Capítulo 7: Entre las estrellas brillantes.

Desierto de Kavir, Meseta Iraní - Asia Occidental, Irán.

Los chicos están algo heridos, por lo que se van levantando poco a poco. Ven que están todos fuera de la cueva, menos Lance.

Mizu: ¡Oh, no! ¡El negro está adentro! -va alterado hacia cueva y comienza a disparar agua hacia las rocas-. Debemos ayudarlo -todos van con él, pero Ilan se percata de algo.

Ilan: ¡¡Manuel, eso es una quemadura!! -ve la marca en el cuello del chico muy alarmado-. ¿Es la misma herida que te causó Duncan? -el chico iba a responder cuando de repente es atrapado por una rama seca-. ¡¡Nooo!! -todos voltean viendo a Duncan de nuevo.

Nasim: ¡Duncan, suéltalo! Jugaste con sus sentimientos y lo confundiste para que la oscuridad atrapara su corazón, ¿no es suficiente para ti? -lo ve molesto.

Duncan: ¿Matarlo? La verdad pensé que me conocían del todo -sonríe malicioso-. Este intento de ángel aún posee pequeñas toxinas del veneno Marin en su cuerpo, y debido a que no guardó el reposo absoluto su cuerpo se está pudriendo por dentro -les aclara-. Lo que quiere decir que su dolor y agonía será más lenta, si lo mato sería quitarme la satisfacción de verlo sufrir. Además, ya uno está enterrado, y ahora es hora de eliminarlos a ustedes.

Eidan: ¡Colmillo de fuego! -sus grandes colmillos van hacia Duncan, este solo crea un escudo que repele el ataque-. ¡Rayos! -el demonio saca grandes alas y vuela hacia ellos lanzando rayos rojos-. ¡Cuidado! -lo esquivan como pueden.

Nasim: ¡Ataque aéreo! -se multiplica para volar rápidamente hacia Duncan; el demonio vuela hacia arriba y, cuando ve que el elegido esta cerca, hace explotar una onda de energía que lo golpea haciendo que caiga al suelo.

Ilan: ¡Hoja mágica! -dispara su ataque, Duncan lo esquiva ágilmente y le dispara una brisa helada que lo hace retroceder-. ¡Auch! Por favor, ayúdanos -comienza a hablar por medio de su gema; Duncan va hacia él, pero Eidan lo salva del golpe.

Rai: ¡Impacto de centella!

Mizu: ¡Dragón de agua!

Ambos elegidos envían sus ataques hacia el enemigo, pero Duncan crea un escudo que absobe el ataque y luego se los devuelve haciendo que los dos caigan al suelo. Luego el demonio sube al lado de Manuel, el cual no puede hacer nada.

Duncan: ¿Qué tal el panorama? -se burla-. Si no te entretiene, con gusto te daré más acción -el chico intenta liberarse, pero es imposible-. Tú estás muerto, tonto; eso solo hará que vivas menos -el chico ve a Ilan y le hace una señal con los ojos, el menor entiende.

Ilan: ¡Flecha de la lira! -dispara hacia Manuel, Duncan hace que una rama la atrape-. ¿Qué?

Manuel aumenta su poder para que se una con el de Ilan, logrando que la fecha se convierta en un rayo de energía que golpea al demonio directamente, y este queda impresionado ante tal ataque.

Duncan: ¡Maldito! -hace que a las ramas le salgan espinas y se claven en los brazos del chico, este grita de dolor.

Rai: ¡No, Manuel! -ve que cómo sus brazos comienzan a sangrar-. Hay que separarlo de Duncan.

Duncan: Manuel, vas morir en los brazos de tu más odiado enemigo. La verdad pensé que eras de los míos, pero resultaste ser una basura -se burla y el chico lo ve sonriendo.

Manuel: Recuerda que soy un ángel -la sangre del chico quema las ramas haciendo que estas lo suelten y sea liberado, Nasim vuela para atraparlo antes que caiga al suelo.

