Capítulo 17: La más pura ganará.

Gran Cañón - Arizona, EE. UU.

Dentro de la quinta torre, Ilan está siendo acorralado por Jasmin de nuevo, mientras esta disfruta verlo en esa situación.

Jasmin: ¿Sabes? Te voy a hacer un favor, yo cuidaré a tu querido joven lobo -el menor frunce el ceño al escuchar eso-. Adiós, mi querido Ilan. De todos los elegidos que he enfrentado y he asesinado con mis propias manos tu siempre serás mi preferido -agita el látigo morado oscuro hacia el menor.

Ilan: No creas que soy el mismo de antes!! -aumenta su aura, hace que sus botas y alas aparezcan, balancea sus piernas hacía arriba y golpea al peluche con una fuerte patada logrando zafarse de su agarre-. ¡Tormenta floral!

Jasmin: ¿Qué? -abre sus ojos con gran sorpresa.

El aura del menor brilla por todo el sitio. El ataque de Jasmin se detiene de golpe. El cuerpo de Ilan se eleva un poco, el chico estira sus brazos a ambos lados; alrededor de sus pies, una especie de polen de color rosado comienza a girar, este empieza a rodear todo el cuerpo del ojiverde hasta que forma una especie de tornado que posee pétalos de flores de color verde, lila y dorado, que comienzan a sobresalir del polen.
Una vez cargado el ataque, el menor gira a gran velocidad en un solo lugar, luego lanza una patada con la cual destruye su propio tornado haciendo que varias ráfagas de polen salgan disparados con gran fuerza, y también hojas cargadas con gran cantidad de energía.

El poder del chico destruye el látigo de Jasmin, el cual aún se mantenía paralizado. Luego, las ráfagas del tornado comienzan a apoderarse de la torre y golpean a la mujer comenzando a cubrir su cuerpo, las hojas comienzan a herir a la demonio, quien no puede escaparse del gran poder; cuando todo su cuerpo es cubierto por el polen, este es lanzando hacia atrás y toda la torre comienza a derrumbarse, hasta que todo se viene abajo dejando solo escombros. Ilan crea un escudo para protegerse y evitar que los fragmentos de la estructura caigan sobre él.

Ilan: Creo que exageré -opina algo preocupado al ver toda la torre abajo. Baja el escudo y ve que solo hay escombros-. ¿La derroté? -en eso escucha que alguien tose-. Vaya, aún sigues viva -saca sus alas y se le eleva; cuando está arriba, ve que Jasmin está debajo de una de las columnas de la torre, que aplasta su cuerpo, por lo que solo se puede ver desde su costado hacia arriba.

Jasmin: Adelante, acaba conmigo. La verdad es que yo no puedo más, hazlo antes de que sea tarde -le pide, el menor baja quedando a unos tres metros de distancia de ella-. La verdad eres mi preferido, no me molestaría que tú me exterminaras.

Ilan: No -se da la vuelta para avanzar hacia la siguiente torre.

Jasmin: ¿Seguro? Si no me matas soy capaz de ir tras de ti de nuevo, recuerda que puedo ser muy pesada -le advierte.

Ilan: Pues, inténtalo y en ese momento te clavaré una flecha en el corazón -le asegura-. Tú a mí no me engañas, ya después de esto no te repondrás. No pienso salvarte del sufrimiento que mereces por ser tan despiadada.

Jasmin: Tenía que intentarlo. Umm. ¡Aaaah! -se queja por el dolor-. Ahora sí es mi fin. Pero valió la pena, me divertí mucho en todos estos años -cierra sus ojos, una brisa sopla y su cuerpo es envuelto en el polen rosado y se va en el aire como si fueran cenizas, la esencia de la demonio se desvanece por completo.

Ilan: Ya acabó la existencia de esa terrible mujer -suspira aliviado-. Aún tengo heridas, trataré de sanarlas. ¡Y wow! Mi traje se está regenerando de nuevo -sonríe al ver como el abrigo se forma poco a poco.

Mizu: ¡Chaparro! -el menor ve que sus hermanos van hacia él-. Hermanito, gracias al cielo estás bien -el menor corre a darle un gran abrazo a Mizu-. ¡Estoy muy orgulloso de ti, lograste derrotar a Jasmin!

