Capítulo 20: Cómo empezó todo.
Gran Cañón - Arizona, EE.UU.
Dentro del campo de fuerza, los elegidos van avanzando rápidamente hasta dejar atrás la séptima torre, aumentan la velocidad para llegar más rápido. Cuando llegan a una parte del camino donde todo está empinado, ven más cerca el castillo.
Rai: Perfecto. Ya pasamos por las siete torres y ahora cada vez estamos más cerca del castillo —en eso escuchan explosiones detrás ellos—. Parece que los chicos están en una gran batalla.
Eidan: Así es, pero sus auras y olores se sienten; estoy seguro que pronto nos alcanzarán —voltea sin dejar de correr—. Ya casi llegamos.
Nasim: Acérquense —les pide, cuando están cerca de él, envuelve a todos en un tornado y sale volando a gran velocidad dejando atrás el camino. Cuando el tornado está cerca del castillo, este se dirige a la puerta hasta chocar con ella y derribarla; el tornado desaparece y todos están adentro—. ¿Les gusto el viaje?
Mizu: Por supuesto, ahora... ¡Duncan, sal de ahí, cobarde! —grita mientras lleva su vista por todo el castillo—. ¿Dónde estará ese miserable? —se queja mientras crea agua en su mano.
Lance: Mizu, cálmate —lo toma de la muñeca—. Estamos en el territorio de Duncan, no sabemos por dónde atacará o qué trampas nos tendrán acá —le aconseja.
Ilan: Es difícil. Tanto el aura de Duncan, como la de los gemelos, se sienten por todo el castillo; no es fácil detectar dónde estarán —expresa frustrado mientras pone sus ojos color lila.
Eidan: Al igual que su detestable olor. Parece que tendremos que causar destrozos —opina, a lo que Mizu sonríe.
Rai: Tienes razón, cualquiera de esos tres tienen que aparecer. No se separen, empecemos por el vestíbulo —todos asienten comenzando a crear energía. Los chicos comienzan a hacer destrozos por todo el castillo, alguien los observa muy detalladamente.
En la séptima torre, Bardo está siendo herido por la flecha de Noel, que cada vez entra más en su hombro derecho. Una gran explosión se hace presente y todos se cubren, una vez que el humo se dispersa, ven a Bardo de rodillas con su hombro derecho sangrando.
Ronald: Rayos, parece que hierba mala no muere. Vamos a acabar con esto —en eso, Paoly lo detiene—. ¿Qué pasa?
Paoly: Mira —señala la flecha de Noel, la cual es muy diferente a las otras, ya que su color es un dorado opaco; está clavada en una esfera de energía roja—. Esa esa una de las almas de los guerreros. ¡Forses deviluar! —carga energía en su palma derecha, flexiona el codo hacia atrás, luego lo estira hacia adelante y un rayo de energía morada golpea la esfera roja, desintegrándola.
Bardo: La flecha del sueño —susurra—. Eres un peligro para cualquier demonio o criatura oscura —asegura mientras se levanta, su hombro comienza a sanar—. Para mi suerte, esta hizo su efecto en el alma de Toya y no en la mía. No crean que han logrado darme miedo o algo por el estilo, les faltará más para matarme.
Cristhofer: Deten esto de una vez —señala hacia atrás—. Fuera de este campo hay millones de personas que están asustadas por todo esto, el mundo no debe ser perfecto y los humanos no son aberraciones, ellos tienen el mismo derecho que nosotros. Bardo, tu fuiste un humano, debes entender.
Bardo: Te equivocas —todos alzan sus cejas—. Yo pude nacer con raza humana, pero eso fue en apariencia externa, ya que por dentro siempre fui un demonio —les asegura.
Nahiara: ¿De qué hablas? —lo ve sin entender.
Bardo: Muy bien, les contaré. Yo era un guerrero antiguo, mi especialidad era la lucha con espada. Siempre me gustaron las peleas, la sangre y la adrenalina, por lo que desafiaba a cualquier guerrero o ser sobrenatural que me encontraba, hasta matarlo —crea una esfera donde se muestra a Bardo en su forma humana, se ve que pelea con humanos y sobrenaturales, pero lo más sorprendente es la gran habilidad de pelea que posee y cómo asesina sin compasión—. El gusto se transformó en vicio y ya sabrán qué pasó después.
Lenalee: ¿Cuál era la razón para hacer eso? —ve aún la esfera, donde Bardo salta partiendo en dos el cuerpo de un hombre águila, luego asesina a una bruja y a un hombre lagarto.
