El secreto de Petter

Karla entró de puntitas en la habitación, no quería despertar a sus compañeras. Para su sorpresa, Camila estaba sentada al borde de su cama con la luz de la mesita prendida. Tenía un álbum de fotos en la mano que hojeaba, distraída. Parecía estar pensando muchas cosas a la vez, por lo que no reparó en la presencia de su amiga.

Cami, menos mal que estás bien, estaba preocupadaexclamó Karla con alegría, haciéndola salir de sus pensamientos—. ¿Dónde pasaste todo el día?

Estaba en la biblioteca. No quería ver a nadie― admitió Camila y cerró el álbum de golpe.

Karla se sentó a su lado.

¿Qué fue lo que pasó? Sé que saliste de Arcadia con Petter. ¿Por qué? indagó Karla en voz baja para no despertar a Diana que dormía cerca de ellas.

Camila se quedó en silencio por algunos segundos, hasta decidirse a contar lo sucedido.

Petter me ayudó a llegar al escondite donde vivían mis padres.Karla abrió los ojos, sorprendida—. Necesitaba saber más sobre ellos y descubrí algo que me dejó devastada.

¿Qué cosa?

Tuve un hermano mayor. Se llamaba Cristopher. Rosman lo asesinó siendo apenas un bebé.

Camila habló con la voz entrecortada y sacó la foto de su familia del álbum para que Karla pudiera detallarla. La chica estaba muy sorprendida con aquella información. Jamás pensó que el motivo del viaje fuera algo tan importante, incluso había estado a punto de creer los rumores de Brayan. Si no fuera por todo lo que confiaba en Camila y por lo sucedido con Petter esa noche, hubiese cometido el error de juzgar a su mejor amiga. 

Lo siento mucho, amiga.

Ambas se abrazaron por unos segundos. Camila no pudo evitar derramar algunas lágrimas que luego intentó disimular cambiando de tema.

¿Y tú de dónde vienes que estás así de mojada?

No sé si contarteconfesó Karla, un poco avergonzada tras recordar todo lo que había pasado entre Petter y ella aquella noche.

Ya me estás preocupando. ¿Qué hiciste?

Nadario Karla, aún más nerviosa—. Bueno, en realidad, qué no hicimos. Camila entreabrió los labios como para soltar una exclamación de asombro, pero Karla no la dejó interrumpir—. Petter me invitó a una cita y...

¿Con Petter? ¿en serio? celebró Camila casi gritando y Karla le hizo una seña para que se callara. Por suerte, Diana solo se movió un poco en su cama y continuó durmiendo—. ¿Cómo es que Petter te invitó a salir? ¿De qué me perdí?

Bueno, nos besamos en el salón de entrenamiento y...

¿Se besaron y no me dijiste nada? Camila le pegó un manotazo amistoso a su amiga y esta soltó una risita nerviosa —. Quiero todos los detalles.

Karla comenzó entonces a contarle todo lo sucedido con el muchacho, haciendo que Camila se emocionara con cada detalle y estuviera a punto de soltar otro grito de alegría.

Todavía no me lo puedo creer confesó Camila algunos minutos después, cuando terminó de escuchar la historia—. Con lo serio que es Petter no me lo imagino preparando todo para que la cita quedara perfecta.

Sí, a mí también me sorprendió, pero...Karla recordó entonces las últimas palabras del muchacho. Camila notó su desánimo repentino e indagó para saber qué le pasaba no creo que esto lleve a nada.

¿Por qué no? Si ambos se quieren y...

Ese es el problema, él no me quiere. Camila frunció el ceño, confundida—. Petter me dijo que no me enamorara, que solo así podríamos seguir juntos. Camila le tomó la mano y se la apretó para intentar animarla—. Todavía no lo puedo creer.

Algo debe estar pasando. No creo que Petter quiera hacerte daño. Él es una buena personaopinó Camila. Karla miró la rosa que continuaba en su mano y sintió que el corazón se le encogía en el pecho.   

