Antes de que Firiant pudiera regresar al trono tenia que pasar una prueba, aunque el ejército del usurpador ya fuera derrotado. Tendría que demostrar que era lo suficientemente fuerte para proteger a su tierra.

Donovan cargaba consigo el medidor de poder, el nivel de la fémina se ubicaba en los doscientos mil puntos de pelea al máximo poder mientras que el de su rival eran alrededor de treinta mil al máximo, aún así se tendría el combate.

—Tus padres fueron blandos con los forasteros, y veo que tu pides ayuda a ellos, nunca has sido capaz de defender nuestra tierra por ti sola —espetó el rival de la chica.

Con enojo, Firiant no se contuvo y de un fuerte golpe rompió una costilla de su contrincante para después disparar un rayo de luz que impacto contra el usurpador, dejándolo lo suficientemente lastimado como para no volver al combate.

 —Desde ahora estás exiliado de estas tierras —sentenció con severidad la mujer.

—Déjame ver que dicen ellos —respondió el hombre con una ligera sonrisa mientras apuntaba a un pozo que desprendía un extraño destello.

Del lugar señalado emergieron criaturas grotescas con apariencia de demonios, la escena simplemente increíble de una manera hórrida.

Mientras tanto, en Bretón las tropas se desplegaron en todo el país por lo que no se enviarían refuerzos a la guerra contra Granadeth, era arriesgarse demasiado dejar en esos momentos desprotegido el país.

Ryan se reunió con los ministros de guerra y con el legendario aventurero Demian Hallman para trazar un plan de respuesta ante otro ataque, los presentes no titubearon al momento de criticar el fracaso del marine, sin embargo el hombre los ignoro, ahora mismo no tenia tiempo que perder.

Ellos seguían su discusión cuando, al otro lado de la ciudad que yacía destruido, se levantaba una gran columna de luz para que después emergieran criaturas iguales que a las del territorio de Firiant,

Este mismo suceso se repetía en Bucarest, Rumania; Medellín, Colombia y Tokio, Japón de Tierra II, al igual que en la capital de Kolasi en Tierra III.

—Al parecer ese tal Barbosa tenía razón, algo grande se venía —decía una mujer pelinegra con una mirada similar al rubí, de no más de metro y sesenta, bastante delgada.

—Señorita Ionela, ¿Ofrecerá apoyo a la lienza? —preguntó el mismo hombre que había sido interrogado por Barbosa.

—No, por ahora al resto de mi familia que tenemos que expulsar de alguna forma a los demonios —replicó la bruja.

Por otro lado, Ray iba a interrogar a Landa que se hallaba detenida en una cárcel de máxima seguridad de Tulpán en su capital, esto antes de que la extraditaran a Perú de esa misma tierra.

—Mire Laura, nosotros estamos dispuestos a darle libertad con tal de que se una a la Alianza Universal y nos ayude a ubicar a las demás peleadoras —dijo el maestro.

—Si así es el trato, no me parece tan mal, pero el problema es que yo no tengo recuerdo de ello, lo poco que sé es que reconozco como fue atacada por los organizadores del torneo —contestó la muchacha.

—¿Cómo fue atacada según su parecer? —cuestionó con interés Ray.

—De lo que sé como miembro de una familia de ilusionistas, eso parecía un truco de hipnotismo muy bien ejecutado —arguyó la chica con certeza.

—Entonces probablemente no haya sido un truco sino el actuar de un verdadero practicante de magia... —Expresó el maestro hasta que unas  alarmas sonaron, para después escucharse gritos e impactos fuera del lugar.

Tomó a la chica y la llevó hasta la salida, los guardias no le detuvieron ya que corrieron del lugar, al salir ambos se dieron de lo que pasaba, varias naves del Imperio Ga'rack cubrían el cielo, al parecer las defensas espaciales habían fallado pese al aviso de Alateia.

La más grande de las naves encendió su altavoz y emitió un mensaje:

—"A los campeones de la Alianza Universal se les ha acabado el tiempo, un nuevo reino ha llegado, un universo donde todos servirán a sus verdaderos amos".

De repente, dos potentes ráfagas de energía dieron contra aquel vehículo, corriendo en contrasentido de la multitud venían Avelin y Lucy a ver dónde estaba Ray.

—Maldición Ray, hace diez minutos que llegaron estos tipos a molestar, ya hemos puesto a Mark, Joana e Isaí a salvo en los búnkers de la Alianza, necesitamos contactar a los demás —dijo con bastante seriedad Lucy.

—Bien, porque ahora tenemos un miembro más aquí —expresó Ray refiriéndose a Laura.

—Quítate de bromas Ray, ella necesita un traje de protección, lo mejor será que la lleves a instalaciones de la Alianza y se de alta como miembro registrado, mientras tanto repeleremos el ataque, aunque según las últimas noticias la invasión es a escala mundial —dijo con preocupación la maestra Lumen.

En Kolasi la situación iba peor, el espíritu de Angélica había llegado al edificio de Richard. A su vez en Tierra I, el director de la UIE, el señor Fausto Trauman hacia una llamada a cierto agente de su confianza:

—Vaya Fausto, ¿me llamas a mí, Oliver Ricci, para hablar de la iniciativa que le aprobaste a Alejandro? ¿De verdad quieres reclutar al hombre más inteligente de este mundo para formar parte de la Unidad Central? —respondió la voz al otro lado del teléfono...