Capítulo 42: Cara a Cara (Gran Final)
Bosque en Filadelfia (Pensilvania, EE. UU.).
Mizu: Antes de matarte quiero que nos digas cuál es tu rencor hacia nosotros y los humanos — le exige con fuerza.
Duncan: Juju —da una leve risa —No pueden vivir sin saber por qué su principal enemigo los detesta; lo que pongo en duda es que me maten, ustedes son solo unas hormigas frente a mí — dice mientras los detalla a cada uno.
Nasim: ¡Habla ahora! —le lanza una cuchilla de aire a la cara, Duncan no hace ni el mínimo esfuerzo por moverse, la máscara se rompe dejando ver a un hombre de unos 30 años, piel blanca, cabello negro intenso, ojos azules; Duncan parece prácticamente un vampiro de no ser por su aura.
Duncan: Bueno, ahora sí que estamos cara a cara podemos hablar —ve a Ilan a la cara, este no se intimida a pesar de todo, Nasim se pone delante de él, observa que el aura del menor es totalmente verde, frunce el ceño —Posees un aura normal, ¿qué clase de broma es ésta?
Eidan: ¡Déjalo en paz! ¡Habla de una maldita vez! —le dice demandante.
Duncan: Bien, se lo han ganado por haber salido con vida de todos mis ataques —desaparece poniéndose delante de todos —Descuiden, no me iré.
Rai: Habla, ¡deja los malditos rodeos! —le dice cargando energía.
Duncan: Hace más de 4 mil años las criaturas mágicas y los humanos vivían en una perfecta armonía, muchos creían en ésta causa así como otros no. Eliade, una gran elementary pura se enamoró de un Dios de la luz, Avneet, resultaron ser parejas destinadas, apoyando juntos la causa de los humanos y sobrenaturales. Tuvieron una hija que fue criada con la misma convicción de tener que proteger a los humanos, junto a esas tonterías —rueda los ojos —Esa hija era su maldita madre —los chicos se molestan —Qué, ¿les duele? Jaja, pues sépanlo, Elaine era hija de esos idiotas que pensaban que lo humanos eran unos santos para tenerlos en un altar; tanto su madre como sus abuelos apoyaron esa causa.
Lance: ¡¡No hables de ellos o te corto la lengua!! —le grita.
Duncan: Qué miedo —le molesta —Mientras ellos apoyaban esa causa un gran demonio junto a una bruja oscura, que eran parejas destinadas, estaban haciendo un pacto con un humano, por lo cual los padres de Elaine junto a la raza elementary los detuvieron para salvar al humano, desterrando a esos dos de la tierra. Más tarde, esas criaturas se situaron en un pantano con conjuros de protección, se entregaron el uno al otro y de esa unión, fusión o mezcla de energía oscura que ambos tenían nació el grande y poderoso Duncan. De verdad que no tienen idea de cuánta energía maligna se necesitó para mi creación, ese día prácticamente el diablo volvió a nacer.
Ilan: Lo que hacían era malo, engañaban a los humanos que estaban desesperados para luego envenenar su alma, matándolos de la peor manera. ¿¿Crees que después de todas esas trampas no bastaba con su expulsión?? —le habla algo enojado.
Duncan: Esa es otra historia. Hablas igual a la maldita de tu madre —lo ve a la cara— Aquella joven creció convirtiéndose en una bella mujer que podía dominar seis elementos naturales, un rango increíble, no todo elementary puede hacerlo. Siguió con los mismos ideales de sus padres, su gran sueño era que los humanos junto con los sobrenaturales vivieran sin problema y el resultado por tener una visión tan pobre de la vida la llevó a la muerte —aumenta su aura, los chicos se ponen en defensa, mientras, Duncan crea imágenes de hace mucho —Mis estimados elegidos, por ahí deben tener recuerdos de lo que vivieron en sus vidas pasadas —les muestra el pasado.
