Capítulo 9: Peleas clandestinas

Santuario - Filadelfia (Pensilvania, EE. UU.). Una semana después...

Nasim: Genial, lo conseguí —dice emocionado montando una ola gracias a Mizu. El lago del santuario posee pequeñas olas para practicar surf, los cuatro se están divirtiendo un rato.

Mizu: Te lo dije, con el equilibrio que tienes por patinar se te hace más fácil —le aplaude.

Nasim: Sí, bro. Gracias. Cuando quieras patinar me avisas —Mizu asiente, chocan sus puños.

Ilan: Oigan, ¿quieren comer? Kiara me entregó unos dulces —pregunta llegando al lago.

Rai: Genial, tanto surf me dio hambre —corre hacia el menor.

Mizu: Rai, fuiste el que peor lo hizo, además de que lo intentaste solo dos veces. Nosotros si tuvimos mucho surf —le reprocha —Pero gracias, pequeño. La verdad sí tengo hambre —le revuelve el pelo.

Empiezan a comer y reír como locos de todo lo que han vivido.

Nasim: Por cierto, Ilan, ¿ese escudo que creaste no fue un ataque de tu elemento? ¿O si? —pregunta.

Ilan: No lo sé, esas palabras vinieron a mi mente, solo las dije y eso apareció —dice alzando sus hombros —Hablé con Cederic, éste mandó a Mario a que me sacara sangre para ver si encuentran algo.

Rai: ¿Con Mario?, ¿de verdad? —el menor asiente —Solo a ti se te ocurre, yo no me dejo revisar por ese demente.

Mario: Más respeto, oxigenado. Soy un buen médico aunque lo dudes. Les traje estos jugos.

Mizu: Lo de médico es pasable, lo que sí pongo en duda es que nos traigas algo —se levanta, camina acercándose a Mario, queda tan cerca que agacha su cabeza para rozar sus narices —¿O es que nos querías ver sin ropa, princesa? —Mario traga grueso.

Mario: Paaraa naadda —dice nervioso —Kiara me pidió el favor. Y no te creas, no es que estén buenísimos. Además, si me meto contigo puedo agarrar una ETS.

Mizu: Tú sabes que esas enfermedades no nos afectan. Ahora dime, ¿qué quieres, una orgía? Yo me anoto —le susurra al oído. Mario se aleja.

Mario: Por Dios, Elaine, por qué tus hijos salieron así de torcidos, excepto por Ilan —habla mirando al cielo— Espero que los que falten sean cuerdos —Chasquea sus dedos, los chicos salen vestidos con shorts, franela, botas, sombrero y chaqueta —Irán a Texas.

Mizu: Pensé que nos ibas a mandar al Amazonas, África o algo así.

Mario: Ganas no me faltan, pero me degollan si lo hago. Al portal —Rai y Mizu le lanzan un beso, Mario rueda los ojos. Entran al portal y aparecen en San Antonio (Texas, EE. UU.).

Rai: Viste su cara, casi se lamió el labio, jajajajaja —suelta una carcajada.

Nasim: A veces me da pena, pero sabemos que a Mario le encanta el juego.

Mizu: Le fascina. Me la pagó, porque el primer día lo descubrí comiéndose mis dulces.

Ilan: ¿Por dónde empezamos? Estamos prácticamente perdidos.

Rai: Ni idea, pero ésta ciudad es genial.

Nasim: Inmensa también. ¿Dónde estará el próximo? —ven por todos lados sin saber a donde ir.

Mizu: Es el elegido de la tierra, ¿no se supone que son fuertes, de gran tamaño y algo serios?

Ilan: ¿Y si nos separamos? —da una idea.

Nasim: Perfecto, vienes conmigo. Nos vemos —se va junto con Ilan.

Mizu: Parece que solo somos tú y yo, mi amor —le guiña el ojo mientras caminan.

Rai: Claro, bebé. Pero no seré el pasivo, te quedó claro —lo señala con el dedo.

Mizu: Jajajajajaja —se ríe estilo foca retrasada.

Caminan tratando de encontrar algo fuera de lo normal, pero no hay nada. Entran a una tienda de ropa, compran y se cambian.

Rai: Mario nos vistió como los tipos de Animal Planet, esa rata lo hace intencionalmente.

Mizu: Así es. Pero bueno, no tenemos nada. ¿Qué harán los otros dos?

Rai iba a hablar pero Mizu lo agarra para esconderlo en un callejón.

Rai: Si querías quedarte a solas me lo hubieras pedido, papi —le dice pícaramente.

Mizu: Luego jugamos, Rai. Mira el aura de esa mujer —señala un café, Rai observa que la mujer desprende un aura negra pero no saben quién es —¿Será Eriru?

Rai: Ni idea, pero podemos seguirla —le dice viéndolo. Cuando ven al frente la mujer se había ido —Maldición, era un demonio, eso es seguro. Son los únicos que tienen esa aura tétrica —Su celular suena, ve que es una videollamada de Nasim y atiende —¿Tienen algo? —pregunta.

Nasim: Algo así. Estamos en un callejón, pero no sé cómo carajos decirte para llegar, ya que no conozco ésta ciudad. Cuando pasamos por acá nuestras gemas brillaron demasiado.

Rai: Vayan a un sitio privado y lancen ataques hasta el cielo para encontrarlos. Iremos por los tejados —Nasim asiente y cuelga la llamada.

