Capítulo 34: Rayo de Aurora
Ciudad de Toronto, Canadá.
Maylin: Mi niño, qué grande estás. Eres lo único que me queda de mi hermana —acaricia su cabeza —Un gusto, chicos. Bienvenidos, ya les mandé a preparar sus cuartos —voltean y ven que llega otro chico de unos 18 años, cabello negro, piel blanca, alto, de contextura fuerte y ojos marrones —Andrés, ¿preparaste los cuartos? —asiente, viendo directamente a Ilan con un brillo en sus ojos y yendo hacia él —¡Oh, no! No otra vez.
Andrés: Mucho gusto, Andrés Scott. Pensé que las esmeraldas más hermosas solo nacían de la tierra, pero el brillo de las que tienen tus ojos es lo más bello que he visto —le toma la mano y la besa, luego le acaricia la mejilla, el menor se pone rojo y baja la mirada muy nervioso, los chicos se enfadan poniéndose delante.
Rai: Qué amable eres, pero no lo vuelvas a tocar así o te frío las últimas neuronas que te quedan —amenaza, cargando electricidad en su mano.
Mizu: Correcto, mi pana. Al chaparro no te le acerques porque no respondo —le dice enfadado.
Ronald: Disculpen al don Juan de mi primo; Andrés no puede ver carne fresca que no se le tire encima —lo ve mal y éste baja la mirada —No lo volverá hacer, con esas caras yo no lo haría.
Ribaldo: Vaya, Mizu, tienes ese hermano menor para proteger que tanto deseabas —éste asiente—. Y tú comportate, porque si uno de estos chicos te hace algo no pienso intervenir —le advierte a Andrés.
Andrés: Disculpen, me pasé un poco, solo que es muy hermoso y tiene un aura que irradia bondad que te hace querer acercarte a él —dice frotando su nuca —Aunque si me das chance juro que dejo de ser un gigoló y me enserio contigo —le dice, los chicos aprietan los puños.
Ilan: Gracias, pero no, no estoy buscando pareja en estos momentos —le dice detrás de la espalda de Nasim —Podemos ser amigos —éste baja la mirada.
Maylin: Ya, Andrés, no te pongas así, no eres correspondido —se acerca a Ilan —Aunque te entiendo, con esa linda cara cualquiera cae —le aprieta los cachetes, el menor se sonroja.
Ronald: ¿Qué les parece si vamos al cuarto de juegos? —asienten —Tengo algo que hablar con ustedes —van hacia el cuarto y se sientan —Hablemos sin pelos en la lengua, ¿Duncan me quiere muerto verdad? —asienten todos —¿Por qué?, ¿en qué le afecto?
Nasim: Tu padre nos dijo que estabas en un alianza con otras criaturas, ¿por casualidad dos de ellos no son Cristhofer Báthory y Paoly Osborne? —le pregunta y éste le responde que sí —Bueno, ellos fueron atacados por Duncan, los ayudamos y se unieron a nosotros para poder derrotarlo —le explica —¿En qué consistía la alianza?
Ronald: Fortalecer los vínculos entre razas, que ya no hubiera una guerra, sin necesidad que nos pudiéramos llevar bien, por eso nos unimos cuatro de los clanes más poderosos para lograrlo, pero hace más de dos meses fuimos atacados por demonios y demás bestias —les explica —Al menos sé que dos están bien, pero había un chico que era un Ángel que estaba dispuesto a ayudar tambien, pero desapareció sin dejar rastro, temo que quizás lo mataron.
Se sienten presencias demoníacas fuera de la mansión.
Lance: Creo que vienen por más, hay que salir. Ronald, protege aquí adentro, por favor, ya has perdido mucho —éste se queda como en blanco —Luego hablamos —corren hacia afuera de la mansión.
En eso detrás de Ronald se abre un portal, éste voltea quedándose sorprendido.
Ronald: ¡No lo puedo creer! ¿Cómo supieron que estába aquí? —pregunta sorprendido.
Fuera de la mansión.
Eriru: No puede ser, ustedes otra vez. Entrometidos —se queja.