Lance: Me preocupé porque sentí que tu poder se debilitaba, pero después se hizo muy fuerte. Te quiero mucho, muchas felicidades -le da un abrazo. Nasim aprovecha para acariciar el cabello de Ilan.

Ilan: Nasim, ¿estás bien? -lo ve preocupado.

Nasim: Así es, solo que el efecto del envenenamiento aún no ha pasado -le asegura sonriendo.

Rai: Ten, mi enanito -le da una barra de chocolate, el menor la toma feliz y abraza a Rai-. Me alegra que estés bien, chiquito. Descansa un poco, para alcanzar a Eidan.

En el castillo de Duncan, el gran demonio siente la caída de otro de sus soldados más poderosos, lo que hace que caiga en más frustración; sin embargo, se concentra en enviar más energía a los tesoros.

Duncan: Jasmin, has caído también -sus puños comienzan a cerrarse con gran fuerza.

Milo: Jasmin ha caído. La verdad es que estoy preocupado, debemos ir a terminar con eso ya -mira a su hermano de forma exigente-. Mirco, ¿no me digas que tienes miedo?

Mirco: Silencio. Debemos asegurarnos de esto -señala el sol-. Cuando Duncan controle por completo los tesoros mágicos ya no habrá que esperar tanto, y ya no tendremos luz solar. Ojalá lo haga antes de que sea tarde, debemos esperar.

En la sexta torre, Eidan se transforma en kitsune. El elegido se envuelve en llamas para correr hacia Toya, mientras que el demonio saca sus alas y se envuelve en fuego rojo, saliendo disparado hacia el elegido. Al hacer contacto, ambos poderes explotan dejando toda la torre cubierta de fuego.

Toya: Cuidado y me quemas con eso -se burla mientras señala el fuego de color naranja, pero luego detalla que el enorme zorro posee algo en su lomo-. ¿Qué es ese objeto que posees en la espalda? Ahora entiendo. Eso fue lo que creó la barrera que te protegió de las llamas... Jasmin, imposible -siente como la esencia de la demonio se esfuma del mundo-. ¡Ese enano maldito! ¡Luz fantasmal!

De las antorchas se desprenden las llamas, estas van hacia Eidan. El elementary, aún en su forma animal, salta y escupe una gran cantidad de fuego que evita que el fuego demoníaco lo toque. El kitsune vuelve a su forma humana, crea una espada de fuego e intenta cortar al demonio, pero este crea un escudo de sombras que rechaza la espada.

Eidan: No cuento con el tiempo para perderlo contigo. ¡Muévete! -agita su espada con fuerza hacia el escudo del demonio, el cual se mantiene intacto-. Tú lo quisiste. ¡Puño de fuego! -concentra gran cantidad de energía en su puño derecho, impacta con gran fuerza el escudo de Toya, enviándolo contra la pared-. ¡Deja de insultar a mi hermano!

Toya: Lo hago cuantas veces me dé la gana -sus ojos se tornan rojos, luego comienza a crear varias llamas alrededor de Eidan-. ¡Ondas infernales! -las llamas que están alrededor del kitsune giran formando varias espirales que lo rodean, luego estas van a envolverlo en fuego.

Eidan: Eres un idiota, no me vas a quemar con eso. ¡Pirotecnia! -crea varias espadas de fuego y las hace girar a su alrededor para protegerse de las llamas demoníacas-. Vamos a cortar estos espirales -las espadas salen disparadas acabando con el fuego demoníaco.

Toya: La idea no es quemarte -aparece detrás de Eidan, con sus alas atrapa al chico y se eleva, envolviéndose ambos con fuego de color negro; luego gira a gran velocidad, como haciendo una especie de círculo que aturde al elementary. Por último, el demonio lanza el cuerpo del elegido al suelo haciendo que caiga de espalda, lo que hace que el piso se agriete-. A diferencia de ti, tengo ataques que no necesitan fuego. ¡Ondas del infierno!

Crea más espirales de fuego, estos golpean a Eidan directamente haciendo que se estrellé contra la pared. El demonio hace que todas las llamas se junten formando un enorme tornado de fuego rojo que evita que el kitsune se mueva, después hace que el fuego aumente su velocidad, pero Eidan no se da por vencido, sino que usa su ataque erupción volcánica para combatir el fuego desde adentro y hacer que el tornado explote, logrando liberarse. El elegido cae al suelo agotado por el fuerte que golpe que recibió antes.

