERTENCIA DE UN VIEJO AMIGO
En 1,843, en un pueblo de Inglaterra llamado South Park, un viejo gordo estaba en una morgue junto con un joven y el dueño del lugar se encontraba en frente a un ataúd que contenía el cuerpo sin vida de otro anciano vestido elegantemente y con una moneda encima de cada ojo.
-Lamento tanto la pérdida de su socio y amigo, señor Cartman- el dueño de la morgue le dio el sentido pésame al hombre obeso que miraba con pesar el cadáver, pero no parecía estar en realidad muy triste o afectado, a diferencia del joven que soltó un suspiro.
-Marley... está muerto sin lugar a duda- dijo secamente.
-Acá está el certificado de defunción- el dueño le pasó el papel para que lo firmara y así los hizo dejando una elegante firma y luego le extendió la mano derecha esperando su pago.
El anciano panzón soltó un suspiro de fastidio y de su monedero sacó una moneda y a regañadientes se la dio. Eso no pareció ser suficiente para el dueño que espero que le diera un poco más, así que de nuevo le dio otra moneda de muy mala gana, con manos temblorosas como si su vida dependiera de ello.
Ya satisfecho, el dueño de la morgue le indicó a su joven ayudante que tapara el ataúd.
-¡Un momento, mocoso!- el viejo obeso lo detuvo y con todo descaro cogió las dos monedas que estaban en los ojos del difunto y se las guardó ante la mirada asombrada del chico y la del jefe de este -dos monedas, son dos monedas- dicho esto se retiró con toda tranquilidad dejándolos sin habla.
No se podía esperar menos de un viejo codicioso, tacaño y amargado como lo es Eric Cartman, que valora el dinero por encima de cualquier cosa, tanto que ha dedicado su vida entera a amasar una enorme y basta fortuna ya sea por su propio esfuerzo o a costa de las demás personas sin importarle los sentimientos y necesidades de estas y como lo acaba de demostrar hace un momento, ni la muerte es un impedimento para conseguir ante sea un par de monedas.
Estaba caminando por las frías calles del pueblo, cubiertas por la nieve y hielo que eran acompañados por bellas decoraciones que emulaban la Navidad ya que justamente esa era la época navideña y casi todas las personas estaban muy felices y emocionadas, incluso algunas cantaban bellos villancicos.
Pero para el viejo Cartman, todo eso le valía absolutamente nada ya que según él, la navidad es una excusa para no trabajar y vagar sin hacer nada y desperdiciar el tiempo en "tonterías".
Él caminaba haciendo total caso omiso a todo el bello ambiente navideño a su alrededor y cuando miraba a los niños jugar, solo se limitaba a decir: "mocosos malcriados" o "pequeños delincuentes" como todo el buen cascarrabias que es e incluso cuando pasó frente a unas de las tantas personas que cantaban villancicos, les dedico una mirada de pura repulsión y odio; eso fue suficiente para que todas ellas los vieran con miedo, especialmente los niños, pero cuando siguió con su camino, todos volvieron a cantar.
Llegó a su lugar de trabajo, que es un banco ya que es un prestamista, y después de abrir la puerta ingresó dejando en su perchero sus elegantes y negras ropas que lo protegían del frío, incluyendo un sombrero alto, para luego sentarse en un sillón, prenderle fuego en una estufa y después de servirse una copa de vino y darle un trago se quedó mirando fijamente las llamas.
-Marley... ¿Sin ti como voy a seguir con nuestro negocio?- se preguntó a sí mismo para luego darle otro trago a su bebida y sonrió un poco -pues fácil, solo tengo que seguir trabajando y listo, más ganancias para mí- dijo como si nada para luego terminar de tomar su copa.
Siete años han pasado desde que Jacob Marley ha muerto, era 1,850 y de nuevo eran vísperas navideñas. Las cosas para el viejo Cartman no habían cambiado nada, ya que seguía siendo el mismo viejo amargado y codicioso de siempre.
-Se-señor Cartman...- le habló su empleado, Kyle Broflovski que era un hombre pelirrojo que oscilaba los 30 o 40 años en adelante, de bellos ojos verde esmeralda y estaba temblando del frío ya que sus ropas algo malgastadas no lo abrigan muy bien y lo único que tiene para calentarse es una vela encendida. Su jefe no le hizo caso y siguió haciendo su papeleo -¿Po-podría prender la es-estufa?- cuando le pidió esto, el viejo gordo lo miró de muy mala manera.