Sube al techo de un edificio, observan a todos lados hasta que ven una luz verde que viene de otro tejado, saltan varios edificios con una alta velocidad hasta que llegan con sus hermanos. Ilan deja de brillar.

Nasim: Qué eficiencia la tuya.

Mizu: Veo que también se cambiaron de ropa —hace su observación.

Nasim: Mario nos vistió como Wild Frank de animal planet, así que nos pusimos un look más a nuestro estilo —responde en tono gracioso.

Todos se ríen. Los chicos hablan sobre la misteriosa mujer que vieron y analizan la situación para proceder.

Ilan: En unos libros leí que las brujas oscuras podían desprender un aura igual de tétrica o negra que los demonios —da su opinión.

Rai: Tienes razón, enano. Tal vez hay más criaturas sobrenaturales viviendo aquí.

Nasim: Es cierto, y no hay que descartar que pueden haber más criaturas de esas trabajando con Duncan, aparte de demonios.

Mizu: En fin, ¿dónde brillaron sus gemas? —pregunta.

Ilan: Allá en la puerta que está al final de ese callejón —señala una puerta algo vieja que está al fondo de un sucio callejón —Apenas en la esquina la luz fue intensa.

Rai: ¡Vamos!

Bajan al callejón caminando hacia la puerta, abren y ven unas escaleras, bajan hasta llegar al fondo y ven que hay una barra, mesas, música, gente bailando y tomando, en el centro ven un ring de boxeo. Impresionados, no ven nada fuera de lo común. Echan un vistazo por todos lados, sus gemas empiezan a brillar, tratan de concentrar su energía para no llamar mucho la atención, se sientan en una mesa, piden tres cervezas y un refresco y comienzan a beber.

Rai: En este sitio hay personas de todo tipo, ¿creen que nuestro hermano sea un convicto?

Mizu: ¿O un capo que prostituya y haga trata de personas?

Nasim: Dejen sus conclusiones locas de películas, debe haber una explicación a todo esto —En eso, cuatro muchachos de unos 21 años se acercan a su mesa.

Xxx: Vaya carne fresca anda por acá. ¿Qué tal, muñeco? Soy Daniel, ¿no quieres acompañarme a tomar un trago? —le dice a Ilan, éste voltea la mirada y los demás se ponen serios.

Ilan: No bebo alcohol, gracias —dice de forma dura pero educada.

Daniel: Vamos, pequeño, no seas odioso. Esa linda carita debe verse mejor sonriendo —pasa su brazo por el hombro del pequeño e intenta besarlo, Ilan trata de quitarlo pero no puede, el chico tiene una fuerza enorme —Deja este kinder, ven conmigo y mis amigos.

Mizu: Te juro que si no quitas las manos de encima a mi hermanito te las arranco, maldito —se levanta junto a Rai y Nasim.

Daniel: Calma, chicos, no sabía que eran hermanos. Solo quiero invitarle un trago —dice calmado.

Rai: No bebe alcohol, ¿no escuchaste? Déjalo o no respondo —habla fuerte.

Daniel: Que él lo decida, ¿no? —sus ojos se ponen amarillos. Los chicos captan que es un licántropo, por eso Ilan no puede quitarse su brazo ya que tiene una gran fuerza.

Ilan: Déjame, ya te dije que no bebo licor —se libera, pero éste lo toma de la muñeca apretándola —Ouch, suéltame. Me estás lastimando.

Xxx: Ey, Salas, te dijo que lo sueltes. No soportas que te rechacen —aparece un chico moreno, alto y fuerte.

Daniel: Cállate, Lance, no es tu asunto. Piérdete —habla enojado.

Lance: Que lo dejes, ¿o quieres meterte en problemas?

Daniel: Que me hayas ganado la última pelea no quiere decir que no pueda darte una paliza —deja a Ilan y se levanta —Nos vemos, chiquito —le acaricia la cara y se marcha.

Nasim: Ilan, pequeño, calma. Ya pasó —le habla tranquilo. Si se altera puede hacer que salgan raíces del suelo.

Ilan: Me quería violar, ese tipo me da asco. Además de que tenía una enorme fuerza por obvias razones —dice calmándose.

Lance: Él es así. Creé que puede tener a todo el que se le antoje a sus pies, un desprecio de persona —se sienta con ellos, pone su chaqueta en la silla y ven que tiene un brazalete con una gema marrón en él.

Rai: Oye. Lance, ¿verdad? —asiente —Gracias por salvar a Ilan pero, ¿puedes decirnos donde obtuviste... —lo interrumpe.

Lance: No hablo de mis cosas con desconocidos —dice de forma grosera. Se levanta y se va.

Mizu: ¿Quién se cree! Hay que seguirlo —todos se ven las caras, asienten y lo siguen.

Lance camina hacia las afueras de la ciudad donde hay una casa un poco antigua, pero a la vez modernizada. Los chicos se esconden en el jardín y ven que Lance saluda a una mujer unos años mayor que él, le entrega dinero, luego carga a un bebé de más o menos un año y empieza a jugar con él, se ve que disfruta hacerlo. En eso ven que la figura de una mujer se acerca a la casa, toca a la puerta, la muchacha sale y la extraña mujer la atrapa en el aire, la chica grita. Lance sale, ésta mujer vuela sobre él y por una ventana sale el niño que es atrapado por una especie de jaula oscura.

¿Qué harán nuestros héroes ante éste nuevo ataque? ¿Podrán vencer?

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