Bardo: Quería ser una leyenda, que cuando mencionaran mi nombre temblaran y supieran que yo era el que mandaba. Y así lo conseguí. Incluso, con ayuda de un herrero, creé una espada hecha con los dientes de un demonio, un vampiro y un hombre lobo, junto con la sangre de un ángel, un brujo y un hada, lo que me dio más poder —en la imagen se muestra una gran espada de color verde y de un gran filo, se ve como corta una montaña a la mitad—. Yo era poderoso.
Noel: Yo creo que algo te falló, ya que fuiste asesinado. Hasta que Duncan te revivió, te dio poder y te hizo el ser perverso que eres —lo ve serio, a lo que el demonio se ríe.
Bardo: Así es, pero el señor Duncan y yo nos conocimos antes de mi transformación a demonio —todos se quedan sin palabras—. Yo tenía un trabajito, mi fama se había extendido, por lo que tenía que asesinar a un ogro que se apoderó de los pantanos que quedaban cerca del Reino Ave Brava —comienza a crear imágenes dentro de su esfera—. Ya verán esto.
La imagen de un pantano es reflejada, hay grandes árboles, arbustos, el suelo lodoso y el lugar es un completo laberinto. Se ve a Bardo cuando era humano caminando por el lugar, está vestido de negro, posee una capa larga, botas y pantalón flexible, junto con su espada, la cual está colgando de su cintura. Bardo camina relajado mientras observa todo a su alrededor para evitar un ataque sorpresa, en eso siente una energía que está a unos pasos frente a él.
Bardo: Con que es aquí donde te encuentras —sonríe con diversión, corre hacia el lugar donde se encuentra la luz, al llegar usa su espada para eliminar el brillo y ver mejor—. Ahora que estamos cómodos vamos a acabar con esto... ¿Qué demonios?
El guerrero ve con gran sorpresa el enorme cuerpo del ogro, el cual está tirado en el suelo; posee un gran agujero en su estómago, pero detrás del cadáver está alguien vestido con una túnica negra, capucha y máscara de murciélago, el extraño ser absorbe el aura maligna del ogro. Bardo avanza hacia donde está el misterioso ser y hacen contacto visual.
Bardo: Estoy buscando al ogro que domina estos pantanos. Pensé que era este, pero por lo visto me he equivocado —le habla de forma ruda, lo que hace que el sujeto curve sus labios.
—No te equivocas en lo absoluto, es él —señala el cadáver—. Llegaste tarde, así que lo lamento.
Bardo: Acabas de quitarme una gran recompensa, eso no te lo pienso perdonar —saca su espada, la cual brilla de color negro; la agita lanzando un rayo de energía hacia el ser misterioso—. Fue muy fácil, eh —ve que el misterioso ser desapareció—. Derecha. Izquierda. Atrás. Abajo —busca en todas las direcciones—. ¡Arriba!
Sube su mirada, el ser misterioso saca una guadaña y la agita hacia Bardo, el humano usa la espada para cubrirse del ataque, ambas armas chocan creando un gran impacto; aunque la fuerza del enmascarado es superior, Bardo no cede en fuerza.
—Veo que no sabes con quién estás tratando. Te crees muy valiente, humano —se burla mientras aplica más fuerza, Bardo cede un poco; sin embargo, la espada brilla en un tono vinotinto, lo que le da al humano más fuerza para rechazarlo—. Oh, así que esa arma fue hecha con la sangre de las seis especies de criaturas sobrenaturales más fuertes que existen.
Bardo: ¡No soy un gato indefenso, necesitarás más que un aura maligna, ojos rojos o una guadaña para matarme, demonio insolente! —corre hacia el ser demoníaco, pero este salta esquivando la espada, y queda de espaldas hacia Bardo—. ¿Te crees muy listo, verdad?
—Jajajaja, ya veo, no pareces tener un conocimiento sobre la historia mágica, aunque al menos sabes a lo que te enfrentas —voltea, y de nuevo hace contacto visual con el humano—. El lograr descubrir mi especie es un avance, también descubriste por donde iba a atacar, y lo que más me sorprende es que no tengas miedo. Si todos los humanos fueran así te aseguro que el mundo sería diferente.
Bardo: Leer libros no es mi fuerte aún, pero te aseguro que en batalla he matado a más de un ser sobrenatural, y hay más humanos que les hemos cerrado el pico a muchos como tú —lo apunta con su espada.