Eidan: ¡Miserable! Necesitarás más que eso si quieres matarme -le asegura mientras se levanta poco a poco-. Aún puedo pelear -se transforma en kitsune y extiende sus nueve colas disparando misiles de fuego hacia el demonio.

Toya: Patético -desvia los misiles con un escudo-. Te enseñaré lo que es calor -le dispara un cráneo de fuego morado oscuro, que el enorme zorro apenas logra esquivar. El kitsune comienza a correr por los escalones de la torre que llevan al segundo piso-. No te escaparás -dispara fuego hacia la pared que está por encima de Eidan haciendo que los escombros le caigan encima-. Qué tonto -en eso, una explosión de fuego lo hace caer al suelo con fuerza.

Eidan, en su forma animal, salta hacia el suelo y corre hacia el demonio; y, con sus patas delanteras, rasga el pecho de Toya, haciéndole una dolorosa herida en forma de garras, el demonio gruñe por el dolor. Luego, con su cola, le da un fuerte golpe que lo hace alejarse un poco. El kitsune escupe fuego, pero el demonio vuela para esquivarlo.

Eidan: Yo también tengo armas que no necesitan fuego, ¿cómo te quedó el ojo? -lo ve en tono burlón, mientras vuelve a su forma humana-. ¡Puño de fuego! -salta e intenta darle un golpe, el demonio lo esquiva y le lanza una bola de fuego negro-. Vamos a jugar vóleibol -rechaza el ataque de Toya con sus manos envueltas en fuego.

Toya: Así que te crees muy listo. ¡Red de sombras! -unos enormes hilos atrapan a Eidan, por más que este intenta moverse o elminar el ataque, no puede, ya que el fuego no consume la red-. No necesito usar mis llamas para derrotarte, mis manos son más que suficiente para acabar contigo -le muestra sus manos, las cuales poseen su propia sangre-. ¡Espadas de sangre!

Agita ambas manos. La sangre del guerrero sale en forma de agujas rojas que se clavan en el cuerpo del elegido, el impacto de las agujas destruye la red y hace que Eidan choque contra la pared y luego caiga al suelo con gran fuerza; posee varias agujas clavadas en su cuerpo.

Eidan: Esto no me dejará moverme del todo bien -el demonio le lanza más agujas-. ¡Rayos! -se tira al suelo; sin embargo, las agujas le quitan la espada de la espalda, debido a que cortan la correa que la mantiene unida al elegido-. ¡Nooo! -Toya llega frente a él y lo golpea con una gran ola de fuego negro que lo manda a chocar contra la pared.

Toya: Imbécil. Ahora veamos qué es eso -se acerca a donde está el arma; sin embargo, no puede tocarla, debido a que un campo lo rechaza-. Este fue el mismo escudo que lo protegió de mis llamas -asegura-. Por la forma, es una espada, ¿pero cuál sería? Este poder es muy...

No culmina, ya que una gran llamarada va hacia él, el demonio saca sus alas y aprovecha para volar. Eidan, en su forma de kitsune, gruñe con fuerza mientras se envuelve en fuego tomando la forma de un ninja; el ninja dispara una gran cantidad de shurikens hacia el guerrero. Toya agita sus alas para crear una gran cantidad de viento que evite que las armas lleguen a él, pero el ninja usa su gran agilidad para saltar de pared en pared y llegar a donde está el guerrero, dándole una patada en la cara, luego le envía kunáis.

Toya: No tan rápido -sus alas son envueltas en llamas rojas que, al rodear su cuerpo, rechazan los kunáis-. Que seas un metamorfo no significa nada -dispara una gran cantidad de cráneos de fuego morado oscuro-. Hora de los fuegos artificiales -aprieta su puño haciendo que los cráneos exploten y logrando que el ninja pierda el equilibrio; sin embargo, Eidan se transforma en un pegaso, y usa sus alas para evitar tocar el suelo-. Sí que eres molesto. ¡Llamas de inframundo!

El suelo se rompe, de este salen grandes llamas de color azul intenso en forma de almas en pena, estas van directamente hacia el pegaso. El caballo alado escupe fuego para contrarrestar las llamas demoníacas, pero Toya hace una pose de manos haciendo que las llamas tomen forma de cuervos que vuelan alrededor del pegaso y van hacia él a gran velocidad. Eidan toma la forma de un topo, mientras cae al suelo girando rápidamente; se envuelve en llamas evitando el fuego demoníaco, y entra al suelo creando un gran hoyo.