Amiga, ¿crees que Petter siente algo por ti y no se atreve a decírtelo? Camila quedó atónita y negó enseguida con la cabeza, sin comprender por qué ella preguntaba eso. Todo el mundo anda comentando que hay algo entre ustedes. Hoy Alejandro estuvo a punto de golpear a Brayan por ese comentario. 

¿Alejandro?

Karla asintió con una sonrisa, orgullosa de lo que había hecho el muchacho. Camila no podía creer que Alejandro la defendiera de ese modo, sin importarle buscarse una pelea con Brayan.

La verdad se lo merecía. Brayan es un idiota y un chismoso. Alejandro lo amenazó para que no volviera a hablar mal de ti. Camila sonrió y Karla pudo notar como se iluminaban sus ojos al imaginarse la escena . Te gusta Ale, ¿verdad? Camila asintió y Karla celebró con unas palmaditas emocionadas—. Lo sabía, siempre lo supe.

No debes preocuparte por Petter. Yo lo quiero como un buen amigo o como un hermano mayor y creo que él siente lo mismo por mí. No hay nada más.

Karla sonrió, sabía que Camila decía la verdad. Lo único que le preocupaba era que Petter estuviese jugando con sus sentimientos sin importarle que ella saliera lastimada.

En cuanto a Alejandro...— continuó Camila con una sonrisa pícara—. También pasaron cosas.

—¿Qué cosas?— preguntó Karla con curiosidad—. No me digas que se besaron y no me enteré.

—Casi— admitió Camila, sonrojada al recordar su encuentro con Alejandro en el lago de las libélulas.

—¿Cómo que casi? — preguntó Karla, molesta.

Camila abrió la boca para intentar explicar lo sucedido con Alejandro en el lago y todo el malentendido generado por la aparición inesperada de Petter, un golpe las hizo sobresaltarse. Diana acababa de caerse de la cama y tumbó sin querer la lámpara de su mesita de luz que quedó deshecha en el suelo. Las chicas corrieron para auxiliarla.

Petter, Petter, Petter.repetía una y otra vez en voz baja.

Camila prendió la luz de la habitación lo más rápido que pudo, mientras Karla intentaba hacerla volver a la normalidad. Diana se encontraba en el suelo, con los ojos fijos en un punto desconocido y la respiración agitada.

¿Qué dices? ¿Qué le pasa a Petter? preguntó Karla, desesperada, sin comprender lo que estaba pasando.

Petter está en peligroaseguró Diana, aun con la mirada perdida y el rostro cada vez más pálido—. Lo veo.

Karla y Camila se miraron, asustadas. Sabían que Diana podía observar cosas que estaban sucediendo en distintos lugares del mundo, pero nunca la habían visto tener una de esas visiones.

¿Qué es lo que ves? la presionó Karla, preocupada por Petter. 

Está en una máquina que no sé para qué sirve y lo están torturando o algo parecido.

¿Quiénes? preguntó Camila, agachándose para quedar más cerca de Diana.

Veo a Corazón de la Tierra, a Braulio y a Anise. Camila y Karla se miraron con asombro, no podían creer que aquello fuera verdad—. Petter está sangrando por la nariz y está gritando desesperado, aunque no puedo escuchar lo que dice. Está sufriendo mucho.

Tenemos que hacer algo exclamó Karla, decidida a hacer lo que fuera por rescatar a Petter de allí.

¿Sabes cómo llegar?preguntó Camila.

Diana se concentró lo más que pudo e intentó hacer una visión más completa de los alrededores del lugar. Entonces comenzó a descubrir cada detalle, poco a poco, esforzando al máximo sus energías para poder encontrar al elegido.

Está en el sector de los magosafirmó algunos minutos después—. Es imposible entrar allí.

Tomaremos nuestras armas del salón de entrenamiento e iremos dijo Karla, decidida, mientras corría hacia su escaparate para buscar la ropa de entrenar. No me importa tener que luchar contra toda Arcadia. 

Diana intentó ponerse de pie, aún conmocionada por lo que había visto. Un mareo la hizo tambalearse, por lo que Camila tuvo que sujetarla y ayudarla a sentarse en la cama. Había forzado mucho su poder para encontrar el escondite donde se hallaba Petter, así que sus energías estaban casi agotadas.