—Eso lo puedo ver, esa espada no se hizo sola. De verdad eres un líder digno, deberías formar tu propio escuadrón y así hacerme ver que mi teoría sobre los humanos está equivocada —le da la espalda—. Así podré ver que lo que me dices es cierto —desaparece en instantes.
Las imágenes desaparecen dejando a los aliados sin palabras, Bardo solo sonríe con gran malicia.
Ronald: Así que fue ese mal nacido el que te hizo crear ese grupo de asesinos a sueldo —aprieta los puños—. ¿Cómo pudiste caer en el juego de un demonio? —le reclama.
Bardo: Jamás caí en su juego, ya que me pareció una excelente idea. Después de eso viajé por diferentes partes del mundo buscando a los humanos más fuertes, capaces de cualquier cosa y sin escrúpulos; cuando seleccioné seis, formé mi escuadrón llamado Los Infernales. En ese tiempo, comenzamos a hacer nuestro trabajo y ahí nos convertirnos en los primeros cazarrecompensas de la historia, y así obtuvimos buenos trabajos —cuenta la historia, los chicos lo ven con gran impotencia—. Después de eso pasó más o menos un año, y ahí volví a ver a mi señor —con su poder, Bardo crea otras imágenes.
En las imágenes se ve a él y al resto de los guerreros cuando eran humanos, ya que mantienen su mismo rostro. Los siete van entrando a un enorme castillo, el cual posee una gran cantidad de soldados parecidos a los griegos; avanzan siendo guiados por uno de los asistentes del emperador, hasta que llegan a donde está el tan esperado emperador.
El hombre está vestido con una bata de color negro, con detalles rojos y morado oscuro; posee una gran máscara que le cubre todo el rostro, la cual está hecha de oro; a su lado se encuentran dos personas vestidas con una bata azul marino, y la otra morada oscura; se visten como los dioses griegos. Los siete cazarrecompensas llegan frente a los tres superiores y se arrodillan.
—Puedes retirarte —avisa a su sirviente, este asiente abandonando el lugar—. Un placer estar ante ustedes, cazarrecompensas. El motivo por el cual los he llamado es porque necesito que hagan un trabajo, que consiste en acabar con este lugar —el sujeto vestido de azul marino crea una esfera donde muestra la imagen de un castillo—. Es un castillo que está infestado de vampiros.
—Su rey se llama Regenar, uno de los vampiros más poderosos de este territorio. Posee otro tipo de criaturas sobrenaturales a su servicio, sin embargo, el castillo posee puntos débiles; y si nos vamos a su reputación, o por lo que dicen, ustedes son unos demonios a los que no se les hará difícil conseguir esa hazaña. El pago será una tonelada de oro —el que está vestido de morado les muestra el gran tesoro que está tras una puerta—. Tendrán un veinte por ciento de adelanto para comprar lo que necesiten.
—Pero deben saber que la traición se paga con sangre. Si para dentro de tres días no vemos resultado, pensaré que nos han traicionado y yo mismo me encargaré de matarlos —les aclara el que está vestido de color azul marino—. Ustedes deciden si lo toman o lo dejan.
Bardo: Aceptamos. Vampiros no es algo a lo que hay que temer, solo hay que saber sus puntos débiles. Solo les pedimos tres días para preparar nuestras armas; y el cuarto día, que sería el sábado, realizaremos el ataque —los tres sujetos asienten— Muy bien. Dado esto, nos retiramos, tenemos mucho qué hacer —los cazarrecompensas se levantan, hacen una reverencia y se van.
—Estos humanos tienen agallas, no muestran miedo o compasión en su corazón, sus almas están tan podridas que solo piensan en matar; aún así, ¿tú estás seguro que serán capaces de lograr asesinar a Regenar? —el de bata morada ve al emperador.
—Por su puesto, los he observado hace mucho. Estos sujetos son mil veces diferentes a todos los humanos que he visto. Si pasan esa prueba, haré la mejor creación que jamás haya existido.
Esto último lo escuchan los cazarrecompensas, ya que se han quedado muy cerca del lugar; cuando se percatan que ya no hablan más, caminan hacia la salida del castillo.
Toya: Jefe, sugiero que nos cuidemos la espalda. Esos tres nos han estado espiando, tal vez se aliaron con el vampiro para tendernos una trampa —advierte, a lo que Bardo asiente.