En la imagen aparece Duncan tomando la forma de un humano común (Abel) atacando a un vampiro (Aaron), lanzándole flechas, el vampiro lo esquiva y ve al humano a los ojos, sorprendido.
Aaron: Aabeell, ¡¿poor quééé?! —le habla entrecortado.
Abel (Duncan): Muérete, monstruo. Nunca te quise —éste le lanza más flechas, el vampiro no se mueve, una flecha le atraviesa el cuello matándolo.
Luego, Duncan toma la forma del mismo vampiro que acaba de asesinar. Ve que el verdadero Abel está esperando a alguien en un lago, corre a hacia él desgarrando su espalda y hombro derecho, el chico cae al suelo temblando, ve al vampiro y empieza llorar.
Abel: Aaron, ¿por qué lo hiciste? Tú y yo nos amamos, recuerdalo —el vampiro le rompe la muñeca —Aaah, aah —se queja de dolor.
Aaron (Duncan): Tonto, no tenía pensado estar contigo; ¿de verdad lo creiste? Eres un iluso, me iré al pueblo a matar a todos para quedarme con los tesoros mágicos —el joven muere desangrado pensando que lo habían traicionado.
Otra imagen se ve donde los humanos y sobrenaturales están en guerra, matándose unos con otros; la batalla se ve horrible, hay muchos muertos y heridos, Duncan observa todo desde las sombras sonriendo de forma sádica, ésta termina y ahora se ven a la raza elementary y aliados pelear contra demonios, luego se ve a Duncan y Elaine peleando, se ven parejos, es una gran batalla entre la Luz y la Oscuridad.
Elaine: Deja a ese chico en paz, Duncan —le dice.
Duncan: Su vida a cambio de los tesoros. Tienes más que perder —ella lo ve mal, hace aparecer seis esferas con extraños símbolos —Muy bien —llega hasta ella, ve que baja la guardia, la toma del cuello y atraviesa su pecho con su guadaña, luego la lanza a volar —Al fin, son míos, y en cuanto a ti, te mataré —en eso siente un aura de luz que lo sega, voltea viendo a Elaine de pie —¡¿Cómo es posible?!
Elaine: Duncan, no me subestimes. Creí que podíamos hacer las paces, pero veo que no —crea una lanza la cual va directo a él, rodeada de luz y junto con los elementos de la electricidad, viento, hierba, agua, tierra y fuego, Duncan contraataca pero la luz acaba con la oscuridad y la lanza lo atraviesa —Duncan, quedas extinguido y expulsado al otro lado —dice cinco veces, los elementos se apoderan de su cuerpo, desapareciéndolo, Elaine cae temblando al suelo.
Cederic: Diosa Elaine, párese, hemos ganado. Usted puede —aparece junto a los demás guardianes —Le ayudo —ésta niega llorando.
Elaine: No, mis niños. Ya es tarde para mí —eleva su aura de la cual salen siete luces: blanca, amarilla, gris, verde, azúl, marrón y naranja. La blanca se divide en seis fusionándose con las de colores, éstas se juntan creando la plaqueta de piedra y las seis gemas, luego las luces desparecen en el cielo —Cederic, Mario, Kiara, Niall, no pude derrotar a Duncan del todo, el sello durará 250 años, tomen ésta placa junto con las joyas, deben escorderla en el santuario. Mi alma resucitará unos años antes de que el sello se rompa, los chicos que tengan éstas gemas serán los elegidos que le harán frente a Duncan, yo confió en ellos, ustedes también deben hacerlo, por favor; la tierra debe estar a salvo y por ahora es mejor que los humanos no tengan contacto con nosotros. En cuanto a esas esferas, hablen con los clanes y escóndanlas; por ningún motivo Duncan debe contaminarlas con su oscuridad, no deben llegar a sus manos o a las de otros seres malignos... Ummmn —cierra sus ojos y cae al suelo, Niall la atrapa, todos lloran de tristeza.