¿Estás bien?le preguntó Camila y tomó su mano para hacerle un hechizo de vitalidad. Luego le alcanzó un vaso de agua. Diana comenzó a beber con avidez, un poco más recuperada—. Nosotras haremos esto, tú puedes quedarte aquí, no te preocupes.

No, quiero ayudarlas—se negó Diana y puso el vaso sobre la mesita, decidida a realizar aquel plan descabellado—. Mi poder les será de ayuda. ¿Qué plan tienen en mente?preguntó tras volverse a poner de pie.

El plan es atacar a todo el que se interponga, así que no sé si sea buena idea que vengas opinó Karla, ya vestida.

¿Acaso crees que soy una cobarde? se quejó Diana, un poco indignada, mientras se dirigía hacia su escaparate para cambiarse de ropa.

Tiene que haber alguna explicación. Me niego a creer que Anise y Corazón de la Tierra lastimaran a Pettermeditó Camila en voz alta.

Eso ahora no importa, lo que importa es sacar a Petter de ahí antes de que lo maten. Después de que esté a salvo haremos las preguntas la cortó Karla, lista para salir de su habitación a buscar las armas.

Camila sabía que no ganarían nada usando la fuerza porque el sector de los magos estaba protegido con magia muy poderosa y solo los magos del Consejo podían entrar sin ser invitados. Debían buscar otro modo de llevar a cabo el rescate. 

Tengo una mejor ideacomentó con una sonrisa en los labios, ganándose la atención de sus compañeras.

...

El sector de los magos era conocido como el sector de los misterios porque nadie, excepto los magos o personas importantes como Anise, tenían la potestad para adentrarse en sus recónditos pasadizos. La entrada consistía en una barrera de poder que podía dejarte paralizado si intentabas atravesarla por la fuerza, a menos que fueras invitado a entrar por alguno de los magos. Además, los gordianos se encargaban de vigilarla, pues temían que alguien pudiese burlar aquella seguridad. Dentro del sector se hallaban algunas de las reliquias del mundo mágico, por eso era tan importante mantener aquel lugar protegido de los intrusos.

Déjame ver si entendí. ¿La idea es llamar la atención de los gordianos y lograr que estos nos ataquen para así hacer que Corazón de la Tierra venga a rescatarnos?indagó Diana, mientras caminaba junto a sus compañeras por los pasillos del sector elegido.

Los Elegidos estamos conectados con Corazón de la Tierra. Él vendrá en cuanto sienta que estamos en peligro le recordó Camila.

Sigo pensando que es una pésima idea protestó Karla, un poco enojada—. No veo cómo puede ayudarnos Corazón de la Tierra cuando él participó de la tortura de Petter.

No tenemos muchas opciones le recordó Camila. Si intentamos entrar al sector de los magos quedaremos petrificados como estatuas y todo el Consejo será alertado de nuestras intenciones. Nadie puede entrar al sector de los magos, a menos que tenga el poder suficiente para burlar su magia. No nos queda otra que confiar en que Corazón de la Tierra nos explique lo que está pasando.

Karla no respondió, pues no tenía otra opción que seguir el plan de Camila. En poco tiempo, ella y sus amigas estuvieron en la entrada del sector de los magos, listas para llevar a cabo su propósito. Los gordianos enseguida las miraron con desconfianza, indecisos en si atacarlas o no. Las Elegidas no dudaron en comenzar una feroz batalla contra ellos, poniendo en práctica las habilidades aprendidas en sus entrenamientos. El enfrentamiento era desigual no solo porque los gordianos eran seis, sino porque su destreza con el combate cuerpo a cuerpo era envidiable. Enseguida lograron derribar a Diana de un golpe y dejarla tirada en el suelo. Aun así, ella no se detuvo, usó su poder para dejarlos ciegos momentáneamente. Los gordianos eran sensibles a la magia, por lo que comenzaron a desesperarse y a perder el control de la lucha. Camila usó entonces su fuego para derribar a algunos, mientras Karla los remataba con su látigo.