Toya: Ni siquiera bajo tierra estás a salvo. ¡Llamas de inframundo! -más llamas rojas salen del suelo creando enormes hoyos. Eidan sale volando, aún estando convertido en topo-. El tiro de gracia -dispara un gran rayo de energía negra hacia el elegido.

Eidan: Aún no -piensa mientras toma la forma de un fénix, hace que su aura purifique el fuego, y sale volando directamente hacia el demonio. Toya saca sus alas para esquivar el ataque-. No termino -se transforma en un enorme gorila, se balancea hacia arriba y con ambas manos golpea a Toya en la cara haciendo que caiga al suelo; luego toma la forma de un halcón y, cuando está cerca del suelo, se transforma en un enorme tigre, con sus miembros delanteros le rasga las espalda al demonio causándole una gran herida-. ¿Cómo te quedó el ojo? -vuelve a su forma humana.

Toya: Maldito seas. ¡Aaaah! -se queja, ya que las garras hirieron toda su espalda-. ¡Ahora sí me las pagarás! -sus ojos se tornan negros con rojo. Todo el cuerpo de Eidan comienza a calentarse rápidamente, se queja mientras cae arrodillado al suelo-. Ahora sabrás lo que es el calor -una gran llama negra rodea el cuerpo del elementary, luego explota haciendo que el chico salga volando hasta chocar contra una antorcha.

Eidan: ¿Qué fue lo que pasó? -comienza a temblar, su cuerpo se siente adolorido debido al gran ataque, el chico se sorprende en lo que ve sus manos y brazos-. ¡Imposible, me he quemado! Solo Hilda pudo lograr eso; además, mi traje está casi destruido ¿Cómo es posible que Toya tenga tanto poder? -expresa muy confundido mientras ve que sus brazos, piernas y torso tienen quemaduras, incluso siente heridas en su espalda.

Toya: Cuando tuviste contacto con mis espadas de sangre, estas ingresaron en tu cuerpo, lo que hizo que mi sangre entrara a tu sistema. Mi sangre es tan caliente y letal como el fuego del infierno, solo concentré mi poder para quemarte desde dentro, y así lograr herir tu cuerpo junto con ese estorboso traje. Si hubieras sido otro de tus hermanitos, o cualquier ser sobrenatural, no la estarías contando; te salvaste solo porque eres el elegido del fuego -le explica.

Eidan: ¡Maldición! -lo ve con impotencia-. Pero aún no estoy vencido -se levanta poco a poco-. Vas a tener que hacer un mayor esfuerzo si quieres matarme -le asegura, mientras sube su aura y escupe una gran cantidad de fuego que va directamente hacia el demonio.

Toya: No lo intentes, niño -desvía el fuego sin problema-. Esas quemaduras no se sanarán tan rápido, y es hora de tu final. ¡Infierno! -comienza a aumentar su aura-. Lo que te pienso hacer es más que una simple quemadura. ¡Nunca debiste haberme desafiado, infeliz!

Ondas en forma de llamas negras se van formando detrás de Toya, luego un enorme cráneo con cuernos, dientes afiliados, ojos morado oscuro, crece cada vez más. El cráneo es impulsado por una gran llama roja, este golpea a Eidan directamente, llevándoselo de lleno. Las paredes del lado izquierdo de la torre comienzan a derrumbarse por el fuerte impacto, todo ese lado está envuelto en llamas, donde se ve a Eidan gravemente quemado, y el traje ya no lo protege debido a que el fuego ya lo consumió.

Toya: Jajajaja. ¿No que nada te podía quemar? Mírate cómo estás. Muy pronto esos órganos, carne y huesos se derretirán -asegura mientras escucha a Eidan quejarse de las quemaduras-. Ahora vamos a ver qué demonios es esa maldita espada.

El demonio se aleja al sitio donde se encuentra el arma, que aún posee un escudo protegiéndola. Mientras tanto, Eidan se arrastra poco a poco intentando llegar a donde está Toya.

Eidan: No me voy a rendir -habla con mucha dificultad-. Cuando juntas llamas con llamas, solo la más pura ganará ante la otra -un aura color amarillento comienza a surgir de su cuerpo.

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