Capítulo 30: Explosión elemental.

Gran Cañón - Arizona, EE. UU.

En los calabozos del castillo, los aliados de nuestros héroes avanzan tratando de sacar a los prisioneros mientras mantienen la barrera para que los escombros no los golpeen. De repente, sienten que el derrumbe se detiene.

Paoly: Algo evita que el poder avance. ¡Loustre! -sus ojos se ponen morados, el hechizo le permite ver a través de las paredes. Ve que nuestros héroes están alrededor del castillo y disparan su energía hacia el cráneo-. Son los chicos, nos están dando tiempo de escapar.

Mirco: No servirá de nada -todos voltean hacia él-. Duncan nos usa como carnada para que los elegidos agoten sus fuerzas y así matarlos; entonces, hay que eliminar ese cráneo y ayudarlos. Necesito que me ayuden dándome un poco de su poder -la mayoría duda, ya que no confían en él-. Sé que fui... -Noel se acerca para crear una chispa de energía dorada y entregársela-. Gracias.

Noel: En el pasado tuvimos diferencias, pero yo fui testigo de que fuiste una víctima, y al verte me doy cuenta de que no eres perverso y fuiste engañado como muchos otros -asegura.

Lenalee: Yo también creo en las segundas oportunidades. Gracias por tu apoyo -genera una chispa de energía púrpura y se la entrega-. Gracias por la ayuda, Mirco, espero que tengas una nueva vida llena de armonía -le dice con sinceridad.

Ryan, Paoly, Nahiara, Ronald, Cristhofer, Ben, Natalia, Ximena, Henry, Laila, Ariana, Andrés y Tommo le entregan también chispas de energía sin pensarlo; después de esto, los demás también acceden a hacerlo. Mirco crea una gran flecha que posee una variedad de colores, luego ve Noel y este entiende.

Mirco: Ayúdame a lanzarla -el ángel toma la flecha, crea su arco y apunta al techo-. Por mis padres, por mi hermano, por el mundo -su aura comienza a subir, todos se quedan sin palabras al ver cómo esta ya no es roja, sino plateada. El ojiverde pasa sus manos por la flecha para depositar su poder-. ¡Ahora! -Noel dispara la flecha hacia él techo, esta se desintegra antes de chocar.

En el valle, Duncan sonríe al ver cómo los elegidos se quedan sin fuerzas, pero en ese momento capta algo; un gran poder se concentra dentro del castillo.

Duncan: Esta fuerza... Imposible. ¡Ese huérfano traidor! -en ese momento un portal se abre entre el rayo y es castillo, la flecha sale disparada chocando contra el poder de Duncan; los sentimientos positivos comienzan a debilitar el ataque, la flecha traspasa el rayo y el cráneo, partiendo este último a la mitad-. ¡¡No, maldita sea!!

Los elegidos se quedan sin palabras. El cráneo es purificado por los poderes que los aliados poseen en común, desapareciendo por completo; el brillo hace que nuestros héroes recuperen sus fuerzas, también cierra los cortes que Duncan les hizo con su guadaña dejando la piel intacta como si nunca hubiera tenido un rasguño.

-Fue Mirco, ¿pero cómo?, si es un demonio. ¿Cómo puede tener esta aura y escencia? No entiendo nada de lo que está pasando acá -el espía se cubre de la luz.

Rai: Wow, ¿de quién es esa aura tan poderosa? -se levanta con mucha energía-. Gracias a todos, no los vamos a defraudar -en eso ven que Duncan corre hacia el castillo-. ¿Tú a dónde vas? -todos corren tras él.

Duncan: ¡Maldito huérfano, bastardo! Esta me la vas a pagar. Un Dios como yo jamás será humillado de esa manera -corre hacia el castillo, el suelo se rompe y Lance sale de él y le lanza puñetazos-. ¡Quítate!

Ilan: ¿Cuál es tu problema? ¿No soportas que alguien te gane? Bueno, aguántate porque tu soberbia será lo que te lleve a la ruina -todos aumentan su aura-. Vamos a acabar con esto.

Duncan: No necesito acercarme para atacar -las nubes desprenden rayos de color morado oscuro, casi negro, uno de ellos cae en el castillo haciendo que se venga abajo-. Primero me encargaré de acabar con ustedes.