Duncan: Me las pagarás. ¡Aaah! -siente que sus muñecas queman-. Los tesoros están reaccionando a su energía -piensa. En eso, el suelo se rompe y alguien aparece frente a él-. ¿Tú?

Lance: ¡Adiós! -aprovecha que el demonio no se puede mover bien y le da un gran puñetazo en la cara que lo hace estrellarse contra la montaña-. Se lo tenía bien merecido. Perdonen lo tarde, pero me costó un poco salir -llega a donde están sus hermanos y ven preocupados al ángel.

Ilan: Manuel, no debiste venir; tu herida se abrió porque no guardaste el reposo necesario -comienza a curar las heridas de las espinas-. Debemos irnos.

Duncan: Ni en sueños -dispara una gran esfera de energía hacia ellos, Lance crea un gran muro de roca, pero este es destruido fácilmente; todos salen volando y rebotando por el suelo a una gran distancia-. Ya les dije, ustedes morirán aquí, los siete serán mis primeras víctimas de esta era.

Mizu: Vete a la mierda, si me vas a matar no será huyendo -corre hacia él, al igual que los demás, pero Manuel detiene a Ilan.

Manuel: Por favor, Ilan, ayúdame. Te necesito para salir de esta -el menor asiente y comienza a subir su aura haciendo lo que su primo le dice.

Lance golpea el suelo creando grandes fisuras. Duncan vuela, pero es golpeado por un tornado creado por Nasim; el demonio, con su poder, hace que el tornado explote, y se libera. Eidan, Mizu y Rai le disparan al mismo tiempo sus ataques, dándole un golpe directo que causa una explosión, la cual hace que Duncan caiga al suelo. Van hacia él rápidamente; sin embargo, Duncan se levanta y crea unas descargas que los impactan con tanta fuerza que los hacen retroceder.

Duncan: Jajaja, ¿acaso saben con quién están tratando? No soy esas criaturas ordinarias que han enfrentado... -siente algo, voltea hacia donde están Ilan y Manuel-. ¡Maldito! -dispara un gran espiral de energía que golpea al menor, alejándolo del ángel-. Veo que no eres paciente para esperar la muerte. ¡Toma! -envía un rayo de energía demoníaca hacia el ángel.

Ilan: No lo harás. ¡Jardín esmeralda! -dispara su ataque hacia el de Duncan, ambos poderes chocan antes de llegar a Manuel; una intensa luz aparece en el lugar-. Es el poder de Manuel.

El cuerpo de Manuel brilla de un color blanco escarchado; un ave, parecida a una paloma, se forma y sale disparada directamente hacia Duncan. El poder es tanto que los elegidos se quedan sin habla. El espía se cubre de la luz tras una roca, mientras ve atentamente todo.

-Ese muchacho está dispuesto a todo, aunque le cueste la vida -presencia los hechos con gran sorpresa.

Duncan: No sabía que tenía ese poder -dispara una esfera de energía hacia el poder del ángel, ambos ataques chocan creando una gran colisión. El poder de Manuel comienza a ceder.

Nasim: Hay que ayudar a Manuel, vamos -todos asienten.

-¡Golpe relámpago! ¡Fuego sagrado! ¡Rayo sónico! ¡Ciclón acuos! ¡Jardín esmeralda! ¡Roca afilada! -nuestros héroes usan sus ataques más poderosos, los combinan y los envían hacia el choque de poderes de Duncan y Manuel. El poder del ángel absorbe el ataque de los elegidos, uniéndose en uno solo y así lograr traspasar el ataque del demonio.

Duncan: No puede ser. ¡¡Aaaaah!! -grita cuando el poder lo golpea en todo el pecho, el demonio siente que su cuerpo es quemado-. ¡Maldición, esto no terminará así, este ataque no me ganará! -aumenta su aura de forma impresionante, su cuerpo es envuelto por un aura negra y hace que su poder explote causando un gran impacto en todo el desierto.

Lance: Detrás de mí -crea un gran muro para evitar que el poder los afecte directamente-. Qué enorme fuerza -la explosión cede y el moreno cae al suelo agotado-. Lo logramos.