-Ese sería un total desperdicio de carbón y el carbón no nos cae del cielo- su codicia es tan grande que hasta se pone reacio ante ese "gran consumo de energía" -eres judío, así que ser contador te sale con toda naturalidad en cualquier medio ambiente. Un poco de frío no te hará daño ni afectara tu desempeño- después de decir este comentario tan antisemita, regresó a los suyo.
-Co-como diga se-señor Cartman- el pelirrojo soltando un suspiro de tristeza para regresar a su oficio.
-¡FELIZ NAVIDAD TÍO ERIC!- entró de repente al lugar un hombre pelirrojo con pecas sonriendo enormemente. Kyle lo saludó amablemente pero el viejo seguía en lo suyo sin siquiera verlo.
-¡Bah! Pamplinas, Scott- fue la "cordial" bienvenida que le dio el anciano.
-No tengas esa aptitud tío- le su aparente sobrino sentándose en una silla que estaba en frente de su escritorio -eh venido a saludarte y desearte una feliz navidad- le deseó sin dejar de sonreír enormemente.
-¿Por qué deberías de estar feliz en Navidad si eres pobre?- le dijo ásperamente aún sin verlo.
-¿Y por qué deberías de estar amargado en Navidad si eres rico?- el recién llegado se lo tomó de buena manera y bromeó un poco.
-¡Tonterías!- al fin se dignó a verlo y no de una forma muy amistosa que digamos -sabes muy bien que pienso sobre la Navidad, solamente es una excusa para que la chusma se junte y hagan puras estupideces y no aporten nada para la economía y se vuelvan más inútiles de los que son ya que lo único para lo que son buenos es para eso. Este mundo estaría mejor si toda esa bola de parásitos chupa sangre muriera.
-¡TÍO!- Scott no podía creer que las cosas que salía de la boca de su amargado y obeso tío mientras que Kyle solo se limitaba a ver todo eso en silencio -no puedes estar hablando en serio ¿Oh sí?
-¿Acaso vez que bromeo?- dicho esto volvió a lo que hacía -ahora ve a celebrar la Navidad a tu manera mientras que yo la celebro a la mía- prácticamente lo estaba echando.
-¿Celebrarla? Nunca la celebras- su sobrino se puso de pie y caminó hasta la chimenea que solo tenía un leño encendido -yo considero la Navidad como una época bondad y caridad, en la que las personas abren sus corazones y piensan en los demás, dejan de lado sus diferencias y están juntos con sus seres queridos ya sea pasar tiempo con la familia o con los amigos, una época en donde debería de surgir lo mejor de uno, su lado más humano y humilde, eso es lo que creo que significa la Navidad- dio media vuelta para verlo después de haber dicho lo que piensa sobre la Navidad.
-¡BIEN DICHO, ESO ES JUSTAMENTE LO QUE...!- Kyle estaba tan entusiasmado por lo que acabó de escuchar que se levantó de su silla dando varios aplausos, pero la agria mirada que el viejo Cartman le dedico fue suficiente para que enseguida se paralizara deteniendo su acción.
-¡Ni se te ocurra terminar esa frase o ya verás lo que pasa!- esta amenaza fue suficiente para que volviera a su puesto y sus temblores producidos por el frío, se combinaron con los del miedo -y en cuanto a ti- miró a su sobrino -tal vez tendrías más éxito en el parlamento.
-Vamos tío, no seas así y ven a celebrar conmigo y mi familia, serías el invitado de honor- le insistió el pelirrojo más joven.
-Primero te veré en el Infierno- le dijo ásperamente el cascarrabias -ahora si no tienes nada mejor que hacer, vete y déjame trabajar- ya no quiso seguir hablando del asunto.
-¿Por qué eres así, tío?- le preguntó ya empezando a resignarse -nunca te he pedido nada, jamás he querido algo de ti, lo único que quiero es que vengas a pasar la Navidad en familia y que seamos amigos y tener una buena relación de tío y sobrino ¿Por qué siempre tienes esa aptitud?- le preguntó algo molesto.
-Son cosas que no entenderías- el viejito siguió hablando tajante -buenas noches- de nuevo le estaba dando prácticamente la patada.