Mario: ¡¡¡Noooo. Mamá, despierta, levántate!!! —llora tomándole la mano.
El recuerdo se acaba, los chicos están llorando por lo que han visto, Duncan sonríe de forma malvada.
Rai: ¡¡Eres un maldito!! —le lanza un rayo, Duncan lo esquiva como si nada —Tú fuiste quien los engañó e hiciste que se mataran el uno a otro para crear una sangrienta guerra.
Duncan: Entonces, tantos valores: confianza, amor, respeto, ¿podían deshacerse con facilidad? —alza una ceja —Aquella rabia que sintieron a ser traicionados y querer matarse es la verdad pura, la triste realidad de ambos mundos; yo solo puse la espina, ellos decidieron cortarse.
Nasim: Cómo puedes hablar así, ¿que no tienes corazón? —le pregunta con rabia.
Duncan: Ja, no me harás llorar, niño. Elaine tampoco se percató de eso, si me hubiera entregado los tesoros y unirse a mí no habría muerto, estaría con vida aún. Pero la muy egoísta pensó fue en mantenerse viva para que la vieran como la gran maravilla del mundo, a pesar de ver la verdad de las tinieblas decidió quedarse con un sueño mediocre —sube su aura.
Mizu: ¿Qué es esto? Todo está en llamas rojas y negras —ven que están en una especie de visión donde se ve a Duncan con las seis esferas.
Duncan: Qué mujer tan tonta, los tesoros mágicos son más hermosos cuando se encuentran envueltos por la maldad y la oscuridad —ven como las esferas son contaminadas con energía negativa causando una gran explosión. Vuelven al bosque. Los chicos están molestos, su poder se está saliendo de control —Ooh, les di en el alma. Ver la muerte de su mamá les dolió, lo lamento —se burla de ellos.
Cederic: Muchachos, están... —no termina porque ve a Duncan —¡No puede ser! ¿Duncan? —lo ve sorprendido.
Duncan: El sabio Cederic, un placer verte —lo ve a la cara —¿Quién falta? El rubio estratega, la dulce castaña o el chico fresa. No, déjame ver... un vampiro, una bruja, un lobo, una hada y un ángel.
Rai: ¡Duncan! —voltea, se sorprende de que el aura de los chicos haya subido tanto —Te mandaremos al infierno de donde nunca debiste haber salido.
Corren hacia él. Rai carga su garra e intenta darle, Duncan es muy veloz y rechaza su ataque mandándolo a volar; Eidan lo enfrenta con su puño de fuego, éste impacta contra la mano de Duncan manteniendo su ataque; por su parte Mizu le lanza su dragón, pero Duncan crea una onda de oscuridad que neutraliza los dos ataques; Lance sale debajo de la tierra y activa su bomba de fango, Duncan lo patea lanzándolo hacia otro lado; Nasim lanza su guadaya explosiva, Duncan la toma entre sus manos, se medio eleva con el impacto; Ilan lanza sus hojas mágicas al aire, Duncan se cubre, luego el menor forma sus botas y salta dándole una patada, sin embargo, el demonio la detiene dándole un golpe que lo envía al suelo. Duncan cae de pie y ve que sus manos y brazos tienen marcas de purificación debido a los ataques de Ilan, frunce el ceño.
Duncan: No sé qué clase de ser eres, pero lo descubriré —siente que los guardianes y los demás aliados vienen en camino —Bueno, un placer conocerlos. Nos seguiremos viendo.
Mizu: No te vas a escapar, maldito. Ésta nos la pagas —los seis corren hacia él, éste rodea su cuerpo con una esfera roja y negra, hace que explote lanzando a los elegidos lejos.
Duncan: Por favor, ¿creen que por haber derrotado a criaturas tan débiles me podrán vencer? No saben de lo que soy capaz. Nos estamos viendo —sube su aura, un humo de color rojo y negro cubre su cuerpo, desapareciendo.
Lance: Nooo, ese maldito escapó —golpea el suelo creando un sismo.