Bardo: Por supuesto, vamos a tomar nuestras precauciones. Sin embargo, creo que son sinceros en lo referente al trabajo —todos los ven raro.
Zander: Bardo, ellos son demonios; su aura te cala los huesos, tú más que nadie sabes que esos seres no son de fiar. Miedo no les tengo, pero sí desconfío —le da su opinión.
Bardo: Los entiendo a todos, pero créanme que por ser demonios es que no desconfío —sus amigos fruncen el ceño—. El emperador; más bien, falso emperador, lo conocí en un pantano antes de formar el grupo. Aunque nunca vi su cara, su aura, voz y arrogancia es la misma. En ese momento me dijo que me quería poner a prueba, y supongo que llegó el día. Nunca pensé verlo otra vez. Vengan, ya les cuento...
El recuerdo termina. Los aliados se quedan sin palabras al ver cómo pasó todo en realidad, y que Duncan siempre estuvo detrás de Bardo y los demás.
Nahiara: Duncan lo planeó todo desde el principio. Se enfrentó a ti con la intención de que crearas un escuadrón para usarlo a su conveniencia; una vez formado, los asesinó para que así él pudiera transformarlos en demonios —asegura.
Bardo: Así es, pero él nunca me mató. Parece que Raimundo y Regenar eran primos, el primero buscó venganza por la muerte del segundo. El señor Duncan, vestido de emperador, nos advirtió sobre el ataque, pero nosotros le hicimos caso omiso, y nos costó caro. Luego nos resucitó, y desde allí peleamos por la misma causa. Entiendan, yo siempre fui un demonio con cuerpo de humano, nada de lo que he hecho me hace arrepentirme —les confiesa.
Cristhofer: Por eso mismo te vamos a mandar de regreso a la tumba —corre hacia él y le lanza un puñetazo, pero el demonio lo esquiva mientras sonríe. Con la mano izquierda, Bardo le propina un puñetazo al vampiro en el estómago que lo lanza contra la pared.
Bardo: No te confíes, Báthory. Aunque mi hombro esté herido, no soy un ser indefenso —crea una cortina de veneno que va hacia Cris, pero Lenalee se mete creando una barrera que evita que el veneno llegue hasta su amigo—. A ti este veneno no te hará dañó, entonces iré por algo más fuerte.
Ronald: ¡Manto gélido! —lanza ondas de hielo hacia Bardo, este salta esquivando el ataque, la torre comienza a congelarse—. No te vas a escapar —dispara más ondas hacia el guerrero.
Bardo: Ustedes sí que estorban —dispara varios puños hechos de sombras hacia el ataque del alfa, chocando entre sí. Nahiara se acerca para darle una patada en el rostro, luego le dispara esferas de energía—. Lamento decepcionarte, my lady —crea el látigo, dispersando el ataque del hada.
Paoly crea una gran cantidad de espinas que van hacia Bardo, sin embargo, el guerrero crea dos caras: una de tristeza y una de felicidad, ambas abren la boca disparando un gran rayo de energía que combaten las agujas. El demonio llega donde está la bruja para darle un gran golpe que la derriba, ondas sónicas van hacia pero él, pero este las rechaza fácilmente debido a su gran fuerza. Lenalee crea un agujero negro que intenta absorber al demonio, sin embargo, este hace explotar su poder eliminando el ataque de la híbrida.
Bardo: No importa cuántos sean —es embestido por Noel, el ángel le da una patada en la espalda que lo tira al suelo—. ¡Maldito seas! —toma a Noel del cuello y lo estrella contra el suelo—. No eres invencible por ser el futuro discípulo de Jerathel.
Noel: Tú tampoco —crea una gran cantidad de energía que manda a volar a Bardo, esto hace que el demono caiga al suelo girando—. Segunda alma removida.
Bardo: ¡Maldita sea! —ve que su antebrazo izquierdo está sangrando, por encima de este ve que una flecha está clavada en un vestigio del alma de uno de sus amigos—. Me arrancaron el alma de Wilson.
Paoly: Bien hecho, Noel —dispara su poder hacia el alma para desintegrarla por completo—. Hay que quitárselas todas.
Bardo: Ni de broma. ¡Cataclismo espectral!
El demonio aumenta su aura. Ondas de energía en forma de esferas se forman a la altura de su estómago, la energía crece y crece hasta que cubre el cuerpo del guerrero explotando con gran fuerza, los aliados salen volando por el enorme impacto y la torre comienza a derrumbarse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top