Dentro del castillo, todos corren antes de que sean aplastados; intentan evacuar a los humanos antes de que sean heridos.

Valeria: Por acá, síganme. Todos salgan y corran lo más lejos de acá -el castillo se viene abajo, pero Noel crea un escudo que evita que los escombros los aplasten-. No se distraigan entren -Gael crea un portal para que las personas pasen.

Ignacio: Esto no es bueno, ya el suministro de oxígeno es poco; si seguimos así todos los humanos comenzarán a afixiarse -asegura mientras ve preocupado los choques de los poderes de los elegidos y Duncan.

Los elegidos saltan esquivando los ataques de Duncan, este último envía más plasma demoníaco a la velocidad de la luz. Nasim se concentra, coloca sus ojos en gris y ahí puede verlo.

Nasim: Ahora entiendo -corre a gran velocidad hacia el ataque de Duncan, el elegido salta, se agacha, se desliza y vuela esquivando los rayos de plasma-. ¡Viento plateado! -cuando está cerca de Duncan, crea su gran ventisca dándole de lleno, el demonio es enviado a una gran distancia mientras su cuerpo se congela-. Vamos con todo.

Eidan: Permíteme que entres en calor. ¡Llama embrujada! -se transforma en kitsune, de sus nueve colas crecen pequeñas llamas que se juntan formando la gran llamarada, el poder choca contra Duncan haciendo que este grite de dolor por las fuertes quemaduras.

Lance: ¡Rayo meteórico! -dispara su gran poder, golpea a Duncan en toda la espalda; el impacto es tan grande que el cuerpo del demonio es lanzando contra el piso rebotando varias veces.

Duncan: Aún no me vencen -crea una gran cantidad de halcones, estos vuelan hacia los elegidos dispuestos a matarlos.

Mizu: ¡No señor! -crea sus alas de ángel hechas de agua-. ¡Agua mística! -dispara su gran chorro de agua, con el cual atrapa a los halcones y luego se dirige hacia Duncan, el demonio apenas lo esquiva, pero las gotas que caen sobre él lo queman.

Ilan: ¡Tormenta floral! -dispara una gran cantidad de ráfagas de polen hacia Duncan, este recibe el golpe, su cuerpo se eleva siendo cortado por las hojas que están dentro de las ráfagas.

Rai: ¡Bazuca trueno! -carga su gran misil disparando hacia donde está Duncan, el misil explota creando un gran estruendo; el cuerpo de Duncan cae al suelo con grandes heridas-. La espada -la toma del suelo y va hacia Duncan, pero Eidan lo detiene.

Eidan: Está fingiendo; está herido, mas no muerto -en eso escuchan una leve risa-. Parece que la única forma de matarlo es con esta espada, pero apenas podemos acercarnos.

Duncan: Jajaja, elegidos, son una caja de sorpresas; pero recuerden que mientras los tesoros mágicos estén en mis manos esos ataques no me harán gran cosa -se levanta y su rostro se ve sombrío-. Ese tipo de poder puede matar a cualquier enemigo que tengan, pero no a mí.

Mizu: Hierba mala nunca muere, y el tiempo no está de nuestro lado -ve preocupado hacia el cielo, el Sol y la Luna están cada vez más opacos, ya que la marca está terminando con su brillo-. Nasim, ¿será que te acercas mientras lo distraemos? Tú eres el más rápido.

Lance: Pero hasta para Nasim es arriesgado, Duncan mejoró en sus reflejos; debemos pensar en otra cosa -opina mientras esquivan bolas de energía demoníaca.

Duncan: ¿Qué tanto hablan? -los chicos esquivan las esferas-. Prepárense, este sitio volará en pedazos. ¡Big Bang del infierno! -su aura incrementa y su cuerpo suelta descargas de energía demoniaca-. ¡Van a morir todos, nadie se salvará!

Ilan: Este poder es mucho, tenemos que salir de acá, dudo que quedemos vivos luego de eso -les sugiere con mucho miedo.

