hikikomori
Intento encontrar algo para calmar a mis oidos, primero empece con meditación y para ver si puedo poner en blanco mi mente para distraer los sonidos. Lo probe durante un mes pero solo logro distorsionar los sonidos.
Probe con intentar poner mi oreja en el piano de tío Agustín y le pedi que lo tocata, esto lo hice con el objetivo de remplazar los sonidos de afuera por solamente un piano. Agustín tocó una canción lenta y relajante para no dañar mos oidos. No funcionó.
Intente irme en la habitación de Antonio para solo escuchar la naturaleza de su cuarto pero el sonido de su cascada y los otros animales me vuelve loca.
Intente irme al bosque pero sigo escuchando al pueblo, tendria que alejarme aun mas pero me perdería.
Intente ir a un río y me sumergirme en lo profundo del río. Funcionó. Lastima que no puedo aguantar mucho mi respiración. Encontrare otro metodo o si no intentare crear algo para respirar bajo el agua.
Por último intente ir a la habitación del tio Bruno donde solo hay arena. También funcionó. Al final el sonido de la arena cayendo no me molesta, incluso puedo ignorarla. Al final de todo me quede en la habitación del tío Bruno y el se quedo en la mía.
No quiero salir de aquí.
Llevo aquí 2 meses sin salir. Mi madre sube aquí para darme mi comida, luego dentro de unas horas vuelve a subir para darme el almuerzo y luego la cena y así sucesivamente. Un día dejó de venir y mando al Tucán de Toñito ya que era más fácil volar que subir todas las escaleras.
Me encuentro siempre recostada en la arena, con el paso de los días deje de usar vestido y me quede en ropa interior. De todos modos nadie puede verme. Sólo estoy acostada en la arena todo el día, a veces empiezo a escribir una novela con el diario que me envió el tucán de Toñito. Y solo es eso, escribir mi novela y acostarme en la arena.
Un día Mirabel, Luisa y mi padre decidieron visitarme, en ese momento estaba dormida pero cuando susurraron mi nombre un corto grito salió de mi y luego desperté. Me sorprendí ya que desde hace meses no escucho una voz humana. Además que estaba en ropa interior. Que bien que solo me visitaron dos mujeres y mi padre o seria aun más incomodo.
Al final sacudí mi vestido lleno de arena y me lo puse. Pregunté que hacían aquí y me respondieron que me extrañaban y querían verme. Mirabel dijo que bajara de la habitación de Bruno y volviera con nosotras. Yo simplemente me negué y explique mis razones.
Luisa dijo que quedarme tanto tiempo aquí me esta haciendo mal. "Te estas poniendo palida, tienes ojeras que parecen moretones, caminas torpemente, hueles como el tío Bruno y cuando te vi en ropa interior creo que no soy la única que note que estas muy delgada. Hasta se te notan las costillas."
Me moleste tanto al escuchar eso pero sabía que no me lo dijo con malas intenciones. "Tal vez si le arrancaras la lengua a todos los del pueblo tal vez pueda salir de aquí" respondí con un tono semi-molesto.
También Luisa se molestó al escuchar eso pero antes que me respondiera mi padre interferio
Ok, ok chicas, lo último que queremos es una pelea -hablo Félix poniéndose en medio de ambas- bien Dolores, supuse que no querias bajar así que al menos te traje un juego de mesa para nosotros 4.
Admito que me agarro por sorpresa pero estaba cansandome de solo escribir en esta habitación asi que accedí.
hmm, esta bien. Juguemos -respondió Dolores- oh y... perdón por decirte eso, Luisa.
esta bien Dolores, entiendo por lo que pasas -respondió Luisa-
Bien Chicas, vamos a jugar -habló Félix -oh pero dolores, tal vez te suba algunos tovos de agua cuando vuelva a subir. Te apestan las patas, mija.
-ok papá solo estra de una vez- respondió Dolores algo molesta
Estuve jugando con Mirabel, Luisa y mi padre hasta que se hizo de noche. Luego me despedí de ellos y me dormí en la arena.
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