Scott frunció el ceño ante esto y cerró fuertemente los puños.
-¿Sabes qué tío? Hubo muchas ocasiones en las yo desistía en querer tener una buena relación contigo debido a tu pésima aptitud y esta sería una de esas tantas ocasiones, pero si hiciera eso justo ahora estaría haciendo todo lo contrario de lo que significa la Navidad, así que de nuevo lo digo: ¡QUE TENGAS UNA FELIZ NAVIDAD!- le volvió a desear.
-Sí, sí, sí ¡Ahora lárgate!- al viejo panzón ya le estaba molesta molestando de verdad las insistencias de su sobrino y lo último que escuchó de este fue: "¡Y que también tengas un feliz año nuevo!" para luego retirarse -joven tonto...- susurró para luego ver a su empleado que dio un pequeño salto en su silla -¿Y tú qué? ¡Sigue trabajando!- le exigió y él enseguida continuó con lo suyo -pelirrojos... lo único para lo que sirven es dar problemas- susurró.
Poco después esa misma noche, aparecieron dos hombres, uno castaño y otro pelinegro que le querían pedir caridad al viejo Cartman para poder construir un asilo para desamparados.
-¿Entonces que dice señor Cartman, pondrá de su parte para ayudar a los menos afortunados?- le preguntó ansioso el de pelo negro. El otro no estaba del todo seguro, mientras que Kyle había desviado la mirada triste ya sabiendo cual sería la respuesta de su patrón.
-Así que quieren que les dé un poco de la fortuna que he acumulado con mi esfuerzo, sudor y sangre a los pobres que no tienen nada ¿Verdad?- les preguntó mientras tamboreaba los dedos de su mano derecha en su escritorio y con la izquierda sujetaba el documento que le habían dado.
-Correcto- le afirmo el mismo tipo mientras que su acompañante solo se limitaba a ver desconfiado al viejo que rió un poco.
-Aunque la oferta es tentadora... yo paso- acercó el papel que tenía a una vela para que se quemara, pero enseguida el otro sujeto se la quitó de la mano cuando ya estaba por prenderse fuego.
-Pe-pero señor Cartman, si no conseguimos más fondos no po-podremos construir ese asilo y mu-muchas personas morirán- trató de ablandar su frío y negro corazón con estas palabras, pero el viejito soltó una risa cínica.
-Eso está bien, así se resolvería el problema de la sobrepoblación- los dos se quedaron sin habla al escuchar tales palabras saliendo de esa vieja, chimuela y nauseabunda boca y de nuevo Kyle soltó un suspiro ya que sabía que iba a decir justamente esas palabras -ahora si me disculpan, todavía tengo trabajo que hacer. Buenas noches- los estaba echando como a su sobrino.
-Pe-pero...- iba a insistirle el mismo hombre, pero su amigo le puso una mano en el hombro derecho y con la mirada le indicó que no insistiera en vano.
-Olvídalo Kevin, olvídalo- le susurró viendo de mala manera al viejito -entonces nos retiramos señor Cartman, que tenga una feliz Navidad- dicho esto se retiraron al mismo tiempo que su acompañante le preguntó: "¿Por qué no le insistimos, Mark?" a lo que le él le respondió: "Porque tratar de obtener dinero de ese viejo decrepito es más difícil que sacar sangre de las piedras".
-Y dele con el tema de feliz Navidad- espetó Cartman ya de forma molesta y sin haber escuchado lo que ellos hablaban, pero Kyle si los escuchó y rió un poco.
Cuando el reloj de la catedral del pueblo sonó indicando las 12 de la noche haciéndose escuchar por todos lados, el viejo Cartman miró su reloj de bolsillo para corroborar y soltó un gruñido como un perro con catarro para luego ver a su empleado que sonrió enormemente ya que eso significaba que podía regresar a su hogar luego de un arduo día de trabajo.
-Señor Cartman- se le acercó luego de haberse puesto encima de su abundante y ondulado cabello rojo una vieja y gastada Ushanka verde -ya me voy y.... este... yo...- las palabras se le estaban atorando en la boca como si quisiera pedirle algo pero no tenía el valor decírselo.
El viejo panzón y amargado soltó un chasquido con la lengua y rodó los ojos hastiado y molesto ya adivinando lo que él quería pedirle.
