Capítulo 18: Somos los guerreros de la esperanza.
Tierra del Hielo - Océano Antártico, Antártida.
Nuestros protagonistas siguen el velo con mucho cuidado y con un hechizo de invisibilidad que realizó Ariana. Llevan veinte minutos caminando, hasta que suben una pequeña colina y en ese momento detallan una gran fortaleza, la cual está llena de guardias, tanto en las torres como en el perímetro cercano a ella, la bruja deshace el hechizo de rastreo para que el velo no avance más.
Henry: Son una gran cantidad de guardias -sus ojos se tornan de color violeta, en ese momento identifica el tipo de criaturas que son-. Todos son brujos elementales de hielo, creo que no me equivoco -ve a los demás.
Natalia: En lo absoluto, todos son brujos, y hay una gran cantidad de ellos por toda la fortaleza, su olor los delata -apoya a su amigo-. ¿Por dónde podremos entrar?
Ximena: Este tipo de fortaleza es muy antigua, usualmente, el mejor método de entrar es por el techo. Andrés, ¿puedes ver desde acá con exactitud cuántos guardias hay en el techo?
Andrés: A ver -sus ojos se tornan de color añil, dándole una vista un poco más aguda-. Del lado frontal nos encontramos con un total de 30 hombres, los cuales rodean la zona, esta cantidad cubre toda esa parte de la fortaleza de punta a punta -les avisa.
Ariana: Serían un total de 120 brujos, solo en el techo -todos asienten-. Con estos bloqueadores, más el hechizo de invisibilidad, puedo llevarlos hasta allá, el detalle será el ruido que haremos en la pelea.
Laila: No es necesario, yo sé qué es lo que puedo hacer. En mi entrenamiento pude aprender a usar mi canto de forma especial, puedo hacer que mi melodía llegue a la mente de las personas y que solo ellas me escuchen si yo lo deseo -todos se quedan sin palabras.
Ximena: Eso es magnífico, quiere decir que si cantas en una melodía de sueño, ellos caerán desmayados por un tiempo -la sirena asiente-. Perfecto. Ariana, llévanos, por favor.
Ariana: Será un placer. ¡Levitating...
Dentro de la fortaleza, en la sección de los calabozos, se encuentra la princesa sentada con sus rodillas flexionadas, sus brazos cruzados sobre ellas y su cara apoyada en los antebrazos. A la princesa se le sale una lágrima al ver a sus escuderos encadenados y sufriendo por intentar liberarse.
Korina: Por favor, Santos, Dick, Armando, ya no sigan. No quiero verlos sufrir, haré lo que Arnold dice, pero el trato será que ustedes sean libres -les pide con desespero empezando a llorar-. Ya no soporto esto, solo quiero que ustedes estén a salvo. Los Guerreros de la Esperanza murieron y me siento fatal.
Dick: No podemos rendirnos, mi lady, tenemos que ser fuertes para poder salir de acá, no todo está perdido. Yo al principio estaba errado con ellos, pero demostraron tener un nivel de pelea increíble y una esperanza que los caracteriza, tenemos que pensar igual -hala las cadenas a pesar de que estas le quemen-. Vamos a salir de acá.
Korina: No sigan, por favor, ya no quiero ver sufrir a nadie -les suplica levantándose, y aprieta los barrotes de la celda-. Ya no hay esperanza, lo único que se me ocurre es poder salvarlos con ese trato, no quiero ver más sangre... -una gran explosión se escucha por la fortaleza-. ¿Qué está pasando?
Santos: Huele a mágia -asegura olfateando el lugar-. Pueden ser los Guerreros de la Esperanza...
En las escaleras que van de la terraza al quinto piso de la fortaleza, se encuentran nuestros protagonistas corriendo a gran velocidad. Más guardias aparecen y comienzan a lanzarles rayos mágicos, Natalia les contraataca con su poder de detonación de cadena; una vez el impacto cesa, Ximena agita el cetro lanzando una gran cantidad de estrellas que golpean a los brujos, y por último, Laila usa sus nuevas habilidad para cantar a través del pensamiento, los brujos caen al suelo dormidos.
Andrés: Henry y yo nos encargamos de los guardias, vayan a liberar a los demás -les pide a las cuatro mujeres, y estas asienten-. Nos vemos en media hora -los dos hombres saltan la escalera hasta el piso de abajo, a los segundos se escuchan explosiones.
Ariana: Ya hice el hechizo de rastreo, vamos -las chicas saltan hacia el tercer piso, luego el velo toma un pasadizo que está al lado derecho, ellas avanzan y en ese momento salen más guardias-. ¡Tuista combatius! -crea la imagen de un tucán, el cual recibe el golpe de los rayos de los brujos.
Laila: ¡Libérate! -lanza su collar, este se transforma en su tridente-. ¡Voz índigo perla! -concentra la energía en su tridente, lo clava en el suelo y descargas de color índigo salen hacia los brujos, causándoles un gran daño, estos caen desmayados-. Lo logré.