En ese momento, apareció Corazón de la Tierra, quien había detectado que sus pupilos estaban en peligro y no dudó en rastrearlos. Al llegar al lugar del conflicto, se encontró con una escena que en su cabeza no tenía ningún sentido. Tres Elegidas luchando contra seis gordianos, quienes se suponen eran aliados fieles.

¿Qué se supone que están haciendo? preguntó con voz severa, mientras usaba su magia para detener la batalla.

Estas Elegidas nos atacaron sin ninguna razón aparente informó uno de los gordianos.

Corazón de la Tierra reparó en las chicas quienes se veían agitadas y sudadas. Les dirigió una mirada inquisidora para intentar averiguar qué estaban tramando esta vez. Ellas no dijeron nada, solo lo miraron con un poco de reproche en sus ojos.

¿Ninguna va a explicarme lo que sucede?

Creo que es usted quien nos debe una explicaciónsoltó Karla sin reparos. El anciano la miró sin comprender a qué se refería—. Petter.

Entonces lo entendió todo. Miró a los gordianos con autoridad y les pidió que se marcharan, para así poder estar a solas con las chicas. Ellos obedecieron sin dudarlo. Corazón de la Tierra estaba sorprendido de que hubiesen descubierto aquel secreto tan fácilmente, por lo que no supo en el momento cómo explicarles lo que sucedía.

Síganme les ordenó y se dirigió hacia la barrera de poder que dividía ambos sectores.

Las Elegidas  dudaron un poco en cruzar, pero confiaron en su maestro. Por supuesto, no les ocurrió nada. Enseguida estuvieron del otro lado. Luego caminaron detrás de Corazón de la Tierra, en silencio, preguntándose hacia dónde las llevaría.

Se detuvieron frente a una estatua de la diosa Leah. Corazón de la Tierra usó su magia para hacer que esta se moviera hacia un lado y desvelara unas escaleras que conducían al pasadizo secreto donde estaba Petter. Diana creó una luz flotante para alumbrar el lugar y así pudieran bajar sin problemas.

¿Hacia dónde nos llevas? preguntó Karla, un poco nerviosa, pues ya no sabía si podía confiar en el mago.

Corazón de la Tierra no respondió, en su interior estaba dudando de lo que pensaba hacer. Sabía que su deber estaba primero con los Elegidos, pero le preocupaba ganarse la desconfianza de Anise y de todo el Consejo. 

Pronto estuvieron los cuatro en una sala que estaba alumbrada con una luz tenue de color rojizo. Allí estaba Petter, inconsciente dentro de la máquina. Conmocionada, Karla corrió hacia él, mientras golpeaba el cristal de la capsula para intentar despertarlo, sin éxito. Camila y Diana estaban atónitas, sin saber cómo reaccionar. Corazón de la Tierra se dirigió al panel de control del aparato y tocó un botón de color azul, que era el que servía para apagar el aparato. Las compuertas se abrieron de golpe y el muchacho cayó al suelo, golpeándose un poco la cabeza, cosa que lo hizo despertar. Karla lo tomó por los hombros y colocó su cabeza sobre sus piernas, mientras limpiaba la sangre de su nariz con sus dedos. El muchacho fijó sus ojos verdes en los grises de ella, extrañado, no podía creer que la tuviera de nuevo tan cerca. Luego llevó su mano hacia su mejilla y se la acarició, como una forma de corroborar que no estaba soñando. 

¿Karla?preguntó con voz temblorosa. Ella asintió con una sonrisa—. ¿Cómo me encontraste?

Diana te vio en una visión y vinimos a sacarte de aquí.Petter cerró los ojos y soltó un gemido de dolor. Todavía sentía malestar en su cuerpo y un poco de dolor de cabeza—. ¿Qué te pasó? ¿Por qué te hicieron esto?

Karla, escúchame susurró Petter con los ojos a punto de estallar en lágrimas. Karla le apretó la mano, intranquila por su expresión conmovida—. No soy la persona que crees.

La joven frunció el ceño sin comprender lo que él intentaba explicar.

¿De qué estás hablando, Petter?