Los elementos de los chicos se salen de control por la rabia, creando varias catástrofes.
Cederic: Ya cálmense, van a destruir la ciudad —los reprende, en eso llegan los demás —¿Ya está todo resuelto? —asienten.
Ronald: No hay rastros de criaturas oscuras en el bosque, solo falta que Ilan lo vuelva a la vida.
Nahiara: Sentimos la presencia de Duncan, pero cuando queríamos venir más demonios aparecían bloqueándonos el camino. ¿Están bien? —le pregunta a Cederic, ya que los muchachos están frustrados y molestos.
Cederic: Sí, y resucitó con más fuerza que la última vez. Vamos a llevarlos al santuario.
Noel: ¿Qué se hará ahora? Ese demonio no se detendrá —pregunta.
Paoly: Supongo que esperar el próximo movimiento —asienten todos.
Todos van hacia los chicos que están enojados, les dan ánimo de que sigan adelante, ellos entienden, se levantan, Ilan le devuelve toda la vida a las plantas del bosque volviéndolo al lugar hermoso que era antes. Van al santuario, se bañan, descansan, hablan de lo que pasó con Duncan y luego se van a dormir dejando a los guardianes en la sala.
Niall: ¿Qué habrá pensado Duncan en enfrentarse a los chicos? Él casi nunca aparece así —analiza.
Mario: Hay que estar atentos. ¿No se han dado cuenta? Los gemelos también resucitaron hace días, se siente su aura en éste mundo —les dice.
Kiara: Sí, Mirco y Milo fueron despertados, quiere decir que en cualquier momento esos seres sanguinarios también serán despertados de su letargo —opina.
Cederic: Tienes razón, Duncan viene con todo; hay que ponerles un gran entrenamiento a los chicos, lo que se viene no es nada comparado con lo que se han enfrentado.
Mientras, en el Desierto de Tabernas (Almería, España), Duncan junto a los gemelos aparecen frente a algo como un altar viejo que posee la puerta cerrada.
Mirco: ¿Estás seguro? —le pregunta con algo de duda —¿Despertarlos ahora no es muy apresurado? Ellos sí son capaces de matarlos y hasta donde tengo entendido tu querías probar a esos niños —le recuerda.
Milo: Mejor, qué te parece si ellos sí son capaces de matarlos de la forma más sádica que conozco, sería muy entretenido verlo —opina con sadismo.
Duncan: Ambos tienen razón, pero recuerden que de lo que no me puedo quejar de ellos es que me obedecen al pie de la letra y saben que soy capaz de castigarlos si no lo hacen —pone la mano en la puerta, sube su aura rompiéndola en varios pedazos.
Entran al altar, ven que todo está viejo, lleno de polvo, de ratas, arañas, entre otras cosas.
Mirco: Ver éste lugar así es lo que hace darme cuenta de que el tiempo que estamos sellados pasa como una eternidad —dice observando el lugar.
Milo: Por eso quiero matar a esos niños para hacerlos pagar por el tiempo perdido —habla molesto.
Duncan: Aquí está. Observen —los gemelos ponen su vista en una gran caja de piedra caliza que está sobre una mesa de concreto, parece un ataúd —Bueno, ya es hora —hace aparecer su guadaña en su brazo, aumenta su aura concentrando gran parte en la cuchilla.
Milo: ¿Tan fuerte es ese sello? —Duncan asiente.
Duncan: No para mí. Ya es hora de que se abra la tercera caja de pandora —agita la guadaña, clava la punta sobre el ataúd de piedra caliza, aumenta su poder cortándolo poco a poco hasta que lo divide por la mitad, un aura morado oscuro, casi negro, sale de él, Duncan sonríe —Levántense, mis fieles guerreros. Salgan de su letargo para que eliminen a mis enemigos —la luz se vuelve intensa, se divide en siete tomando forma de siluetas humanas —¡Un placer verlos! Ha pasado tanto tiempo.
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