Manuel: No, está vivo. Muchachos, por favor, ahora todo está en sus manos -les dice con voz débil-. Sigan la luz y no ataquen con rabia, ataquen recordando momentos de felicidad, en ese momento la oscuridad será eliminada de la tierra -les indica y ellos no entienden.

Ilan: Manuel, ¿pero de qué hablas? Me dijiste que mi poder iba a curar tus heridas -el menor lo ve muy triste.

Rai: Manuel, debe haber una forma de salvarte.

Duncan: No la hay -el muro de roca se parte en dos dejando ver al demonio en perfectas condiciones-. Jajajaja, ¿de verdad pensaron que eso me iba a detener? Ese intento de ángel no es capaz de eliminar ni a un pactante. Ya has perdido, espera la muerte.

Manuel: Sabrás si perdí o no el día que mueras -le asegura.

Duncan: Cállate -dispara una gran energía en forma de murciélago hacia ellos-. Buen viaje.

Eidan se transforma para cargar a Manuel en su lomo, todos comienzan a correr, pero la energía está cada vez más cerca de ellos; en eso, un gran resplandor dorado los cubre antes de que la energía los impacte. El escudo es muy resistente, por lo que después de unos segundos el poder de Duncan deja de hacer efecto.

Duncan: Este poder es... -siente un poder sagrado detrás de él y se da vuelta, encontrándose a Noel-. ¿Tú aquí? Pero si mandé atacar a Filadelfia -lo ve sin entender.

Noel: Alguien hizo conexión conmigo, y en lo que pude llegué acá. ¿O es que no te agrada? -lo ve con burla y el demonio lo embiste. Duncan intenta llevar a Noel al suelo, pero el ángel le da una patada en el estómago logrando liberarse, y luego le da un puñetazo.

Duncan: ¿Te has creído que estoy muerto o qué? -le ataja el brazo para darle un puñetazo en la cara para alejarlo-. Muérete -le da un patada en la espalda que lo impacta contra el suelo-. Se lo tenía bien merecido -unos diamantes dorados lo golpean-. ¡Maldito! -dispara una flecha de color negro, mientras que Noel le contraataca con una dorada, ambas explotan al hacer contacto.

Noel: Necesitas mejorar tu puntería con el arco -se burla.

Duncan: No te confíes, Noel. Muy pronto nos volveremos a ver y esa vez te arrancaré la cabeza para colocarla en mi pared de trofeos -se envuelve en oscuridad y desaparece.

Noel ve que todos los elegidos rodean a Manuel, el ángel guardián baja para acercarse y revisarlo; suspira con frustración al saber que ya es muy tarde. Noel solo le da un abrazo para llorar, Manuel le corresponde.

Mizu: Noel, ¿si lo llevamos al santuario? Allá tal vez se pueda hacer algo -sugiere.

Manuel: No, Mizu, descuida. Ya es tarde. Yo sabía que iba a morir -lo ve muy débil-. Lance, ¿la tienes, verdad? -el moreno asiente y sube su aura, del suelo aparece la Escama Sagrada, la cual está envuelta en una funda-. Me alegra que ya todo esté hecho.

Eidan: ¿Pero cómo? -ve sin entender.

Lance: Cuando Duncan me atacó en la cueva, Manuel me protegió con un escudo, y cuando les dije que salieran fue para sacar la espada sin que Duncan se diera cuenta -les explica.

Noel: Nos dejan un momento a solas -les pide a todos, los elegidos asienten y se alejan un poco. Poco a poco va oscureciendo y ellos se quedan viendo cómo Noel habla con Manuel.

Rai: Yo no lo acepto; no lo conocimos en las mejores circunstancias, pero aceptó sus errores y luchó por el bien. ¿Por qué las personas así tienen que morir? -sus lágrimas comienzan a salir, luego ve que Eidan es un mar de lágrimas-. Hermano -lo abraza.

Mizu: Yo de verdad que aún lo juzgaba mal cuando se apareció ante nosotros, pero luego me di cuenta que lo que quería era ayudarnos, así sacrificara su vida en ello. Es digno de ser un ángel.