Las chicas siguen el velo de la princesa que ya se ha movido unos metros, este sigue derecho hasta que va hacia una puerta, las mujeres la abren y ven un enorme calabozo, este posee escaleras con forma de espiral que van de forma descendente; a ambos lados de las escaleras se encuentran las celdas de los prisioneros.
Ximena: Es enorme, pero la ventaja es el velo -se concentra y logra captar el olor de la princesa-. Por el tercer piso. Vamos -bajan las escaleras siguiendo el velo, cuando llegan al tercer piso, el velo se queda en un solo lugar-. Es ahí, son ellos -llegan a la celda donde se encuentra la princesa, y al frente ven a los cambiaformas-. Princesa, ¿se encuentra bien?
Korina: ¡Ustedes están vivas! ¿Cómo es posible? -ve a las cuatro chicas con gran sorpresa.
Armando: Se lo dijimos, princesa. Los Guerreros de la Esperanza poseen una gran fortaleza.
Ariana: Estas celdas no poseen hechizos de candado, sino de cerradura. Esta puerta solo se abrirá con las llaves que hayan usado para el hechizo -pone sus ojos de color ámbar examinando los barrotes.
Natalia: ¿Y no habrá otra forma de abrirlas? -pregunta algo desesperada.
Ariana: Sí, este tipo de magia puede ser repelido por armas de criaturas mitologícas que no sean terrestres -ve a Laila y esta asiente entendiendo.
Laila: Atrás, princesa -Korina retrocede mientras la sirena hace brillar su tridente de color índigo. La chica agita su arma contra los barrotes de la celda, los cuales son cortados en instantes liberando a la princesa Korina, luego repite la misma acción cortando la celda de los cambiaformas-. Ahora sí, son libres.
Ximena: Vamos a quitar esto -invoca su cetro, y con su poder corta las cadenas y grilletes que tienen atrapados a Santos y Armando, mientras que Natalia con su gran fuerza rompe fácilmente los que tienen atrapado a Dick-. ¿No hay más prisioneros?
Korina: No los hay. No sé, pero desde que estoy acá mis sentidos se han fortalecido -el velo cae en sus manos-. Esto se lo di a Henry. Tenemos que irnos al reino.
Todos asienten subiendo las escaleras con mucha prisa, una vez que llegan al pasillo escuchan explosiones; en una puerta que está a un metro ven cómo varios soldados son golpeados, y luego ven a Henry y Andrés corriendo hacia ellos.
Henry: Este lugar está infectado de guardias, vamos hacia el lado contrario -todos corren hacia el lado izquierdo, una vez que salen del pasillo intentan subir a la terraza de nuevo-. Esperen, siento una presencia.
Santos: Huele a magia, pero además de eso, parece que estuviera debajo de nosotros -todos ven el piso y de repente este desaparece, por lo que todos caen de forma inmediata.
Laila: ¡Tornado de Poseidón! -coloca su tridente en dirección al suelo, este dispara un tornado de energía de color índigo que hace contacto con el suelo, luego el tornado envuelve a todos logrando evitar que caigan bruscamente; una vez que están cerca, la sirena deshace su energía y todos caen de pie-. Estuvo cerca.
En segundos, unas luces se encienden, luego se escuchan unas palmas. Nuestros protagonistas ven hacia su derecha encontrándose con el jefe de la organización. Un hombre alto, de cabello negro, piel blanca y ojos marrones. Korina suspira con miedo.
Dick: ¡Es Arnold! -apenas puede formular palabras por la impresión-. ¿Pero cómo es posible que siga vivo? Y, además, que no haya envejecido.
Arnold: Definitivamente estoy sorprendido, nunca llegué a creer que cuatro inservibles mujeres y dos maricas hayan escapado de los ataques de mis soldados -finge sorpresa.
Natalia: ¡Serás maldito! ¡Ven y dímelo en la cara! -los cinco brujos elementales aparecen frente a ellos-. Sobre nuestros cadáveres tendrás el diamante hexagonal.
Arnold: Yo no estaría tan seguro -concentra energía en su mano y la dispara hacia los tres cambiaformas, dándoles golpes directos, estos se transforman en estatuas de hielo, al igual que están los animales-. Sin esos tres ya no sabrán cómo moverse por esta tierra.
Korina: ¡Santo cielo! -corre hacia ellos, pero ve cómo solo sus ojos mantienen un brillo de vida-. ¡Libéralos, esto en conmigo, no con ellos!
Arnold: Si quieres de vuelta a tus tres sirvientes y no quieres evitar que estos chicos mueran -señala a los Guerreros de la Esperanza-, ven conmigo a las ruinas y haz exactamente lo que te pida.
Andrés: Princesa, no lo haga. Podemos devolverlos a su forma original, él solo quiere confundirla -intenta hacer que no acceda a lo que Arnold le exige.