Nasim: Debe haber una forma de hacer llegar esa espada a su cuerpo -piensa, en eso recuerda la pelea que tuvieron con el minotauro en México-. ¡Eso es! ¿Qué tal si intentamos lo mismo? -le quita la espada a Rai, la coloca en medio de todos y les hace seña para que formen un círculo-. Tómense de las manos, es nuestra última oportunidad, y dirijan su poder a la espada.

Lance: ¿Qué planeas hacer? -el rizado se concentra, hace conexión con ellos por medio del vínculo que poseen para explicarles todo en su mente-. Es arriesgado, pero todo o nada.

Rai: Son los mejores hermanos que la vida me regaló, si no salimos de esta: los amo, es un placer haber luchado a su lado y formar junto a ustedes esa calidad de familia -a los seis se le salen las lágrimas, mientras envían sus auras a la espada.

-Tambien te amamos, eres el mejor -le responden los demás elegidos con amor.

Duncan: Dudo mucho que les dé tiempo de completar el conjuro -su poder crece cada vez más, pequeñas esferas de energía aparecen alrededor de su cuerpo-. Nunca debieron meterse conmigo, infelices. Este poder es suficiente para volar todo el continente, nadie se salvará. ¡Mueran, elegidos! -las esferas regresan al cuerpo del demonio y desde su interior una gran explosión se hace presente, esta aumenta de tamaño acabando con todo a su paso.

-¡Por la paz y la justicia del mundo, lo lograremos! Nuestras auras brillarán como la luz del sol, nuestra esperanza surgirá en medio de la oscuridad. Legendario Dragón Dorado Draco, te pedimos que nos concedas tu poder para salvar al mundo -nuestros héroes pronuncian el conjuro al mismo tiempo.

La espada que está clavada en el suelo toma un brillo dorado, esta se eleva gracias al poder de las auras de nuestros héroes; la imagen del majestuoso dragón dorado es reflejada, este abre su boca, a través de la cual entra el aura de los elegidos, lo que quiere decir que Draco les concede su poder. El dragón ruge con fuerza y grandeza, mientras su brillo ilumina a los elegidos. Los chicos comienzan a recordar cuando se conocieron, los momentos de felicidad y cómo han logrado superar momentos de tristeza.

El enorme dragón se dirige hacia la explosión de Duncan, se enrolla alrededor de esta evitando que se expanda, sin embargo, los muchachos sienten que su poder crece de nuevo, ya que el alma de Draco les concedió un nuevo poder, el cual están dispuestos a usar para finalizar la batalla. Rai y Ilan se agachan del lado derecho, estirando al frente su mano izquierda; Nasim y Eidan hacen lo mismo del lado izquierdo, estirando su mano derecha; Lance y Mizu pegan sus espaldas y estiran sus brazos izquierdo y derecho, respectivamente, hacia el frente, al igual que los demás. Sus auras se elevan formando una especie de círculo en el suelo alrededor de ellos.

-¡Explosion elemental! -el círculo comienza a emitir electricidad, viento, hierba, agua, tierra y fuego, los elementos se van uniendo formando un especie de ráfagas que van aumentando de tamaño hasta cubrir el cuerpo de los elegidos.

Dentro del tornado, brilla una luz blanca, la cual va formando la silueta de una mujer que tiene el cabello largo, alas de ángel que rodean su cuerpo y una corona de flores en su frente; cuando la silueta se vuelve una imagen, la mujer abre sus ojos, que son de un color azul celeste. Luego, la mujer desplega sus alas y sale disparada hacia el poder de Duncan que es retenido por el espíritu de Draco, sus alas sueltan un onda de energía de color amarillo, gris, verde, azul, marrón y naranja, con los elementos de nuestros héroes.

El ataque de nuestros héroes choca contra el de Duncan creando una gran colisión que comienza a destruir todo a su paso; los árboles, las columnas del templo, el suelo, el lago y las grandes murallas comienzan a derrumbarse y deteriorarse. Frente a nuestros héroes se crea un escudo blanco que evita que salgan lastimados.

El poder de Duncan comienza a ceder, ya que está llegando a su límite, debido a que, no solo los chicos poseen el poder de los guerreros legendarios, sino que también poseen el de Draco; el poder de los chicos neutraliza el de Duncan. La mujer llega al cuerpo del demonio logrando darle un golpe directo, grandes ráfagas de viento se exparsen por todo el lugar.