-No me digas Kyle, quieres que mañana te dé el día libre por ser Navidad ¿Verdad?- cuando le dijo esto, él lo miró asombrado para luego desviar la mirada y juguetear con sus pulgares de forma nerviosa.
-Sí...- asintió sin tener el valor de verlo de nuevo y el viejo amargado volvió a soltar otro gruñido.
-¿Un judío celebrando la Navidad? Eso sí que es una novedad- le dijo irónico su patrón. El pelirrojo lo voy algo ofendido por ese comentario tan antisemita pero no le quiso decir nada.
-Es-es que mi esposa es cristina y... ya sabe, quiero poder pasar la noche buena con ella y mis hijos co-como familia- le pidió otra vez tímido.
-¿No te vasta con celebrar Hanukkah durante 8 días seguidos y también quieres aprovecharte de esta estúpida festividad para no trabajar durante un día entero? Definitivamente ustedes los judíos son unos avaros de primera clase- le restregó con todo descaro tomando en cuenta que él es un tacaño y codicioso de primera clase.
-E-es que para ella es una fecha muy especial y so-solo se celebra un día al a-año- le insistió el pelirrojo otra vez ignorando ese comentario tan ofensivo para su gente.
-Ah por un demonio...- su odioso patrón soltó un bramido ya que es lo mismo que ha escuchado una y otra y otra vez -está bien Kyle, mañana te daré todo el día libre; un judío feliz y complacido trabaja mucho mejor que uno triste y desganado- cuando dijo esto su ayudante sonrió de oreja a oreja.
-¡MUCHAS GRACIAS SEÑOR CARTMAN!- sorpresivamente lo abrazo y el viejo barrigón se le quedó mirando con la ceja izquierda alzada. Al darse cuenta de lo que hizo enseguida lo soltó -pe-perdón, ya me i-iba- se dirigió a la puerta del lugar -gracias de nuevo señor Cartman y que tenga una feliz...- se detuvo cuando el viejito golpeó su escritorio con su puño derecho haciéndolo temblar violentamente.
-¡Ni se te ocurra terminar esa frase!- le advirtió ya furioso de que todos le deseen una feliz Navidad, así que su empleado no dijo nada más y se largó a toda prisa ya emocionado al poder estar con su familia -Navidad... pamplinas- escupió a una escupidera haciendo su característico sonido.
El viejo Cartman caminaba solo por las oscuras, frías y desoladas calles del pueblo rumbo a su casa, mejor dicho, su mansión que al estar rodeada por la oscuridad de la noche, le daba un aire muy tétrico y perturbador y las rejas negras no le ayudan mucho en darle una mejor imagen.
Cuando iba abrir la puerta de entrada con una de sus abundantes llaves, estás se le cayeron al piso
-Maldita sea...- susurró y con toda la pereza del mundo se agachó para recogerlas. Al hacer eso se tronó todos los huesos del cuerpo, especialmente los de la espalda haciendo que se le formara una clara mueca de dolor -lo que hago por unas mugrosas llaves...- se quejó cogiéndolas y cuando se incorporó...
-Cartman...- para su terrible sorpresa, la aldaba con cara de león de la vieja puerta tenía la forma de su viejo socio, Marley, era de color azul claro, lo miraba fijamente y habló con voz rasposa.
-¡HAY MAMACITA!- gritó lo más asustado que nunca antes había estado cayendo de espaldas al helado piso primero golpeándose su enorme y arrugado trasero y después la nuca -¡AUCH MALDITA SEA!- exclamó esto ya molesto sobándose la parte trasera de la cabeza haciendo una mueca para luego ver su puerta que aparentemente volvió a la normalidad -¿Pero qué carajos fue eso...? ¿Acaso este maldito frío me está haciendo ver ilusiones?- se preguntó parándose del piso -¿Oh tal vez sea el inmundo ambiente navideño que me está afectando...?- se preguntó esto ya molesto -sí... debe ser por culpa de esa asquerosa festividad- dijo esto con su ya característico mal humor -maldita época navideña...- espetó para luego abrir la puerta y cerrarla de un portazo.
Ya se alistó para dormir. Estaba usando un largo camisón que le llegaba a los pies y un gorrito encima de la cabeza, se encontraba sentado en un sillón de su sala, con una copa de vino en su mano derecha y meneaba un poco su contenido y miraba fijamente como la leña de su chimenea era consumida por el fuego.