Eidan: Para tu desgracia, sí. ¿Qué mierda quieres ahora? —frente a ellos aparecen perros infernales, vampiros y demonios.
Eriru: ¡¡Mátenlos!! —les ordena, todas las criaturas van haciendo ellos.
Los muchachos se mueven ágilmente contra las criaturas acabando con las que pueden, pero salen más y más por todos lados, los chicos se defienden como pueden. Eidan creó una pared de fuego frente a la casa para que no pasen, pelean como pueden pero ya se ven agotados, tienen rasguños y leves golpes, mientras siguen rodeados.
Eriru: ¿Qué les pasa?, ¿se cansaron? Qué lástima, tengo amigos que quieren jugar —aparecen seis wendigos —Ahora, mis amigos, ¡mátenlos! —les ordena. Los chicos se defienden como pueden.
En eso los perros son congelados; salen tres lobos grandes, dos machos y una hembra, a enfrentarse contra los perros.
Eriru: ¿Dónde está el que busco? —pregunta viendo a los lobos que pelean de forma impresionante derrotando a los perros —¡Maldición! Tendré que matarlos.
Rai: En tu otra vida —saca su garra eléctrica, la demonio se defiende con un escudo oscuro —¡¡Infeliz!!
Eriru: ¡¡No me detendrás!! —empiezan a pelear entre ellos mientras los chicos pelean con las demás criaturas sobrenaturales.
Mizu: Esto es un suicidio; aún con mis tíos ayudándonos estamos en apuros, éstas cosas están por doquier —pelean lo más que pueden, pero están algo cansados —¿Dónde está mi primo? No está peleando, su lobo no es ninguno de esos.
Ronald: Perdonen la tardanza, pero es que estaba recordando viejos tiempos.
Por encima del fuego saltan tres figuras, los chicos ven que junto con Ronald aparecen Cristhofer y Paoly. No pueden creer que hayan venido a ayudarles.
Ronald: Ahora sí. Vamos con todo —corren hacia los enemigos.
Cristhofer: 'Impacto estéreo' —salta concentrando una gran onda sónica es su mano, la lanza hacia abajo en forma de rayo y ésta impacta al suelo destruyendo a los demonios.
Paoly: 'La maldición de la reina' —sus ojos se ponen morados, de estos sale un rayo del mismo color que acaba con los vampiros.
Ronald: Nunca me agradaron estos pulgosos —se pone frente a los perros —'Rayo de aurora' —su cuerpo es rodeado por los colores de la aurora, estos se van a su frente y de ésta sale un rayo adornado con los mismos colores llevándose a los perros y eliminándolos como si nada —Acaben con los wendigos —les dice a los chicos.
Los chicos suben sus auras creando una espiral de luz, de ésta salen destellos de los colores de sus elementos metiéndose en sus cuerpos, dándoles nuevo ataques.
Eidan: Muy bien, a entrar en calor. 'Erupción volcánica' —el fuego se apodera de su cuerpo creando como una especie de volcán, éste explota disparando la energía hasta un wendigo que no le da tiempo de reaccionar, es consumido por las llamas, despareciendo.
Lance: 'Bomba de fango' —salta alto haciendo una voltereta en el aire, formando una esfera de fango que sale disparada a una gran velocidad dándole a un wendigo y creando una explosión de tierra. Lance sale una vez que la explosión termina.
Mizu: Mi turno. 'Espejismo de cristal' —grandes gotas de agua se forman a su alrededor convirtiéndose en cristales filosos, los arroja hacia un wendigo cortando su cuerpo hasta que muere debido a tantos cristales que se inscrustan en él.
Nasim: 'Guadaya explosiva' —se eleva con ayuda del viento, lanza una patada de la cual sale una gran ráfaga de viento gris que forma un remolino atrapando al wendigo, causando una explosión de aire que lo deja sin vida.
Ilan: 'Hoja mágica' —cruza sus brazos a la altura de su pecho, gira como si estuviera bailando ballet a una velocidad increíble, de ese giro salen hojas de energía verde encerradas en esferas lilas y doradas impactando con el wendigo, purificándolo por completo.
