Ahora toda China tiene la novela


─ Lan Zhan, Lan Zhan ─ El canto de Wei Ying rebotó por las paredes.

El mencionado frente a él no tiene otra opción más que levantar la mirada para encontrarse al dueño de aquella estruendosa voz. En el fondo estaba algo sorprendido por encontrarlo despierto tan temprano.

─ No hables durante el desayuno. ─ fue su manera de saludarlo.

Wei Wuxian resopló divertido antes de ignorar olímpicamente lo dicho antes de seguir parloteando.

─ Lan Zhan, quería hablar contigo sobre lo de ayer. ¿Qué tan malo fue ese libro? Sabes que puedes confiarme lo que sea.

Como es la naturaleza de Lan Wangji no respondería de aquello de inmediato al menos no sin pensarlo dos veces. En lo que tardaron segundos la sonrisa de Wei Ying cayó, y eso lo alertó.

─ ¡¿Qué son esas ojeras en el bello rostro de Lan Zhan?! ─ la sorpresa histeria dramática de Wei Wuxian se hizo escuchar más allá del salón.

─ ¡Ya estoy harto! ─ con el mismo volumen, Jiang Cheng se puso de pie y con furia arrastró a su hermano fuera del lugar.

Con ellos lo tuvieron que seguir Jiang Yanli preocupada por las piernas de su querido A-Xian.
El joven Nie casi se echa a correr detrás de su trio favorito, solo que a último momento notó que Wen Ning se quedó atrás.

En un rápido debate interno, se decidió por llevárselo también.

─ J-j-jo-ven Ma-maestro Nie ...

─ ¡Apresurate! ¡No me quiero perder ningún detalle!

Todo esto presenciado por el frío Segundo Jade de Gusu, quien inusualmente estaba perdido en sus propios pensamientos cuando un discípulo menor le preguntó si quería que diese aviso por las, al menos tres reglas rotas por los jóvenes maestros invitados.
Lan Wanji se negó tomando la responsabilidad de otorgar ese castigo más tarde.

En silencio solo pudo contemplar un nuevo acto de parte de ese chico que le sacudía todo su ser. Pequeños detalles que son mágicos por donde lo mire. Por donde lo sienta. Wei Wuxian prestándole la debida atención como para notar, en efecto, las sutiles ojeras bajo sus ojos.

Y no era para menos. El joven sobrino de Lan Qiren estaba preocupado por la salud de su tío.

─ Wei Ying opina que este rostro es bello. ─ el pensamiento hizo que sus orejas se tintaran de rosa. ─ Desvergonzado.

Tanta gente junta lo abrumaba. Él como ningún otro acostumbrado a la paz, a la calma y al silencio. Incluso el más pequeño murmullo de la gente intentando hablar por lo bajo lo molestaba. Pero no podría ir por cada cabeza a exigir que se callaron. Eran demasiados líderes y demasiados discípulos. Obligándose a sí mismo a controlarse e ignorarlos.

A lo lejos, en la zona de los cultivadores de la secta del Sol, su pecho se apretó con impaciencia cuando de a uno, su vista repasó a los invitados hasta dar con él.

Oh, el gran Wen Ruohan.

Tendría que ser fuerte. Dejar su pasado atrás. Esa fue su decisión. Más tarde recordaría auto castigarse por permitir tales pensamientos, deseos y sentimientos inmorales e incorrectos. ¿Cómo podría estar al frente de Gusu Lan de esa manera?

Con el mentón en alto, acarició su barba negra en forma que recuerda a un pequeño chivo antes de comenzar su discurso de bienvenida.

Sintiéndose observado fija y celosamente por unos ojos de alguna ave de presa.

─JAJAJA ¡No me habia reido así en años! ─ un comerciante común y corriente carcajeaba tanto que rojo se puso.

─ Pero ¡¿De dónde sacaste eso?! ─ su colega a la par suya aguantando las lágrimas de risa le preguntó.

─ No-no lo vas a creer. ─ el primer hombre antes que nada tomó aire antes de comenzar a relatar. ─ Mi hija le gusta mucho leer. Lee cuentos, leyendas, sobre historia... esta mañana llegó a la biblioteca el nuevo libro de su novela favorita.
Como el buen padre que soy lo compre. Al volver a casa esa misma tarde viene gritando hacía mi con esto en la mano. ─ a la par de su explicación sacudió ligeramente el libro.

─ ¿Cómo?

─ Tenía la cubierta equivocada. Oh, disculpame, debo atender a mis clientes. ─ dicho esto dirigió su atención a su negocio con una amable sonrisa.

─ ¿Usted también lo tiene? ─ una señora ya anciana antes que dar los buenos días notó aquel libro infame que la hizo palidecer.

─ ¿Qué? ¿Esto? Oh, No me malinterprete, yo le compré una novela entre un guerrero y una princesa a mi hija pero... esto estaba en su lugar.

─ Lo sé, también fui estafada. ─ respondió con suma tristeza y horror.

─ Deberían ir hablar con el dueño de la librería. ─ comentó el colega.

─ ¡Lo que deberían hacer es ir a reportarlo a los cultivadores Lan! ─ llegó a los gritos otra señora que escuchó la conversación. ─ Con todo lo que han echo por nosotros y esta cosa del demonio insultandolos así.

─ No creo que sea tan grave... son solo disparates. ¿Quién se lo creería?

Al otro lado de la ciudad de Caiyi, una joven doncella que servia para una casa de té junto a su madre, aprendía a leer por su propia cuenta.

Estaba en su habitación leyendo el nuevo libro recién llegado que con tanto amor su madre le había comprado. Había oído de él entre sus amigas. La dramática lucha entre dos enamorados para estar juntos. Un guerrero y una princesa un romance prohibido. Pero a cada línea leída se perdió tanto en los detalles, en los diálogos, en la narración.

Sin embargo había algo sumamente extraño en aquella historia. Algo fuera de lugar, algo anormal. Algo no estaba bien...

─ ¿En que momento sale la princesa?

Esa princesa no aparcería nunca por que aquella no era su historia. Al menos que consideremos a Lan Qiren como una princesa que proviene de una rica y estricta familia.
Aquella niña tardaría un poco más en darse cuenta que quizás tenía el libro equivocado. Pero para ese entonces, ella se había entusiasmado con lo leído. Algo nuevo, algo fresco, algo diferente.

¡Ella quería hablar de aquella historia con sus amigas!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top