-Felicidad... familia... bondad... humildad... son solamente puras estupideces- estaba recordando la charla que tuvo con su sobrino y luego le dio un trago a su bebida -con todo el dinero que tengo, no necesito ninguna de esas cosas- sonrió muy seguro de sí mismo y tomó de nuevo su vino.
-¡CLANCK!- enseguida escupió su bebida al escuchar el sonido de cadenas agitándose violentamente que parecían dirigirse a él.
-¡¿QUI-QUIÉN ES?!- preguntó temblando del miedo sujetando su copa con ambas manos que al estar temblando se estaba derramando su contenido mojándose su pijama.
No obtuvo respuesta y lo único que se escuchaba eran las cadenas acercándose más y más a él que se encogió en su asiento apegando sus piernas a su voluminosa panza sin dejar de temblar como un conejito asustado.
-¡¿Qui-quién anda a-ahí?!- volvió a preguntar y contuvo el aliento cuando pareció que el causante del ruido se detuvo e frente de la puerta de su sala, pero luego de unos segundos no se escuchó nada más -fiu...- soltó un suspiro de alivio -eso es lo que me pasa por tomar tanto a tan altas horas de la noche- dijo esto viendo su ya media vacía copa creyendo que fue una alucinación producida por los efectos del alcohol.
-¡UAPAG!- pero enseguida una caja de metal traslucida de color azul clara y amarrada con varias cadenas traspasó la puerta aterrándolo de nuevo y seguido de ella apareció otra caja de metal y luego otra que casi le da al viejo barrigón que atravesó el espaldar de su sillón.
En total eran 4 pesadas cajas de metal y el dueño de estas también atravesó la puerta. Eso hizo que el gruñón de Cartman se pusiera pálido como un muñeco de nieve ya que resultó ser ¡Su antiguo socio Jacob Marley! Pero no se veía para nada bien, estaba demacrado, sus ropas estaban desgarradas y estaba envuelto por las cadenas de las cajas, que actuaban como si fueran unas anclas pero aun así levitaba en el aire y también era azulado y traslucido.
-Hola Eric...- le saludó con una sonrisa torcida y con el mismo tono de voz que usó cuando estaba en la aldaba de la puerta principal de la mansión. El viejo panzón seguía en estado de shock y lo miraba con los ojos tan abiertos como platos y sin respirar -¿Qué te sucede Cartman? ¿No vas a saludar a tu viejo y buen amigo después de tantos años...?- le preguntó sin quitar su atemorizante sonrisa y eso fue suficiente para que el viejo gordo volviera en sí.
-¿Ma-Marley...?- le preguntó con voz temblorosa luego de tragarse un nudo que se le formó en la garganta.
-Oh, aun me recuerdas...- ironizó el espectro cogiendo una copa como la que él tenía -¿Te molesta si tomo un trago...?- le preguntó para luego coger una botella de vino.
-Eh... no-no, a-adelante- le dio permiso y cuando el fantasma tomó el líquido, este pasó por su cuerpo y se derramó en el piso.
-Desde hace rato que no tomo un buen trago...- el ente se pasó el dorso de la mano derecha por la boca como si en verdad se hubiera degustado con la bebida.
-¿Qué... qué haces aquí Jacob? Cre-creí que estabas muerto...- le preguntó el obeso ya un poco más tranquilo. El fantasma soltó un gruñido para luego dejar en una mesa su copa.
-Claro que lo estoy ¿Qué no me estás viendo...?- le dijo toscamente señalándose con su mano derecha y su tono de nuevo asustó al viejo amargado.
-Lo-lo siento- se disculpó -¿E-entonces que haces aquí?- le volvió a preguntar.
-Vengo a hacerte una advertencia Eric...- lo señaló con el dedo índice de su mano izquierda intimidándolo más -vas a ser visitado por tres espíritus...- estás palabras lo aterraron como al principio y otra vez se puso a temblar sin control.
-¿Es-espíritus como t-tú?- parecía que iba a morirse del miedo en cualquier momento.
-No... no serán como yo... los espíritus que te visitarán te trataran de guiar por el buen camino para que cambies tu pésima aptitud y aprendas de tus errores... pero si no cambias, tendrás el mismo destino que yo... y vagarás por la Tierra por siempre sin encontrar el descanso eterno...