Rai: Me toca. 'Impacto de centella' —el cuerpo de Rai brilla con luz amarilla, una esfera va creciendo hasta cubrir su cuerpo, de aquí sale un gran rayo grueso y luminoso con gran poder derribando al wendigo y dejándolo totalmente electrocutado, muriendo al instante.
Eidan: ¡Lo hicimos! —unen sus puños —Ahora sigues tú —ven a Eriru.
Eriru: Aah, me largo, pero regresaré. No crean que han ganado, malditos niños —desaparece en medio de un humo oscuro.
Ribaldo: Impresionante, muchachos. Gracias por su ayuda, son dignos de ser los elementary.
Maylin: Sí, chicos, muchas gracias por salvar la ciudad de éstas bestias —asienten.
Mizu: Tíos, tengo algo que proponerles a todos —ellos los ven —Verán, Duncan ya le puso el ojo a Ronald, lo seguirá atacando a donde quiera que vaya. Ustedes pueden irse a donde está su manada en Europa, pero mi primo debe venir con nosotros al santuario para ayudarnos a enfrentarlo —ellos se ven pensando seriamente lo que dice su sobrino.
Ronald: Iré —sus padres lo ven —Papá, mamá. Vean, Mizu tiene razón, si me voy con ellos podré ayudarlos y poner a salvo la manada en Europa. Además, Duncan me arrebató lo que más quería y esa me la pienso cobrar —ellos asienten, una vez esto las gemas de los chicos brillan y en el tobillo de Ronald aparece una tobillera dorada con una gema color añil, sus padres sonríen, se despiden de los chicos, Paoly abre un portal para dejarlos en la manada en Europa.
Andrés: Un momento —todos lo ven, éste corre hacia Ilan dándole un beso en la mejilla —Te esperaré, adiós —entra al portal, Ilan se sonroja, sus tíos ruedan los ojos y los chicos se molestan.
Mizu: ¡Ahora si lo mato! —Ronald lo frena y el portal se cierra —Déjame, traidor —le reclama.
Ronald: Vamos, bro. Deja lo de hermano mayor celoso. Andrés solo es un picaflor —le dice —No lo volveremos a ver, creo —ve que los demás están molestos igual, menos Cristhofer y Paoly que disimulan la risa —Bueno, vámonos. El tiempo es oro —abren un portal que los lleva al santuario.
Xxx: No puedo creerlo. Los elegidos son cada vez más fuertes y adquieren aliados poderosos. Duncan la tendrá difícil, esto se pone cada vez más divertido —el misterioso espía desaparece en la oscuridad, aún sigue a nuestros héroes de cerca.
Castillo de Duncan (Sitio desconocido).
Eriru: Perdóneme, Señor. Le prometo que no vuelvo a fallar —dice haciendo reverencia.
Duncan: Tienes suerte de que aprendí a controlar mi instinto asesino porque de no ser así ya te hubiera arrancado la cabeza —le dice con voz gruesa tomando una copa de vino —¡¿Cómo es posible que seis niños te hayan derrotado a ti con un ejército entero?! Además de dejar vivo al hijo de Scott, pensé que lo había matado o al menos la depresión por la muerte de su pareja lo haría en segunda opción, resultó ser más fuerte de lo que esperaba.
Toro: Señor, le tengo noticias. Espósito cayó en la trampa —aparece frente al trono arrodillado —Al parecer se escapó para que no ataquemos el reino.
Duncan: Interesante. Llegó la hora de cortarle las alas a la mariposa, y también apagar el brillo sagrado de la luna —sonríe de manera malvada—, así como se las corté a un pájaro hace más de un mes. Vayan y no fallen, llévense a los troles. Y no se confíen esa mujer no es un oponente fácil — les advierte.
Los dos: Entendido, mi señor —desaparecen al mismo tiempo.
Duncan: No puedo creer que estos mocosos tengan tanto poder, son más jóvenes y más expertos que los de las generaciones pasadas —ve hacia la ventana —Creo que ya será hora de que los conozca en persona —termina de tomar la copa de vino y abandona la sala del trono.
Duncan posee otro blanco ¿Quien sera la mujer a la que piensa sacar del camino?
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