Quiero que sepas que, aunque cometí muchos errores, demasiados errores, nunca quise lastimarte. Petter apretó su mano y dos lágrimas cayeron por sus mejillas. Karla nunca pensó verlo de esa manera teniendo en cuenta su carácter que parecía inquebrantable—. Quería permitirme sentir algo contigo, quería empezar de cero contigo a pesar de...se detuvo sin saber cómo continuar.

En ese momento, Corazón de la Tierra interrumpió la conversación y le pidió a Karla que se apartara para poder hacer un hechizo de vitalidad.  

No pienso dejar que te acerques a él. ¿Acaso no fuiste tú quien lo dejó así? lo encaró Karla, sin separarse del muchacho.

Tranquila, pequeña fierala calmó Petter con una leve sonrisa, admirando nuevamente su carácter impulsivo. 

Karla se apartó entonces, un poco desconfiada, mientras Corazón de la Tierra se agachaba junto a Petter para poder realizar el hechizo.

—sakti vital—murmuró tras colocar una de sus manos en el pecho del muchacho. Luego lo ayudó a sentarse.

¿Cómo te sientes? le preguntó Camila a Petter, un poco preocupada por su semblante demacrado.

Estoy bien, gracias por arriesgarse tanto por mí.

Queremos saber qué está pasando. ¿Por qué le hicieron esto a Petter? le preguntó Karla a Corazón de la Tierra con voz airada.

Primero hay que sacarlo de aquí.

Petter no comprendía por qué Corazón de la Tierra lo estaba ayudando, pero no hizo preguntas. Se aferró a sus hombros para salir del escondite, preguntándose si realmente él merecía que lo salvaran. Las tres chicas acababan de arriesgarse para sacarlo de allí, pero qué pasaría cuando supieran la verdad. Todos lo odiarían y sería visto como un vil traidor. Eso quizás era peor que sufrir cualquier tortura.

Corazón de la Tierra cerró el pasadizo y luego se transportó hacia la habitación de Camila. Petter aprovechó entonces de sentarse un poco en la cama de Karla, así podría descansar, pues sus músculos estaban adoloridos. Entonces el anciano lo miró con seriedad, había llegado el momento de contarlo todo.

Petter, debes salir de Arcadia y esconderte en alguna parte, al menos por un tiempo. le dijo Corazón de la Tierra.

Petter asintió, dolorosamente, sabía que era la mejor opción.

¿Qué está pasando? Explícame Petter, por favor le suplicó Karla, sentándose a su lado.

Karla, yo...

Petter comenzó a hablar, pero su garganta parecía tener un nudo que le impedía terminar la frase. Luego de algunos segundos donde sus ojos detallaron los preocupados de Camila y los asustados de Karla, terminó confesándolo todo.

Trabajo para Rosman. Las tres chicas ahogaron una exclamación de asombro y sus expresiones cambiaron por completo—. Soy hijo de una sierva de Rosman, por eso él me escogió para que me infiltrara en el grupo y le sacara información a Camila.

¿Qué estás diciendo Petter? Karla se levantó de golpe, separándose del muchacho—. No puede ser verdad. ¿Tú no puedes haber hecho algo así?

Lo siento, lo siento mucho...Él intentó buscar los ojos de Karla, pero ella estaba totalmente devastada con aquella confesión—. Al principio yo deseaba ayudar a Rosman, pero después comencé a sentir aprecio por ustedes, por los Elegidos, y cuando quise echarme atrás...

No digas nada más lo interrumpió Karla con voz entrecortada, como si quisiera echarse a llorar. No podía creer que se estaba enamorando de un siervo de Rosman, alguien que los había traicionado todo ese tiempo. Sin poder seguir mirándolo a los ojos, salió de la habitación.

Petter bajó la cabeza, avergonzado, y un silencio incómodo invadió el lugar. Diana siguió a Karla, alegando que necesitaba tomar un poco de aire. Ni Corazón de la Tierra ni Camila se movieron del lugar. 

Todo este tiempo sabías la verdad. Sabías que a mi hermano lo habían asesinado y también lo del brazalete lo encaró Camila, casi a punto de echarse a llorar. Petter la escuchó en silencio, sin atreverse a levantar la mirada—. Te acercaste a mí para poder ganarte mi confianza y vender toda la información que pudieras a Rosman, aun sabiendo todo lo que Rosman le hizo a mi familia.