-¿Tú mis-mismo destino? ¿A-acaso vagas por el mundo?- el fantasma asintió lentamente -¿Por qué? Sí tú eras bueno con los negocios.
-¡¿NEGOCIOS?!- gritó con tanta fuerza que la quijada se le dislocó haciendo que el gordo amargado gritara del terror ante semejante escena y de nuevo se encogió en su sillón para luego acomodarse la mandíbula -yo antes era como tú viejo "amigo"; un viejo amargado y codicioso que hacía hasta lo imposible por el dinero, sin importarme las demás personas y usarlas a mi voluntad para mi propio beneficio. Es por ese terrible comportamiento que tuve en vida que ahora estoy condenado; así que de nuevo te lo advierto, si no mejoras tu forma de ser luego de la visita de los tres fantasmas... tendrás mí mismo destino y el de las demás almas en pena condenadas a vagar por toda la eternidad...
Enseguida lo enrolló con una de las cadenas y lo atrajo hacia la ventana de la sala para que viera a las demás almas que vagaban por ahí y por allá lamentándose y tratando desesperadamente de encontrar el descanso eterno. Esa horrible visión de nuevo hizo que el panzón se pusiera tan blanco como la nieve.
-¿Lo ves Eric? Así terminaras como no te corrijas... el primer fantasma te visitará mañana cuando campana anuncie las doce, el segundo a la noche siguiente a la misma hora y el tercero la noche siguiente de esa- le dijo apegándolo a su cuerpo haciendo que una corriente eléctrica recorriera su viejo, arrugado y voluminoso cuerpo -así que... buenas noches mi amigo- lo soltó para luego irse volando por la ventana.
-Esto no puede ser... ¡NO PUEDE SER!- el anciano retrocedió unos pasos hasta que se tropezó y otra vez cayó de espaldas al suelo, esta vez golpeándose más fuerte la nuca y quedando inconsciente.
Se despertó exaltado y mirando de un lado a otro respirando agitadamente, pero no estaba en la sala, sino en su cama cubierto por una acogedora sábana y las cortinas a su alrededor cerradas.
-Ah cielos... solo fue una pesadilla...- soltó otro suspiro de alivio -en serio debo dejar de tomar antes de ir a dormir...- creyó que todo fue un amargo sueño producido por el alcohol.
Hasta que una luz iluminó todo su cuarto tomándolo por sorpresa, para que luego las cortinas se abrieran mostrando a un fantasma. No era un espectro como Marley, sino que era pequeño, tiene una cara angelical y parecía estar hecho del fuego de una vela, en su mano tiene una tapa velas, encima de la cabeza una especie de gorro y tenía un rubio cabello un poco largo.
-¿Qui-quién eres tú?- a pesar de que ese ser no era tan aterrador como Jacob, el viejo Eric de igual manera se asustó al verlo y se tapó de la nariz hacia abajo todo el cuerpo con la sábana.
-Soy Philip Pirrup- se presentó con un tono de voz tan bajo que casi era susurro y sonreía cálidamente -y soy el fantasma de las navidades pasadas- hizo una leve reverencia.
Primer capítulo completado en Fan Fiction el 15/12/2014.
Publicado en Wattpad el 22/12/2020.
Espero que les haya gustado el primer capítulo de esta historia. Como podrán darse cuenta, es muy parecido a la versión cinematográfica de "Los Fantasmas de Scrooge" pero le hice unos "pequeños" cambios para que no sea exactamente igual, después de todo ¿Qué gracia tendría si lo hiciera exactamente al pie de la letra como en la película? (De seguro me demandarían por plagio XD)
Saben, al principio pensé en poner a Kenny o a Butters como Jacob Marley (Por el hecho de que ellos en varios fics se les retratan como los mejores amigos del culón) pero decidí dejar al personaje original. Y pobre de Kyle, tiene que ser su desdichado asistente XD y puse a Scott como su sobrino por el simple hecho de que canónicamente ya son familiares.
Pero estoy seguro de que nadie espero que Pip fuera el fantasma de las navidades pasadas ¿Verdad? eso hace que uno se pregunte ¿Quién será entonces el de las navidades presentes y el de las futuras? (Música dramática)
Pues esas preguntas serán respondidas en poco tiempo porque ahora mismo voy a subir los siguientes 2 capítulos de esta historia.
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