Cosmo: No Quiero Que te Vayas

Un gran sacudón provoca que los presentes en la sala de reuniones salgamos preocupados. Ordeno que el personal salga a los jardines y esperen hasta que esto se calme. Es la primera vez que este tipo de eventos ocurre en el reino. Al salir al jardín me percato que Aryana no está.

—¿Y la señora Aryana dónde está? —le pregunto a uno de los encargados del castillo.

—La vieron esta mañana yendo a su consultorio —dice agitado el encargado. Salgo corriendo en su búsqueda. Ella me había repetido incontables veces de que esa estructura es frágil para no decir peligrosa y me aterra enormemente que esté bajo esa cosa.

 Al llegar al castillo pequeño me percato del terror que se está viviendo, varios de los animales corren desbocados en busca de un lugar seguro cuando vuelve haber otro temblor. Eso empeora la situación. Pero igual llego hasta la estructura que está hecha ruinas, Ibay llama desesperada a Aryana, pero esta no contesta.

—¡Ibay! —le grito, esta se asusta y corre hacia a mí—. ¿Dónde está Aryana?

 Ella lloriqueando señala la estructura derrumbada.

—Ella se quedó para sacar a más animales, pero el consultorio le cayó encima.

 Dicho eso me acerco a la estructura y empiezo a mover los escombros con mis poderes. Intento tener cuidado de no dañar a Aryana dentro. Los guardias y animales me ayudan a remover hasta ver a Aryana tendida en el suelo con una viga atravesándole el estómago igual a su guardián y a su tigre. Me arrodillo junto a ella; ella escupe un gran coágulo de sangre y me ve con lágrimas en los ojos.

—Por favor perdóname —dice entre cortada.

—Te vas a poner bien ¿sí? —Intento quitarle la viga, pero ella se queja—. Solo déjame llevarte con Beck o las aguas curativas y verás que te pondrás bien.

—Sabes perfectamente que no será así —ella busca mi mano—. Fuiste lo mejor que me haya pasado, quiero que seas feliz igual que mis padres. Dile que los quiero mucho...

—No digas eso -intento contener mis lágrimas, pero es inútil—. Te sacaré de aquí, te pondrás bien y nos casaremos y tendremos a nuestros hijos como te lo prometí. Serás mi reina y mi esposa ¿sí?

—Fuiste mi mejor amigo y espero que puedas encontrar a alguien que te de ese amor como que yo te di.

 En ese momento ella deja de apretar mi mano y la suelta. Sus bellos ojos azules se apagan para cerrarse y no abrirse más, aunque le grite que los abra. Tomo la viga y la rompo al ras de su estómago empezado a sacarla lentamente de la barra. Detengo el sangrado con un trozo de tela de su vestido azul.

—Quisiera decir que eso ayuda —lamenta una voz detrás de mí, que en los peores momento no he querido que se apareciera en esta clase de situaciones.

—No te la vas a llevar —le contesto enojado a mi tío, este me encara y se arrodilla junto a mí.

—Jamás me has agradado para ser sincero, pero esto nunca te lo hubiera deseado —le acaricia el cabello a Aryana de manera triste.

—¿Por qué me haces esto? Nunca te he hecho nada —atraigo el cuerpo inmóvil de la mujer que amo y que no dejaré que se vaya.

—Lo sé, pero sabes que este tipo de decisiones yo no las escojo —saca un trozo de pergamino donde el nombre de Aryana está en tinta roja—. El que te puede contestar todas tus dudas es tu padre no yo, recuerda que todos somos parte de un malévolo plan que maneja él, y que incluso su propio hijo no se escapa de sus porquerías.

—Por favor, te daré lo que tú quieras, te deberé todos los favores que tú me pidas. No importa cuál sea el precio, pero no te la lleves —le suplico con lágrimas y dolor en el rostro.

—No lo hagas más complicado de lo que ya es, Cosmo —se levanta.

—Ella es todo lo que quiero en la vida...

—Y tu padre hace que yo te la quite, y las personas se quejan que yo soy un maldito bastardo —se cruza de brazos. El mueve su mano y en ese momento Aryana abre los ojos, pero no me miran, no tiene ese mismo brillo que la caracteriza. Iñaki y Nairn se mueven levantándose inconscientes de su realidad; Aryana igual se levanta saliendo de mis brazos. Seth le quita el anillo de compromiso—. Ten, un recuerdo. Te hará falta.

—Que se lo lleve —me levanto del suelo.

—No puede llevarse objetos de este mundo y lo sabes —coloca el anillo en mi mano.

 Me percato que hay varias personas acercándose a Seth igual que Aryana, igual de muertas. Él abre un portal diferente a los que hacemos en este reino, el reino de los vivos. Unas espesas nubes negras aparecen para que las personas y animales que perdieron la vida traspasen. Aryana es la última en pasar al reino de los muertos.

-Salúdame a Laila de mi parte-dice Seth traspasando el portal, dejándome solo en ruinas de escombros y miseria que ahora se convertirán en parte de mi vida.

*_*_*

No estoy llorando 😢 😢 solo es una basurita que me entró en el ojo llamada Kenan.
Lo quiero, pero a veces quiero matarlo.
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