Lo de tu hermano no lo sabía, pero tienes razón. Me acerqué a ti para espiarte y poder usarte para encontrar el brazaleterespondió Petter, mirándola a los ojos por primera vez. Intentó por todos los medios ser valiente a pesar de lo difícil que era aquella confesión para él.  

Me llevaste hasta mi casa para así poder capturar a mi padre sentenció Camila. Poco a poco todo comenzaba a hacerse más claro en su cabeza. Una punzada de arrepentimiento recorrió su cuerpo. Nunca debió confiar tanto en Petter —. Por tu culpa él está secuestrado ahora.

Es verdad, pero no pude entregarte, no pude Cami, algo dentro de mí se compadeció de ti, porque sabía que eras una buena personaconfesó Petter y se puso de pie.

Camila retrocedió de forma instintiva.

No te atrevas a manipularme con tu falso arrepentimiento, Petterlo cortó, cada vez más enojada. Petter volvió a bajar la cabeza—. Yo confié en ti. Eras mi amigo y te hubiese defendido de cualquier cosa.

No te pido que me perdones, pero tampoco me mires como un criminal. Yo no quería que todo esto pasara, pero Rosman me puso contra la espada y la pared. La vida de mi madre está en juego, debes entenderme.

¿La vida de tu madre? soltó Camila, indignada—. ¿Y qué hay de la vida de Emilio? Él también fue víctima de tu traición, ¿verdad? ¿Cómo logras mirar a Noah a los ojos?

No sabes cuánto me arrepiento por eso, Camila exclamó Petter con los ojos llenos de lágrimas y la voz quebrada—. Él no debía morir, pero todo se me fue de las manos. Eso es algo que nunca me perdonaré. 

Tendrás que vivir con eso para siempre decretó Camila, a punto de marcharse de la habitación, pero Petter la retuvo, tomándola del brazo.

No te vayas, necesito decirte algo antes. Camila se desprendió de su agarre como si él le diera asco. Petter se apartó un poco y tragó en seco, listo para terminar con todas las mentiras—. Descubrí algo en la casa de tus padres y no te lo dije, pero Rosman tampoco lo sabe. Es algo importante.

¿De qué hablas?preguntó Camila, desconfiada. Petter sacó del bolsillo de su pantalón el papel y se lo entregó. ¿Qué es esto?

Es una carta que le envió tu abuela a Leinad. Camila quedó atónita con aquella información y desdobló el papel para poder leer su contenido, pero estaba en blanco. Tiene un hechizo de imitación, solo podrás desvelarlo usando las palabras que tu madre dejó marcadas en el libro. Debes escribirlas sobre el papel— explicó Petter.

—¿Es otra pista sobre el brazalete?

—Creo que esa carta demuestra que tu abuela tiene el brazalete.

Petter le dedicó una sonrisa honesta a Camila, quien olvidó por un momento todo lo que había descubierto segundos antes. Si las suposiciones del muchacho eran ciertas, entonces estaba cada vez más cerca de obtener la reliquia y conocer de una vez por todas el secreto de su pasado.

¿Mi abuela? tartamudeó—. ¿Quién es ella? ¿La conoces?

Petter miró a Corazón de la Tierra quien observaba todo, impasible. No sabía si debía decir más, pero el viejo no pareció estar preocupado de que se revelara la verdad que tanto habían ocultado.

Habla con Anise le dijo el muchacho y se acercó más a la joven, un poco conmovido, pues estaba seguro de que no la volvería a ver. Ten cuidado, yo no soy el único traidor que tiene Rosman en Arcadia. 

¿Qué es lo que sabes? Dímelo, Petter rogó Camila, pero Petter se negó a hablar más. Sin saber por qué, la tomó por los hombros y le dio un fuerte abrazo, el cual ella no fue capaz de rechazar a pesar de lo extraña que se sentía—. Sé que podrás derrotar a Rosman y siento no poder estar ahí para apoyarte susurró. Luego se apartó, listo para marcharse.

Petter murmuró Camila entre lágrimas. ¿Qué es lo que vas a hacer?

Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo.

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