Korina: Debo hacerlo, de lo contrario todos van a morir. Yo siempre fui, cobarde es hora de cambiar. Si hubiera entrenado desde pequeña como debe ser no estaría en este aprieto. Yo debo hacer lo que me pide -camina hacia el frente, los brujos se interponen entre la princesa y los Guerreros de la Esperanza-. Por favor, sáquenlos de acá en lo que vuelvan a su forma real.
El cuerpo de Arnold brilla de color azul oscuro, este crea un enorme remolino que destruye toda la fortaleza haciendo que esta se venga abajo, los cinco brujos desaparecen, mientras que Korina es atrapada por la energía. Nuestros protagonistas se quedan atrapados y sin salida, mientras que toda la estructura se va desmoronando poco a poco hasta que todo queda totalmente destruido. Arnold y los cinco brujos aparecen sobre la fortaleza observando cómo se viene abajo en instantes. La princesa está atrapada en una prisión con forma de esfera.
Korina: ¿Pero qué has hecho? -se queda muda ante lo que ve-. Me dijiste que los ibas a dejar vivos, además, también mataste a tu gente. ¿Qué clase de gobernante eres? -le reclama.
Arnold: Es una forma de asegurarme de que no nos molesten. Ustedes cinco, pendientes, dudo mucho que esto detenga a esos entrometidos, ya que lograron sobrevivir al ataque anterior -los cinco brujos asienten-. Mientras tanto, iré realizando el ritual -sale volando.
Se va junto con la princesa hacia las ruinas del castillo, no tardan mucho; al llegar aterrizan frente a una gran puerta que tiene la forma de un tori. Una vez que están en tierra, Arnold libera a la princesa de su estructura, esta intenta correr, pero su antepasado se lo impide, ya que dispara una esfera de energía que explota derribando a Korina de inmediato.
Arnold: No te conviene hacerme enfurecer, sobrina. Deberías portarte muy bien, y de esa manera salvarás a tus amigos, si es que siguen con vida -la ve con burla, Korina suspira cansada, se levanta y se coloca el velo-. Me parece perfecto, ya nos vamos entendiendo.
Korina: Dime algo, ¿por qué quieres tanto este lugar y ese poder? En tantos años tu pudiste tener un reino mejor.
Arnold: El poder ya lo tengo, sobrina, por eso es que ya el diamante hexagonal no me interesa, ya tengo la inmortalidad y solo quiero reclamar lo que es mío. Ahora, sin más rodeos, vamos a lo que nos interesa -le hace señas para que pase al interior del castillo.
Korina lo hace. Una vez que está bajo el tori, concentra su aura en el diamante que posee el velo, los colores del arcoiris salen de ella y se impregnan en el tori, luego la luz ilumina las estructuras dañadas del castillo y corre por todo el lugar, dando la forma a un campo de energía que protegía el lugar. La chica pasa siendo guiada por su instinto, ya que su mente fue bloqueada por la energía del diamante hexagonal que la atrae como si fuera un imán.
Bajo los escombros de la fortaleza, una luz ámbar brilla y luego explota, se trata de nuestros protagonistas que se encuentran sanos y salvos gracias a un escudo que creó Ariana. Andrés, Natalia y Henry mueven las estatuas de los tres cambiaformas y las esconden para evitar que los brujos las descubran. Ven cómo las luces del arcoiris salen por encima de los árboles en la dirección donde están las ruinas del castillo, los chicos bajan sus cabezas con pena.
Laila: Esto se salió de control -mira su gema-. Pero me rehuso a llamar al santuario, ellos confiaron en nosotros y debemos demostrarles que somos dignos de ser llamados Guerreros de la Esperanza -da ánimos y todos sonríen asintiendo.
Andrés: Tienes razón, no todo está perdido, ahora somos los Guerreros de la Esperanza y podemos hacer que la luz brille en un cañón oscuro o en el fondo del mar. Así que vamos con todo -los seis corren en la dirección donde se reflejan las luces.
Natalia: Esta es la energía del aura de Korina, pero es mucho más fuerte -en eso siente un movimiento, salta esquivando una gran bomba de hielo-. Parece que tenemos compañía -ve cómo los cinco brujos vuelan hacia ellos.
Ximena: Vamos al bosque entonces -señala hacia el frente-. Recuerden nuestro pequeño plan, que tal vez nos ayude a deshacernos de ellos de una vez por todas -les sugiere.
Henry: Perfecto, además, por esa dirección también se llega al reino. ¡Pantalla de luz! -crea un gran muro que evita que los ataques de los brujos elementales lleguen a ellos-. Eso los detendrá durante un rato.
Ariana: Y esto servirá para entrar al bosque más tranquilos -sube su aura creando una especie de niebla densa-. Vamos al bosque.
Nuestros protagonistas están decididos a salvar a la princesa Korina de las manos de Arnold y sus sirvientes, para así devolver la paz a la Tierra del Hielo. ¿Lo lograrán? Descúbrelo en el próximo capítulo...
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