Aryana: De Vuelta Al Castillo
Cuando recibo a los caballos de la caravana de la señora Lilith, me emociono de gran manera ya que puedo ver a Kai por primera vez desde que se fue hace cinco meses. Tuve que acomodar, dar de comer y curar algunas ampollas causadas por el viaje que hicieron desde las lejanías con ayuda de Ibay.
Cuando por fin termino me voy con Kai a dar un paso por el pequeño sendero del castillo.
—Quiero que me cuentes cómo te fue estando con Lilith.
Él me cuenta que se siente mal consigo mismo porque no le puede dar la vida que él quiere para ella, que ni siquiera soportando a su nuevo jinete compensa ese sueño.
—Pero ¿no se lo has dicho? —pregunto, tomamos un tramo más abierto ya que nos estábamos adentrando en lo profundo del bosque.
—Sí, pero igual —murmura cabizbajo—. No quiero ser un problema para ella.
—¿Y por eso tomas distancia de ella?
—Es lo mejor.
—¿Para quién? —pregunto confundida.
—Para los dos —me mira jugando con mi cabello—. Ella conseguirá un mejor caballo o Pegaso quizás, y le dará lo que yo no puedo conseguir ni siquiera robando todo el oro del universo.
—Sacrificando tu felicidad en el proceso.
Él me mira mal.
—¿Me dirás que es mentira que Lilith es tu felicidad?
—Mira quién habla de felicidad.
—¿Qué me quieres decir con eso?
—No estabas enamorada de un sujeto que ni siquiera te molestaste en presentarme, que lo terminaste y que cambiaste físicamente, que por cierto te ves hermosa.
—Eso es diferente —le acaricio por debajo de la cabeza—. Él me rompió el corazón.
—Vamos a romperle la cara entonces.
—Es el protegido de Lilith.
Él me mira con la boca abierta.
—¿Te metiste con un dios? —me pregunta asombrado—. Te admiro mujer.
—No me acosté con él —lo miro enojada—. Lo más significativo ha sido que nos hemos besado o que me haya sentado en sus piernas, pero nunca hemos tenido sexo.
—¿Y en qué parte te rompió el corazón?
—Cuando su única intención era jugar conmigo por venganza o cualquier otro motivo, que quería llevarme a la cama...
—¿Esas son suposiciones o son hechos?
—Ambas.
—Aclárame.
Le explico lo que Cosmo me había dicho.
—Entonces déjame ver si comprendo —se detiene en un muro alto donde empieza un pequeño laberinto de jardines—. Él llega un día a tu consultorio, te invita a salir, tú aceptas su invitación. Hablan, se conocen y demás, pero en el trascurso del tiempo ¿en ningún momento te pidió que formalizaran lo que sea que hacían?
—Sí, eso.
—Te ilusionaste ya que era el único hombre que te hacía caso desde tu accidente y encima era el rey, y le diste cuerda a tu imaginación, imaginándote que serías la futura y señora esposa del hombre más codiciado de este lado del universo. Pero él no sentía lo mismo y sólo quería pasar el tiempo sea como amiga o amante ¿me equivoco?
—No —replico de mala manera.
—No lo defiendo, para aclarar —dice apresurado—. Pero no toda fue su culpa ya que él sólo es responsable de sus acciones, lo que sí es tu culpa es enamorarte de una persona que no le interesa en lo absoluto cualquier interés amoroso.
—Entonces ¿es mi culpa lo que me pasó? —pregunto confundida.
—Diría que ambos son responsables de que lo que sea que hayan tenido, no haya funcionado —relincha—. Él por no decir lo que en verdad sentía por ti, que es un simple deseo de venganza o sexual. Y tu culpa por poner todas tus esperanzas en algo que desde el principio iba a fracasar.
Me siento en el suelo y me toco las sienes por el dolor de cabeza que nace de repente.
—Él quiso disculparse y yo no la acepté —susurro asustada.
—Te sugiero que la aceptes y que sigas adelante con tu vida y claro —me ayuda a levantarme—, que te sirva de experiencia que en el amor tiene que demostrarse y que tiene que sentirlo ambos.
—¿En serio me da consejos amorosos el mismo que no quiere estar con la mujer que ama por puro orgullo?
—Sí, soy ese mismo —se excusa—. Y no compares las situaciones.
Regresamos otra vez a las caballerizas, él se va a su pequeño establo a tomar una siesta.
—¡Aryana! —me abraza Lilith por detrás —. Te estaba buscando por todas partes.
—Estaba dando un paseo con Kai —con la sola mención de Kai se le entristece un poco la cara.
—¿Cómo está? —pregunta temerosa.
—Dígame usted —me cruzo de brazos—. Estuvieron cinco meses juntos.
—Es complicado —se encoge de hombros—. ¿Él te dijo algo?
—Si —digo solemne—. Que la ama.
Ella me mira esperanzada.
—Ustedes hacen una gran pareja, no dejen pasar esa oportunidad.
—Lo sé, pero cómo hago para que se sienta bien si no le gusta su jinete.
—El jinete para un caballo es el guardián para su protegido —me recuesto en el mesón—. Es una unión que no se escoge como si nada, sino que lo hacen las circunstancias y la necesidad de ambos.
—¿Y qué sugieres?
—Que lo coloque como mensajero o el caballo de un soldado, no es prestigioso, pero estará más cómodo.
—Puede ser —dice pensativa—. Necesito un favor de tu parte —murmura suplicante.
—Sabe que puede pedirme lo que sea.
—Que me acompañes a una prueba de vestido.
— ¿Por qué necesita mi ayuda sino soy experta en eso?
—Pero eres mi amiga y necesito tu apoyo —mira al suelo—. Y también otro favor.
—Dígame.
—Que me acompañes al baile de este sábado —niego con la cabeza—. Por favor, estaré sola y no quiero.
—Invite a Kai.
—Ya lo hice e irá.
—Bueno, no estará sola —me volteo y arreglo algunas cosas, pero ella me gira y quedo mirándola a los ojos.
—Sé que lo que te hizo Cosmo fue malo, pero yo te quiero allí, que me acompañes y que te diviertas —me toma de los brazos—. Hasta puedes encontrar a otro sujeto si quieres.
—No lo sé, señora.
—Claro que sabes.
—No puedo dejar mi trabajo.
—Todo está cubierto —me mira suplicante—. Ya hablé con el encargado del castillo y me dijo que no había ningún problema así que —me toma del brazo—, prepárate para una noche de chicas que jamás olvidarás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top