-¡Imposible! -el espía el golpeado por el impacto del ataque, cae al suelo rebotando varias veces-. Es mejor retirarse -escapa antes de que una enorme roca le caiga encima.

Lejos del castillo, los aliados de nuestros héroes junto con los humanos que estaban secuestrados ven con gran impresión el enorme poder que sale desde el valle, las grandes ráfagas se sienten por todo el sitio; Noel crea un escudo que protege a todos, y justo en ese momento ven cómo el castillo de Duncan comienza a derrumbarse por completo.

Ronald: Deberíamos ir con los chicos, esto me preocupa, pueden salir heridos -en eso, Cederic los detiene-. Ya sé, siempre hay un "no". ¿Cuál es ahora?

Cederic: Estamos ante la Explosión Elemental, el ataque más poderoso que poseía Elaine en vida. Es un ataque tanto ofensivo como defensivo, dispara una gran cantidad de energía, la cual concentra los seis elementos, cuando este choca contra su objetivo, la explosión causa esas ráfagas de fuego, viento, hierba, agua, tierra y electricidad para acabar con la maldad; a su vez, esta misma crea un escudo resistente para proteger al que la efectúa o, en este caso, a los que la efectúan -les explica-. Salir así es una muerte segura, créeme que Duncan se llevará una gran sorpresa.

Kiara: Esa técnica, aparte de Elaine, solo la pudo hacer efectiva la primera generación de elegidas, les digo así porque todas eran mujeres; y así fue que ganaron la primera Guerra Santa. Si a eso le sumas la Escama Sagrada, Duncan no sobrevivirá, o bueno, eso esperamos -ve hacia el cielo y aún las marcas del Sol y la Luna están presentes.

Ryan: Ellos lo lograrán. El amor que se tienen todos los hace fuertes y ese sentimiento, al ser recibido por los tesoros, estos comenzarán a purificarse.

La explosión rodea a Duncan, su traje se comienza a desintegrar, su cuerpo tiene una gran cantidad de heridas; y los brazaletes donde posee atrapados los tesoros, comienzan a romperse. La explosión crece más y más hasta que forma un cráter hondo, el cuerpo del demonio es llevado hacia el fondo.

La explosión termina y el ataque cede, los chicos dejan salir jadeos por el cansancio, y se levantan rápidamente para asomarse por el cráter; ven a Duncan boca abajo temblando, tiene quemaduras, cortes y huesos rotos.

Lance: Parece que le pasó un camión por encima. Bueno, se lo tiene bien merecido -en eso escuchan a Duncan toser-. Es duro como roca.

Duncan: Aún no me han vencido -se levanta como puede, tose sin fuerza escupiendo sangre; en eso, sus brazaletes se rompen liberando los tesoros mágicos, los cuales caen al suelo volviendo a su tamaño normal-. ¡¡No, los tesoros!! -los intenta recuperar, pero Lance mueve la tierra para elevar los seis orbes, cuando están cerca, los chicos los atrapan y estos se purifican al instante-. ¡Regrésenmelos, ustedes son indignos! ¡Yo soy un Dios, soy el único que puede usarlos!

Mizu: ¡Oh, sí, grande y poderoso Dios! -simula hacer una reverencia-. ¿No sabe que su fecha de caducidad ha llegado? -le señala un hombro.

Duncan: ¿Qué? -ve su hombro sin poder creerlo, la Escama Sagrada está clavada en su hombro derecho, justo en el lugar donde Noel clavo la flecha en su primer encuentro-. ¡No puede ser! ¡¡No es posible!! -cae al suelo temblando, de sus oídos y nariz salen chorros de sangre-. ¿Qué fue lo que hice mal?

Nasim: Tu soberbia te llevó a la ruina, te creías invencible por tener los seis orbes; además, por muchas ganas que tenías de matarnos hay algo que te lo impide. Y lo segundo, cuando te atacamos con nuestro ataque combinado no era para matarte, solo queríamos enviar la espada directamente a tu cuerpo -le explica sus equivocaciones.

Rai: Ahora vamos a acabar contigo -los chicos rodean el cráter donde Duncan se encuentra, hacen una pose de manos para comenzar a aumentar su aura...

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