Nasim: No somos perfectos por tener magia, más bien eso nos hace pecar más. Manuel, gracias, sin ti jamás hubiéramos llegado hasta acá -se le salen las lágrimas. Noel está con su primo muy triste.

Noel: Yo... disculpa por como te traté antes, la rabia me cegó, yo siempre te quise como mi hermano, esos buenos momentos que teníamos de niño fueron los mejores de mi infancia -le asegura mientras le da un abrazo-. Perdóname, Manuel, no pude hacer nada para salvarte -comienza a llorar sin control.

Manuel: Pero viniste, acudiste a mi llamado y no me dejaste morir en las manos de Duncan -le sonríe-. Noel, perdóname, hice cosas terribles de las que estoy arrepentido, nunca debí arremeter contra ti, ni Ilan, más bien debí aprender; tú nunca me hiciste a un lado, querías vigilar conmigo, yo fui quien fallé. Por favor, Noel, acepta parte de mi inútil poder. Sé que no es mucho, pero para algo debe servir -le pide.

Noel: Manuel, tú nunca tuviste poderes inútiles, eres un guerrero admirable y yo estoy honrado de recibir ese poder -le sonríe.

Manuel lo toma de la mano y sube su aura de color blanco para comenzar a transferirla al cuerpo de su primo. Noel siente cómo el poder puro de Manuel comienza a correr por sus venas y cómo se va mezclando con el suyo formando uno nuevo.

Manuel: Gracias por todo, primo. Eres un gran y admirable ángel, sé que llegarás muy lejos. Discúlpame con mi tío -le suplica-. Yo de verdad no quise hacerlo, los engaños de Duncan hicieron que la perla me consumiera. Dile que venga.

Noel: Ilan -voltea viendo a su hermano-. Ven, por favor -el menor camina poco a poco; al llegar, los tres se unen en un gran abrazo-. Manuel, ¿por qué no buscaste ayuda?

Manuel: No pensé que estaba tan grave hasta que los esqueletos me atacaron, ahí vi que mis fuerzas se debilitaron y que no estaba del todo bien -confiesa-. No llores, Ilan, tú lograste salvar mi alma -le acaricia la cabeza con un movimiento débil-. Aunque no lo creas, me voy en paz. Hice algo bueno por primera vez en mucho tiempo, siempre estaré contigo y con Noel. Sé feliz con ese hombre lobo que te ama y sé que cuidará muy bien de ti, estoy orgulloso de lo que has hecho, cuando quieras hablar conmigo siempre estaré ahí y te veré, porque estaré allá arriba -señala el cielo estrellado-. Entre las estrellas brillantes. Chiquito, perdóname.

Ilan: Te perdono, Manuel. Te quiero mucho -le da un gran abrazo.

Les aprieta las manos a ambos, los hermanos lo abrazan con fuerza mientras lloran. Manuel sonríe, va cerrando sus ojos y el agarre se vuelve más débil, su cuerpo brilla de color blanco y desaparece dejando solo una luz. Noel y Ilan ven todo impresionados, los demás elegidos se levantan viendo la brillante luz blanca. El brillo se mueve hasta donde están los demás.

Lance: Esta luz es el alma de Manuel -aseguro mientras disfruta de la sensación cálida.

Mizu: Se está despidiendo de nosotros -comienza a llorar.

Eidan: Qué tranquilidad. Manuel, descansa en paz, fuiste un gran guerrero -llora con gran tristeza.
La luz sube hacia el cielo iluminado todo el desierto, hasta que se pierde entre las estrellas. Los chicos van hacia donde los dos hermanos están abrazados y muy tristes.

Rai: Noel, ¿él sufrió mucho? -le pregunta quitando sus lágrimas.

Noel: Se fue sonriendo. De pequeño, él siempre decía que quería ser un héroe, y así lo fue; sin él no tuviéramos la espada. Como todo héroe, ahora se ha ganado un espacio entre las estrellas brillantes. Vamos a casa -abre un portal muy triste y todos pasan con los ánimos por el suelo.

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